Ocean’s Echo

Con lo que me gustó Winter’s Orbit ha sido una tremenda decepción leer Ocean’s Echo y ver que no lograba conectar con la novela en ningún momento. Vale que la única relación con la otra novela es estar situada en el mismo universo, pero la autora es la misma, algún parecido tendría que haber…

Unos experimentos llevados a cabo hace una generación dotaron a algunos humanos del universo de Ocean’s Echo de capacidades telepáticas. Los arquitectos son capaces de forzar a otras personas a realizar lo que ellos deseen y los vilipendiados lectores son capaces de leer los pensamientos. La combinación de ambos resulta de gran utilidad para la navegación espacial y es por ello que los más escasos lectores con suficiente poder son obligados a alistarse. No es de extrañar pues que la novela comience con las andanzas de un lector que vive a la fuga para no sufrir esta conscripción, a pesar de pertenecer a una de las familias más poderosas del mundo.

El otro protagonista es un arquitecto militar, de moral inquebrantable pero de problemática ascendencia que coarta sus posibilidades de ascenso. Las maquinaciones de las altas esferas, disfrazadas de casualidad, los pondrán en contacto y se verán obligados a fingir ser lo que no son para continuar con su vida.

La trama, como os habréis dado cuenta, parece un poco (o un mucho) de película alemana de sesión de tarde. Y es así si no fuera por el escenario galáctico y los poderes mentales, pero en el fondo es lo mismo. Everina Maxwell sabe cómo forzar las situaciones y cómo llevar a sus personajes de una situación a otra para que vayan descubriendo la verdadera personalidad del otro y que todo acabe como tenga que acabar, pero a mí no han conseguido convencerme. Me parece muy impostada la relación, muy alambicada la intriga y muy cansina la historia. No tenía ganas de seguir leyendo lo que les pasaba a estos dos, señal clara de que el libro no me estaba convenciendo.

Es más que probable que a otros lectores esos muros que a mí se me antojaban insalvables les resulten meros desniveles en el camino, que se centren en la historia de amor y les resulte atractiva, o que consideren que el mundo en que se desarrolla la narración merece la pena, pero a mí me ha resultado imposible.

Will Do Magic for Small Change

Dentro de las lecturas para #LeoAutorasOct tenía pensado escuchar algo de fantasía menos convencional, así que pensé que Will Do Magic for Small Change me vendría como anillo al dedo, con una sinopsis bastante atractiva, que incluye aliens de otras dimensiones que vienen a la nuestra. Ahí he de reconocer que me equivoqué por que el sentido de alien en inglés no es el mismo que el que yo le daba en español, pero es que aparte de esto, la historia está muy deslavazada y me resultaba difícil de seguir, sin llegar a atraparme en ninguna de las dos líneas temporales que utiliza la autora Andrea Hairston.

La novela está protagonizada por la nieta de Redwood y Wildfire, cuya historia también ha contado ya Hairston en otra novela y que quizá debería haber leído antes, pero no he encontrado un orden de lectura sugerido y no fui consciente de este hecho hasta bien avanzada la lectura.

Cinnamon recibe como “herencia” tras el fallecimiento de su hermano The Chronicles of the Wanderer, un libro del que iremos leyendo capítulos en otro momento temporal que pueden llegar a enlazar o no con la propia historia de Cinnamon. The Chronicles relata los azares de ese misterioso alien a final del siglo XIX y resulta muy atractivo el uso que la autora hace de la mitología yoruba y de la cultura africana en general, por ejemplo con las referencias a las mascaradas, de las que también hablaba Nnedi Okorafor en su saga Binti. Pero a pesar del interés del escenario, la ejecución me parece bastante pobre. Es una pena porque me hubiera interesado mucho ver cómo se desarrollaba la historia de una protagonista con tanta fuerza como Cinnamon, pero resulta muy difícil mantener el interés en la historia cuando la propia prosa te va sacando fuera de la lectura. Y eso que yo he escuchado la versión en audio de la obra, interpretada por Tamika Katon-Donegal y Andre Santana, pero aún así resultaba difícil mantener el hilo.

Otros temas que se tocan y que podrían resultar del interés del lector son la sexualidad fluida y el poliamor, pero como digo son buenos mimbres que dan lugar a una obra incompleta.

Me temo que dejaré la obra de Andrea Hairston en barbecho de momento.

The First Binding

Tenía mucho interés por leer The First Binding, aunque reconozco que la longitud del libro me echaba para atrás. Y, qué queréis que os diga, alguna vez debería hacerle algo más de caso a mis instintos.

The First Binding es muy similar en estructura e intenciones a El temor de un hombre sabio, buscando relatar la historia de un personaje grandilocuente al que se atribuyen tantos hechos que es casi imposible que todos sean verdad, no caben en una sola vida. No obstante, R.R. Virdi también ha querido introducir en la propia novela la mitología de su mundo con relatos y canciones, dando lugar una mezcla demasiado espesa para su asimilación. No es solo que la figura del protagonista que todo lo logra ya esté un poco desfasada, al menos para mí, es que se va demasiado por los cerros de Úbeda en una novela ya de por sí larguísima.

El libro no está mal escrito y los diversos relatos y personajes son atractivos si los tomamos individualmente, pero es al juntarlo todo cuando el conglomerado de historias, poemas, magia, recuerdos y narraciones no cuaja. Es demasiado material, con temas triviales y poco originales en varios de los capítulos. El jovencísimo mendigo dickensiano que forma familia con los otros desharrapados que trabajan robando o mendigando para un cabecilla adulto, la escuela de magia donde se juntas los ricos privilegiados con los pobres más dotados para el arte arcano, la conjura entre nobles y su gran juego, los relatos de taberna que van uniendo las historias… Es todo ya de sobra conocido. Cierto es que la mitología en este caso varía por sus raíces indias, pero no consigue compensar toda la carga de tópicos que arrastra.

El sistema mágico es de lo mejor del libro, basándose en palabras de poder pero principalmente en la capacidad de concentración de los adeptos. Y hay algunas escenas que merecen realmente la pena, como la visita del protagonista a sus predecesores menos favorecidos en el estudio de la magia, con las consecuencias que tuvieron que arrastrar. No obstante, no consiguen compensar las más de 800 páginas que conforman el volumen, que para más inri es solo el primero de una saga.

No puedo recomendar la lectura de The First Binding, porque a mí se me ha hecho muy pero que muy pesada.

The Many Daughters of Afong Moy

Empecé este libro sin tener muy claro cómo clasificarlo y lo he acabado todavía sin saber muy bien dónde ponerlo, así que puede que la reseña sea más embarullada de lo habitual.

Lo primero que no tengo muy claro es si es un libro de género. Está publicado por una editorial generalista, aunque ello no es óbice para que sea de ciencia ficción, bastante ejemplos tenemos de esto. La idea subyacente que da lugar a todo el relato es un tratamiento de última generación que hace que la protagonistas Dorothy reviva las vidas de sus antepasadas, lo que deja a toda la narración en un equilibrio inestable entre la fantasía y la ciencia ficción según nos creamos o no la base científica del tratamiento. Creo que este es un tema de debate de cierto calado para tenerlo con otras personas que hayan leído la novela, así que si alguien lo ha hecho me encantará comentarlo.

La prosa es exquisita, realmente se nota como Jamie Ford ha trabajado cada uno de los puntos de vista, que he de decir que son apasionantes. Eso sí, la novela no es para leer en un momento de tristeza existencial, porque las vidas de las antepasadas de Dorothy son durísimas, desde la primera mujer china que pisó EE.UU. como atracción de feria con sus pies vendados a la joven confinada durante una plaga. En una novela con tantos personajes principales suele ser difícil que todos los puntos de vista sea igualmente interesantes, pero el autor consigue manejar los capítulos con sabiduría y dejando el interés de cada trama en cada momento con mucha tensión.

También es merecedora de elogio la producción del audiolibro que he escuchado, con una voz distinta para cada una de las siete protagonistas, que hace que sea más fácil seguir el vaivén de líneas temporales y de historias, aunque claro, también habrá algunas que nos gusten más que otras dentro del elenco de lectoras.

En ningún momento me ha resultado confuso a pesar de los múltiples cambios de narradora, si bien es cierto que en el tramo final, la primera escena del desenlace me dejó un tanto descolocada, hasta que entendí lo que pretendía hacer el autor, me quedé un poco… pero si esto ya lo he leído… Afortunadamente entré en el juego y vi como todas las piezas que había ido colocando en un determinado orden podían mutar para contar un final de la historia completamente distinto. Incluso diría que el epílogo también me sirvió para poner aún más en situación una historia de gran profundidad y calado emocional.

The Kingdoms

The Kingdoms es una novela que empieza bastante fuerte, con un escenario histórico alternativo donde Francia reina sobre las islas británicas con un foco de resistencia en Escocia. La esclavitud es el pan nuestro de cada día y la historia comienza con un personaje amnésico incapaz de recordar nada de su pasado desde el momento en que se baja del tren en la estación de Londres.

La amnesia me parece un recurso bastante tramposo cuando estoy leyendo una novela, quizá por que se usa en demasía o quizá porque le sirve al autor para hacer tabula rasa y empezar desde cero sin que cueste ningún esfuerzo. Sin embargo, el mundo alternativo que plantea Natasha Pulley sí que parecía interesante a priori. Un siglo XIX en el que Inglaterra es una colonia de Francia, donde la esclavitud no se ha abolido, que el inglés sea un idioma prohibido y perseguido… todo parecían premisas muy atractivas.

Por desgracia, lo que es un prometedor comienzo poco a poco se va difuminando. Las distintas líneas temporales que utiliza la autora para narrar los acontecimientos van perdiendo interés y el ambiente naval de la mayoría de las escenas tampoco está excesivamente conseguido. La rigidez de la disciplina marítima contrasta de forma poco favorecedora con la maleabilidad del flujo del tiempo que conforma la base de la novela. Los personajes se sienten acartonados, cortados todos por la misma tijera. El ritmo se vuelve pesado y las “revelaciones” no lo son tanto cuando te las esperas desde el minuto uno.

Algunos puntos a favor del libro podrían ser la astucia de los elementos de la inteligencia naval francesa para sonsacar datos a los prisioneros, ya que son capaces de obtener mucha información simplemente deduciendo y extrapolando a partir de los nombres de las estaciones de metro que obtienen bajo tortura (recordemos que la convención de Ginebra no estaba vigente en aquella época) o el uso de longevas tortugas para experimentar con el flujo temporal. Pero son elementos muy escasos para otorgar méritos a una novela que se vuelve plomiza.

The Kingdoms ha resultado ser una novela perfectamente prescindible.

The Conductors

The Conductors es el comienzo de una serie de novelas que está previsto llevar a la pequeña pantalla en fechas próximas, pero esto casi que no es noticia porque desde que se abrió la veda de adaptaciones de género fantástico rara es la novela que no ha vendido sus derechos para la televisión o el cine, o está en ello. Y las que no, están deseando hacerlo.

The Conductors está situada temporalmente unos años después de la finalización de la esclavitud en EE.UU., una época muy interesante porque se mezclan los esclavos que consiguieron su libertad al fugarse de las plantaciones o donde fuera que estuvieran y aquellos que fueron manumitidos de manera “legal”. Como en otras ocasiones, se hace referencia al “ferrocarril subterráneo“, la red que ayudaba a los esclavos a huir. La protagonista de la historia Hetty Rhodes y su marido eran maquinistas de esta organización y ahora se dedican a investigar asesinatos y otros delitos cometidos contra la comunidad negra de Philadelphia que no recibe atención por parte de las autoridades pertinentes. A todo este escenario, ya de por sí interesante, le añadimos la magia y nos encontramos ante una historia muy atractiva.

Estos personajes me recuerdan un poco a la de Tommy y Tupence de Agatha Christie por lo del matrimonio de sabuesos, pero salvando las distancias. La investigación que Hetty y Benjy llevan a cabo se basa más en diálogos e intuiciones que en un procedimiento estricto, así que supongo que no es una novela que pueda llegar a satisfacer a los más puristas del género, pero el proceso de descubrimiento es entretenido. El sistema mágico tampoco se explica en profundidad, supongo que para dejar margen de maniobra para las siguientes entregas, aunque el “método” es dibujar las constelaciones bien en el aire bien sobre algún material.

Tiene también su trama sentimental sobre la que prefiero no hablar mucho por no desvelar nada, aunque me parece escrita con respeto y cuidado. Siendo la primera novela de Nicole Glover, hay que reconocer que la prosa está bastante bien y que el ritmo, que quizá es una de las cosas más difíciles de conseguir, se mantiene durante todo el libro. No es que lleve una velocidad endiablada, pero tampoco decae. Digamos que es una novela de mecha lenta.

Es importante también destacar el sentimiento de culpabilidad que tiene Hetty por haber perdido a su hermana en su huida. Esto se explica a base de flashbacks pero influye en el presente de la historia.

Se trata de una novela entretenida aunque no está destinada a cambiar el género. Tiene una continuación a la que supongo que en algún momento daré una oportunidad, aunque no está entre mis prioridades actualmente.

Last of the Talons

Ha sido una tendencia desde siempre, pero o ahora me estoy fijando más o hay muchos más libros que giran alrededor de la idea de “enemies to lovers” (lo que viene siendo “los que se pelean se desean”). Last of the Talons es uno más de esta lista creciente, que destaca un poco entre todos por el uso de la mitología coreana en su construcción de mundo, pero que tampoco deja una huella demasiado profunda en el lector.

El libro está narrado por Shin Lina, una joven asesina que trabaja contra su voluntad para el señor del crimen más temido del reino. El precio de la vida de su hermana pequeña es su total sumisión. Lina formaba parte de la banda de los Talons, pero a través de flashbacks insertados en la narración sabremos la razón del título del libro.

El comienzo de la novela nos hace pensar en el típico libro de ladrones y asesinos a los que les encargan misiones que tienen que ir cumpliendo, pero el desarrollo no va por ese camino, porque la primera misión que nos cuenta Lina desencadenará el resto de los acontecimientos. Tiene que robar un tapiz de un templo y esta acción tendrá más consecuencias de las esperadas.

El resto del libro transcurre como una apuesta entre Lina y el inmortal Dokkaebi propietario del tapiz, con un peligroso juego. Lina podrá ganar su libertad si en catorce días es capaz de asesinar a Haneul Rui, algo que no será tan fácil como pudiera parecer, ya que sus sentimientos comienzan a cambiar conforme lo va conociendo.

Me ha interesado bastante más el trasfondo de los reinos y su mitología que la relación amor-odio de los dos personajes, la verdad. Me parece que Sophie Kim abusa de la innegable atracción entre ambos. Catorce días es muy poco tiempo para cambiar tanto de opinión sobre una persona que tiene el poder de decidir sobre tu vida o muerte, y tampoco es que la personalidad de Rui sea arrebatadora, si sabéis a lo que me refiero. Se define como una novela juvenil y estoy de acuerdo, aunque cada vez me resulta más difícil saber qué se considera destinado para adultos o para jóvenes. Reconozco que para ser la primera novela de la autora, está bastante bien llevado tanto el ritmo como la prosa, aunque en ningún momento me he sentido absorbida por la lectura. Es un pasatiempo, pero no algo destinado a perdurar.

El audiolibro lo narra Jaine Ye, que hace una labor muy correcta aunque la impostación de las voces masculinas acaba siendo cansina, pero esto es una apreciación personal mía.

El libro forma parte de una serie, pero está perfectamente contenido, así que si no te acaba de convencer no hay una necesidad real de seguir con el siguiente de la serie para ver cómo acaba la cosa.

The Immortality Thief

Leí este libro por recomendación de Alex Páez, que conoce mis gustos y pensó que me iba a gustar, y la verdad, como suele suceder, acertó de pleno.

The Immortality Thief es la primera obra de Taran Hunt, una autora que ha conseguido conjugar la emoción de las persecuciones y de la space opera en general con la reflexión sobre el verdadero significado de ser humano, aderezado con unas cuantas gotas de optimismo. Todo un logro, porque además la prosa es elegante y efectiva.

En esta novela conoceremos la historia de Sean Wren, un joven criminal superviviente de una zona de guerra. Sean se encuentra ante una difícil decisión: entrar en prisión indefinidamente o jugarse la vida en una “operación de rescate” en una nave espacial perdida desde tiempos inmemoriales situada en las cercanías de una supernova a punto de estallar.

Sean es un personaje que desde el principio nos cae bien, intrínsecamente bueno, a pesar de la historia tan triste que arrastra desde sus orígenes, Es gracias a sus capacidades como lingüista (para que luego digan que no es importante estudiar carreras de letras) que dispone de las herramientas necesarias para llevar a cabo la misión casi suicida en la que acaba enrolado.

Desarrollar la mayoría de la historia en una nave espacial le permite a la autora crear una atmósfera de reclusión agobiante, aderezada con persecuciones de las distintas criaturas que han evolucionado a lo largo de mil años en la propia nave. A pesar de esta sensación de claustrofobia y de peligro constante, no es una novela que dé mucho miedo (y eso que yo soy bastante aprensiva). Y esto es por el carisma de los personajes, sobre todo Sean, pero también sus inesperados compañeros de viaje, aunque cada uno vaya guiado por sus propios intereses.

Hay que reconocer que a veces algunas escenas se alargan en demasía, algo que juega un poco en contra del ritmo de la novela, aunque en general está muy bien llevado y hay tramos en los que es sencillamente trepidante. Me gusta también especialmente la importancia que se le da a la colaboración entre distintas facciones enfrentadas, pero que aúnan sus fuerzas contra un mal mayor. Es estupenda la sensación de esperanza que te queda conforme van avanzando las páginas del libro.

No quisiera extenderme más para dejar que seáis vosotros mismos quienes descubráis la obra. Os recomiendo que no la dejéis escapar.

The Left-Handed Booksellers of London

Hacía tiempo que tenía pendiente este libro de Garth Nix, así que ha aprovechado las vacaciones de verano para hincarle el diente. Es una novela divertidísima, escrita con mucho oficio y que viene a sumarse al revival de la cultura de los años 80 en el que estamos inmersos, aunque en este caso sean unos 80 un tanto alternativos (cosas de la magia y las criaturas mitológicas).

Susan Arkshaw es la protagonista de la novela, una joven que con sus 18 años recién cumplidos va a irse a estudiar a Londres y de paso a buscar a su padre, del que tiene poquísima información por los constantes despistes de su madre, que abusó de las drogas en su juventud y ahora está pagando la factura. No obstante, su llegada a la capital no será nada tranquila, porque de pronto se ve arrastrada por una conspiración en la que descubrirá que el mundo no es como ella pensaba hasta entonces. Ni como nosotros lo conocemos, porque las criaturas de las fábulas y las fantasías son muy reales y existe un clan de libreros encargados de velar por la seguridad de los humanos. La creación de esta sociedad de libreros, con características peculiares según si son zurdos o diestros y una larguísima tradición es el gran punto fuerte de la novela. En ocasiones el autor utiliza en demasía el desconocimiento de Susan para darle a conocer datos que serán importantes para el desarrollo de la historia. Esto se podría haber realizado quizá de una forma un poco más sutil, pero la verdad es que está bien enjaretado con el resto de la trama y no se hace pesado en ningún momento, dejándonos en ocasiones con ganas de saber más.

La premisa, aunque poco original, es estupenda para lo que tiene planeado Nix, que es diversión a chorros. Seremos testigos de persecuciones sin fin, apariciones de criaturas de todo origen mitológico, enfrentamientos, conspiraciones, traiciones y te, mucho te que para algo estamos en el Reino Unido. Por si faltaba algo, también tendremos un poquito de tensión sexual, dentro de los límites que un entretenimiento ligero como es esta novela puede permitirse.

Me gusta también que Merlín, el primer mago con el que se encuentra Susan, esté explorando la fluidez de su sexualidad y se haga eco de ello con una forma tan natural y creíble, aún estando situada la novela en 1983.

Garth Nix nos ofrece una novela juvenil que ya tiene la continuación titulada The Sinister Booksellers of Bath prevista para marzo del año que viene. Yo al menos no tengo intención de perdérmela, por que promete otro buen rato de diversión.

Este libro está disponible en español con el título El clan de los libreros magos y traducción de Jorge Rizzo Tortuero.

Questland

Tenía pendiente desde hace tiempo Questland de Carrie Vaughn, que promete diversión sin complicaciones en la enésima iteración de la idea de visitar un parque temático que se ha ido de madre, aunque esta vez cambiemos los dinosaurios por dragones, imagino que ya sabéis por dónde voy.

La protagonista de la historia es la doctora en literatura Addie Cox, superviviente de un tiroteo en el instituto y expareja de uno de los diseñadores principales de Insula Mirabilis, un resort turístico creado bajo el auspicio de un millonario megalomaníaco que aspira a ofertar a los interesados una aventura del rol medieval en vivo. Pero antes de ponerla en funcionamiento, sucede algo que la pone en cuarentena del mundo y se decide mandar a un equipo de mercenarios a investigar, “ayudados” (es un decir) por la doctora Cox, a la que se le presupone un gran conocimiento de la fantasía.

La premisa es muy tonta, pero al menos me esperaba que me divirtiera. Por desgracia no ha sido así, porque Questland es una acumulación de lugares comunes que a lo mejor le gusta a quien se entretenga en investigar todas las referencias, pero que a mí en ningún momento ha llegado a interesarme ni mucho menos engancharme (¡arañas!, ¡animales antropomórficos!, ¡elfos con orejitas puntiagudas!, ¡misiones secundarias!, ¡castillos!…). Que el primer reto sea descifrar el enigma de la esfinge y que los mercenarios reverencien casi a la doctora por saber la respuesta… pues no sé, no dice mucho sobre la capacidad del equipo enviado.

Además, las rencillas internas entre los habitantes de Insula Mirabilis son de lo más banal e infantil y la motivación de los actos de cada uno es, directamente, pueril. Quizá esta incursión de Vaughn en el mundo del LitRPG sea una oportunidad de escapismo para otros lectores, pero para mí es un experimento fallido, que no puedo recomendar para nada.