Hace poco descubrí al guionista Zidrou, y como me entusiasmó su labor, decidí darle otra oportunidad con la adquisición de Los tres frutos.
Lo primero que he de decir es que se trata de una obra tan diferente de la anterior que había leído que casi se podría creer que es de un autor distinto. Lo cual dice mucho de la versatilidad del belga, que volviendo a los orígenes del cuento fantástico más descarnado y cruel (nada que ver con las edulcoradas versiones de Disney) nos brinda esta espectacular fábula con componentes quizá típicos pero bien utilizados.
El temor a la muerte es quizá lo único que todos los humanos compartimos y en este relato vemos como hay personas dispuestas a cualquier sacrificio, por horrible que parezca, para dar esquinazo a la que nos espera a todos.
El contexto medieval de la historia, el enfrentamiento de los herederos por conseguir el favor del padre, la presencia malévola de que orquesta todo entre bambalinas… son temas muy utilizados en toda historia fantástica. Quizá esta historia adolece de escasa originalidad en sus bases, pero merece la pena leer estan nueva aproximación a la tradición cuentista europea.
Uno de los detalles que más me ha gustado es la influencia femenina en la obra, concediendo un papel de vital importancia a dos mujeres que en otro momento podrían pasar como atrezzo de la historia, pero que aquí cobran una mayor dimensión de la destinada habitualmente a los personajes femeninos.
En el aspecto gráfico, la obra de Oriol Hernández se complementa perfectamente con el guión. Los juegos con el color y el aspecto deliberadamente difuso de la mayoría de las expresiones faciales e incluso de los fondos provee de una mayor trascendencia al relato. No me extraña que ganara en Barcelona el premio a autor revelación por La piel del oso, de hecho creo que seguirá consiguiendo más premios en su carrera.
Espero seguir pronto con mi exploración de la obra de Zidrou. Afortundamente, hay bastantes obras suyas esperando en la estantería.