Wings Once Cursed and Bound

En su momento me llamó la atención la cubierta de Wings Once Cursed and Bound y la mención a la mitología tailandesa también le hizo ganar puntos, así que cuando tuve la oportunidad de escuchar el audiolibro de la obra de Piper J. Drake decidí priorizarlo.

Por desgracia, el libro es una acumulación de clichés sobre criaturas sobrenaturales muy occidentales, con la incorporación casual de la kinnaree para darle un poco de exotismo a la historia, que por otra parte es muy convencional.

La protagonista del libro es Peeraphan Rahttana, que en el transcurso de una representación de ballet cae víctima de influjo de unos zapatos mágicos que la harán bailar hasta la muerte, o lo harían, si ella fuera solo humana. Su naturaleza desconocida la protegerá en primer lugar, pero la hará convertirse en el objetivo de varias asociaciones sobrenaturales que buscan hacerse con todos los objetos mágicos del mundo para su protección o para su venta.

La novela gira entorno a la relación romántica que Peeraphan desarrollará con uno de sus perseguidores, casualmente un vampiro atractivo que ha renunciado a alimentarse de la sangre de inocentes. Como digo, el romance, la trama, el desarrollo… son una concatenación de escenas conocidas y bastante simples que no sorprenden para nada. Esperaba algo más de innovación o al menos referencias a algunas criaturas mitológicas más desconocidas, pero el elenco lo componen vampiros, hombres lobos, hadas… nada nuevo bajo el sol.

Los capítulos transcurren en un intervalo bastante corto, pero los personajes principales tienen tiempo de sobra para enamorarse, aunque cualquiera pensaría que un ser inmortal se lo tomaría con un poco más de calma, no sé, algo más de un día para descubrir quién va a ser tu amada por los siglos de los siglos. Eso sí que son capacidades sobrenaturales y lo demás son tonterías.

La labor como narradora de Cindy Kay es muy correcta, pero es que el material de partida tampoco daba para mucho más. Hacedme caso y ahorraros unas horas de vuestra vida no leyendo este libro.

The Bone Shard War

Tenía mucha curiosidad por saber cómo iba a terminar Andrea Stewart su saga The Drowning Empire, que tuvo un comienzo fulgurante y una continuación algo más reposada. He de decir que la autora consigue salir del envite con oficio, cerrando bastante bien las tramas de todos los personajes, aunque en algunos momentos puntuales la historia parece alargarse un poco.

Suele ser bastante difícil equilibrar el tiempo de “presencia en pantalla” de los personajes en las novelas con distintos puntos de vista y The Bone Shard War no es una excepción. En esta ocasión es Jovis el personaje que parece más perjudicado en el reparto de capítulos, pero en general el relato está cohesionado y no destaca especialmente un protagonista sobre los demás.

¿Se contestan todas las preguntas que se habían ido planteando en las otras novelas? Sí, porque la autora pretende cerrar la historia y lo consigue. Desde el origen de las islas a las razones de su hundimiento pasando por tener un conocimiento más profundo de los Alanga. Pero también hay algunos recursos que parecen un poco sacados de la manga, como la existencia de unas legendarias espadas míticas sobre las que pivotarán gran parte de los eventos del libro. No obstante, me gusta especialmente la lucha contra la programación de la que es víctima uno de los personajes, retorciendo el lenguaje con inteligencia para salir airoso de las órdenes recibidas.

He tenido la suerte de escuchar la versión en audio del libro y reconozco que la interpretación conjunta de Natalie Naudus, Feodor Chin y Emily Woo Zeller dota de mucho ritmo a la novela, una experiencia que no sé si será exactamente igual leyendo la novela, porque algunos pasajes pueden parecer repetitivos.

Por supuesto, uno de los mayores puntos de interés de libro es la relación que los personajes van entablando con sus familiares, y ahí he de decir que Mephi se lleva todos los galardones. Es tierno y comprensivo, un dechado de bondad que se va volcando en los demás.

El final del libro es bastante agridulce, sobre todo por las consecuencias que habrán de afrontar los personajes, pero creo que también que es acorde con el desarrollo de la historia.

End of Story

En un futuro tan cercano como el año 2035 la ficción escrita está prohibida en el Reino Unido. Un cambio muy radical, ya que condena al ostracismo a escritores, editoriales… un giro de 180 grados en la vida de Fern, la protagonistas de End of Story, una viuda de mediana edad que de ser ganadora de los premios más prestigiosos de novela pasa a ser una limpiadora anónima acosada por las fuerzas del orden, que no se fían de que haya dejado de escribir como es ley.

Estamos, por desgracia, muy acostumbrados a distopías, pero esta me llamaba especialmente la atención por que la víctima del poder era la ficción, algo sin lo que creo que sinceramente no podría vivir. ¿Toda la vida condenada a leer solo obras de no ficción? Para cualquier lector empedernido como yo, sería peor que la muerte. Y no quiero ni imaginar que sería para los escritores, aunque Louise Swanson lo va plasmando muy bien en este libro.

Desde el principio, hay algo que no me cuadraba en la narración de la historia, quizá el momento temporal o el escasísimo esfuerzo que había tenido que llevar a cabo el gobierno de las Islas para imponer un modelo que supondría la ruina económica de un tejido empresarial muy poderoso. Además, algunos pequeños detalles de la historia no terminaban de encajar. Creo que la autora lo ha hecho ex profeso para hacernos reflexionar sobre estas incongruencias, que serán la puerta de entrada a los verdaderos secretos del libro. Hay que decir que la narración de Sophie Bentinck se adapta como un guante a esa sensación opresiva y claustrofóbica que la autora quería transmitirnos.

Para la resolución de la trama, la autora decide desencadenar una espiral descendente de barbaridades que desestabilizan el sentido común del lector, ya que se enfrenta a políticas de sanidad inaceptables que progresan sin problemas por la legislación. Pero no hay más que mirar a nuestro alrededor para ver que los hechos disparatados a los que hace referencia la autora pueden venir derivados perfectamente de lo que ya está ocurriendo con el NHS, llevado al extremo. Hay un fuerte componente reivindicativo en el libro, sobre todo en materia social.

No quiero entrar más en detalle porque parte de la gracia del libro es ir descubriendo por uno mismo hacia donde nos lleva la narración, pero creo que End of Story es un libro recomendable por su capacidad para inducir la paranoia con los más nimios detalles.

Feed Them Silence

La premisa de esta novela corta de Lee Mandelo me parecía muy atractiva, el uso de una interfaz neuronal para que la investigadora protagonista de la novela pudiera compartir las experiencias de uno de los últimos lobos salvajes, en un entorno de cambio climático y desaparición de las especies. Un contexto similar al que ya vimos por ejemplo en No hay lobos en Tesakowa, pero en un futuro mucho más cercano y con bastante menos espacio para el desarrollo.

La novela tiene dos partes diferenciadas, teniendo cierta relevancia el espacio de estudio y las consecuencias de esta unión neuronal unilateral en la investigadora, que influye en la otra parte de la historia, en la que vemos reflejada su vida doméstica. Es muy llamativo que Sean busque ese sentimiento de pertenencia al grupo en su trabajo y en los lobos, cuando no es capaz de encontrarlo en su vida diaria. Las tensiones constantes con su pareja son un reflejo muy cotidiano de algo que puede suceder con demasiada facilidad cuando dos personas buscan progresar en sus carreras profesionales sin estar dispuestos a hacer concesiones para conciliar su día a día.

La novela es bastante corta y no llega a explorar en profundidad todos estos temas que me parecerían tan interesantes, además de que llega a una conclusión un tanto precipitada a mi entender. Hubiera preferido que Mandelo se explayara más sobre la investigación neuronal pero en las escasas cuatro horas que dura la narración del audiolibro resultaba muy difícil concentrar más información de la que ya se da sin caer en la sobrecarga de datos.

La narración del audiolibro de Natalie Naudus es perfectamente disfrutable, ya que la lectora es capaz de insuflar la frustración de la vida diaria en los diálogos de la pareja.

También me ha interesado mucho la crítica hacia el financiamiento de los estudios científicos, que al depender de capital externo y privado, queda a la merced de los caprichos del capitalismo o del mecenas de turno. No parecen importantes las consecuencias del estudio mientras se puedan obtener réditos económicos.

Creo que buscaré más obras de Lee Mandelo para ver qué tiene que ofrecer.

The Magician’s Daughter

H.G. Parry se va haciendo poco a poco un nombre en el mundo de la fantasía, con novelas como The Unlikely Escape of Uriah Heep o A Declaration of the Rights of Magicians. Con The Magician’s Daughter se adentra en el mercado más juvenil, pero no por ello deja atrás sus características más notables, como el toque dickensiano de sus novelas o la mezcla de magia con el mundo tal y como lo conocemos.

En esta novela la autora se ha restringido a muy pocos personajes que tengan líneas de diálogo, simplificando sobremanera la trama. Estamos en 1912 y la magia ha ido desapareciendo poco a poco del mundo. En un cuidadoso plan para preservarla, el concilio de magos va recopilando cada trazo que sigue existiendo y lo atesoran en sus cámaras, pero esto ha provocado que en el mundo cada vez haya menos casualidades, menos golpes de fortuna y en general se ha vuelto un lugar más gris y desolador. De todo esto no es consciente Biddy, la protagonista de la historia, que se ha criado en una isla mágica protegida del exterior con la única compañía del mago Rowan y su familiar. No obstante, las inquietudes de la adolescencia comienzan a hacer mella y desea salir al exterior para conocer el mundo, a pesar de los riesgos que pueda conllevar. Lo que desconoce es que ella misma guarda en su corazón el secreto que puede permitir que la magia vuelva al mundo… o desaparezca para siempre.

La historia es bastante directa y no se pierde mucho en recovecos, ya sabemos que los malos son muy malos y los buenos estarán dispuestos a todo tipo de sacrificios para que su misión triunfe. La narración del audiolibro, a cargo de Rose McPhilemy, se ajusta de maravilla a la trama, con ese tono un tanto pijo que se puede asociar a la alta sociedad londinense y por ende, a sus representantes en el Concilio de Magos.

Las situaciones de peligro van in crescendo, sobre todo conforme se van descubriendo elementos del pasado que tienen influencia directa en el presente y aunque en ningún momento se llega a ver la tortura en directo, si que hay situaciones bastante peliagudas.

En definitiva, nos hallamos ante una novela de marcado tinte juvenil, entretenida y ligera, para pasar el rato sin muchas preocupaciones ni calentamientos de cabeza.

Wild Massive

Aunque mi primera experiencia con Scotto Moore fue decepcionante, le reconozco la extraordinaria capacidad imaginativa que puebla sus páginas, ya que es capaz de lanzar ideas aparentemente inconexas y conseguir un discurso más o menos coherente. Me lo imagino cogiendo esos dados para crear historias y lanzando toda su colección a la vez para luego meterlo todo en la batidora, a ver qué sale.

En el caso de Wild Massive, el experimento sale bien. Toda la novela se emplaza en un edificio de dimensiones desconocidas, en el que cada piso es un reino distinto, a los que se va accediendo por los ascensores. Es un multiverso ad hoc, para uso y disfrute del autor. Moore utiliza mucha tecnojerga para darle una pátina de ciencia ficción pero estamos ante una novela claramente fantástica, donde la magia tiene un importante papel en el desarrollo de la trama. También lleva a cabo un juego metaficcional interno, ya que en los parques de atracciones en los que se desarrolla gran parte de la novela también se está ficcionando eventos que ocurrieron realmente en el pasado, dando lugar a una reconstrucción de la realidad de la mano de la ficción. Es un “la historia la escriben los vencedores” supervitaminado.

Desde luego, hay que entrar en el juego del autor desde el principio y encender la suspensión de la incredulidad para poder disfrutar de una novela tan alocada como esta. Y eso que, a pesar de todo, también tiene sus mensajes contra el totalitarismo y en general contra las intervenciones armadas, pero todo se diluye un poco ante el aluvión de cosas sorprendentes que nos bombardean desde cada página (máquinas del tiempo portátiles, poderes psíquicos, adivinación del futuro al escribir un diario, cambiaformas… por poner unos ejemplos).

La labor de la lectora del audiolibro, Suzy Jackson, es encomiable, dando voz propia a la panoplia de personajes que desfilan por sus páginas y sin dejarse llevar por la vorágine en la que se convierte en ocasiones el libro.

Es difícil condensar una novela tan repleta de contenido como es Wild Massive y no engañaré a nadie si indico que hay que entrar en su juego para poder disfrutarla. Así que, si te apetece leer algo bastante alocado, que en ocasiones recuerda a Jasper Fforde desatado, este es tu libro.

Frontier

A veces los esfuerzos publicitarios que se hacen en el mundo editorial confunden más que ayudan en la promoción de los libros. Frontier, para mí, es claramente un western crepuscular situado en el futuro, en una Tierra abandonada a su suerte por el imperio galáctico y manejada a su antojo por una religión obcecada en la antigua grandeza del planeta. Pues nada de esto aparece como tal en la publicidad, haciendo referencias a Becky Chambers o Sam J. Miller, grandes escritores sin duda pero que no parecen un referente especialmente acertado.

Las elecciones que hace para llevar a cabo la narración de su historia Grace Curtis pueden ser bastante controvertidas. El hilo conductor de la historia, es la búsqueda de una persona. Pero la autora decide no identificar a la buscadora y contar el viaje a base de retazos de historias donde este personaje no es la protagonista. Así consigue una sensación de extrañeza y un alejamiento que no sé si es lo que más le conviene a la historia, pero que es muy llamativo. Muy del estilo del tropo del forastero que llega a la ciudad y no deja de encontrarse problemas.

Las distintas situaciones en las que se va encontrando la extraña son descorazonadoras y bastante representativas del escenario planteado. Una Tierra abandonada, con las consecuencias del cambio climático, con una religión sectaria y unos representantes de la ley abusivos. En general el tono de la novela es bastante triste.

La labor de la narradora del audiolibro es encomiable. Lauryn Allman consigue impregnar toda su locución de ese tono nostálgico y desesperanzado que es la base de la novela.

El último tercio de la novela cambia los recursos que se estaban utilizando, algo que puede ser demasiado tardío para quien no haya conectado con la novela desde el principio y descolocar a quien si haya entrado en el juego. De nuevo, una decisión arriesgada por parte de la autora. A mí personalmente esta parte final es la que más me ha convencido, pero puedo entender perfectamente que algún lector no haya llegado al final del libro por las sensaciones de lejanía que se provocan en los dos primeros tercios.

Frontier es una novela melancólica en la que resulta difícil entrar. Atrevida en su planteamiento, recuerda en algunos momentos a Cántico por Leibowitz y a Stark Holborn, pero con un camino propio.

The Seven Moons of Maali Almeida

Pienso que es bueno salirse de las lecturas más habituales de nombres conocidos para encontrar obras que nunca esperábamos que nos fueran a impactar. Es por esta razón que decidí darle una oportunidad a The Seven Moons of Maali Almeida, esperando una historia con algo de fantasía, pero Shehan Karunatilaka utiliza este recurso solo para mostrarnos la convulsa historia política de Sri Lanka el siglo pasado, sin ahondar mucho en la parte no realista de su historia.

Maali Almeida es un reconocido fotógrafo de guerra que muere en circunstancias que no se aclararán hasta muy avanzado el libro. Según le informan en la ajetreada sala de espera de la muerte, dispone de siete lunas para arreglar sus asuntos pendientes y pasar al más allá. No es muy original el planteamiento, parece un poco la secuela de Ghost aunque sí que me parece divertido las trabas burocráticas que conforman gran parte de las escenas de Maali en la antesala de su futuro definitivo.

Maali no sabe quién le mató si es que lo hicieron, pero sospecha que está relacionado con las fotografías de guerra que ha hecho a lo largo de los años donde expone las corruptelas y la crueldad de aquellos que están en el poder o de los que luchan por arrebatárselo. Afortunadamente, hay unos cuantos párrafos dedicados a explicar la sopa de letras que conforman todas las siglas de las distintas facciones enfrentadas.

Para una total desconocedora de la historia de Sri Lanka como soy, The Seven Moons of Maali Almeida sirve para conocer un poco los tejemanejes de las grandes potencias en la isla, que tras sufrir su pasado colonial tampoco salió muy bien parada tras los acuerdos de 1948. El hecho de tener tan cerca un vecino tan poderoso como India tampoco sirve para su “tranquilidad espiritual”.

Hay otro aspecto que define al protagonista de la obra, su homosexualidad encubierta. Es algo que le define intrínsecamente, pues tener que ocultar su naturaleza le obligará a mantener tan solo relaciones esporádicas con la inestabilidad que conlleva.

La novela está bastante bien escrita y resulta interesante, pero como digo su encuadre en el género fantástico es poco más que casual, por la necesidad de tener un instrumento que le permita relatar los sucesos de su vida pasada. Si en vez de hablar de fantasmas nos refiriéramos a viajes en el tiempo o alguna otra añagaza del estilo, el libro tampoco sufriría demasiados cambios.

En cuanto a la narración en audiolibro, obra de Shivantha Wijesinha, me parece correcta, pero tampoco me ha entusiasmado. Es cierto que el libro se me ha hecho un poco largo aún sabiendo que solo iba a extenderse durante siete lunas, porque mi capacidad de absorber horrores de la guerra tiene cierto límite.

Monstruos ordinarios

Sentía mucha curiosidad por este libro, pero la verdad es que su longitud me echaba un poco para atrás. Cuando vi que estaba en audiolibro en español, empecé a escucharlo y he de decir que aunque al principio me echó un poco para atrás que estuviera en español sudamericano (creo que el acento es mejicano, pero no tengo tanta pericia auditiva como para afirmarlo), en realidad no ha supuesto ningún problema, salvo algunos usos del idioma que suenan algo raros a un hablante español.

Monstruos ordinarios es una novela de fantasía muy oscura, con sus toques de terror y escenas realmente macabras, pero a pesar de que todo esto no suele ser plato de mi gusto, la novela sí que me ha convencido totalmente. El hecho de situar a personas con talentos especiales en el siglo XIX ya ha sido utilizada con anterioridad (sin ir más lejos, por Alan Moore), por eso JM Miró prefiere cargar las tintas en la descripción del entramado mágico de su mundo y sobre todo, en un elenco de personajes con vidas tortuosas y pasados terribles.

Se trata de un libro coral, al que se le podría quizá poner como defecto la gran extensión y tal vez la parsimonia y el detalle con que se describe cada escena, aunque lo cierto es que no tiene problemas de ritmo y una vez que se entra en la ambientación, se disfruta cada momento. Por cierto, hay que tener en cuenta que es la primera parte de una trilogía, así que aunque se puede disfrutar de la lectura como un todo, no deja de ser verdad que algunas de las tramas quedan abiertas para las siguientes entregas.

Como decía, quizá lo más importante de la obra son los personajes que pueblan sus páginas, desde los chicos cuya búsqueda y rescate acaparan las primeras decenas de páginas hasta los adultos y otros talentos ya más establecidos que conforman las dos últimas terceras partes de la novela. Miró hace una exposición descarnada de la condición humana, sin poner trabas a la maldad del racismo, el clasismo, la explotación infantil… todas las historias del pasado de los caracteres están plagadas de dolor y sufrimiento, pero son totalmente verosímiles aún con la existencia del factor sobrenatural. Niños de 9 años trabajando como deshollinadores que quedan atrapados en las chimeneas, ratas de teatro que a cambio de los restos de la comida de la compañía de actores trabajan de solo a sol, artistas de circo que muestran sus peculiaridades ante un público sediento de novedad…

El autor, que como vemos no nos protege de las consecuencias del terror ordinario, lo hace aún menos con las del terror sobrenatural. Seremos testigos de la creación de gigantes de carne con trozos de cadáveres, de desmembramientos a manos de monstruos no muertos y de muertes de infantes para saciar el ansia de otros monstruos. No es un libro que se recree en el gore, pero desde luego no le hace ascos.

La trama, que en un principio podría parecer más simple de lo que es en realidad (estos son los malos y estos son los buenos) en realidad oculta planes y paradojas que iremos conociendo poco a poco en el despliegue de capítulos. Se me hace raro en la traducción que Alejandro Romero Álvarez haya preferido dejar bastantes términos en el inglés original, siempre he pensado que la tendencia en la traducción es “castellanizar” todo lo posible (que me disculpen los traductores si estoy equivocada). El caso es que casi todos los elementos que forman parte del “otro mundo”, mantienen sus nombres en inglés en esta ocasión.

La narración del audiolibro por parte de Santiago Padilla es muy buena, adaptándose en cada momento al personaje del elenco al que está encarnando.

Sin duda, recomiendo la lectura de la obra, pero sabiendo a lo que nos veremos expuestos.

Moral Code

Comencé a escuchar el audiolibro de Moral Code sin muchas expectativas porque los autores me eran desconocidos, pero el tema de las inteligencias artificiales me atrae mucho, sobre todo aplicado a un futuro muy cercano como es el caso. Además, se hace hincapié en el aspecto ético de la creación y el uso de este tipo de inteligencias, algo de lo que ya nos da pistas el título del libro, que me parece muy pero que muy adecuado.

El comienzo es bastante prometedor, ya que conoceremos a Keira, una ingeniera que ha desarrollado su propia IA, llamada Elly. Cuando estaban desarrollando una labor humanitaria se encuentran en una situación límite por un terremoto y ahí da comienzo la relación de ambas con Roy Brandt, el desarrollador de unos nanorobots que en secreto realizan tareas de salvamento… y otras muchas cosas.

Tras este encuentro casual y muchas conversaciones, Keira y Roy se dan cuenta de que si unen sus fuerzas conseguirán mejorar mucho los nanorobots, sobre todo con el MoralOS, el sistema operativo que sirve como brújula moral para Elly pero que es aplicable en otros entornos.

Como veis, la premisa es muy interesante, pero el libro se va diluyendo poco a poco. Primero, porque hay cierta ingenuidad en las ideas que se van exponiendo, pero también porque no se entra en mucha profundidad en las bases de todo el andamiaje ético. ¿Cómo se define la moralidad? En un momento nos dicen que se han tenido en cuenta muchas religiones, filosofías… pero queda todo un poco en el aire. Y la verdad, me cansa un poco el punto de vista totalmente occidental de todos los libros que he leído que tratan este tema (esto probablemente es culpa mía, de mis sesgos de lectura). Sin ir mucho más lejos, en la Hispacon tuve la oportunidad de asistir a una charla sobre el ghost japonés, esa alma que se atribuye a todas las cosas en el mundo que cambiaría totalmente la percepción de lo que es una inteligencia artificial.

Aunque esta inocencia ingenua es el problema de fondo, también hay otros elementos que me hicieron bajar un poco la apreciación del libro. Por ejemplo, el maniqueísmo para distinguir a los “buenos” de los “malos”, la creencia de que las agencias gubernamentales estadounidenses iban a utilizar esta tecnología punta solo y exclusivamente para el bien y el empecinamiento de la protagonista con que la defensa de los niños ha de ser la principal prioridad de cualquier ser moral. El libro es entretenido, pero no rompedor.

La narración de Veronica Pace es muy correcta, pero le falta un poco de alma. Es posible que mi opinión se haya visto influida por la pequeña decepción que ha supuesto el desarrollo del libro, que tenía unos buenos mimbres para su desarrollo pero que ha acabado siendo uno más del montón.