The shadow now

The-Shadow-Now-FeatureDynamite lo ha vuelto a hacer. Ha tomado un personaje de la edad de oro del cómic y lo ha rejuvenecido y adaptado a los tiempos modernos, como ya vimos con Black Bat.

El guionista David Liss y el dibujante Colton Worley consiguen revitalizar la figura de Lamont Cranston y son respetuosos con el ambiente noir propio de la serie.

Lo primero que llama la atención es el cuidadísimo aspecto gráfico de la obra, con un dibujo foto-realista. Tanto, que a veces se nota cierta rigidez en las posturas, sobre todo en las escenas de acción. Me recuerda a Alex Ross (salvando las distancias), pero cuando se abusa de la pose parece una fotonovela de otros tiempos. Para solucionar el problema, Worley apuesta por una distribución de viñetas alternativa que en ocasiones no se adapta a la lectura en formato digital. Los colores apagados salvo ciertos tonos de rojo intenso no hacen si no acentuar el aire a novela negra hardboiled que se desprende de toda la obra.

El guión es correcto, aunque no es la primera vez ni la única n la que veremos una lucha entre sindicatos mafiosos para controlar el flujo de dinero de los negocios criminales. Me gusta la idea de que los descendientes de The Shadow “original” colaboren en la red creada por Cranston para controlar a los criminales, pero su archienemigo recuerda demasiado a Ra’s al Ghul (es posible que la influencia sea al revés, pero no conozco tanto al personaje como para afirmarlo).

También hay ciertos fallos clamorosos, si se va la luz en toda la ciudad es poco creíble que los teléfonos móviles sigan funcionando (alguien tendría que explicarles a los autores el concepto de “estaciones base”) y los poderes telepáticos casi de quita y pon tampoco me hacen gracia.

En definitiva, aunque no me ha gustado tanto como Black Bat, se trata de una lectura aconsejable si te gusta su aspecto noir.

Judas – The last days

judasTan extraño que no sé ni cómo empezar esta reseña. Ésa es la impresión que me ha quedado tras leer Judas The last days un tebeo tan irreverente como provocador, que se encontraba totalmente fuera de mi zona de confort y del que, sinceramente, no sé si he entendido el mensaje.

Tanto Judas como los Apóstoles y algunos otros personajes son inmortales y vagan por el mundo buscando nuevas experiencias, algo bastante difícil tras 2000 años de vida. Judas busca la forma de morir ya que le corroe el arrepentimiento por sus actos.

Aunque la premisa pueda parecer interesante, la continuidad de la narración no me ha gustado en absoluto. Las depravaciones de las que somos testigos, la crueldad, la búsqueda del siguiente colocón… no son plato de mi gusto. Ni siquiera me ha parecido un tebeo bien dibujado, la proporción de las figuras humanas dejaba bastante que desear y el color tampoco era su punto fuerte.

No puedo recomendar una obra tan extraña que ni siquiera sé cómo clasificar.

Star Mage

starmageHacía tiempo que no me encontraba con una acumulación tal de tópicos de la literatura infantil y juvenil. En este cómic, que pretende aprovechar el rebufo de las historias de Harry Potter aunque un poco tarde, nos encontramos obviedades tales como el destino manifiesto del adolescente que desconoce sus verdaderos orígenes, la traición familiar o el poder innato. Nada nuevo bajo el sol, aunque como estamos hablando de un imperio galáctico, quizá el la estrella que alumbra no sea nuestro viejo conocido.

Podría seguir con más despropósitos de la historia, como dejar a alguien que tiene que ocultar su identidad sin la más mínima protección frente a una raza con poderes telepáticos y cosas así, pero no merece la pena.

Tampoco se salva mucho un apartado gráfico que, aún siendo correcto, abusa del photoshop y de los fondos repetitivos con un color muy plano. Se busca el efectismo con rayos y brillos, pero no consigue llamar la atención.

Al mismo tiempo que este Star Mage, estaba leyendo Los hombrecitos. Increíble cómo un tebeo con casi cincuenta años destinado a un público similar al de éste del que hablamos consigue transmitir mucho más, con una premisa simple pero con un guión más cuidado y unos dibujos infinitamente más expresivos en su sencillez.

Dresden Files : War Cry

dresdenfilesLos libros que he leído de la saga de Harry Dresden quizá no destaquen por su prosa o su originalidad, pero lo que no se les puede negar es la acción a raudales y la capacidad de entretenimiento de sus historias. Este cómic cumple sobradamente con estas características.

Es importante tener en cuenta que la acción que se relata en estas páginas se sitúa temporalmente tras el séptimo libro de la serie, por lo que no lo recomendaría como punto de entrada en las historias de este detective mago, ya que pone de manifiesto algunas de las tramas de los libros anteriores.

Una vez hecha esta importante aclaración, podemos pasar a hablar de la historia en sí. Prácticamente toda la acción está confinada en un pequeño espacio, ya que durante los cinco números que recopila War Cry asistimos al asedio de una casa por parte de los miembros de la Red Court. Los únicos defensores que se interponen entre los atacantes y aquello que está oculto en la casa son Harry y unos jóvenes miembros del Council. Parece una batalla perdida de antemano, pero la capacidad de sacrificio del mago y sus acompañantes pueden inclinar la balanza del lado del bien.

El apartado gráfico de Carlos Gómez acompaña de manera excelente la acción narrada en el guión de Butcher. Los enfrentamientos mágicos o no son visualmente espectaculares y el ritmo no decae en ningún momento. En algunas escenas me ha parecido detectar una cierta tendencia al estilo de dibujo japonés, pero no sé si es algo connatural al dibujante, al que no conocía con anterioridad. Especialmente me llaman la atención la plasticidad de las escenas con armas de filo (espadas, dagas…)

Si eres fan de la saga de Dresden este cómic no debería faltar en tus vitrinas y si no lo eres, quizá deberías darle una oportunidad al único mago de alquiler de Chicago.

The royals : Masters of War

royalsEl guionista Rob Williams y el dibujante Simon Coleby han unido sus esfuerzos para crear este The royals : Masters of War.

La premisa de la historia y la ubicación temporal parecían hechas a medida para mí. No es la primera vez que leo sobre la Segunda Guerra Mundial, incluso hay series enteras dedicadas a la acción de los superhéroes en el conflicto armado (recuerdo por ejemplo la JSA). Lo original de este cómic es que los superpoderes solo los poseen las familias reales, cuanto más pura la sangre, mayor poder.

Esto nos deja con un teatro de operaciones del enfrentamiento muy distinto al que estamos acostumbrados a ver. EE.UU. nunca ha tenido una dinastía poderosa, mientras que los monarcas de Japón y Reino Unido pueden remontar sus árboles genealógicos durante siglos. La situación en la Rusia postzarista también es distinta.

Sin embargo, un pacto de no agresión por parte de las dinastías principales coloca la guerra en un status quo del que no parece que se pueda salir.

Es una lástima que con una premisa tan interesante, la historia se pierda en fuegos de artificio y conflictos morales poco interesantes. Los giros y sorpresas de la trama son totalmente previsibles y el desarrollo, pobre. El enfrentamiento entre los hermanos herederos del trono británico es, directamente, risible.

En el apartado gráfico, resulta impresionante el detallismo de Coleby a la hora de retratar las caras más conocidas de la historia como Churchill y Hitler, así como la labor de documentación sobre la tecnología de la época. La composición de las páginas, sin embargo, da lugar a algunas escenas algo confusas.

El resultado final es un tebeo del montón con el que pasar el rato, pero que no merece mucho la pena.

Black Bat

20141027-203618.jpgLa editorial Dynamite está consiguiedo publicar grandes títulos con unas premisas bastante sencillas : escoger un superhéroe olvidado y volver a contarnos su historia. Lo consiguió con The Torch y ahora lo vuelve a hacer con este Black Bat, cuya primera aparición data de los años 30.

Mezcla de Daredevil y Batman, el protagonista de la historia es un joven abogado que, traicionando los principios de su padre, decide defender a criminales que sabe culpables. Mientras paguen, no tiene problemas de conciencia. Sin embargo, este camino le llevará en primer lugar a la ceguera y luego al intento de suicidio.

Aunque dicho así el origen de nuestro vigilante no parece muy novedoso, lo importante del desarrollo de la trama es lo realista que resulta. La corrupción con que se encuentra a cada paso está desgraciadamente muy de actualidad. Las ideas incendiarias que se oponen al sistema también nos empiezan a resultar conocidas. La historia que se narra a lo largo de los distintos capítulos es tan atractiva como provocadora, aún a pesar de resultar algo confusa en los episodios iniciales. Es a partir de los siguientes números cuando Brian Buccellato da rienda suelta a la narración, prescindiendo de flashbacks y utilizando algunos recursos muy cinematográficos.

En el apartado gráfico creo que Ronan Cliquet sigue respetuosamente los cánones del pulp que dio origen al personaje, pero lo moderniza con algunas composiciones de viñetas realmente impactantes. Quizá el apartado menos llamativo sea el color, pero pienso que quizá sea un aspecto buscado para reforzar la ambientación noir de la historia.

La edición omnibus que yo he leído se complementa con una serie de portadas alternativas para cada episodio de la más diversa índole, que constituyen una adenda interesante para ver la forma en que distintos artistas entienden el personaje.

No puedo más que recomendaros la lectura de Black Bat y asegurar que seguiré pendiente de los lanzamientos de Dynamite.

Black Science Vol. 1

BlackScience_vol1-1Me ha sucedido algo muy curioso con este Black Science : How to fall forever. Empecé a leerlo con mucho interés, pero me costó entrar en la historia. La falta de empatía del que parecía destinado a ser personaje principal del tebeo me suponía un rechazo al que me costó sobreponerme. Sin embargo, conforme iba avanzando la lectura, me iba gustando más. Nos encontramos ante una AVENTURA, así, con mayúsculas.

La trama pergeñada por Rick Remender toma elementos muy típicos de la ciencia ficción y los mezcla de forma, si bien no muy innovadora, sí muy atractiva. El científico “loco” que trabaja fuera del sistema que consigue su objetivo a un alto precio, es casi un arquetipo. En esta ocasión, el invento es un “pilar” que le permite viajar por diversos universos, en búsqueda de las soluciones a los problemas de “nuestra Tierra” en otras realidades alternativas. Pero claro, no todo puede ir bien. El sabotaje del pilar le lleva a él, a su familia y colaboradores es un viaje sin retorno claro a través de dimensiones desconocidas.

Los personajes son muy distintos entre sí, cada uno tiene sus motivaciones y su voz, distinguible de los demás. El trabajo del autor en la exposición de los conflictos en las relaciones interpersonales comienza de forma lenta, pero aumenta el ritmo de forma constante. Es una tendencia actual en la fantasía y ciencia ficción adulta la aparición de personajes imperfectos, que no siempre sobreviven a sus enfrentamientos. Remender continúa este camino.

Otros tropos de ciencia ficción como especies alienígenas extrañas y viajes en el tiempo también están presentes, con lo cual tenemos un amplio abanico de ideas amalgamadas que no sé si el autor logrará llevar a buen puerto. Con uso muy adecuado de los cliffhangers, consigue que siempre nos quedemos con ganas de más.

El apartado gráfico también es muy destacable. La colaboración entre Matteo Scalera (dibujo) y Dean White (color) da lugar a un resultado muy particular. En el color predominan los tonos verdes y rosas, pero se adapta al mundo en que se desarrolle la acción. El uso de splash-pages en ocasiones llega a resultar abrumador, sobre todo para la lectura en formato digital, que no acaba de estar bien resuelto en el ejemplar que yo he leído.

Espero leer el siguiente volumen cuando esté disponible, porque la historia se queda en un punto que puede dar lugar a episodios memorables.

La onda Septimus

septimusLos tebeos de Blake y Mortimer me han acompañado desde hace tanto tiempo que ya no recuerdo cuando leí por primera vez La marca amarilla. Acostumbro a hacerme con las nuevas entregas de estos personajes cuando son publicadas, pero en esta ocasión se me adelantaron y me la regalaron para mi cumpleaños (parece que me conocen).

Sobre el tebeo en sí, el trabajo gráfico de Antoine Aubin y Étienne Schréder comienza de forma espectacular. Increíblemente fiel al trabajo original de Edgar P. Jacobs, las primeras páginas son un derroche de talento y da gusto regodearse en algunas imágenes muy detalladas, en los gestos expresivos de los personajes o los fondos trabajados. Sin embargo, conforme avanza la lectura del álbum (bastante extenso, ya que llega a las 70 páginas) el dibujo empieza a fallar. No sé si habrá sido debido a los plazos impuestos por la editorial o a alguna otra razón, pero hay algunas páginas que no sé si merecen pertenecer a esta serie icónica.

Con todo, lo peor no es el aspecto gráfico. El guión deja mucho, pero que mucho que desear. Un desvarío detrás de otro, una nave espacial oculta en el más profundo subsuelo, una plaga que se expande sin causa clara… Es una auténtica lástima que con este despropósito se quiera continuar uno de los mejores tebeos de Blake y Mortimer, cercenando la posibilidad de seguir una historia que merece mucho la pena.

Me hubiera gustado poder hablar de alguna de las referencias metaliterarias que aparecen en La onda Septimus o de la relación con otras entregas como El secreto del espadón, pero por desgracia todo queda empañado por el pésimo guión.

Meka

meka_cover-480x621Me llamaba la atención el tebeo Meka, que aún siendo de origen europeo tenía cierta reminiscencia manga debido a la labor gráfica de Bengal. Sin embargo, el resultado ha sido decepcionante.

Con un título así, es de esperar grandes batallas de robots destruyéndose a base de golpes y misiles, y así es como empieza, pero pronto baja a un nivel humano que no cumple las expectativas.

En realidad Meka es la historia de los dos tripulantes de uno de estos gigantescos robots, el piloto y la ingeniera de reparaciones y su relación en la batalla y fuera de ella.

No me cabe duda de que el objetivo final del guionista J.D. Morvan era criticar la futilidad de la guerra y poner de manifiesto la pérdida de vidas y la destrucción sin sentido de todas las batallas, especialmente aquellas que se libran en suelo urbano. No obstante, la trama no deja de ser una sucesión de peripecias no muy bien hiladas y violencia descontrolada que no consigue redimirse ni siquiera con un final que busca la sensibilidad del lector.

El apartado gráfico es algo más interesante, pero tampoco es lo que me esperaba. Las figuras humanas no están trabajadas como otras obras de Bengal y los robots, que deberían ser el plato fuerte del cómic, no logran captar la atención. Son diseños planos y me atrevería a decir que poco desarrollados.

Una decepción.

Saga Volumen 2

saga-vol2-cover-copyLa exitosa Saga de Brian K. Vaughan y Fiona Staples continúa arrastrando legiones de seguidores con esta segunda entrega. Este fin de semana, sin ir más lejos, han ganado varios premios.

Una vez conocidos la mayoría de los personajes importantes y con algunas incorporaciones nuevas vemos cómo se va desarrollando esta historia de amor que cada vez se aleja más de Romeo y Julieta para encontrar su propio camino.

Algunas de las fuentes de inspiración del guionista son bastante obvias, quizá la más llamativa sea la nave Yggdrasill de Los cantos de Hyperion, que aquí vemos reproducida en una escala menor. Sin embargo, Vaughan conoce tan bien su oficio que hace que nos parezca totalmente original, e incluso hace que pasemos por alto algunos de los agujeros de la trama, que los hay.

En el primer volumen no tuvimos ninguna referencia al inicio de la relación entre Marko y Alana y ahora nos la cuentan mediante flashbacks correctamente dosificados, pero hay algo poco creíble en esta relación de opuestos, unidos en primer lugar por un libro. Tenemos acceso a algunos extractos de ese libro (dignos de Corín Tellado) y la verdad, no invita a la lectura. Resulta sorprendente que gracias a esa novela cambie la vida de alguien.

El aspecto gráfico es impecable. Una vez que nos acostumbramos al estilo de Staples mezclando distintas técnicas de dibujo, nos encontramos ante un despliegue de imágenes que se quedan grabadas en la retina, en un escenario grandioso como es el universo donde se puede dar rienda suelta a la creatividad.

Lo que no me gusta nada es ese afán de provocación de los creadores, sin un objetivo claro. Esto es especialmente llamativo en las imágenes de la cabeza de IV, con su monitor de televisión que en los momentos más insospechados muestra imágenes de alto contenido sexual. Pero la “excursión” que realizan Marko y su madre buscando a Izabel tampoco se queda atrás.

Hacia la mitad del volumen comienzan a entrelazarse las líneas argumentales de los distintos personajes y se va incrementando la tensión, resuelta con un cliffhanger muy bien alcanzado que hace que deseemos leer la tercera entrega.

Aunque no me ha gustado como el primer volumen, seguiré con la lectura de esta entretenidísima saga a ver qué les pasa a Marko, Alana y sobre todo, a Hazel.