Ya sabemos cómo será la cubierta de The Doors of Midnight, la siguiente entrega de la saga Tales of Tremaine, que R. R. Virdi comenzó con The First Binding.
El arte de la cubierta es de Felipe de Barros:
Lecturas de ciencia ficción y fantasía
Ya sabemos cómo será la cubierta de The Doors of Midnight, la siguiente entrega de la saga Tales of Tremaine, que R. R. Virdi comenzó con The First Binding.
El arte de la cubierta es de Felipe de Barros:
Tenía mucho interés por leer The First Binding, aunque reconozco que la longitud del libro me echaba para atrás. Y, qué queréis que os diga, alguna vez debería hacerle algo más de caso a mis instintos.
The First Binding es muy similar en estructura e intenciones a El temor de un hombre sabio, buscando relatar la historia de un personaje grandilocuente al que se atribuyen tantos hechos que es casi imposible que todos sean verdad, no caben en una sola vida. No obstante, R.R. Virdi también ha querido introducir en la propia novela la mitología de su mundo con relatos y canciones, dando lugar una mezcla demasiado espesa para su asimilación. No es solo que la figura del protagonista que todo lo logra ya esté un poco desfasada, al menos para mí, es que se va demasiado por los cerros de Úbeda en una novela ya de por sí larguísima.
El libro no está mal escrito y los diversos relatos y personajes son atractivos si los tomamos individualmente, pero es al juntarlo todo cuando el conglomerado de historias, poemas, magia, recuerdos y narraciones no cuaja. Es demasiado material, con temas triviales y poco originales en varios de los capítulos. El jovencísimo mendigo dickensiano que forma familia con los otros desharrapados que trabajan robando o mendigando para un cabecilla adulto, la escuela de magia donde se juntas los ricos privilegiados con los pobres más dotados para el arte arcano, la conjura entre nobles y su gran juego, los relatos de taberna que van uniendo las historias… Es todo ya de sobra conocido. Cierto es que la mitología en este caso varía por sus raíces indias, pero no consigue compensar toda la carga de tópicos que arrastra.
El sistema mágico es de lo mejor del libro, basándose en palabras de poder pero principalmente en la capacidad de concentración de los adeptos. Y hay algunas escenas que merecen realmente la pena, como la visita del protagonista a sus predecesores menos favorecidos en el estudio de la magia, con las consecuencias que tuvieron que arrastrar. No obstante, no consiguen compensar las más de 800 páginas que conforman el volumen, que para más inri es solo el primero de una saga.
No puedo recomendar la lectura de The First Binding, porque a mí se me ha hecho muy pero que muy pesada.