Esta novela de Emily Tesh venía haciendo mucho ruido y he de reconocer que es imposible escapar de las primeras páginas como si hubiéramos superado el horizonte de sucesos, pero con un comienzo tan arrebatador iba a ser muy difícil mantener el nivel y Some Desperate Glory va decayendo poco a poco.
Hay que advertir que el libro tiene al principio un listado de avisos más largo que mi brazo (aunque, admitámoslo, esto no es decir mucho) y puede herir susceptibilidades, ya que trata temas como la violación, la eugenesia, maltrato infantil… Por suerte, no es que Tesh se recree en ello, pero como son elementos inseparables de la narración, se agradece adentrarnos en la lectura con conocimiento de causa.
La autora cambia alguna de las tornas más habituales en la ciencia ficción militarista, por ejemplo, los aliens son físicamente más débiles que los humanos, a los que ven casi como gigantes monstruosos por su extremada constitución. Pero claro, cuando tienes la tecnología de tu parte el poderío físico queda un poco en segundo plano. Los humanos están acorralados en su última base, bajo un severísimo regimen militar que es un lavado de cerebro institucionalizado y la protagonista Kyr está esperando saber cuál será su destino dentro del ejército. Es la mejor de su grupo y de su edad con diferencia, pero pronto descubrirá que las decisiones de los que ejercen el poder no se basan solo en los baremos en los que ella brilla…
Some Desperate Glory es una obra absorbente con varios giros de guion pero que cada vez nos sorprende menos, porque lo que a primera vista puede resultar novedoso si se sigue utilizando como recurso, pierde frescura. Acaba cansando un poco seguir asistiendo a las peripecias mentales a la que tiene que acudir Kyr para seguir justificando lo injustificable, pero tiene otros elementos atractivos como la evolución de sus relaciones con sus compañeras, su hermano y los aliens conforme va abriendo los ojos a una realidad que le estuvo velada por mucho tiempo. Quizá no cumpla las expectativas que había creado, pero no deja de ser una lectura entretenida que utiliza tropos de la ciencia ficción para mandar un mensaje feminista y de comprensión.