Se ha desvelado cuál será la cubierta de Reventant-X, la segunda entrega de la serie Red Space de David Wellington. Orbit la publicará en noviembre de este mismo año.
La cubierta tiene diseño de Sean Garrehy y Ellen Rockel:
Lecturas de ciencia ficción y fantasía
Se ha desvelado cuál será la cubierta de Reventant-X, la segunda entrega de la serie Red Space de David Wellington. Orbit la publicará en noviembre de este mismo año.
La cubierta tiene diseño de Sean Garrehy y Ellen Rockel:
Se ha creado muchísima expectación alrededor de esta obra, porque las dos figuras involucradas en su creación son conocidísimas en sus respectivos ámbitos. No voy a venir aquí a descubrir ni a Keanu Reeves ni a China Miéville así que centrémonos en la novela, que es lo que nos interesa.
Aunque he hablado con otras personas con buen criterio a las que les ha gustado, para mí ha sido una decepción. La idea de la que parte es sencilla, pero podría haber dado mucho más juego de lo que ha acabado ofreciendo. ¿Un guerrero inmortal que campa a sus anchas por la Tierra con todo el conocimiento de miles de años acumulado? Puedes escribir de lo que quieras, escoger el tiempo histórico que más te apetezca, dejar volar tu imaginación… Y sin embargo, la historia está constreñida a la época actual, con algún que otro flashback al pasado que no hace si no dejarnos la miel en los labios con lo que podríamos haber tenido.
En cuanto al estilo de escritura, pues es muy sobrecargado como parece ser el marchamo de Miéville. No pongo en duda su extraordinaria capacidad para epatar con cada frase y sus vastos conocimientos de historia y otras especialidades, pero en serio, no necesito que me lo recuerde en cada párrafo. Circula por ahí una frase que hay que echarle de comer aparte, pero en general el libro no es para nada fácil de leer. Si a esto le añadimos que la historia no consigue ser interesante durante gran parte de su desarrollo, pues nos encontramos ante un panorama bastante desolador.
El último tercio del libro remonta, cuando las revelaciones sobre los misterios tras la figura del inmortal cobran cierto sentido pero creo que es demasiado tarde para que la novela se sostenga. Tal vez la ficción weird no sea lo mío, pero creo sinceramente que esta obra se queda a medio camino de muchos sitios sin llegar a decidirse por ninguno.
Y a todo esto, no he hablado nada de uno de los principales protagonistas de la novela, tanto que es la imagen de la cubierta. Y es que la némesis del protagonista es un cerdo inmortal. No es broma para nada, tenía preparada una serie de frases jocosas al respecto (que si no le llegaba nunca su san Martín, que si los autores siguen a rajatabla lo de que del cerdo se aprovechan hasta los andares…) pero al final solo me parece un ejemplo más del desperdicio de imaginación que ha dado lugar a la novela. ¿Te inventas un animal supuestamente irracional que persigue al protagonista a través del tiempo y la única importancia que recibe es lo mucho que le crecen los cuernos?
No puedo recomendar un libro con el que no he llegado a conectar en ningún momento.
Tras la refrescante These Burning Stars, muchos teníamos echado el ojo a su continuación, On Vicious Worlds, de la que os traigo sinopsis y cubierta. Orbit publicará la novela el 15 de octubre, así que todavía tenéis tiempo para leer el primer volumen.
Esta es la sinopsis:
The Jeveni are closer to freedom than ever before, a concept few could have imagined before Chono and Six became the faces of a revolution.
But whether the Jeveni are revolutionaries or refugees depends on who you ask, and while many see their colony as the ultimate freedom from The Kindom, another group rises, growing more resentful by the day.
But the Jeveni colony is fragile, protected only by a set of eleven keys disputed to the most trusted members within the council. Somehow, the Kindom has got its hands on one, and the informant is closer than even Six could predict.
Mi traducción:
Los Jeveni están a punto de conseguir su libertad, un concepto que pocos podrían haber imaginado antes de Chono y Six se convirtieran en los rostros de la revolución.
Pero distinguir si los Jeveni son revolucionaros o refugiados depende de a quién le preguntes y mientras que algunos ven su colonia como el último refugio ante el Kindom, otro grupo se alza, cada vez más resentido.
La colonia Jeveni es frágil, protegida tan solo por un conjunto de once llaves que guardan los miembros más reputados del concilio. De alguna manera, el Kindom ha logrado hacerse con una y su informante está más cerca de lo que Six pudo predecir.
Esta es la cubierta, con diseño de Alexia E. Pereira e ilustración de Thom Tenery :
Tras disfrutar de la siempre estupenda charla de Adrian Tchaikovsky en el Celsius, de la mano del acertado Borja Bilbao, me di cuenta de que me faltaba por leer uno de sus libros publicados este año. Y digo uno porque es muy difícil estar al día con la cantidad de cosas que publica, así que ya ni os cuento cómo sería recuperar su obra menos reciente.
Saturation Point es una novela corta que habla de muchos temas desde una perspectiva biológica, cada uno más interesante y, por desgracia, pesimista que el anterior. El libro se narra desde el punto de vista de la doctora Jasmine Marks, que dos décadas atrás sobrevivió a un estudio en la Zona, una creciente extensión de terreno en el ecuador con unas condiciones de humedad y calor tan extremas que imposibilitan la vida de cualquier animal de sangre caliente. Tras esta traumática experiencia, vuelven a requerir sus servicios en una misión de rescate en la Zona.
Creo que he disfrutado tanto de la obra ayudada por la narración impecable de Emma Newman, que ya ha colaborado con Tchaikovsky en otros audiolibros como Guns of Dawn y que sin duda se perfila como una de las narradoras más atractivas del mundillo. La elección de la voz y el tono, la emulación de situaciones reales como un ataque de ansiedad y en general, su desempeño en la interpretación, sitúa la producción del audiolibro en un nivel muy alto.
En cuanto a los temas que trata el autor en el libro, quizá el más evidente es el cambio climático y cómo la adaptación al medio puede llegar a resultar insuficiente. Y la evolución, forzada o no, siempre se ha caracterizado por dejar atrás los experimentos fallidos. Es por esto que Saturation Point recuerda a otras obras como To be Taught, if Fortunate aunque con una aproximación muchísimo más pesimista y no sé si sería justo decir realista. También tiene ciertas similitudes con la obra de Derek Künsken, que explora las posibles evoluciones del ser humano con sus homo quantum, homo eridanis…
Otra cosa que hace Tchaikovsky tiene mucho mérito también, pues en apenas 5 horas de audiolibro es capaz de explicarnos de una manera amena y educativa el funcionamiento de los sistemas de liberación del calor en los animales y la posible evolución de la creación de proteínas en los incorrectamente nombrados seres de sangre fría, sin por ello sobrecargar el ritmo de la historia.
Aunque la elección del punto de vista y del narrador me parece acertada, es cierto que a veces se nota cierto apresuramiento en el relato, como si de repente el escritor se diera cuenta de que lo que tiene que presentar es una novela corta y no un tocho de 1000 páginas. Esto ocurre solo en momentos puntuales y es fácilmente perdonable. Me cuesta más aceptar la perfecta intercambiabilidad de los personajes secundarios, diseminados al azar por la Zona para dejar patente el nivel de amenaza de la propia naturaleza. Supongo que esto está directamente relacionado con la longitud de la obra. No es un impedimento para el disfrute y ni siquiera llegar a ser una crítica es tan solo un comentario.
En definitiva, creo que el audiolibro Saturation Point es una lectura estupenda, pero también reconozco que quizá leerlo en plena ola de calor no fue la decisión más acertada. A lo mejor en otoño hubiera sido menos asfixiante.
Me gustaría creer que estoy más o menos al día del mundillo de la ciencia ficción y fantasía, pero no es cierto. Por eso, cuando cogí para leer Full Speed to a Crash Landing lo hice más por la sinopsis y la longitud, que prometían diversión y poco tiempo de compromiso de lectura más que por el nombre de la autora, Beth Revis, que francamente no me sonaba de nada. Me alegro mucho de la labor desempeñada por la publicista que ha conseguido despertar mi atención, porque es un libro con el que me lo he pasado genial y además he descubierto a una autora muy prolífica que probablemente me acompañe en el futuro. Luego ya decidiremos cuántos latigazos recibo por no conocerla, porque está traducida al español, ha publicado libros de Star Wars… vamos, que shame on me.
Full Speed to a Crash Landing está escrita en una divertidísima primera persona que hace que devores sus páginas. La protagonista es Ada Lamarr (admito que con el nombre Revisa no ha estado sutil, lo que se dice sutil) que comienza la aventura a punto de morir por la despresurización de su nave y que acaba siendo rescatada por una tripulación que tiene una importante misión, de la que no quieren hacerla partícipe. ¿He oído narrador no confiable en el fondo de la sala? Pues os felicito, porque es así.
A lo mejor la sutileza no es la principal característica de esta novela, porque sabemos desde un principio que Ada no pasaba por allí de casualidad. Como gran parte del libro, excepto las últimas páginas, está narrada con su voz, sabemos todo lo que pasa por su cabeza y que hay algo que no cuadra del todo. Pero da igual, porque es muy divertido.
Es el comienzo de una trilogía y es una novela corta, por lo que la construcción del mundo no está todo lo trabajada que quizá nos gustaría, pero entiendo que el escenario se irá poblando en las siguientes entregas. También tiene su parte de romance, pero es más sobre la atracción que sienten los personajes entre ellos que lo que se podría considerar una relación más asentada o incipiente.
Full Speed to a Crash Landing me ha parecido una excelente introducción para un mundo en el que quedan muchas cosas por contar.
La primera vez que oí hablar de Extremophile a Ian Green enseguida pensé, este libro lo tengo que leer. Y es que últimamente las mayores alegrías en el campo de la ciencia ficción me las estoy llevando con los autores que especulan con la biología, justo lo que Ian, con su doctorado en epigenética clínica (que he tenido que buscar lo que es porque una da para lo que da) lleva al extremo en esta novela.
Nos encontramos ante una novela de futuro cercano, situada temporalmente en Londres el 2043, pero un Londres asolado por el cambio climático y un 2043 que no dan muchas ganas de llegar a vivirlo. El mundo se divide en facciones, los verdes que creen que todavía hay posibilidades de salvarlo, los azules que solo buscan su propio beneficio y los negros que ya lo han dado todo por perdido. La protagonista de la historia es Charlie, una biohacker punk que lo mismo te da un concierto de lo más hardcore que te crea un sistema experto que es la envidia de muchos científicos (ya sé que el término sistema experto está muy denostado, pero es el que se utiliza en la obra). Un grupo extremo de los verdes se pone en contacto con ella para cumplir tres misiones, muy a lo Héroes: Kill the Ghost, steal the flower, save the world.
El resto es un libro con acción desenfrenada, manipulaciones genéticas extremas, malos muy malos y punk. Green da muestras de una imaginación malsana cuando vemos las perversiones que los genetistas son capaces de llevar a cabo si el precio es el adecuado, estamos hablando de virus que consigue que se licuen todas las células del cuerpo y no es, ni por cerca ni orilla, lo más depravado de lo que seremos testigos.
Ciertamente la prosa no es de lo más pulido del libro, con algunas reiteraciones cansinas en algunas palabras, pero creo que el interés creciente en la trama y en la resolución final de los conflictos hace que se pasen por alto estos defectos, así como algo del maniqueísmo de los personajes.
El cambio entre puntos de vista está bastante equilibrado, si bien Charlie se puede considerar la protagonista del libro, el resto de personajes también van aportando su granito de arena a la narrativa. Me atrae especialmente el personaje The Mole (¿la topa?) con un pasado aterrador, a la que se le impusieron unos cambios tan radicales que se aleja de la especie humana. Simplemente fascinante.
Además, la crítica a la sociedad corporativa hipervitaminada que solo busca el beneficio es de flagrante actualidad, con atisbos hacia el futuro al que se encamina la propiedad intelectual y la investigación científica. Aunque el libro intenta insuflar algo de optimismo en el nuestro futuro, la lectura del capítulo final recuerda demasiado al final de una de las obras maestras de Disch, no indicaré cual.
Aunque Elizabeth Moon tiene una extensa producción de ciencia ficción militarista, lo cierto es que yo la conozco por esa absoluta maravilla que es La velocidad de la oscuridad, ganadora en su momento del Nebula. Con la publicación en audiolibro de Cold Welcome vi el camino expedito para adentrarme en su obra más conocida.
Este volumen sirve como comienzo de una nueva serie protagonizada por Kylara Vatta, a la que deberíamos conocer por sus apariciones en sagas anteriores. Moon se cuida mucho de que esta novela sea un punto de acceso fácil y seguro al resto de su obra y aunque hay referencias a otras situaciones anteriores que sin duda se pueden considerar spoilers, Cold Welcome es perfectamente disfrutable sin tener el bagaje de lecturas anteriores.
La narración en audiolibro de Carrie Coello se ajusta a una historia de supervivencia e intriga que la autora nos muestra. Quizá no sea especialmente emotiva, pero sí es muy adecuada para el entorno frío y peligroso en el que se desarrolla la aventura.
El problema que tengo con el libro, si es que se puede decir que sea un problema, es que destaca más su parte militar que su parte de ciencia ficción, un poco como me pasaba cuando leía a Michael Mammay. Por supuesto que tiene elementos que serían difícilmente justificables en un entorno que no fuera de ciencia ficción, pero el meollo del asunto, que es la supervivencia en condiciones extremadamente desfavorables, te la puedes imaginar perfectamente en un desierto helado terrestre.
Una de las cosas que más me ha interesado de la lectura es la puerta abierta que deja a la especulación sobre el origen de las estructuras que se encuentra Kylara y su grupo en su periplo. La explicación de la terraformación de muchos planetas a cargo de desconocidos me atrae irremediablemente, se me ocurren explicaciones variadas pero me gustaría saber qué idea tiene la autora en mente.
En cuanto a la conspiración política que da origen al gélido viaje de Vatta, parece demasiado obvio a la vista del lector. Sin entrar en muchos detalles, la importancia que se le da a los trajes de seguridad para un descenso a priori rutinario no es demasiado sutil y hay otros detalles que son muy exagerados para que no nos quepa duda de que hay una conspiración. Normalmente prefiero mis conspiraciones más diluidas, agitado pero no removido, gracias.
Cold Welcome cumple lo que promete, es un ejemplo perfecto de ciencia ficción militarista con especial énfasis en el cumplimiento de órdenes y la jerarquía militar.
Como cada año John Joseph Adams acompañado de un autor famoso, en este caso Hugh Howey, nos trae los mejores relatos publicados por autores estadounidenses.
Estos son los relatos seleccionados:
También tenemos la cubierta:
Creo que una de las razones por la que la ciencia ficción es mi género favorito es por su capacidad de denuncia del mundo actual, exponiendo situaciones que en principio parecen extremadamente exageradas, pero que no son más que extrapolaciones del estado actual de las cosas. También por el sentido de la maravilla que encuentras en cada página, por la imaginación desbordada de los autores… y paro porque si no, no hablo de Service Model hasta el año que viene.
En esta ocasión Adrian Tchaikovsky utiliza la figura del narrador demasiado confiable, en contraposición del no confiable, dándole al recurso una vuelta de tuerca. Charles es un robot ayuda de cámara y como tal está preparado para llevar a cabo una cierta lista de tareas para su señor, sin salirse de ellas ni razonar si son necesarias o no. Como toda la novela está pasada por el tamiz de sus ojos (lentes) y sus sentidos, el libro tiene cierta lógica interna que acaba resultando exasperante para un lector que ve las contradicciones de esta forma de vida. El escritor utiliza una y otra vez este recurso para exponer de forma descarnada los problemas de una sociedad que ha caído en el ombliguismo, siendo desesperante en general y en ocasiones incluso diría que tedioso. Pienso que un poco de recorte en las páginas le hubiera venido bien a la novela, que remacha en demasía su mensaje, como un brazo robótico mal calibrado que acaba destrozando su banco de trabajo por exceso de celo (más bien, por mala programación).
La serie de situaciones por las que va pasando Charles una vez se ve obligado a salir de su zona de confort son cada vez más rocambolescas, pero la progresión aritmética con la que van avanzando resulta tranquilizadora, como la lenta subida de la temperatura del agua en la que acabarán muriendo las proverbiales ranas. El humor de Tchaikovsky es bastante seco en este viaje iniciático, pero afortunadamente está presente, con momentos memorables como el uso del brazo para indicar las figuras retóricas a los robots, incapaces de comprender cuándo una pregunta necesita respuesta y cuándo no.
El británico no se esconde a la hora de mostrar los referentes en los que se ha basado para algunos capítulos, o al menos no se esconde “mucho”. KR15-T, K4FK-R, 4W-L, 80RH-5 y D4NT-A son anagramas fácilmente reconocibles para cualquier lector que quiera entrar en el juego.
Recomiendo encarecidamente esta crítica social envuelta en ciencia ficción de futuro cercano, si bien la forma elegida para narra la historia puede llegar a ser cansada en ciertas ocasiones.
En el mercado anglosajón, AdrianTchaikovsky es más reconocido por su obra de ciencia ficción que de fantasía. Así que no es de extrañar que se haya anunciado la publicación de Shroud, una novela de primer encuentro y supervivencia que Tor publicará el 27 de febrero del año que viene.
Esta es la sinopsis:
New planets are fair game to asset strippers and interplanetary opportunists – and a commercial mission to a distant star system discovers a moon that is pitch black, but alive with radio activity. Its high-gravity, high-pressure, zero-oxygen environment is anathema to human life, but ripe for exploitation. They named it Shroud.
Under no circumstances should a human end up on Shroud’s inhospitable surface. Except a catastrophic accident sees Juna Ceelander and Mai Ste Etienne doing just that. Forced to stage an emergency landing, in a small, barely adequate vehicle, they are unable to contact their ship and are running out of time. What follows is a gruelling journey across land, sea and air. During this time, Juna and Mai begin to understand Shroud’s dominant species. It also begins to understand them . . .
If they escape Shroud, they’ll face a crew only interested in profiteering from this extraordinary world. They’ll somehow have to explain the impossible and translate the incredible. That is, if they make it back at all.
Mi traducción:
Los nuevos planetas son terreno abonado para los aprovechados y los oportunistas interplanetarios así que cuando una misión comercial a una estrella distante descubre una luna totalmente negra, pero plena de radioactividad, junto con su alta gravedad, alta presión y cero oxígeno la convierten en terreno vedado para la vida humana, pero perfecto para explotarlo. La llaman Shroud.
Bajo ninguna circunstancia un humano debería acabar en la inhóspita superficie de Shroud. Excepto un accidente catastrófico como el que sufren Juna Ceelander y Mai Ste Etienne. Forzadas a un aterrizaje de emergencia en un vehículo pequeño apenas adecuado, no pueden contactar con su nave y se les agota el tiempo. Lo que seguirá a continuación es un agotador viaje a través de tierra, mar y aire. Durante este tiempo Juna y Mai empiezan a comprender a la especie dominante de Shroud, que también comienza a entenderlas a ellas…
Si escapan de Shroud se enfrentarán a una tripulación interesada tan solo en aprovecharse de este mundo extraordinario. De alguna tendrán que explicar lo imposible y traducir lo increíble. Por supuesto, si consiguen salir vivas.
Esta es la cubierta: