La exitosa Saga de Brian K. Vaughan y Fiona Staples continúa arrastrando legiones de seguidores con esta segunda entrega. Este fin de semana, sin ir más lejos, han ganado varios premios.
Una vez conocidos la mayoría de los personajes importantes y con algunas incorporaciones nuevas vemos cómo se va desarrollando esta historia de amor que cada vez se aleja más de Romeo y Julieta para encontrar su propio camino.
Algunas de las fuentes de inspiración del guionista son bastante obvias, quizá la más llamativa sea la nave Yggdrasill de Los cantos de Hyperion, que aquí vemos reproducida en una escala menor. Sin embargo, Vaughan conoce tan bien su oficio que hace que nos parezca totalmente original, e incluso hace que pasemos por alto algunos de los agujeros de la trama, que los hay.
En el primer volumen no tuvimos ninguna referencia al inicio de la relación entre Marko y Alana y ahora nos la cuentan mediante flashbacks correctamente dosificados, pero hay algo poco creíble en esta relación de opuestos, unidos en primer lugar por un libro. Tenemos acceso a algunos extractos de ese libro (dignos de Corín Tellado) y la verdad, no invita a la lectura. Resulta sorprendente que gracias a esa novela cambie la vida de alguien.
El aspecto gráfico es impecable. Una vez que nos acostumbramos al estilo de Staples mezclando distintas técnicas de dibujo, nos encontramos ante un despliegue de imágenes que se quedan grabadas en la retina, en un escenario grandioso como es el universo donde se puede dar rienda suelta a la creatividad.
Lo que no me gusta nada es ese afán de provocación de los creadores, sin un objetivo claro. Esto es especialmente llamativo en las imágenes de la cabeza de IV, con su monitor de televisión que en los momentos más insospechados muestra imágenes de alto contenido sexual. Pero la “excursión” que realizan Marko y su madre buscando a Izabel tampoco se queda atrás.
Hacia la mitad del volumen comienzan a entrelazarse las líneas argumentales de los distintos personajes y se va incrementando la tensión, resuelta con un cliffhanger muy bien alcanzado que hace que deseemos leer la tercera entrega.
Aunque no me ha gustado como el primer volumen, seguiré con la lectura de esta entretenidísima saga a ver qué les pasa a Marko, Alana y sobre todo, a Hazel.