En este enlace tendréis acceso a la nada despreciable cantidad de 355 números de la revista Galaxy.
Aquí tendréis acceso a una primera versión de “The Fireman”, que daría lugar a Farenheit 451 de Bradbury o “The Puppet Masters” de Robert Heinlein.
Lecturas de ciencia ficción y fantasía
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Gracias a mi gran amigo @mertonio finalmente pude leer la entrega final de la trilogía The Alchemy Wars, de Ian Tregillis. Después de la excelente primera entrega y la algo más endeble segunda parte, con The Liberation Tregillis consigue cerrar el ciclo de una forma estupenda y plenamente satisfactoria.
Para rematar el círculo del viaje que comenzó en Europa para continuar en el Nuevo Mundo, de nuevo los capítulos que se desarrollan en el Viejo Continente cobran más importancia que los americanos, que también siguen presentes. Me parece una forma muy inteligente de equilibrar los distintos puntos de vista, desplazando el foco de interés al mismo tiempo que el de la acción.
Los personajes siguen siendo casi los mismos que en los libros anteriores (los que sobreviven) pero han cambiado profundamente. Las vicisitudes por las que ha pasado Daniel le convierten en un ser casi místico para sus congéneres, mientras que las damas de las potencias enfrentadas prosiguen con sus maquinaciones, pero con el miedo en el cuerpo, ya que la balanza se ha desequilibrado definitivamente.
Narrativamente, el ritmo sigue un crescendo envidiable, con ese toque rozando el gore que tanto gusta al autor y dejando quizá un poco de lado el discurso sobre el libre albedrío que fue fundamental para The Mechanical. En este sentido, el discurso vira hacia la esclavitud y la liberación de los seres mecánicos, con las consecuencias que puede traer para un mundo cuya economía y forma de vida está basada en el trabajo forzado. El alzamiento de los robots es un tema muy manido en la ciencia ficción, pero el autor de Minnesota consigue darle un aire de novedad con el escenario ucrónico utilizado. Todo un acierto.
Tampoco es una novela perfecta. Una planificación de siglos, como aquella a la que se hace referencia en la segunda parte del libro, no debería depender de tantas casualidades para llegar a su fin. Los remordimientos de algunos de los protagonistas son tardíos y suenan falsos. Algunos personajes aparecen y desaparecen en la nada para hacer su pequeña contribución a la trama pero sin aportar nada más.
Pero estos fallos son prácticamente despreciables. A la sombra de otras trilogías mucho más famosas, The Alchemy Wars ha pasado injustamente desapercibida y ya es hora de que se hable más de ella.
La ciencia ficción es, por definición, un campo abierto a la especulación. Aplicada en el campo de la política, la ciencia ficción ha dado lugar a obras singulares como Ex-machina, de Brian K. Vaughan y Tony Harris. Otro título que se salió de lo corriente, fue Infomocracy.
Null States es la continuación de Infomocracy, y ahonda sobre las ideas políticas de la primera entrega. Es importante comprender que el sistema de microdemocracias en el que se sustentan estas obras, ni es omnisciente ni es universal, por que existen estos estados que siguen siendo naciones (Rusia, China, la siempre imperturbable Suiza…) que son como agujeros negros para Information. Cada uno de estos estados lo es por sus propias razones, tales como aislacionismo, protección de la privacidad o simple despotismo. Esta novela explora la influencia de estos puntos ciegos para el sistema de microdemocracias postulado por Older, que al contrario que otros autores se centra en la implantación de un sistema, no en su desarrollo cuando ya está en funcionamiento. Y los comienzos nunca son sencillos.
La acción se basa en una zona de Sudán que ha adoptado recientemente el nuevo sistema político y que requiere un seguimiento más personalizado para llevar la transición a buen cauce. Aparece sin embargo un elemento disruptivo, un asesinato que pone patas arribas un sistema de por sí débil en su concepción.
La narración toma dos vías, por una parte la que se desarrolla en Sudán, con una investigación de asesinato un tanto chapucera porque si todo depende de la información que obtienes de las fuentes automatizadas y NO hay fuentes automatizadas apenas, poco podrás rascar. Esta parte de la novela me ha resultado fallida, por la falta de recursos de los protagonistas y por el bloqueo que les supone no disponer de sus herramientas habituales. La otra parte es una trama de espionaje apasionante, aunque breve, con escenas de acción, persecuciones, infiltración… lo tiene todo. Muy inmersiva y bien narrada.
¿Por qué este contraste tan exagerado? Supongo que Older no quería escribir un thriller de espionaje sin más y quería seguir explorando la microdemocracia, solo que… no ha conseguido equilibrar la narración.
Lo mismo pasa con los personajes. Mishima, a quien ya conocíamos con anterioridad, protagoniza las escenas más interesantes de la novela, persiguiendo a los autores de un atentado o infiltrándose en una antigua superpotencia gracias a los culebrones a los que es adicta (no es broma). Pero los personajes de la otra parte de la historia parecen sombras, no desarrollan una historia propia. Roz se salva un poco, pero no mucho, de esta generalización apabullante.
A pesar de estos aspectos negativos, sigo con curiosidad por saber cómo se desarrollará la tercera novela, porque en el final de Null States aparece un nuevo jugador que promete emociones fuertes.
El libro Phoenix Pick de este mes, disponible para su descarga en la modalidad paga-lo-que-quieras, es Seven Views of Olduvai Gorge de Mike Resnick.
Os pongo la sinopsis y la portada:
In the far future, eons after the demise of Humanity and its far-flung galactic empire, a group of alien archeologists visits Earth to uncover the secret of the dead race’s initial overwhelming success and its ultimate death.
Digging through layers of archeological strata at Olduvai Gorge, they discover seven unique artifacts, each related to a different era of humanity’s history and each telling a unique story about humankind’s strengths and weaknesses. But are they prepared for their final discovery, which will change their worlds forever?
Seven Views of Olduvai Gorge is one of the most celebrated novellas ever written. It not only won both the Hugo and Nebula, but also the HOMer award and the SF Chronicle Poll and was a nominee for the Locus Award and the Sturgeon Award. It was also nominated for a number of international awards, winning the Ignotus and the Universitat Polytechnica Awards in Spain, the Prix Ozone Award in France and the Futura Award in Croatia.
La esperadísima finalización de la trilogía The Broken Earth de N.K. Jemisin apareció un día en mi lector de libros electrónico y no pude dejarla de lado mucho tiempo, porque tenía unas enormes ganas de saber cómo había acabado la autora una serie tan laureada. Si bien tiene algunos fallos y para mí no llega a brillar tanto como sus antecesoras, nos encontramos ante un libro sólido que cierra la historia de forma satisfactoria.
El pilar principal de la novela son los personajes. Exquisitamente desarrollados y con múltiples escalas de grises, vemos como sus relaciones varían del amor al odio o a la indiferencia, en una suerte de entramado dotado de vida propia. Me encanta como Jemisin ha conseguido dotar a cada uno de ellos de su voz propia y cómo se reponen de los avatares a los que se ven expuestos.
Especialmente interesantes son los capítulos de Hoa, situados en el pasado, que aportan muchísima información que desconocíamos. A veces me atrevería a decir que demasiada, porque llega a saturar.
La autora ha conseguido dar una nueva vuelta de tuerca al tema del racismo, esta vez sin tapujos ni cortapisas. Ya no es solo que a ciertas personas se las considere inferiores, la apropiación cultural también está representada en The Stone Sky.
En la parte negativa cabe destacar los cambios de escenario, que no acaban de sentarle bien a la narración, atascándose más de una vez. El ritmo se ve influenciado por estos cambios y en algunos capítulos tarda en remontar. En ocasiones, la autora está a punto de caer en el infodump, conforme la historia se va volviendo más de ciencia ficción y menos de fantasía. Realmente, la historia nunca termina de encasillarse en ninguno de los dos géneros, pero la deriva hacia la ciencia ficción es manifiesta en esta última entrega.
Por contra, la prosa sigue siendo espectacular. El uso de la segunda persona del singular en uno de los puntos de vista sigue siendo un recurso válido, difícil de llevar a cabo pero resuelto con soltura. Algunas de las nuevas palabras forjadas para The Stone Sky son aparentemente sencillas pero definen los nuevos términos de forma tan clara que ni siquiera hace falta explicarlas. Formar nuevos vocablos no es baladí, pero la neoyorquina hace que suenen como si fueran habituales en nuestros oídos.
¿Y vosotros? ¿Habéis terminado ya la trilogía? ¿Qué os ha parecido?
Esta es mi primera novela de Will McIntosh y aunque ya iba sobre aviso, no puede dejar de sentirme decepcionada por un libro que tiene un comienzo prometedor, pero que luego fracasa tanto narrativa como estructuralmente.
El comienzo, aunque no excesivamente original, está bien planteado. El protagonista es una persona sin recuerdos rodeada de gente también sin recuerdos. Los primeros capítulos se desarrollan en un entorno relativamente reducido y son una curiosa mezcla entre lucha por la supervivencia y gestos de humanidad. Lo mismo hay muertes por una lata de conserva que sacrificios para salvar a un desconocido. Pero en un momento determinado, el protagonista “cae” de este mundo a otro, ayudado por un paracaídas casero.
Ahi ya empieza a entrar en juego la suspensión de incredulidad, por ese apego que tenemos a las leyes de la física, pero leyendo hay que intentar ser flexible así que dejé pasar este importante detalle, esperando una explicación que llegaría más tarde. La “explicación” llegó pero mucho más tarde, quizá demasiado.
Por otra parte, se desarrolla una trama que sospechamos está relacionada pero no podremos situar correctamente en la narración hasta que avance el libro. En este ocasión se habla de la relación de dos brillantes investigadores, con el trasfondo de un progresivo empeoramiento de las relaciones internacionales. El desarrollo de la relación entre ambos es previsible e incluso ingenuo, pero fundamental para la trama.
El momento en que se unen las dos tramas, que debería ser un importante hito en la novela es sin embargo un parche algo torpe. Se sitúa sobre el último tercio del libro, pero por las pistas dejadas por el autor ya intuíamos lo que había sucedido y destroza la posible sorpresa que quedara en el futuro de la línea temporal. Como digo, una ejecución bastante simplona.
Al final acabé el libro casi por inercia, por curiosidad de saber si mis intuiciones coincidían con la idea del autor. No puedo recomendar esta obra, aunque tengo algo de curiosidad por otras del autor que estén más pulidas (no olvidemos que esta fue su primera obra).
La primera entrega de las historias gaslamp fantasy de Emma Newman me dejó con ganas de más, así que en cuanto cayó en mis manos Weaver’s Lament me puse con él y he de decir que prácticamente lo devoré.
Newman sigue utilizando ese tono entre ingenuo y reivindicativo que es característico de la protagonista, que se revuelve ante las injusticias, pero que por un mal entendido sentido del deber familiar supedita sus creencias al bienestar de su hermano.
Afortunadamente, esta entrega no sufre para nada del síndrome del segundo libro, es más, se aprovecha de que el mundo ya está más o menos definido para centrarse en la historia. Me gusta especialmente el “realismo” de la narración, si me permitís esta expresión, porque aunque la explicación de lo que ocurre en el telar es mágica, todo lo que la envuelve es perfectamente creíble.
Se podría entender el sufrimiento y la pérdida de “alma” de los trabajadores como una metáfora de la alienación que sufrieron los obreros de la Revolución Industrial, asi como la persecución de los peligrosos agitadores socialistas que amenazan la estabilidad. Las insalubres condiciones laborales, el trabajo infantil, los frecuentes accidentes… todo está permitido para el beneficio del patrón.
Todo esto no quiere decir que Weaver’s Lament sea un panfleto. La parte mágica es entretenida y las relaciones interpersonales avanzan para la que será la tercera entrega de la serie. Pero todo esto parece poco importante respecto al aspecto social del libro. ¿Lo habéis leído? ¿Os da la misma impresión que a mí?
Como me gustó tanto The Black Tides of Heaven, tenía claro que no pasaría mucho tiempo antes de que The Red Threads of Fortune también pasara por mi libro electrónico.
The Red Threads of Fortune forma un díptico con la novella anterior, compartiendo protagonistas y siendo posterior en el tiempo, con otra de esas elipsis brutales que tanto usó la autora en The Black Tides of Heaven. No obstante, la narración es más convencional en esta ocasión, con unos hechos mucho más fluidos en el tiempo y una introducción, nudo y desenlace mucho más acordes con el canon.
JY Jang sigue añadiendo pinceladas al mundo en el que se desarrollan sus historias, con detalles tan interesantes como las diferencias gravitacionales entre las distintas zonas en las que se da la vida y la aparición de monstruosos naga, criaturas mitológicas que jugarán un importante papel en la narración.
Pero sobre todo este es un relato sobre el dolor por la pérdida de un ser querido y cómo se puede afrontar este luto. Para esto, vemos la contraposición de un dolor antiguo pero siempre presente, el que sufre Mokoya y las estrategias que utilizó para apaciguarlo (principalmente lanzarse a los placeres de la carne). Pero esto no deja de ser un acto pasivo, que busca olvidar. En cambio, como marcada contraste ante este método, en la novella vemos un intento de tomar cartas en el asunto, para evitar en lo posible la pérdida. En un mundo mágico como es este, hay fronteras que no se deben traspasar, pero el ser humano siempre encuentra justificación para la experimentación.
También sigue muy presente el tratamiento de la sexualidad como algo fluido, no como dos géneros estancos. Esta línea es continuista en toda la trama del Tensorate y creo que es uno de los elementos diferenciadores de la escritura de JY Yang.
The Red Threads of Fortune aunque valioso por sí mismo, me ha dejado un regusto a novela de transición. Se sabe que Tor.com tiene preparadas para su publicación en 2018 dos nuevas historias, tituladas The Descent of Monsters y To Ascend to Godhood. No me cabe duda de que acabarán cayendo en mis manos también.
Sentía mucha curiosidad por las dos obras de JY Yang que iba a publicar Tor.com, The Black Tides of Heaven y The Red Threads of Fortune. Solo con ver las maravillosas portadas son libros que atraen la atención. Además, si la autora los define como “Dragon Age meets Jurassic World meets Star Wars meets Mad Max” los niveles de hype suben hasta alcanzar los cielos.
En The Black Tides of Heaven la autora establece las bases de un mundo secundario que puede dar mucho juego para futuras entregas. Hay aspectos particulares como la magia que no quedan demasiado definidos, aunque innegablemente se trata de un concepto asiático del arte arcano, con las distintas influencias de la naturaleza de las cosas y las corrientes que influyen en la magia (parecido al tratamiento de la magia vietnamita en The House of Shattered Wings).
En cierto modo me recuerda a las historias Barry Hughart como Puente de Pájaros, aunque sin el humor inherente a las peripecias de Buey Número Ocho y el sabio Li Kao. Esto probablemente sea debido a mi desconocimiento general de la mitología asiática. Aunque no recuerdo ningún libro de influencia asiática en el que aparezcan dinosaurios como monturas. Si, has leído bien, dinosaurios. Y esto es solo un pequeño detalle sin importancia.
No obstante, quizá influida por el silkpunk de Ken Liu, también hay tecnología en este mundo eminentemente mágico. Tecnología que comienza a funcionar de modo independiente de la magia, con todas las consecuencias que esto pueda acarrear para el orden establecido.
Pero sin duda el aspecto más curioso y llamativo del mundo es la posibilidad de elegir a lo largo de la infancia y la adolescencia a qué género se desea adscribirse. De hecho, las características físicas que asociamos con uno u otro sexo no se manifiestan hasta que esta elección ha tenido lugar, y es mediante la intervención de los médicos cuando el cuerpo humano obtiene su aspecto masculino o femenino. Esta posibilidad de elección es explorada de forma sucinta en The Black Tides of Heaven pero define de tajantemente el mundo en que se desarrolla la historia.
Los protagonistas son dos hermanos gemelos (o hermanas gemelas, ya que no están definidos) nacidos mediante la magia de la máxima autoridad como pago de una deuda contraída con un monasterio. Veremos cómo se desarrollan a lo largo de su vida, con escenas bastante separadas en el tiempo.
La forma escogida para este relato tiene elipsis brutales. La historia salta desde el nacimiento de ambos hasta el momento en que cumplen seis años y así sucesivamente. Lo que pasa en este tiempo queda a la imaginación del lector pero no parece que influya en la narración. Se podría decir que la autora escoge momentos puntuales de la vida de los hermanos para mostrarnos sus ideas, pero deja envuelto en un velo de misterio todo lo demás. Curiosa elección que quizá se vea completada con la lectura de The Red Threads of Fortune, pero que en ningún caso da lugar a una novella mutilada o incompleta.
Tengo mucha curiosidad por saber cómo avanzarán las peripecias de Mokoya y Akeha, pero de momento no puedo dejar de recomendarla.
Hay ocasiones en que mientras lees un libro te sientes conmovido por la forma como está escrito pero no te acabas de sumergir en la lectura precisamente por ese estilo. Con The Five Daughters of the Moon me ha pasado algo similar, admiro la forma en que Leena Likitalo lo ha escrito pero la historia no me ha convencido.
Una ambientación distinta de la habitual aunque no excesivamente original (sin ir más lejos, ahí tenemos The Secret History of Moscow o Aleksis Strogonov) es el punto de partida de esta primera parte de una duología. Es el principio del fin de la Rusia zarista, con una emperatriz que parece ciega al sufrimiento del pueblo y que se embarca en guerras sin mucha justificación aparente. El elemento mágico-fantástico está presente en el marido de la emperatriz, que es la misma Luna, pero lo que más me llama la atención (llamadlo deformación profesional) es ese trasunto de máquina diferencial de Babbage, llamada Great Thinking Machine. Este artilugio se pretende utilizar para optimizar los recursos del imperio, pero el coste de su uso es demasiado elevado, incluso para los estándares de la corte.
Los cinco puntos de vista alternativos utilizados por la autora durante la narración son los ojos de las cinco hijas de la emperatriz y su interpretación del mundo. En este sentido, cada una de ellas tiene una voz propia y el resultado es convincente aunque mejorable. Cada una se enfrenta a los mismos hechos de forma distinta dependiendo del prisma con el que lo vea. Las diferencias de edad y de personalidad están bien representadas y es de agradecer la labor de Likitalo para continuar la historia de forma fluida a pesar de los cambios de narrador.
El escenario queda un poco desdibujado en contraste con estos personajes, ya que queda a la interpretación o la imaginación del lector qué ocurre en realidad en esos puntos ciegos que ninguna de las hijas ve. Esto no tiene por qué ser un problema ni un desafío, si no otro recurso narrativo más.
Lo que no me convence en el fondo es la historia en sí. Empezando por la presencia del “malo malísimo” cuyo papel es más que evidente y siguiendo por un largo viaje en tren que resulta incluso cansado de leer, la narración va por los caminos esperados y no sorprende. Incluso peor es el hecho de que se haya partido en dos entregas, dejando la trama a medias pero en un punto que no es excesivamente atractivo ni inquietante.
Leeré la siguiente entrega por curiosidad sobre qué pasa al final con las cinco hermanas, pero no será una de mis prioridades.