Mi buen amigo @mertonio me dejó estos libros de Polansky y confiando en su juicio como lector experto de grimdark, decidí ponerme manos a la obra.
Ya había leído algo de su obra, como el excelente The Builders o la más que digna Low Town, pero hay que reconocer que en esta ocasión el autor se ha superado, ha sido capaz de extraer la esencia del grimdark como una almaraza obtiene el más puro aceite de oliva. Siguiendo con la comparativa, ha sido capaz de descartar el alpechín y tras una capa de vísceras y fluidos corporales atisbamos a un fino estilista de la palabra y una trama absorbente.
Las metáforas y comparaciones son brillantes, aunque muchas veces el material de partida sea sórdido como la naturaleza humana más despreciable. Es todo mérito del autor describir la crueldad de una raza mientras que se admira su innegable belleza y atractivo exterior. Y comparar a los humanos constantemente con cucarachas, con alimañas dañinas sirve para reforzar más ese contraste.
Lo que no tiene sentido es dividir el libro en dos entregas porque no nos encontramos ante una duología, se trata de una sola novela. Editorialmente puede tener sentido por la “manejabilidad” del volumen (lo he leído en rústica) pero se trata de una sola obra y esto el lector ha de tenerlo claro. Si no se sabe la primera entrega queda muy incompleta y deja cierta insatisfacción.
Los personajes son realmente interesantes, aunque solo uno de ellos tiene una evolución a lo largo de las páginas, los demás mantienen su papel. Esto puede parecer arquetípico y quizá lo sea, pero tienen tanta profundidad y son tan perversamente atractivos que perdonamos este encasillamiento. Y parecen reales, con motivaciones deleznables pero comprensibles. El equilibro entre trama, personajes y ambientación es algo muy difícil de conseguir pero Daniel sale exitoso de este desafío a lo largo de toda la novela.
Otra cosa que no consigo entender, es el caracter religioso de la revolución. No logro concebir derrocar a unos dioses crueles e impasibles pero reales y presentes por unas figuras míticas del imaginario colectivo. Entiendo que la religión y las creencias son una fuerza demoledora pero el desarrollo de la misma en la novela no entra dentro de lo razonable (entenderé si me decís que la fe precisamente desafía a la razón).
Otro punto débil, por buscárselo, es cierta aversión a las batallas campales. No las narra, justo en esos momentos utiliza elipsis para dejarnos todo a nuestra imaginación. Técnicamente son escenas difíciles de narrar, ya que un exceso de preparación hace todo parezca coordinado como un ejercicio de gimnasia rítmica y la falta de preparación dejaría la narración embarullada, pero en un libro de fantasía de este tipo es habitual, casi imprescindible narrar estas batallas.
Polansky es una autor al que hay que seguir muy de cerca, ¿me acompañas en el camino?