Cuando tuve conocimiento de la existencia de Bluebird, lo primero que me llamó la atención fue la portada, aunque la sinopsis tampoco se quedaba corta. Me animé a leerla y me he encontrado con una aventura espacial que requiere un poco de suspensión de la incredulidad pero que te mantiene entretenida durante sus 400 páginas sobre todo por lo majos que son sus personajes, con sus idas y venidas que realmente llegan a importarte.
El universo en el que se sitúa la obra vive en el enfrentamiento constante de tres facciones desde hace 10000 años (aquí es donde ya tienes que empezar a dejarte llevar) cada una con sus propias particularidades, pero que en general son dirigidas por Malvados Poderes en las Sombras TM que solo buscan mejorar su posición en esta guerra casi eterna. En los pocos intersticios que quedan sobreviven aquellos que no desean pertenecer a ninguna de las facciones y que incluso se enfrentan a ellas para liberar a los subyugados, aunque consigan ser poco más que molestias temporales para las gigantescas corporaciones. También hay distintos tipos de ser humano con características especiales, como cuatro brazos o capacidades telepáticas, aunque no se explora en demasía esto.
Conoceremos a Rig, la protagonista de esta historia, en plena huida de la facción a la que pertenece con un desarrollo armamentístico que podría cambiar la situación de status quo que existe ahora mismo. Y a partir de ahí, seguiremos sus andanzas.
El libro necesita demasiado de las casualidades y, en general, de la buena voluntad y la suerte de los protagonistas para avanzar, pero salvando este obstáculo (que puede ser excesivo para algunos lectores) la narración fluye de una forma muy agradable. Veremos cómo Rig se ve envuelta primero en una persecución, cómo encuentra una aliada inesperada y cómo se precipitan los acontecimientos desde entonces. Un poco alocado, pero muy divertido.
Me gustaría hacer especial hincapié en las relaciones entre los personajes, desde el amor profundo que tiene Rig por su pareja (que pertenece a una de esas odiadas facciones) a la amistad que surge con Ginka casi de casualidad pero que será pivotal para el desarrollo del libro. El libro tiene algunos interludios que van informándonos del pasado para ofrecernos una visión más completa de la historia y también nos va dando atisbos de la avanzada tecnología que permite el control que algunas de las facciones ejercen sobre sus súbditos, aunque las estrategias de “lavado mental” que se utilizan son más viejas que el campo.
Bluebird es un libro profundamente optimista, y se nota en la sensación de bienestar que deja cuando lo estás leyendo. Quizá no sea la cumbre de la originalidad, pero es más que entretenido y cumple perfectamente su función.