La primera novela de Travis Baldree que leí, Legends & Lattes, me causó una muy buena impresión, en ese estilo de fantasía confortable que en broma di a llamar “libromanta”. Debido al gran éxito del libro y de sus personajes, Baldree también ha escrito una precuela con la misma protagonista, pero al principio de su carrera como mercenaria.
Las sensaciones que despierta el libro son muy similares a las del anterior, pero lo cierto es que resulta menos inmersivo. Hay escenarios similares como la pastelería o la amenaza que pende sobre un pequeño pueblo y por supuesto los personajes y sus relaciones son entrañables, pero quizá el falta ese poso de madurez que con el que Viv afronta sus actos en Legends & Lattes, ausente aquí por el propio momento vital de la protagonista.
Lo que es innegable es que la novela es un canto de amor hacia los libros, tanto como objeto preciado como portal a los mundos más diversos. Viv visitará una librería donde recibirá recomendaciones personalizadas que la harán descubrir (y a nosotros con ella), nuevos horizontes. Me encanta cómo el autor ha logrado plasmar esa sensación que da recomendar un libro y acertar. Los pequeños párrafos de cada obra que podemos atisbar son un poco arquetípicos, pero sin duda era la intención del propio autor que pudiéramos reconocer la novela romántica, la de aventuras… solo con unos pocos párrafos.
Me resulta especialmente entrañable la presencia de una escritora afamada que vive cerca del pueblo y que es Corín Tellado en versión fantástica. O quizá debería modernizar la comparación y hablar de Megan Maxwell.
La narración del audiolibro, del propio autor, es simplemente magnífica. Está especialmente brillante en la caracterización de los personajes más serios y carismáticos, pero en general, es una delicia oírle.
Quizá el hecho de que sepamos que todo lo que se va creando en el libro tiene fecha de caducidad sea lo que provoca menos adhesión hacia la historia en sí. Si se hubieran publicado en orden distinto, es posible que este libro me hubiera llenado más, gracias al incertidumbre de saber qué iba a pasar con la protagonista.