Nancy Kress escribe en esta ocasión sobre un futuro tan cercano y verosímil que llega a resultar realmente inquietante.
Lo primero que llama la atención de Sea Change es su protagonista, una mujer activista de mediana edad con una tragedia en su pasado que además de su trabajo en un despacho de abogados desarrolla una doble vida como parte de una célula clandestina a favor de las modificaciones genéticas. No nos encontramos ante un joven idealista que lucha contra el sistema, en cambio vemos a una señora que ha sufrido mucho y aún así se sigue arriesgando por lo que considera justo. Me encanta este aspecto, y el valor que la experiencia le da a sus intervenciones.
La investigación de modificaciones genéticas de las plantas y animales está prohibida y se considera terrorismo desde que un error dio lugar a una epidemia localizada. No estamos hablando de un virus que se haya extendido y haya acabado con la humanidad, se podría incluso considerar un hecho aislado, pero las repercusiones son muchas, porque sin modificación genética para mejorar los cultivos, hay gente que pasa hambre.
Me gusta la utilización de técnicas de lo más antiguo para el funcionamiento de la célula y de esta forma esquivar la vigilancia online constante. En ocasiones parecía estar leyendo un relato sobre la Resistencia en la Segunda Guerra Mundial.
Además, Kress es capaz de introducir un nuevo elemento que dota de más originalidad a la obra, ya que parte de la novela corta se desarrolla en una reserva india, con sus particularidades tanto legales como culturales. Me ha sorprendido este giro, y también la protesta velada de la autora sobre la injusta situación de este colectivo.
No podía falta el elemento biológico que está explicado con una claridad pasmosa y que puede dar lugar a un debate bastante encendido sobre la necesidad o no de la modificación genética de los seres vivos y ante todo, sobre quién debería llevar a cabo esta investigación. ¿Solo tenemos en cuenta los objetivos económicos? Parece que esta es un camino destinado al fracaso.
En definitiva Sea Change me parece una lectura más que recomendable, escrita con maestría y que deja paso a la reflexión.