Echo of Worlds

Esta novela es la conclusión de Infinity Gate y quizá por las buenas sensaciones de su lectura esperaba demasiado de Echo of Worlds, que sin llegar a ser para nada una novela “mala”, sí que falla al intentar construir la conexión con el lector y su empatía hacia los personajes que van mostrándonos su vicisitudes. Y es que, con el potencial de mundos casi infinitos ante él, Carey opta por una solución bastante facilona, a mi entender.

Es muy llamativo el comienzo de la novela, con un ente que no se identifica pero que parece que jugará un papel primordial en el desarrollo de la trama. Pronto lo dejará de lado, para centrarse en el variopinto grupo que se unió en la primera novela para tratar de impedir que la guerra entre los humanos y las máquinas llegue a un punto de no retorno. Y aquí es donde empiezan los problemas. El grupo está condenado a entenderse pero se pierden en vericuetos y “misiones secundarias” que solo inflan la novela sin aportar sustancia. El objetivo que persiguen de conocer a la Masa Madre, algo que buscan con más interés que el más abnegado de los panaderos, en realidad no sirven para nada en el devenir de los acontecimientos y los pasos intermedios no van acumulando tensión ni conocimiento, se sienten bastante prescindibles.

Estos problemas de ritmo desaparecen cuando vamos llegando a la conclusión final, pero por desgracia tampoco me convence el uso de un deus ex machina de manual para arreglar un conflicto que se expandía por innumerables mundos y que ha causado bajas imposibles de cuantificar. El autor nos ofrece una interesante perspectiva sobre el transhumanismo, apoyado en un poquito de tecnojerga para suavizar el impacto, pero al final deja que el conflicto se solucione desde el exterior de una manera un tanto inocente.

Es posible que mi experiencia como lectora de ciencia ficción haga que sea cada vez más difícil sorprenderme y de hecho Carey no lo ha conseguido en esta ocasión. Quizá en la próxima habrá más suerte.

The Mercy of Gods

Una nueva serie de ciencia ficción de los aclamados James S.A. Corey era algo que no iba a dejar pasar, aún más cuando se anunció su publicación en español por parte de Nova con traducción de David Tejera. Aunque The Mercy of Gods tiene una premisa muy atractiva, me temo que los autores se han pasado de frenada esta vez, con un volumen demasiado introductorio que no quita las ganas de leer los siguientes, pero tampoco aviva las llamas de las expectativas.

El libro parte de una premisa a priori bastante atractiva, como es la llegada de una raza alienígena a un planeta habitado por humanos. La primera acción que llevarán a cabo los Carryx es diezmar (vale que no es diezmar exactamente, matan a 1 de cada 8, pero bueno) a la población humana y llevarse con ellos a los miembros más destacados de la comunidad para utilizarlos no se sabe muy bien con qué fin. El hecho de que el libro se base principalmente en los estudios que llevan a cabo estos científicos que tampoco tienen muy claro que están compitiendo con otras razas alienígenas ralentiza bastante la trama, quizá hay un poco de sobrexposición de bata blanca y probeta, y se añora algo más de acción.

Los autores no dejan de lado su gran capacidad imaginativa, dando lugar a muchas razas distintas cada una con sus peculiares características que harían las delicias de cualquier xenólogo que se precie, pero le falta algo de cohesión en la exposición de los hechos y, sobre todo, continuidad en el ritmo.

Es una historia de supervivencia, sí, pero está escrita de una manera que le da más importancia a las probetas que los que las manejan, si me permitís la comparación. El elenco de personajes es bastante plano y la interacción con los demás aliens es poco sutil, cuando no directamente basta. El conflicto mayor al que se hace referencia queda un tanto velado y siguen sin estar claras las intenciones de los Carryx o al menos la estrategia que pretenden seguir para esquivar sus problemas.

En resumen, me ha parecido más el prólogo alargado de una serie que puede estar bien, pero que se queda un poco cojo como entrega única.

Red Sonja: Consumed

No tengo recuerdo de haber leído ningún tebeo de Red Sonja, aunque me suena el personaje. Pensaba que era una versión femenina de Conan, pero hablando con gente que sí lo conoce me han sacado de mi error. Así que, cuando empecé a leer Red Sonja: Consumed esperaba leer un libro de espada y brujería, y aunque tiene algunos detalles que se suelen asociar con este subgénero, no es menos cierto que también se puede etiquetar como fantasía épica. Este libro no tiene el carácter episódico de la obras de Robert E. Howard, pero sí que se centra más en las pequeñas luchas que en el eterno combate entre el bien y el mal. También tiene pequeñas dosis de erotismo, monstruos que escapan a la comprensión del cerebro humano y combates muy bien narrados.

No me cabe duda de que Gail Simone es una guionista de cómic muy reconocida, sin embargo, el paso a escribir novelas sin tener el apoyo visual que tanta importancia tiene en el cómic podría ser arriesgado. La autora se desenvuelve sin ningún problema en este otro formato, por lo que Red Sonja: Consumed, a pesar de ser la primera entrega de una serie, se sostiene perfectamente por sí mismo.

La estructura que Simone ha escogido para la novela se adapta muy bien a lo que quiere contar, ya que con la información previa de cada capítulo va tejiendo una construcción de mundo que servirá a los novatos para situarse y sonará familiar a los lectores más versados en este universo. El equilibrio era difícil de conseguir, pero creo que en este aspecto la autora ha tenido éxito.

Hay algunos elementos que sí que chocan en la narración de la aventura de Sonja, principalmente la facilidad con la que cae presa de enemigos aparentemente inferiores, pero quizá lo que más me ha llamado la atención es que llamen Sonjita a una persona capaz de ir rebanando pescuezos antes de desayunar como el que se toma una pastilla reconstituyente. Por otra parte, me encanta la relación que tiene con su caballo, educado perfectamente para la batalla y fiel hasta la extenuación.

Red Sonja: Consumed es una novela de fantasía que da lo que promete, acción y una protagonista carismática y sensual. Una actualización al lector moderno de un personaje que merece seguir en el imaginario colectivo.

Orbit publicará una space opera de Claire North

El 16 de septiembre es la fecha prevista para que Orbit publique Slow Gods, la nueva novela de Claire North que promete ser un auténtico bombazo. Esta es la sinopsis:

My name is Mawukana na-Vdnaze, and I am a very poor copy of myself.

In telling my story, there are certain things I should perhaps lie about. I should make myself a hero. Pretend I was not used by strangers and gods, did not leave people behind.
 
Here is one truth: out there in deep space, in the pilot’s chair, I died. And then, I was reborn. I became something not quite human, something that could speak to the infinite dark. And I vowed to become the scourge of the world that wronged me. 

This is the story of the supernova event that burned planets and felled civilizations. This is also the story of the many lives I’ve lived since I died for the first time.  
 
Are you listening? 

Mi traducción:

Mi nombre es Mawukana na-Vdnaze y soy una pobre copia de mí mismo.

Contando mi historia hay algunas cosas sobre las que quizá debiera mentir. Debería hacerme el héroe. Disimular como si no hubiese sido usado por extraños y dioses, y no hubiera dejado a nadie atrás.

Una verdad: en el espacio profundo, en la silla del piloto, morí. Y después, renací. Me convertí en algo no necesariamente humano, algo que puede hablar con la oscuridad infinita. Y juré convertirme en el azote del mundo que me hizo daño.

Esta es la historia de un evento supernova que quemó planetas e hizo caer civilizaciones. También es la historia de las muchas vidas que he vivido tras mi muerte.

¿Estás escuchando?

Esta es la cubierta, con diseño de Nico Taylor:

The Third Rule of Time Travel

No había leído nada de Philip Fracassi, ya que sólo le conocía como autor de terror y ya se sabe que ese género es un terreno que no soy muy dada a explorar. Sin embargo, con The Third Rule of Time Travel, una novela en la que se decanta por la ciencia ficción vi la oportunidad clara de conocer al menos algo de su obra, así que no lo dudé.

La protagonista de la novela es Beth, una científica que ha construido una máquina con la que es capaz de mandar su conciencia atrás en el tiempo, pero que debe cumplir tres normas:

Regla uno: solo se puede viajar hasta un punto determinado de la propia vida.

Regla dos: solo se puede viajar durante noventa segundos.

Regla tres: solo se puede observar.

Las reglas no se pueden romper.

Cuando el primer acercamiento a una novela viene reglado de esta forma, ya imaginas que la especulación va a ir sobre cómo romper las reglas, un poco a lo Asimov en sus cuentos de robots.

Sin embargo, Fracassi ha decidido enfocar su novela en la psique de la protagonista, ya que cada viaje parece llevarla a una crisis de su vida, como si el dolor extremo fuera el faro que guía sus viajes en el tiempo. Y estamos hablando de momentos tremendamente duros, como la muerte de sus padres y su hermana en un accidente aéreo. En este sentido el autor saber perfectamente qué cuerdas rasgar para que la melodía sea tremendamente melancólica y dolorosa. Gran parte de la novela intenta hacernos dudar sobre la estabilidad mental de Beth y a veces parece que lo consigue, pero si luego tenemos en cuenta las posibilidades de los viajes en el tiempo veremos que está preparando su gran final, que a mí al menos me ha parecido un poco descafeinado.

Y es que como novela de ciencia ficción, hay pocas cosas que la hagan destacar sobre cualquier otra de viajes en el tiempo: una gran corporación que financia la investigación con vistas a utilizar los resultados para enriquecerse más, una madre viuda que ha de cuidar de su pequeña pero que se ve absorbida por el trabajo, una serie de cambios que empiezan de forma apenas perceptible pero que luego hacen dudar de la salud mental de quien los percibe… Es algo que ya hemos visto muchas veces. Incluso la explicación de por qué las alteraciones temporales se pueden seguir percibiendo durante un tiempo es un poco ad hoc para lo que el autor quería que pasara, dando la impresión de que todo estaba preparado para un final blandito y bienqueda.

Aunque es una novela entretenida, da menos de lo que yo esperaba.

Greenteeth

No os voy a engañar, la razón por la que leí Greenteeth es porque comparaban a Molly O’Neill con T. Kingfisher y ahí ya saltaron todas mis alarmas, porque una es víctima del marketing como todo hijo de vecino. Afortunadamente, aunque quizá la comparación con la estadounidense es un tanto exagerada, sí es cierto que la novela de debut de O’Neill es refrescante (no sólo porque esté protagonizada por una náyade) y muy entretenida de leer, así que ha sido un acierto.

El libro está narrado en una primera persona muy directa y veremos toda la historia a través de los ojos de Jenny Greenteeth, la náyade de un lago situado cerca de un pequeño pueblo inglés, que un día, tras siglos de soledad, decide rescatar a una mujer a la que han lanzado al río por bruja, siendo esto el origen de una hermosa amistad. Y es que esa es quizá la mejor definición de Greenteeth, que es un libro sobre la amistad inverosímil y cómo no se debe prejuzgar por los orígenes de cada uno.

He de reconocer que me hace mucha gracia que todas las náyades se llamen igual, Jenny Greenteeth, porque me imagino a “las Jennys” juntándose para irse de fiesta y me río yo sola, aunque el libro no se extienda mucho por el campo humorístico. Esta es una de las grandes diferencias con Kingfisher, pero como digo la comparación es inadecuada, aunque comprensible.

Jenny y Temperance, la joven rescatada que resulta ser una bruja, investigarán las razones de su intento de asesinato y tendrán que partir de viaje para cumplir tres misiones que les encargarán las hadas. Hasta aquí, todo muy convencional, ¿verdad? Molly O’Neill no está innovando en el género ni falta que hace, porque el libro está narrado derrochando ternura y bondad, no me extraña que lo etiqueten como cozy. Y es que hay veces que no hace falta crear todo un nuevo subgénero o inventar alocadamente, si no que basta con tener las ideas claras y ganas de escuchar un relato agradable.

A esto también contribuye y mucho la narración de Catrin Walker-Booth, que vuelve totalmente creíble el punto de vista de un ser feérico acuático en su relación con los humanos. Incluso se permite el lujo de poner acentos específicos cuando las andanzas de las amigas y su acompañante las llevan a Gales. Todo un acierto en la elección de la narradora.

También me gustaría destacar que el libro tiene un giro final que me parece que da un nivel más de complejidad (sin llegar a ser ecuaciones diferenciales, que nos conocemos) al relato y que justifica ciertas reiteraciones que al principio tomé como pecados de juventud de la autora, pero que luego vi que estaban colocadas a propósito.

Un libro entretenidísimo y perfectamente disfrutable, de esos que te alegran el día. Muy recomendado.