Rise of the Red Hand

Recuerdo que cuando se publicó Rise of the Red Hand hubo cierto revuelo en redes sobre el libro, sobre todo porque había mechas y un cierto aire reivindicativo en la obra. Lo cierto es que una vez apaciguadas las aguas tras tres años desde su publicación, Rise of the Red Hand no ha dejado mucha huella pero no por ello deja de ser una novela destinada al público juvenil que tiene detalles interesantes. Veamos algunos de ellos.

Creo que quizá lo más llamativo sea la ambientación futurista de esta distopía climática, situada en el sudeste asiático. Si bien es cierto que ya asistimos a una ambientación similar en La Chica Mecánica, no es menos cierto que se agradece el cambio de las omnipresentes megaciudades norteamericanas. La autora ha sabido de dotar de un sabor especial al libro, con referencias religiosas, culturales, gastronómicas que se salen de lo habitual.

La subida del nivel del mar en el futuro ha provocado migraciones humanas que han aumentado aún más si cabe las desigualdades entre los privilegiados y los demás. El movimiento de resistencia es la Red Hand, un sistema distribuido de protestas y activismo que pretende la redistribución de la riqueza. El mundo está fracturado en provincias tras la tercera guerra mundial y ese es quizá uno de los puntos que fallan del libro, ya que no se explica muy bien cómo ha podido sobrevivir la civilización aunque sea de una forma maltrecha a las armas nucleares. Olivia Chadha no entra muy en detalle, colocando las piezas donde le interesan para narrar su historia y dejando a la suspensión de la incredulidad del lector los huecos que quedan en el relato.

En el libro hay varios puntos de vista bastante equilibrados, con representantes de la Red Hand muy influidos por el cyberpunk y las modificaciones corporales extremas para poder sobrevivir y también otros que parten desde el privilegio de sus genes perfeccionados para una vida de comodidad y lujo. Las decisiones sobre quién vive y quién muere las toma una inteligencia artificial basándose en juicios de valor irremediablemente sesgados por los humanos. Es difícil sentir empatía por los personajes al comienzo del libro, pero luego se dejan querer.

En cuanto a la prosa, es un aspecto al que no le hubiera venido mal un poco de más trabajo editorial, porque hay algunos pasajes de puro infodump que no aportan nada a la historia.

En definitiva un libro que prometía más de lo que ofrece, pero que se salva de la quema por detalles que quizá se expandan en Fall of the Iron Gods.

Cubierta de Fall of the Iron Gods

Aquí os traigo la que será cubierta de Fall of the Iron Gods, de Olivia Chadha, secuela de Rise of the Red Hand.

Es es la sinopsis:

Despite hard-won victories, the revolutionary forces known as the Red Hand are more endangered than ever: the Planetary Alliance Commission–the PAC–has branded them public enemy number one, ramping up their efforts to eliminate the Red Hand’s remaining members even as the pandemic rages on.

In order to protect the progress they have made, the team must adopt new tactics. Ashiva, armed with a new bionic upgrade, leads a team back into the fray to track down a mysterious beacon that may well be a trap. Synch helps prepare their Himalayan stronghold, but his presence may hurt their cause more than the Red Hand knows. And Taru, determined to prove herself, discovers a precious resource that everyone–especially the PAC–is desperate to control.

Greedy and unyielding, the PAC is all too willing to sacrifice the people of a province to achieve their optimal results, leaving Ashiva, Synch, and Taru to save their homeland from a government claiming to act for the greater planetary good.

Mi traducción:

A pesar de las victorias conseguidas a un alto precio, las fuerzas revolucionarias conocidas como Red Hand están más en riesgo que nunca: la Planetary Alliance Commission (PAC) les ha marcado como enemigo público número 1, poniendo toda la carne en el asador para eliminar a los miembros restantes de Red Hand mientras continúa la pandemia.

Para proteger sus avances, el equipo deberá aplicar nuevas tácticas. Ashiva, armada con una actualización biónica, lidera un equipo para encontrar una señal que puede ser una trampa. Synch prepara su fortaleza en el Himalaya, pero su presencia puede ser más problemática de lo que cree Red Hand. Y Taru, que debe probarse a sí mismo, descubre un valiosísimo recurso que cualquiera, especialmente la PAC, necesita controlar.

Ambiciosa e inflexible, la PAC no dudará en sacrificar civiles para conseguir los resultados óptimos, dejando a Ashiva, Synch y Taru tratando de salvar su hogar de un gobierno que dice actuar para mejorar el planeta.

La cubierta tiene arte de Ismail Inceoglu y diseño de Dana Li: