La serie Blake y Mortimer es una de mis favoritas, así que espero cada nueva entrega con interés. El testamento de William S. acaba de publicarse en español y me faltó tiempo para hacerme con él y leerlo, de una sola sentada.
En esta nueva entrega, la serie se aleja de sus tramas habituales que mezclan algo de ciencia ficción con relatos de espionaje. Esto me supuso una pequeña decepción, pero una vez aceptado el hecho me dispuse a disfrutar de una historia compacta y bien llevada, aunque algo plana en el desarrollo.
El guión me recuerda en cierto modo a las obras de Tim Powers con esa estudiada forma de aprovechar los huecos en la historia conocida para introducir datos inventados pero posibles. Salvando las distancias porque no llega a introducir elementos sobrenaturales como es costumbre en el escritor de Buffalo, Yves Senté imagina toda una nueva vida para el dramaturgo inglés William Shakespeare, que nuestros protagonistas deberán desentrañar.
Contrariamente a otras historias, en este caso la narración es “excesivamente” guiada por el autor, dejando poco margen de maniobra a los personajes. Me explico. Los distintos enigmas que tienen que resolver no suponen apenas desafío para ellos, se resuelven con una facilidad pasmosa. Hay muchos flashbacks que ralentizan el ritmo de lectura, aunque aporten información nueva. La resolución final es tan perfecta y ordenada que resulta poco creíble. Pero aún así, he disfrutado con la lectura. Quizá está contradicción sea debida a mi admiración por los personajes en sí.
En el aspecto gráfico, Juillard cumple sobradamente con su interpretación del legado de Jacobs. Aunque en algunas posturas de algunos personajes se nota cierta rigidez, por lo demás es un gusto ver su trabajo. Es una pena que esté un poco desaprovechado porque apenas hay exteriores a pesar de las visitas a Italia, que podrían haber dado mucho juego conceptualmente hablando.
El coloreado de Madeleine de Mille es de lo más destacable, me encanta cómo ha iluminado cada escena.
Os invito a buscar algunos guiños de los autores en el cómic, como ese capitán Haddock tan poco disimulado o el homenaje a P.G. Wodehouse. ¿Qué os ha parecido esta entrega?