Esta novela corta de Izzy Wasserstein nos retrotrae a los inicios del cyberpunk, con una ambientación distópica y opresiva que de una forma provocativa nos pone ante nuestra propia imagen en un espejo.
Me temo que la escasa longitud de These Fragile Graces, This Fugitive Heart juega en contra de la propia obra, porque la ambientación apenas está definida por unos cuantos párrafos que piden a gritos algo más de extensión. Dora es una mujer trans que volverá a una comuna de la que se fue de mala manera cuando su ex novia aparece asesinada.
El mundo en que Wasserstein ha situado su novela es descorazonador, pero no inverosímil. Las insalvables diferencias entre los muy ricos y el resto de la humanidad, la balcanización de los territorios, la práctica inexistencia de los servicios públicos dan como resultado un panorama tan desolador como creíble. La omnipresencia de las grandes corporaciones y su falta de escrúpulos a la hora de conseguir resultados es otro de los temas presentes a lo largo de toda la lectura.
La resolución de la “investigación” es bastante apresurada, pero resulta especialmente perturbadora para los habitantes de la comuna y también para el lector. La presencia de clones implica la existencia de una tecnología muy avanzada a la que no se han puesto cortapisas éticas, lo que también nos da más material para reflexionar.
Me gusta la defensa del anarquismo como medio de vida y supervivencia frente a la barbarie, pero creo que el propio desarrollo de la historia nos deja entrever que está abocado al fracaso.
No es fácil recomendar la lectura de These Fragile Graces, This Fugitive Heart porque considero que hace falta un bagaje amplio en la ciencia ficción para entrar en la historia y aún así, creo que podría haber dado más de sí.