Como ya comentábamos en esta otra noticia, ya está disponible el Hugo Voter Packet. Éstas son mis impresiones sobre los nominados a la categoría Short story y el que creo será el orden de mi voto.
Immersion de Aliette de Bodard
Para mí el mensaje de fondo de esta historia es la alienación que puede producirnos el uso excesivo de la tecnología como muleta para suplir nuestras carencias. Esta idea está primorosamente contada, alternando la segunda y la tercera persona en un juego de puntos de vista que podría acabar mal pero que Aliette lleva a cabo con facilidad pasmosa. También puede entenderse el relato como un alegato contra la colonización cultural que sufre nuestro mundo.
De nuevo, como en On a red station, drifting, la autora nos presenta a dos personajes femeninos que llevarán el peso de la narración, pero que en esta ocasión no hay confrontación si no que hay colaboración mutua.
Éste es el año de Aliette. Con su relato Immersion ya ha ganado el Nébula y tiene muchas posibilidades de conseguir el Hugo. Si quieres conocer algo más sobre ella, échale un ojo a esta entrevista.
Mono no aware de Ken Liu
El ganador del Nébula, el Hugo y el World Fantasy el año pasado con The paper menagerie vuelve a estar nominado este año con este alegato al héroe tranquilo y silencioso.
La vida en la Tierra va a desaparecer. Es un hecho constatado ya que el meteoro Hammer va a colisionar con nuestro planeta y no se puede hacer nada por evitarlo. Mientras en otros lugares reina la confusión y la violencia, en Japón las familias se preparan ordenadamente para la evacuación en las naves espaciales que el gobierno ha preparado (esta imagen que sería increíble en otras circunstancias ya no nos sorprende después de la encomiable actitud del pueblo japonés frente a la catástrofe de Fukushima).
Todo esto nos lo cuenta Hiroto, que vivió de niño la evacuación del planeta y ahora viaja en la Hopeful, una nave generacional destinada a las estrellas.
La historia se desarrolla en el pasado y en el presente, siempre a través de los ojos de Hiroto, que con su relato sosegado nos deja entrever lo que es el verdadero valor y nos da una lección a todos sobre el sacrificio por el bien común.
Éste es el relato que menos me ha gustado, aunque puede ser que no lo haya entendido bien.
Las costumbres de las mantis religiosas, que devoran a sus machos tras copular son desgranadas paso a paso, con un punto que llega a alcanzar el sadismo.
Creo que es revelador que la autora hable de esposas y maridos y no de machos y hembras, pero esto es todo lo que he podido extraer de la lectura.