Me está costando encontrar últimamente novelas de fantasía que no tengan un fuerte componente romántico y aunque The City of Stardust lo tiene más atenuado que otras, también está presente.
La novela sigue los pasos de Violet, la última descendiente de la familia Everly, criada por sus tíos ya que su madre desapareció siendo ella niña para intentar romper la maldición que pesa sobre la familia, ya que un miembro de cada generación desaparece por razones que no quedan muy claras. Violet, criada entre misterios, se empeñará en descubrir dónde está su madre y también cuáles son las causas de su futura perdición.
Georgia Summers utiliza de una manera muy inteligente la figura maternal ausente como un constante acicate para la curiosidad e incluso el instinto de supervivencia de Violet, pero descubre bastante pronto cuál es el juego de Penélope, la causa de todas sus desdichas. Que su supuesta salvación dependa de una persona que prácticamente no aparece en todo el libro mientras que su “torturadora” sí que se mantiene cerca, es una dualidad muy interesante y bien estudiada. Los típicos plazos de un año y un día que solemos relacionar con los pactos feéricos también están presentes en el libro, junto con un grupo de estudiosos que solo ansían conseguir más poder y que tendrán un papel decisivo en el devenir de la novela.
La narradora del audiolibro es Kitty Parker y realiza una muy buena labor sobre todo en la creación de ambientes decadentes con sus tonos velados y sugerentes. Su labor se ha visto sin duda favorecida por el uso elegante de la prosa del que hace gala Georgia Summers, que para ofrecernos su primera novela parece más veterana en estas lides.
Ahora bien, existen otros problemas durante la lectura. El ritmo desfallece en variadas ocasiones y parece que se estiran algunos capítulos innecesariamente. La definición de los personajes tampoco es el punto fuerte de la novela, porque aparte de Violet y Penelope, los demás quedan bastante difusos, incluso el interés romántico del que hacía mención en el primer párrafo, que es que casi ni me acuerdo de cómo se llamaba (Aleksander, pero he hecho trampa y he ido a consultarlo).
The City of Stardust es un libro que puede recordar algo a una fantasía de hace unas décadas, pero con una pátina de modernidad que si bien no lo convierte en una lectura imprescindible, sí que lo hace entretenido.