Tenía muchas ganas de leer esta recopilación de relatos premiados con el Ignotus y he de decir que no me he sentido defraudada en absoluto. Los artículos que acompañan a la ficción son también muy acertados, escritos desde el punto de vista de grandes conocedores de la materia como son Juanma Santiago (modo Abuelo Cebolleta ON) y Mariano Villarreal. También incluye unas estadísticas de las votaciones que resultan fundamentales para un volumen de estas características.
1991: La estrella, Elia Barceló
La confrontación entre la nostalgia por el tiempo pasado y la necesidad de avanzar hacia el futuro se encuentran reflejadas en este relato. Visitar el origen de la humanidad siglos después de haberlo abandonado por la radiactividad puede dar lugar a hallazgos increíbles.
Me gustan las dos narraciones paralelas y complementarias que utiliza Barceló para desarrollar el relato. Aunque el tono onírico de una de ellas no me acaba de convencer entiendo que es para forzar la idea de “lo extraño” y cohesionar la narración.
1992: A tumba abierta, Rafael Marín
Este relato podría haber sido perfectamente el precursor de Battle Royale (1999) o se puede considerar inspirado en Los inmortales (1986), entendiendo la historia como un enfrentamiento en el que solo puede quedar uno.
Si bien la base no es excesivamente original, el desarrollo es tan envolvente y lleva el ritmo de una manera tan fluida que lo único que quieres es ver quién consigue proclamarse victorioso en esta lucha a muerte. Los habituales guiños de Marín (por ejemplo, protagonistas con nombres de dibujantes de cómic…) también están presentes. Un aspecto que destaca es la crudeza de las descripciones, que el gaditano lleva a extremos insospechados, quizá buscando una mayor respuesta emocional por parte del lector. En ocasiones llega a ser repugnante.
1994: Estado crepuscular, Javier Negrete
Por cuestiones de derechos no se ha podido incluir en la recopilación* el relato ganador de 1994. En su lugar se ha publicado otro relato de la misma época del autor, donde vemos reflejados algunos de sus temas favoritos que luego desarrollaría en obras posteriores, como los “dioses” que juegan con estados cuánticos o la marcada influencia de la cultura griega.
El relato en sí me parece sin embargo poco llamativo, el amor más allá de las fronteras de la mortalidad y el desafío al poder son temas muy vistos.
1995: Castillos en el aire, Rodolfo Martínez
Sabemos que Rudy es fan de Isaac Asimov. Este hecho, aunque se pone de manifiesto explícitamente en el relato del año 1996, también se puede intuir en “Castillos en el aire”. Con una historia corta de base científica que recuerda a algunos cuentos del buen doctor.
Me gustaría saber qué piensan los habitantes de Tabernas sobre este relato.
1996: El robot, Rodolfo Martínez
Para alguien que haya disfrutado los cuentos de robots de Asimov y sus disquisiciones sobre las Tres Leyes de la Robótica, esta historia le vendrá como anillo al dedo, pues se trata de una nueva vuelta de tuerca sobre las posibilidades de libre albedrío que estas leyes permiten a los robots.
1997: El bosque de hielo, Juan Miguel Aguilera
Ya había leído este relato en la Antología de ciencia ficción española, pero una segunda lectura me confirma las buenas sensaciones que recuerdo de aquella vez. Ciencia ficción dura jugando con escalas temporales muy diferentes.
1998: Mi esposa, mi hija, Domingo Santos
Este cuento me parece el más flojo de la recopilación, porque me resulta inconcebible pensar en la clonación con los fines que tiene el protagonista. No sé si el premio sería también un agradecimiento a la carrera de Domingo Santos, pero no creo que el cuento sea destacable.
1999: El decimoquinto movimiento, César Mallorquí
Con una prosa trabajada que fluye con una naturalidad envidiable, Mallorquí nos relata un enfrentamiento que trasciende el tiempo, en una partida de ajedrez en la que importa menos el resultado final que la partida en sí.
2000: En las fraguas marcianas, León Arsenal
Esta narración sobre una expedición en un Marte colonizado hace tiempo tiene un cierto regusto a western, a historia de la frontera que le viene bien. La duda sobre si se deben respetar las tradiciones de otras culturas es algo que se nota en toda la trama. Aunque no es mi favorita, se trata de una lectura agradable.
Recopilar la narrativa breve que ha sido premiada con el premio de género más longevo de la ciencia ficción y fantasía española era un trabajo necesario que hay que agradecer a Sportula. Este volumen es historia viva de nuestro género y hay que recibirlo como tal.
* En la recopilación en ebook. En la versión impresa sí que está incluída.