Esperaba mucho de la segunda obra en formato largo de Ray Nayler y quizá esas expectativas han jugado en mi contra. En The Tusks of Extinction me he encontrado un alegato ecologista unido a especulación política con toques de ciencia ficción en cuanto a las posibilidades de la clonación y el volcado de mentes en soportes físicos, pero estas premisas tan interesantes quedan algo desangeladas en la lectura, ya que se pasa demasiado de puntillas por los puntos que podrían resultar más interesantes.
El objetivo de un equipo de científicos en la estepa siberiana en un futuro cercano es la reintroducción de los mamuts en su hábitat natural, como primer paso para la recuperación del bioma completo. La manipulación del ADN resulta ser un éxito, pero que los mamuts existan como especie no es solo cuestión de crear individuos sanos, ya que deben aprender a sobrevivir y no tienen referentes en los que basarse, ni siquiera los pocos ejemplares de elefantes que han servido para la reproducción. Son animales que han sido criados y creados en cautividad y no saben desempeñarse en libertad. La única esperanza que queda es que una experta en elefantes que dedicó su vida a la protección de estos mamíferos en una lucha desigual contra los cazadores furtivos les enseñe a “ser” mamuts. Y aquí es donde entra en juego el volcado de mentes.
La escasa duración de la obra, que no llega a las 200 páginas, juega a su favor en tanto en cuanto Ray puede utilizar elipsis a placer para no explicar en detalle todos los intríngulis de los procedimientos científicos que serían necesarios para llevar a cabo este plan. En lo que sí que se recrea, evidenciando aún más el mensaje de defensa del mundo animal que postula en The Tusks of Extinction, es en los peligros de la caza furtiva y la avaricia de los ricos por el marfil, causa última de toda la muerte y destrucción de hábitats que está perfectamente reflejada en el libro. Pero a mi entender, siguen faltando elementos menos emocionales y más racionales en esta novela corta. Gran parte de la fuerza del mensaje está basada en la violencia, que parece ser la única respuesta viable en algunas ocasiones. También resulta interesante el dilema moral al que se enfrentan los investigadores cuando siguen necesitando recursos económicos para sus proyectos y solo pueden recurrir a aquello que provocó la situación de extinción de muchos animales. Pero hay otros episodios que tienen menos poder evocador, como el “pobre niño rico” que busca adrenalina en cualquier parte ya que ha vivido de todo antes.
Las voces de los intérpretes del audiolibro, Stefan Rudnicki y Gabrielle de Cuir se ajustan como un guante a los papeles que tienen que interpretar.
The Tusks of Extinction es una lectura interesante, pero no alcanza los niveles de The Mountain in the Sea, lo cual no quiere decir que no espere la siguiente obra de Ray Nayler con impaciencia, ya que lo que dejó atisbar sobre ella en el Festival Celsius suena apasionante.