En una decisión que les honra los autores de Valerian, agente espaciotemporal decidieron cerrar la serie en agosto del 2010, quizá por agotamiento de la fórmula tras más de cuarenta años de aventuras o por su propio cansancio.
Afortunadamente, esto no significa que no vayamos a tener más entregas de este mito del cómic francobelga, por que en un movimiento similar al que ya se ha hecho con “Une aventure de Spirou et Fantasio par..” algunos autores punteros del cómic del país vecino van a contarnos su visión de Valerian y Laureline.
La primera entrega que llega a España es esta “Armadura del Jakolass” de Manu Larcenet, cuyo obra más conocida tal vez sea “Los combates cotidianos”.
Valerian se encuentra atrapado en un cuerpo extraño, el del alcohólico obrero René Pereuillaud, debido a una trampa del malvado Jakolass. Con ayuda de Laureline deberá viajar al planeta prisión donde se encuentra atrapado el Jakolass para poder recuperar su propio cuerpo.
La historia es divertida y está repleta de guiños y detalles para el lector habitual de las aventuras de los agentes espaciotemporales, pero precisamente este humor es el que me ha sacado un poco de la lectura, pues me parece que algunos recursos son muy manidos, como el delirium tremens del que es víctima René cuando no puede recibir su ración de alcohol.
En otros casos se recurre a la iteración de vocablos y topónimos de origen desconocido para reflejar la inmensa variedad de vida en la galaxia, algo que ya se utilizaba en el tebeo original. Aunque es normal que se use esta idea, que es casi una marca registrada de Pierre Christin.
En cuanto al dibujo, dentro de su propio estilo Larcenet consigue que no nos extrañemos de la profusión de seres alienígenas que aparecen en las páginas del tebeo, como nos tenía acostumbrados Jean-Claude Mézières.
En definitiva es una aproximación interesante al universo de Valerian, aunque no acabo de verla completa. No se trata de un clon de los antiguos tebeos pero tampoco es rompedor, se queda en un término medio cuando podría haber dado más de sí (quizá ahondando en el conflicto religioso que se muestra). Me encantaría que en alguna entrega se hiciera algo como Émile Bravo en “Diario de un ingenuo”, por ejemplo.