Alix E. Harrow es una autora que me gusta mucho, así que hago un esfuerzo consciente por leerme todas las novelas que va publicando. A priori, Starling House no tenía precisamente las características que más me podrían atraer, pero siendo de esta autora no dudé en darle una oportunidad.
Lo primero que creo que es importante decir es que la versión en audiolibro que he tenido la oportunidad de leer tenía varios fallos de producción en los primeros capítulos, que cortaba de forma abrupta. Cuando ya avanza la lectura estos fallos desaparecen pero lo cierto es que me costó entrar en el libro por esta causa técnica. La narración de Natalie Naudus es correcta, aunque también he de decir que la aparición de algunas notas a pie de página que se leen con el mismo tono de la narración confunden un poco. No sé si poner al mismo narrador para las notas es una buena decisión en un audiolibro. Afortunadamente, no eran muchas.
Starling House se podría definir como un cuento de hadas gótico, con una casa encantada y una maldición que “persigue” a los guardianes de la casa, pero en el fondo es una historia de amor. De amor a la familia, algo que exige sacrificios que quizá no se vean recompensados. Hablo de familia en el sentido extenso, no solo aquellas personas a las que nos unen lazos de sangre si no también a la familia encontrada, esa que eliges.
Por supuesto, también hay amor romántico, aunque quizá esa palabra no es la que mejor puede definir la relación que entabla la protagonista. Y aquí me quiero detener, por que Opal es un personaje estupendamente caracterizado, tan creíble que parece que se va a salir de las páginas. Uno de los puntos de fuertes de Harrow son sus personajes femeninos fuertes, como en The Once and Future Witches, pero aquí se ha superado. Una joven que queda huérfana en extrañas circunstancias a temprana edad y que es capaz de sacar adelante a su hermano pequeño en un remoto lugar de Kentucky. Una persona a la que los golpes de la vida han vuelto tan pragmática que tiene una coraza impenetrable alrededor. Un junco que se dobla en la tormenta pero permanece aferrado a la tierra.
La historia en sí quizás es más convencional, con la “típica” casa que se supone maldita ya que sus dueños mueren en extrañas circunstancias, la mala suerte que amenaza a la población desde hace siglos y la investigación sobre las causas de esta mala suerte. El libro no es terrorífico, está más centrado en el suspense que en dar sustos y creo que es manera de mantener la tensión en todo momento es bastante acertada por parte de la autora.
La forma de escribir de la autora, con una prosa atractiva y engañosamente simple, no hace si no mejorar una novela perfecta para leer al amor del fuego. Muy recomendable.