To Paradise entró en mi radar por un comentario de Mariano Villareal en redes sociales, me temo que sin este comentario no me hubiera enterado de su existencia para nada, a pesar de su publicación en español de la mano de Lumen con traducción de Laura Manero Jiménez como Al paraíso.
Hanya Yanagihara nos ofrece no una ni dos si no tres novelas en este volumen, que comparten temas, lugares y los nombres de los personajes, pero que se podrían entender perfectamente como lecturas individuales. Lo primero que llamará la atención del lector es la envergadura de la obra, que alcanza casi las mil páginas. No se trata de una lectura liviana ni en sentido literal ni en sentido figurado, hay que reconocer que la autora se toma su tiempo para el desarrollo de cada una de las tramas, entrando en los detalles más nimios para que nos hagamos una composición de lugar completa.
La autora aprovecha las herramientas de la ciencia ficción para crear una ucronía o una distopía según prefiramos interpretar cada una de las novelas más cortas que forman parte de To Paradise. Estas historias tienen en común su situación temporal en el fin de siglo, pero mientras que la primera transcurre en 1893, la segunda es en 1993 y la tercera, lógicamente en 2093, para añadir a los relatos la temática de fin de siglo que puede afectar de forma muy sutil a la narración.
La primera parte está narrada en una Nueva York perteneciente a los Free States, que no llegaron a formar los Estados Unidos de América donde la esclavitud está abolida y es posible el matrimonio homosexual, pero a pesar de estos avances se sigue hablando sobre la “controversia” de las personas de color, más aún cuando en el resto de América no tienen condición de ciudadanos. Esto es solo el escenario en el que Yanagihara nos relata la historia del heredero de una rica familia, una de las fundadoras de los Free States, que a pesar de su proveniencia tiene problemas para continuar con su vida por una relación enfermiza con el amor. Es un personaje que no acaba de despertar nuestra empatía por su tratamiento de los demás, pero tampoco nos resulta desagradable, porque se puede llegar a entender su sufrimiento. Me llama especialmente la atención el capítulo en que visita un museo que se aprovecha de forma nada disimulada para narrar la historia alternativa que llevó a la situación actual. La autora juega muy bien con la ambivalencia de una nueva relación, de forma que deja a la interpretación del lector si llega a buen puerto o no.
La ascendencia hawaina de la escritora se vuelve fundamental en el desarrollo de la segunda novela, o más bien de la segunda parte de la segunda novela. En la primera mitad, el SIDA, denominado directamente cáncer, hace estragos en la comunidad homosexual neoyorquina, algo que conoceremos a través de los ojos del narrador, de ascendencia hawaiana, que convive con su pareja mucho mayor que él. En estas páginas la autora reflexiona sobre las consecuencias de las diferencias entre los miembros de una pareja, ya sea por edad, origen, condición social… y las habladurías que siempre acaban provocando. En la segunda mitad de la novela, sin embargo, cambia a un estilo epistolar que no le sienta demasiado bien para contar la historia del padre del joven hawaiano. Esta es a mi entender la parte más floja de la novela, aunque tiene interés conocer el trasfondo histórico de la anexión del archipiélago a los Estados Unidos. La carta termina por hacerse larga y farragosa, sin duda por el estado mental en el que se encuentra la persona que la está escribiendo. Esta parte de To Paradise es la menos redonda.
La última parte es la que se adentra más en el terreno de la ciencia ficción y es muy desesperanzadora. También esta historia está dividida en dos parte y una de ellas es en estilo epistolar, pero está manejada de una forma mucho más dinámica, enlazando la historia de la misma familia antes y después de que la excusa de las continuas pandemias acabe dando lugar a un estado autoritario. El panorama es desolador: cupones de racionamiento, toques de queda, políticas estrictas de separación de zonas… todo conseguido gracias al miedo. Resulta especialmente duro por lo verosímil que parece todo, cómo las libertades se van perdiendo poco a poco con la aquiescencia de los ciudadanos, cómo la vida acaba convirtiéndose en una repetición sin fin de las mismas tareas inanes.
To Paradise es una lectura pausada, que da mucho espacio para la reflexión y que puede convertirse en uno de los lanzamientos del año.