Special Purposes : First Strike Weapon

Me cuesta un gran esfuerzo leer literatura de terror, a pesar de haberlo intentando en ocasiones por aquello de ampliar miras. De entre todas las criaturas que campan a sus anchas por el género los zombies no son los que más odio (ese lugar me temo que está reservado para los vampiros), pero tampoco es que la casquería me agrade. Y sin embargo, pensé darle una oportunidad a Special Purposes : First Strike Weapon, por si el componente militar y de acción compensaba la otra parte. Grave error por mi parte.

La acción se sitúa en plena Guerra Fría, lo que permite a Gavin Smith hablar del conflicto entre EE.UU. y la U.R.S.S. Entiendo que esta situación temporal es una apuesta segura, para escenificar con facilidad quiénes son los “malos” y los “buenos”, sobre todo teniendo en cuenta quién realiza el ataque que causa el apocalipsis zombie. Este maniqueísmo tiene cierta modulación con los protagonistas de la historia, pero realmente lo que queda de manifiesto es la maldad intrínseca del ser humano, oculta bajo una ligera capa de civilización.

Sin ser una experta en la materia como ya digo, pero hablándolo con alguien que sí lo es, las situaciones del libro van de tópico en tópico. La huida por las calles de la ciudad, la reclusión en un recinto cerrado sin posibilidad de escapatoria, el campamento donde los ataques zombis sirven de espectáculo… todo ya conocido.

Quizá pueda resultar más interesante la panoplia de armamento de la que hacen uso los soldados. Si se hace una búsqueda de las distintos rifles de asalto, lanzagranadas o ametralladoras veremos que Smith ha hecho un buen trabajo de documentación en la materia.

En cuanto al gore, pues es abundante, como corresponde a un libro de este subgénero. Afortudanamente para mí, está concentrado en ciertas escenas de “acción” mientras que en otros momentos de reflexión o de tranquilidad hay incluso diálogos. Bastante secos y cortantes, pero adecuados a los personajes.

Con Special Purposes : First Strike Weapon se me han quitado las ganas de leer más libros de este tipo. Puede que a algún seguidor de los zombies le interese, pero está claro que conmigo no ha conseguido superar mi barrera de entrada.

Don’t Live for your Obituary

John Scalzi es un escritor prolífico que tiene las cosas muy claras y así las expone en su blog. Este libro consta de artículos seleccionados de esta publicación, por lo tanto si lees Whatever con cierta constancia te encontrarás cosas que recuerdas.

Don’t Live for your Obituary tiene todo lo bueno de los post de un blog exitoso. Los artículos que lo componen son directos, cortos y van muy al grano, lo cual es de agradecer. La brevedad y la concisión son aspectos importantes a la hora de escribir online, donde nuestra capacidad de atención se diluye a los pocos párrafos. Scalzi lo consigue de un modo directamente heredado de su pasado como periodista.

Existe cierta repetición en los temas tratados, como las polémicas con los Puppies, pero de forma general es una lectura muy ágil. Para evitar esta reiteración, también se puede optar por intercalar cada artículo con otro tipo de lecturas. El formato en el que se presenta se da mucho a ello, incitanto a la lectura de algunos artículos y pudiendo dejar los demás para después.

El libro está enfocado principalmente a una persona que quiera desarrollar una carrera como escritor, así que muchos de los consejos tienen en mente un autor, pero lo cierto es que la mayoría de los temas financieros de los que habla Scalzi son de sentido común (no gastes más de lo que tienes, ojo con las tarjetas de crédito, el dinero que no has recibido todavía no es tuyo…). Algunos son de un obvio que sorprende, pero también es verdad que por lo general no tenemos la cultura financiera que necesitaríamos (me incluyo en el conjunto).

Para mí, los artículos más interesantes son los referidos al mundo de la publicación en sí. La relación con los editores, la gestión de los contratos, las posibilidades de vender los derechos para producciones audiovisuales… es un tema del que no se habla apenas pero que a mí me resulta fascinante. Me temo que no es extrapolable al mundo editorial español, por pura economía de escala, pero no deja de ser culturizante.

También hay alguna que otra referencia al ego y la riqueza de Scalzi, que sin ser un potentado económico si que tiene una situación desahogada, ganada a base de teclear. Leyendo sus escritos la idea general es que Scalzi es un tipo majo, pero precisamente hay un artículo sobre la persona que proyecta y la persona que es en realidad, así que…

En general la lectura es amena aunque de interés variable. Entiendo que su público objetivo principal pueden ser escritores o aspirantes a serlo, pero creo que cualquiera con interés en el mundo editorial en general y en el género fantástico en particular puede disfrutar de Don’t Live for your Obituary.

Summerland

En general me gustan los deportes. No es que sea ninguna experta, pero siempre me ha parecido divertido verlos en alguna retransmisión. Pero reconozco que no consigo cogerle el truco al beisbol. Puede ser que no me lo hayan explicado bien o que no haya tenido continuidad en su visionado, pero  nunca ha conseguido engancharme.

Quizá por esto me sorprenda todavía más la grandísima creación que es Summerland, de Michael Chabon. Se trata de un libro infantil, inextricablemente relacionado con un deporte que no me dice nada y sin embargo me ha conseguido emocionar como si fuera una fanática de los Red Sox. Creo que esta reacción tan inesperada ha tenido lugar por varios motivos y no tengo claro cuál es el más importante, así que los expondré todos aquí.

La prosa de Chabon, ganador del Pulitzer, no es algo que vayamos a descubrir ahora. En Summerland es capaz de adaptarla a una historia infantil, sin perder por ello un ápice de interés. Es muy meritorio conseguir esto, recurriendo al manido viaje del héroe donde va conociendo a los miembros de su variopinta compañía.

En cuanto a estas figuras, tienen mucha más profundidad de la que cabría esperar. Tanto los personajes humanos como los féericos son entrañables y a la vez creíbles, toda vez que aceptamos la existencia de la magia. Una magia que rezuma en cada una de las páginas, con un desfile de criaturas sorprendentes que comparten una pasión común, el deporte del diamante.

Esta magia se basa en varias mitologías, sobre todo la nórdica (los referentes Ragnarok [aunque lo llamen Ragged Rock], a Yggdrasil, a Thor… son constantes) pero también a esos mitos americanos que no son tan conocidos o tan explotados. Están presentes en libros como la trilogía de Marte de Robinson y sobre todo en los libros de Alvin Maker de Card, pero quizá no han tenido tanto tiempo para cuajar en nuestra cultura global.

El viaje que emprenden los niños es uno de descubrimiento, no necesariamente un rito de paso a la vida adulta, pero si un recuerdo que guardarán para siempre. Me encanta esa idea de irse de aventuras, me apasiona el hecho de que en los libros esté la sabiduría necesaria para afrontar los reveses del viaje y el conocimiento que les aportará para su vida futura.

Lo que no he sido capaz de entender son las constantes referencias a jugadores de beisbol famosos o a complicadas normas que influyen en el juego. Me da pena no conocer este deporte porque sin duda hubiera disfrutado aún más de un libro maravilloso que me ha transportado a la infancia.

The Only Harmless Great Thing

No he conseguido conectar con esta historia de Broke Bolander. Los hechos históricos que le sirvieron de inspiración me resultan interesantes, al menos el tema de las chicas del radio, por su connotación en la mejora de los derechos de los trabajadores, así que en un principio no me faltaban ganas de leerlo.

Sin embargo, el estilo de Bolander es demasiado agresivo para mí. Cada párrafo es un puñetazo directo al lector, pero con tanta saña que acaba cansando. El lenguaje utilizado, también mutilado y retorcido no ayuda a la comprensión, aunque reconozco que este es un problema personal y hay otros lectores a quienes les puede encantar.

Es una pena, porque el resto de la historia sigue resultando atractiva. Formalmente me gusta la forma desestructurada y desordenada de presentar cada parte, como si fuera un rompecabezas que hubiera que resolver. Aunque la idea de irradiar a los elefantes como señal de aviso permanente de las zonas radiactivas merece un WTF! bastante sonoro, cosas más raras se han visto (los hipopótamos de Sarah Gailey sin ir más lejos, también inspirados en un hecho real). Otras ideas, como la intercomunicación entre elefantes, aunque también parecen rebuscadas le dan más colorido a la narración.

Temáticamente trata tantas reivindicaciones que resulta sorprendente que haya sido posible condensarlas en tan pocas páginas. Desde el maltrato animal a las condiciones laborales que mencionaba antes, pasando por el tratamiento de los residuos radiactivos y mucho más temas. Es una pena que el estilo no me agrade, que me saque  de la lectura. Si hubiera estado escrito de otra manera creo que lo hubiera apreciado más. Si hubiera estado escrito de otra manera, no sería Bolander.

The Tea Master and the Detective

Tuve la suerte de poder leer The Tea Master and the Detective anticipadamente gracias a la propia autora y es de sobra conocida mi admiración por su obra así que me resulta especialmente difícil hacer una reseña totalmente imparcial. Aún así, espero no escribir cegada por la admiración y valoraré pros y contras.

Con The Tea Master and the Detective Aliette vuelve al universo de Xuya, pero esta vez con un giro distinto. Desarrolla una nueva historia “detectivesca” como en On a Red Station, Drifting pero sigue los pasos de Doyle creando un misterio “holmesiano”, si me permitís la expresión. Los personajes son trasuntos de Watson y Holmes, pero adaptados a su universo de space opera. Son reconocibles pero a la vez son diferentes de los originales. Este movimiento no es fácil, no se trata solo de cambiar el género o que Watson siga siendo veterano de guerra, se trata de que el trauma que arrastra forme parte de la historia, por ejemplo. En este sentido, Aliette ha conseguido imbricar este homenaje con una ambientación futurista en un universo que ya tiene bastante relatos a sus espaldas, sin que se note forzado. Un gran reto, pero uno resuelto de forma elegante y efectiva por la autora.

El misterio en sí no es especialmente complejo, sin llegar a resultar decepcionante. Quizá constreñido por su longitud, la resolución es bastante lineal. Sirve como carta de presentación para los personajes y como oportunidad de lucimiento de sus cualidades deductivas, pero no llega a dejar poso. De Bodard ya hizo gala de sus cualidades como escritora noir en su estupenda trilogía Obsidian and Blood, así que quizá en una extensión mayor hubiéramos podido disfrutar algo más de la investigación.

Lo que más me alegra es el interés de la propia autora en volver a explorar el universo de estos personajes, con una química comprobada y con un escenario consolidado como Xuya para que le sirva de telón de fondo. Espero no equivocarme con esta esperanza.

Gnomon

He invertido mucho tiempo en la lectura de Gnomon, la titánica obra de Nick Harkaway. También he pasado tiempo pensando en la reseña, no porque (como se dijo de Mike Oldfield en su día) en una obra tan larga forzosamente te tiene que gustar una parte, si no porque creo que tiene muchas ideas interesantes.

Lo primero que chocará al lector es la estructura tan extraña escogida por el autor para contar su historia. Recuerda a la utilizada en El Atlas de las Nubes, pero como si a este libro le hubiéramos añadido un triple tirabuzón carpado. La subjetividad de la narración da juego para esto y más, pero aún así no deja de ser una apuesta muy arriesgada de la que no sale necesariamente exitoso siempre.

El argumento subyacente es de rabiosa actualidad. En un futuro Reino Unido post-Brexit la vigilancia y la supervisión por parte del Estado es constante y aceptada, casi unánimamente, con regocijo. La seguridad es mayor si todo está supervisado, ¿pero dónde queda la libertad? La pesadilla de Doctorow y Orwell hecha realidad.

¿Cuál es la minúscula contrapartida de este perfecto y maravilloso sistema? Algunas veces hay que hacer “lecturas mentales” de algunas personas para estabilizar el entramado. Es un procedimiento probado, nunca pasa nada, … hasta que pasa.

Gnomon, no obstante, es mucho más que esto. La inteligencia y el conocimiento de la cultura clásica de Harkaway sale a relucir en más de una ocasión, así como su capacidad para hilar historias interesantes. Pero tiene un problema de fondo, que se aprecia más conforme vas pasando páginas y es que el autor se “recrea” en su propia complejidad. Las cualidades oníricas de algunos de los pasajes y la subjetividad en general le permiten hacer lo que quiere con el libro, saltándose sus propias reglas y creando una sucesión de Deus ex machina que acaba resultando irritante, cuando no directamente agotadora. Creo que se podría haber reducido mucho, MUCHO, el volumen del libro y eso que habríamos salido ganando.

Las múltiples capas que forman Gnomon se relacionan de muy diversas maneras, desde la repetición de palabras claves a las que hay que estar atento a otras un poco más burdas, en las que el autor prácticamente te lleva de la mano hasta el descubrimiento. Hubiera preferido ir uniendo yo los hilos, pero no sé si la ausencia de algunos infodumps hubiera soslayado el problema de la longitud.

La novela hace honor a su nombre como algo que se sale de lo habitual, es una lectura fascinante pero exige un esfuerzo continuado al lector que no muchos estarán dispuestos a entregar.

Jade City

Jade City, una novela que verá la luz en España de mano de Insólita Editorial, es una historia de fantasía en un mundo secundario muy bien construido. Creo que la principal virtud de Fonda Lee es hacernos sentir todo el trabajo de creación y documentación que sin duda ha llevado a cabo sin llegar a apabullarnos en ningún momento. Para definir una sociedad, se puede hablar de algunas de sus características, pero conseguirlo de forma que se integre en la narración no es nada fácil. A lo largo de los capítulos de Jade City, podremos conocer los tipos de comida más apreciados, los deportes que se practican, algo de historia con sus refranes populares y bastante de la religión de este mundo donde el jade da poder a ciertos privilegiados. Pero toda esta información, está en primer lugar perfectamente dosificada y en segundo lugar asombrosamente ubicada en cada capítulo como para que ni siquiera nos demos cuenta de que está ahí. Me puede imaginar paseando por Janloon y comiendo en el Twice Lucky, por ejemplo.

De la mano de esta ambientación excepcional, tenemos unos personajes bastante bien construidos, sobre una historia quizá más convencional, pero no por ello menos atrayente. Las relaciones entre los tres hermanos a los que se puede considerar protagonistas de la historia son verosímiles y sus acciones están en consonancia con lo que vamos conociendo de ellos y de su pasado.

Se ha comparado con El Padrino, aunque a mí personalmente me ha recordado mucho a esa cultura audiovisual que se basa en las triadas chinas muy en boga hace unos años.

El ritmo es sosegado en principio y va acelerando conforme avanza la lectura. Lee va desplegando sus peones y los va relacionando poco a poco para que el desarrollo sea consistente, algo que es de agradecer. Algunos giros de guión no son especialmente sorprendentes, pero como digo, no es la historia en sí lo que más destaca de Jade City.

Quisiera también hacer hincapié en el tratamiento de las adicciones, un hilo subyacente a toda la trama, ya que vemos las distintas relaciones con el jade y con el poder que conlleva en los personajes. Hay quien renuncia a él, hay quien lo teme, hay quien lo desea y hay quien lo aborrece. Estas distintas percepciones del mismo elemento sirven también para diferenciar las ambiciones, los objetivos y sobre todo las personalidades de los personajes. Todo un acierto.

He disfrutado tanto con la lectura de Jade City que incluso he vuelto a crear una de esas infografías que empecé a hacer hace un tiempo. En esta ocasión, sirve como resumen muy somero de alguna de las características de la sociedad del libro. Espero que sea de vuestro agrado, y no la perdáis de vista, porque os puede hacer falta dentro de poco.

Libro gratis : Captive Dreams

El libro de este mes de Phoenix Book, que se puede descargar en la modalidad paga-lo-que-quieras, es Captive Dreams de Michael Flynn.

Esta es la sinopsis:

Fine literary writing meets Science Fiction. A thematic tour-de-force exploring the concept of being human through the eyes of imperfect protagonists struggling with their demons. More than just great SF, these are great stories told with style, wit and sensitivity.

This collection consists of six stories set in the same neighborhood with the lives of the inhabitants of six residences tangentially interacting with each other across space and time.

The Armored Saint

Hace ya algún tiempo que quería leer algo de Myke Cole, pero nunca acababa de decidirme a leer alguna de las novelas de su serie Shadow Ops, por eso de que la ciencia ficción militarista no me acaba de convencer. Cuando supe que el autor cambiaba de tercio y en una longitud mucho más asumible con The Armored Saint, vi la oportunidad clara.

The Armored Saint es una primera parte y se nota. Aunque el autor establece algunas nociones sobre el mundo secundario donde se desarrolla la historia, en realidad la narración está muy comprimida espacialmente, siendo así que todo ocurre en una pequeña aldea y sus alrededores. Asumimos que el mundo será más grande, pero apenas tenemos atisbos de este escenario. Esta concisión espacial es aprovechada por el autor para centrar el relato. No nos distraemos con las vistas exteriores así que nos centramos en los personajes.

Heloise, que es la joven protagonista, es capaz de despertar nuestra empatía. En un mundo medieval (aunque con toques importantes de “tecnología mágica”, si me permitís la expresión ) no acaba de sentirse cómoda con el papel que tiene asignado para el futuro, supeditada a un hipotético matrimonio. No llega a ser rebelde, pero si vemos la lucha interior entre lo que debe y lo que quiere hacer. Porque además, Heloise está descubriendo su sexualidad y no acaba de entenderla.

Este aspecto de autodescubrimiento está narrado de una forma cuidada, sorprendentemente tierna. El contraste con las escenas de acción, que son sangrientas y verosímiles es muy acentuado, provocando una reacción visceral. En este sentido, el tono utilizado por el autor me parece todo un acierto.

El trabajo de ambientación realizado, aunque meritorio, me recuerda demasiado al Dragon Age y sus secuelas, con el Velo que se rasga para dejar pasar el mal. La presencia de un brazo religioso armado, una especie de Inquisición que se dedica a “tejer lo que se ha rasgado” (traducción libre), proporciona un enemigo con el que es fácil enfrentarse. La inspiración en la figura de Juana de Arco tmapoco es algo que se escape al lector. Esta parte del libro me parece demasiado convencional, pero lo cierto es que queda mucho por desarrollar, así que todavía hay tiempo para enderezar la ruta hacia caminos menos trillados.

Dejando de la a la protagonistas, lo que más me llama la atención es esa “tecnología mágica” a la que me refería con anterioridad. No llega a ser un toque steampunk, pero sí que se puede entrever la influencia de Powers o Blaylock al insertar una tecnología que no corresponde con el resto de la ambientación en el libro. Estoy segura de que en la siguientes entregas Cole ampliará estas aplicaciones, y sin duda estaré interesada en leerlas.