A Drop of Corruption

Uno de los mejores libros del año pasado fue The Tainted Cup, de Robert Jackson Bennett, así que tenía poquísimas dudas sobre si iba a leer la continuación. Lo único que no sabía era cuándo, pero la respuesta ha sido fácil: conforme ha caído en mis manos.

En esta ocasión su labor como investigadores del Imperio lleva a Ana Dolabra y Dinios Kol a Yarrowdale, una zona feudal que no pertenece al Imperio propiamente dicho, ya que el reino está pendiente de su incorporación tras la firma de unos tratados hace décadas. Allí ha tenido lugar un asesinato aparentemente irresoluble pero que todos sabemos que Dolabra diseccionará concienzudamente.

El libro sigue el esquema del anterior, con Kol destinado como avanzadilla para allanar el camino de Dolabra, realizando una valioso trabajo previo sobre el terreno. Pero, en esta ocasión, quizá por el hecho de conocer la dinámica o por que es más difícil sorprender con una segunda parte, he de reconocer que tanto la investigación como la resolución del misterio ha sido menos sorprendente y satisfactoria. Esperaba que la llegada del Moriarty de turno avivara la intriga y no negaré que la figura de los augures (humanos aumentados para prever el desarrollo de los acontecimientos con muy pocos datos de los que extrapolar la tendencia) resulta fascinante, pero creo que el autor en esta ocasión ha dejado demasiadas pistas para que el lector pueda dilucidar por dónde van a ir los tiros (o los flechazos).

No sé si lo que más me gusta es la construcción de mundo que ha llevado a cabo el escritor o el elenco de personajes que nos muestra, lo cual es una clarísima muestra de lo trabajada que está la novela. El sistema mágico-científico sobre el que se basa el relato es consistente y a la vez apela al sentido de maravilla que tanto gusta al lector de género. Todo el entramado gubernamental de apoyo a la investigación del enemigo a las puertas para aprovechar sus recursos mágicos resulta sencillamente fascinante. Pero este trabajo de zapa no sería igual de disfrutable si la historia y los personajes que lo utilizan no fueran igualmente arrebatadores, incluso los nuevos secundarios que Jackson Bennett presenta en esta entrega y que no cabe duda tendrán su importancia en un futuro. Un delicado equilibrio, una apuesta de la que el autor residente en Texas sale ganador.

No es menos cierto que A Drop of Corruption tiene una vena de crítica social contra las autocracias y los regímenes autoritarios que ya pudimos atisbar en otra obra del mismo autor, Vigilance, aunque un poquito más sutil. También resulta inquietante la dosis de body horror que nos cuela así como quien no quiere la cosa en el transcurso de la investigación.

No negaré que el epílogo aumenta las ya de por sí elevadas ganas que tenía de leer los siguientes episodios de la saga, que seguro que nos proporcionarán horas y horas de entretenimiento. Ojalá nos llegue esta saga en español en algún momento.

White Cat, Black Dog

Siempre he pensado que Kelly Link escribe muy bien, pero sus historias se van un poco demasiado al camino weird para que me acaben de convencer. White Cat, Black Dog está compuesto de siete relatos que reinventan cuentos clásicos, pero con ese toque de surrealismo que es una de sus características principales aunque estén situados en el mundo moderno. Están escritos de una manera exquisita y tanto si conoces como si no conoces los originales en los que están basados, creo que merece la pena leerlos. Además, cuenta con la ventaja de que la longitud de la obra completa no llega a las trescientas páginas y ya se sabe que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Recopila historias publicadas originalmente en otros lugares, lo que hace que no tengan un hilo conductor entre ellas, más allá del propio retelling.

Como en toda antología de relatos, los hay que gustarán más y menos al lector, pero creo que en esta ocasión la autora ha sabido mantener un nivel bastante alto en todos ellos. Se notan ciertas pautas en las adaptaciones, principalmente el uso de sustancias alucinógenas y en especial, ese aura de irrealidad que convierte lo mundano en extraordinario cuando se le da un toque fantástico. Los escenarios también están trabajados de una forma que atrapa al lector, como esa compañía ambulante en un mundo postapocalíptico que ejerce las funciones de correo a la vez que entretiene a los supervivientes o esa mansión alejada de todo y de todos que recibe extraños visitantes. Cada relato es una pequeña perla que se engarza en el imaginario del lector.

No voy a desgranar cada relato porque, sinceramente, creo que es mejor adentrarse en la lectura sin saber muy bien qué te vas a encontrar.

Bringer of Dust

Mira que la primera entrega de la trilogía The Talents ya me pareció oscura y macabra, pero creo que J.M. Miró se ha ido guardando escenas aún más terroríficas para Bringer of Dust, la lectura se ha convertido en todo un reto, por lo torturadas que están las almas de los protagonistas y sus adláteres.

El leit motiv la novela es el rescate de Marlowe de la situación en que quedó al final de la primera novela pero también se descubrirá un cadáver cubierto del polvo corrupto que tantas desgracias ha causado, pero cuyo poder todos ansían. El foco pasará del Reino Unido a París, Sicilia y algo de España, en una suerte de ampliación de escenario que creo que le viene muy bien a la trilogía.

Mención aparte merece la aparición de Mojácar en el libro, un municipio costero almeriense que la verdad era lo último que me esperaba encontrar en una novela de este tipo.

Con algunos personajes nuevos de pasado más que reprobable, el autor nos lanza sin contemplaciones a una novela coral y algo enrevesada, pero que sigue manteniendo el interés que ya despertó con la primera obra. Aunque la impresión que puede quedar es que deja abierta la puerta a la entrega final de una manera algo tramposa, lo cierto es que el interés por conocer el devenir de todos no deja de aumentar a lo largo de la lectura. Quizá porque Miró los hace más creíbles o porque después de dos novelas comenzamos a desarrollar cierta empatía por ellos, pero en Bringer of Dust parece que están mejor construidos, más “densos”. Esto, acompañado por una atmósfera agobiante y perfectamente conseguida, introduce al lector tanto en este simulacro de época victoriana que resulta difícil salir del libro indemne.

No es menos cierto que se trata de una obra bastante larga y algunos capítulos no llegan a ser de relleno, pero sí que despiertan menos interés. Es innegable el toque dickensiano, sobre todo en la aparición de los hermanos huérfanos cuya crueldad no conoce límites, como no tuvo límites la que sufrieron desde su más tierna infancia.

Mi impresión es que, si bien Ordinary Monsters ya tenía sus momentos de terror, en Bringer of Dust ya se desata totalmente. No digo que esté mal, solo que hay que estar preparado para lo que se va leer. Espero con interés la tercera parte de la trilogía.

The Tomb of Dragons

The Tomb of Dragons es la tercera entrega de la saga The Cemeteries of Amalo, el spin-off de The Goblin Emperor con el que Katherine Addison sigue narrándonos las vicisitudes de Thara Celehar como Testigo de los Muertos.

El libro sigue la línea ya marcada en las anteriores novelas, con un tono extremadamente pausado, que puede llegar a desesperar a algún que otro lector. Addison ha creado un mundo de tremenda cortesía y miramiento, tanto que a veces te dan ganas de coger de las solapas a más de uno a ver si espabilan un poco. En contraste con esta educación y esta reverencia, hay asesinatos, encubrimientos y traición por doquier. Creo que esta yuxtaposición de elementos tan dispares es el principal atractivo de la saga.

Como ya estamos en el tercer volumen de la saga, no debería sorprendernos ni el vocabulario inventado por la autora, que tampoco es que se entretenga en crear un glosario para facilitarnos la labor, ni en la gran cantidad de personajes con nombres enrevesados que pululan por sus páginas. Esta es una de las características definitorias de la serie.

Thara Celehar sigue siendo una persona apocada que se atribuye tan poco valor que no deja de sorprenderse cada vez que algún amigo intenta ayudarlo. The Tomb of Dragons es un libro que da casi la misma importancia a los remiendos de un abrigo que a la existencia de dragón no muerto que amenaza la existencia de los mineros. Capaz de poner a descansar a un ghoul y acto seguido preocuparse por no poder pagar el ticket del servicio de transporte, Celehar parece que va madurando un poco o al menos abriendo algo los ojos a lo que tiene alrededor. Quizá por esto el libro también tiene cierto gusto a despedida.

Katherine Addison también aprovecha para contentar a los seguidores de la serie con algunos cameos que están especialmente dirigidos a los que comenzaron la saga desde un principio, con la aparición estelar del propio emperador goblin.

The Tomb of Dragons es un libro denso y pausado, pero quizá por esa misma razón su lectura deja un poso en el ánima que tarda en irse.

Floating Hotel

La verdad, lo de cozy science fiction fue lo que me atrajo en primer lugar de Floating Hotel, porque sentía mucha curiosidad sobre cómo se iban a articular dos tendencias que parecen dispares (luego descubrí que también hay obras de cozy horror, lo que convierte las acrobacias mentales de la cozy science fiction en un paseo por el parque).

Floating Hotel es una novela coral, es un slice of life pero situado en una nave espacial que navega en una ruta circular por el sistema solar y ese es el componente de ciencia ficción. Por lo demás, se podría situar perfectamente en un crucero de lujo y la historia se podría mantener (más o menos) igual. Por lo tanto, cuando nos adentramos en esta novela, partimos de la base de que ciencia ficción tiene más bien poca, lo que no quita que sea una lectura agradable y simpática.

La plétora de personajes que habitan el Grand Abeona Hotel son el principal interés de la obra. Desde el manager que gestiona de manera impecable el hotel, habiendo aprendido el oficio desde pequeño pasando por los científicos que están allí de simposio, llegando a los espías que parecen medrar en sus habitaciones. Como novela con múltiples puntos de vista que es, al principio cuesta un poco seguir el hilo de lo que Grace Curtis nos tiene preparado, pero una vez que llegamos a la velocidad de crucero, no hay grandes escollos en nuestra ruta.

Como trasfondo, un malvado Imperio Galáctico (¿habrá alguna vez un Imperio Galáctico benevolente?) que nos acaba importando poco porque lo mejor son las historias de cada personaje. Es cierto que hay tantos que a veces algunos están mejor posicionados que otros, con una exposición más atractiva o simplemente un pasado mejor explicado, pero en general para tratarse de una novela de personajes, el equilibrio entre todos está bastante bien llevado. ¿Se podrían haber quitado algunos? Seguramente sí y hubiera habido un poco más de espacio para que los demás personajes pudieran dejarnos más huella.

La narración del audiolibro de Lauryn Allman es impecable, con una entonación sensual que se ajusta como anillo al dedo al tono de la novela, enhorabuena por este casting tan acertado. Es cierto que tuve un pequeño problema técnico con la reproducción del audiolibro, ya que el tanto por ciento de avance de la lectura estaba mal calculado, así que acabé el libro llegando al 110% del mismo, pero es un problema menor aunque curioso.

En definitiva se trata de una novela muy en la línea de las últimas publicaciones de Becky Chambers, como The Galaxy, and the Ground Within .

The Serpent Called Mercy

Ya no se puede decir que sea una novedad que se publique fantasía con inspiración asiática, es una tendencia más que consolidada. Así que la sinopsis de The Serpent Called Mercy tenía la dura tarea de atraer a un lector quizá ahíto de estos escenarios. La mención a Geralt de Rivia y El juego del calamar no es desacertada para nada, pero el libro tiene graves problemas que el marketing no puede solucionar.

La trama de la novela se centra en Lythlet y su único amigo Desil, que malviven intentado devolver el préstamo que tuvieron que aceptar por los problemas de salud de la primera. Cuando se les presenta la oportunidad de luchar en la arena contra monstruos indeterminados, parece que ven la salida a sus vicisitudes, pero hay movimientos más complejos entre bambalinas que intentarán boicotear su camino de salida de la pobreza extrema.

Los combates con los monstruos me han recordado un poco a Shadow of the Colossus, esa maravilla de juego en que tenías que enfrentarte a pantagruélicos enemigos sin mucha idea ni contexto sobre cómo vencerlos. Lythlet y Desil se encontrarán en esta situación en los primeros combates, sin saber a qué bestia se van a enfrentar ni como podrán vencerla. En este sentido, las luchas son lo más entretenido del libro, aunque se nos escamotean algunas de las doce prometidas por abreviar el libro. Pero claro, lo divertido de discernir cuál es el punto débil de los monstruos es cuando lo haces tú, no cuando ves cómo lo hacen otros.

El problema que tiene The Serpent Called Mercy es que el resto de la historia está tremendamente poco desarrollada. No solo por la ingenuidad extrema de los protagonistas, si no por los pobre recursos que Roanne Lau utiliza. Cuando le conviene echa mano de los poderes de los dioses, en unos deus ex machina que parecen innecesarios, completamente injustificados y con unas reglas aleatorias que convienen a la trama en ese determinado momento. En cuanto a la trama política, tiene menos consistencia que una sopa de piedra, y de nuevo se adecúa convenientemente en cada momento a lo Lythlet requiere para salir bien parada. Aunque la historia se desarrolla a lo largo de todo un año, tiene partes muy apresuradas y otras desesperadamente lentas, con unos problemas de ritmo que se pueden achacar al hecho de que sea una primera novela pero que no se pueden ignorar.

El libro es una amalgama de buenas intenciones con una ejecución que deja mucho que desear.

Kalyna the Cutthroat

Con la buena impresión que me llevé de Kalyna the Soothsayer, no es de extrañar que siguiera con la saga Failures of Four Kingdoms. Sin embargo, me he encontrado con un libro con bastantes problemas de ritmo y que, al cambiar el punto de vista desde el que se narra la historia también pierde mucho de lo positivo que ofrecía Kalyna como protagonista.

En esta ocasión el narrador será Radiant Basket of Rainbow Shells, que nos permitirá ahondar más en la construcción de mundo de la Tetrarquía y además nos ofrecerá la visión de un erudito obligado al exilio por su nacionalidad. Hago hincapié en este hecho porque es el motor que mueve toda la novela, esta huida de una situación injusta, esta persecución e injusticia que Elijah Kinch Spector relata de manera muy pertinente. De hecho, a pesar de que Kalyna de nombre a la obra, no aparece hasta que llevamos una cuarta parte del libro leída, que en un libro de casi 500 páginas son bastantes páginas.

¿Es Radiant un mal narrador? No, no lo es. Es un refugiado que vive en sus propias carnes los cambios políticos que le fuerzan a perder una posición ventajosa y cómoda y vivir en la huida constante. El problema es que no tiene ni de lejos el interés y la personalidad de la que Kalyna hizo gala en la primera entrega de la saga y es por esto que la lectura se resiente. Cambiar al protagonista es una decisión valiente y arriesgada en la segunda entrega de una saga, pero me temo que al autor no le ha salido demasiado bien la jugada.

También resulta especialmente revelador como otra gran parte del libro transcurre es una especie de comuna que pretende ser la solución de los problemas del imperio, una suerte de experimento social que hace aguas por todas partes, tendiendo casi al sectarismo, pero que se mantiene por conveniencia, no por la idoneidad del sistema. La ironía de la que hace gala el escritor, señalando de forma sutil los fallos del tinglado, y cómo Kalyna puede aprovecharse de ellos para conseguir sus fines es uno de los puntos fuertes de la lectura.

Las contadas apariciones del padre de Kalyna no hacen si no afianzar la añoranza de los carismáticos personajes de la primera entrega de Failures of Four Kingdoms, algo que se añora también en la lectura de Kalyna the Cutthroat, cuyo elenco de personajes es mucho más olvidable.

Kalyna the Cutthroat es un libro eminentemente político que aprovecha los mimbres de un mundo de fantasía para criticar la situación actual del mundo pero que tiene serios problemas de ritmo. Esto no quita para que tenga cierto interés en la siguiente publicación de la serie, pero atemperado.

The Knight and the Butcherbird

Todos esperamos ansiosamente la nueva novela de Alix E. Harrow, pero si mientras tanto podemos echarnos al coleto un relato tan deliciosamente retorcido como The Knight and the Butcherbird, la espera se nos hará mucho más corta.

De sobras es conocida la capacidad de la autora para los relatos, pero esta vez me ha sorprendido con una historia que puede considerarse ciencia ficción aunque tenga un entorno que parece fantástico, con caballeros que persiguen demonios en un mundo post apocalíptico. En apenas treinta páginas Harrow es capaz de mostrarnos las cosas que se pueden hacer por amor, alabar la cultura oral y sus enseñanzas y aderezarlo todo con body horror. Y no se nos debe pasar por alto el mensaje que lanza sobre abrazar el cambio y las adversidades para salir reforzados.

La narradora de esta historia reside en uno de los asentamientos de la frontera, en una zona peligrosa donde la muerte es una constante compañera, pero no solo por el acecho de los demonios si no porque la propia naturaleza se vuelve en contra de los humanos. Su labor como Secretaria es ser portadora de los conocimientos que habrán de pasar por generaciones, pero cuando un afamado caballero llega a su hogar para acabar con el demonio que ha aparecido, no todo será tan claro y sencillo como podríamos esperar de un cuento de hadas. Es un libro oscuro y como decía anteriormente, retorcido, pero no por ello menos atractivo y embaucador.

Un relato fascinante que sin duda, está destinado a copar las listas de lo mejor del año.

Adrift in Currents Clean and Clear

Puntual como un reloj, Seanan McGuire nos vuelve a traer una entrega de los Wayward Children a principios de año. Es cierto que el concepto de la serie es tan amplio que puede ir publicando historias y más historias sin llegar a repetirse, pero no es menos cierto que alguna novelas cortas son de mayor interés que otras.

¿Qué nos deparará la lectura de Adrift in Currents Clean and Clear? La respuesta es bastante sencilla, en esta ocasión veremos la historia pasada de Nadya, a la que ya conocemos del resto de novelas. Es una historia bastante asequible y tierna, de superación de las propias carencias. El tratamiento que McGuire hace de las características especiales que distinguen a Nadya de los demás niños es tan cuidadoso como creíble. Nacer sin un brazo para ella no es ninguna carga, ya que está acostumbrada. Es más problema de cómo la miran los demás por ello que suyo propio. También me gusta la historia de la adopción, ya que aunque no hay villanos en el relato sí que hay gente interesada más en las apariencias que en realizar actos desinteresados.

También está bien caracterizado Belyyreka, el mundo acuático al que Nadya llega a través de su puerta. Quizá lo que se echa algo de menos en la novela corta es un poco más de conflicto, de acción… Al final la sensación que te queda es que estás leyendo una introducción a otra historia que se te ha contado o se te contará en otro sitio. Una especie de flashback de presentación de personajes, pero que debido a la peculiar forma de publicación de la serie llega 7 capítulos después de cuando lo esperabas.

No recuerdo el acuerdo al que había llegado la autora para seguir publicando con Tor.com, pero no me extrañaría que se renovara, ya que en estos mundos siguen quedando muchas cosas por contar.

The Third Rule of Time Travel

No había leído nada de Philip Fracassi, ya que sólo le conocía como autor de terror y ya se sabe que ese género es un terreno que no soy muy dada a explorar. Sin embargo, con The Third Rule of Time Travel, una novela en la que se decanta por la ciencia ficción vi la oportunidad clara de conocer al menos algo de su obra, así que no lo dudé.

La protagonista de la novela es Beth, una científica que ha construido una máquina con la que es capaz de mandar su conciencia atrás en el tiempo, pero que debe cumplir tres normas:

Regla uno: solo se puede viajar hasta un punto determinado de la propia vida.

Regla dos: solo se puede viajar durante noventa segundos.

Regla tres: solo se puede observar.

Las reglas no se pueden romper.

Cuando el primer acercamiento a una novela viene reglado de esta forma, ya imaginas que la especulación va a ir sobre cómo romper las reglas, un poco a lo Asimov en sus cuentos de robots.

Sin embargo, Fracassi ha decidido enfocar su novela en la psique de la protagonista, ya que cada viaje parece llevarla a una crisis de su vida, como si el dolor extremo fuera el faro que guía sus viajes en el tiempo. Y estamos hablando de momentos tremendamente duros, como la muerte de sus padres y su hermana en un accidente aéreo. En este sentido el autor saber perfectamente qué cuerdas rasgar para que la melodía sea tremendamente melancólica y dolorosa. Gran parte de la novela intenta hacernos dudar sobre la estabilidad mental de Beth y a veces parece que lo consigue, pero si luego tenemos en cuenta las posibilidades de los viajes en el tiempo veremos que está preparando su gran final, que a mí al menos me ha parecido un poco descafeinado.

Y es que como novela de ciencia ficción, hay pocas cosas que la hagan destacar sobre cualquier otra de viajes en el tiempo: una gran corporación que financia la investigación con vistas a utilizar los resultados para enriquecerse más, una madre viuda que ha de cuidar de su pequeña pero que se ve absorbida por el trabajo, una serie de cambios que empiezan de forma apenas perceptible pero que luego hacen dudar de la salud mental de quien los percibe… Es algo que ya hemos visto muchas veces. Incluso la explicación de por qué las alteraciones temporales se pueden seguir percibiendo durante un tiempo es un poco ad hoc para lo que el autor quería que pasara, dando la impresión de que todo estaba preparado para un final blandito y bienqueda.

Aunque es una novela entretenida, da menos de lo que yo esperaba.