No entiendo por qué la trilogía The First Sister de Linden A. Lewis no ha tenido más repercusión al menos por estas tierras, siendo como es una space opera reivindicativa, llena de giros de guion y con un elenco de personajes carismáticos de esos que dejan huella. Afortunadamente, con la última entrega la autora no solo deja el listón bien alto si no que cierra las tramas con mucha solvencia, ofreciéndonos el final que una serie tan buena merecía.
Me perdonaréis que empiece por el final, pero es que me ha parecido maravillosa la forma en que se narran los últimos capítulos de la historia, con un ritmo frenético, apoyado por un aviso de la probabilidad estadística de la extinción de la humanidad pero a su vez empezando cada capítulo con una pequeña “reubicación” del lector que enlaza el final del anterior con el principio del siguiente facilitando el cambio de punto de vista. Es una decisión acertadísima en medio de la confusión de la última batalla para que el hilo de la historia siga siendo perfectamente distinguible.
La novela en sí es bastante continuista con las anteriores, pero como se dice normalmente, si algo funciona, no lo toques. Me interesa mucho como Lewis mezcla tropos muy utilizados en la ciencia ficción, como la singularidad o la manipulación genética para lanzar un mensaje que haga despertar nuestras conciencias. El elitismo y la separación de clases son tan evidentes en esta sociedad como para provocar una revolución, pero de no ser por la amenaza de una fuerza exterior no llegaría el cambio en el status quo. Pero también toca temas tan importantes como la familia (natural y encontrada), el cumplimiento de las expectativas puestas en ti por los demás o cómo conseguir abrir tu propio camino.
Los personajes son polifacéticos y dotados de una gran profundidad. Me entusiasma la evolución de todos ellos, desde Astrid a Hiro, desde Lito a Luce… Y la vía no ha estado exenta de sufrimiento y dolor. Los sacrificios que todos han de llevar a cabo son realmente titánicos pero en la mayoría de los casos consiguen mejorar. Aquí hay un mensaje optimista que no debemos pasar por alto, que puede servir como luz en la oscuridad.
También me ha gustado especialmente cómo algunos temas que aparecían en la primera novela influyen en esta última entrega, en la que vemos cómo todo o casi todo tenía una razón de ser que explicaba ciertos comportamientos que podían parecer anómalos.
En definitiva, esta novela es un broche de oro para una trilogía que no entiendo cómo no está todavía publicada en español. Editoriales españolas, echadle el lazo pero ya.