How to Become Dark Lord and Die Trying

Django Wexler es un autor polifacético que lo mismo te escribe flintlock fantasy que ciencia ficción o se descuelga con How to Become Dark Lord and Die Trying una divertida historia que raya en el litRPG pero con una protagonista con las hormonas más desbocadas que un adicto a los poppers y un vocabulario más sucio que los establos de Augías antes de que pasara por allí Hércules.

Davi lleva años y años repitiendo en bucle una aventura en un mundo de fantasía en la que debería cumplir la profecía que la designa como la gran salvadora del mundo. Pero cada vez que muere el ciclo comienza de nuevo y Davi está ya un poco harta magos grandilocuentes y sufrimiento extremo para no llegar a ningún sitio, en una suerte de Día de la Marmota eterno del que no sabe cómo salir. El libro comienza con una idea para escapar del bucle infinito: si no ha conseguido nada siendo de los buenos, ¿qué le impide probar a convertirse ella misma en el Señor Oscuro que todo lo destroza a su paso? Y esta es toda la idea en la que se basa How to Become Dark Lord and Die Trying.

El libro aguanta su peso sobre todo basándose en el humor con el que está escrito y en la nada despreciable cantidad de energía sexual que desborda cada página. Me recordaba ese capítulo de los Simpsons en el que Moe se mete a actor y al final acaban desgranando todos los guiones de la serie “con erótico resultado”. Pues Davi, que tiene sus partes pudendas a temperatura de fusión nuclear, no desperdicia oportunidad alguna en liberar tensión de la forma más natural posible. Y no le importa que el contrario sea del mundo animal, vegetal o mineral, aquí no se hace ascos a nada.

La verdad es que la lectura, aunque entretenida y plagada de bromas y referencias a la cultura pop, se va haciendo pesada por tramos. Davi tiene que presentarse a las pruebas de Señor Oscuro y para eso necesita una horda, pues vamos a tirarnos capítulos y capítulos reclutando carne de cañón para su ejército (Deloitte approves!), aunque Davi tiene su corazoncito y tampoco quiere matar a la gente porque sí.

Lo que también brilla por su presencia son las disparatadas notas a pie de página, que sin llegar a ser un marchamo de la novela como consigue Jasper Fforde, sí que añaden cierta variabilidad que se agradece a la obra.

En definitiva, How to Become Dark Lord and Die Trying es entretenido aunque un poco repetitivo. Queda pendiente la lectura de la segunda parte en la que se desvelarán los misterios que envuelven la aventura de Davi, seguramente con erótico resultado.

The Collarbound y The Hawkling

Suena un poco raro reseñar dos libros en una sola entrega, pero la verdad es que cuando terminé The Collabound sentí que no había leído una novela completa, si no una introducción muy larga de otro libro. Para comprobarlo, me leí enseguida The Hawkling, que es la continuación y mi perspectiva cambió. No voy a decir que se hayan planteado ambos libros como una sola novela que se haya partido por la mitad porque no tengo la certeza, pero es algo que no me extrañaría nada.

Rebecca Zahabi da voz a dos personajes que están en las fronteras de su mundo secundario, no físicamente si no mentalmente. Por un lado tenemos a Isha, una refugiada marcada con un tatuaje Kher que la señala como mestiza, como alguien extraño a quien evitar. Por otro lado tenemos a Tatters, esclavo con su collar de oro mágico a las órdenes de un superior que puede obligarlo a realizar cualquier tarea. Ambos personajes se encontrarán y forjarán una extraña alianza que podría cambiar sus vidas para siempre.

La acción se sitúa principalmente en el Nest, una fortaleza de gigantescas dimensiones que sirve como hogar a los magos y sus aprendices. Y aquí es dónde empiezan a verse las costuras de los libros. Zahabi dota de especial importancia a los combates telepáticos, pero todos los enfrentamientos de los que somos testigos son tremendamente similares. Por supuesto, los variopintos orígenes de Isha y Tatters les dotan de ciertas características que les facilitaran mucho salir victoriosos de estas escaramuzas sin problema. Cansa un poco ya la cantinela de “el elegido”.

Quizá sea más interesante el trasfondo de rebelión que va in crescendo a lo largo de las páginas, con diversas razas oprimidas por los magos con sus poderes, en un trasunto poco sutil de la sociedad actual, cambiando el poder económico por el mágico. Cierto es que en The Hawkling se descubrirán hitos interesantes del pasado que explicarán algunas de las situaciones del presente, pero la intriga no consigue engancharme como lectora y sientes todo el rato que te están escamoteando información por arte de birlibirloque. En una decisión un tanto extraña, Zahabi reduce enormemente la presencia de Tatters a lo largo de la segunda entrega (o segunda parte si damos crédito a mi teoría), dejando una pesada carga en los hombres de Isha, que no sé si es capaz de mantener el tipo durante todo el desarrollo. Y eso que son libros cortos para lo que se estila normalmente en fantasía.

No sé si continuaré con el siguiente volumen de la trilogía porque la autora no ha conseguido interesarme en su porvenir. Es una pena, porque parecía que tenía buenos mimbres y se agradece que los libros no sean tan largos, pero no han conseguido convencerme.

To Shape a Dragon’s Breath

To Shape a Dragon’s Breath viene haciendo ruido desde el día de su publicación y no me extraña nada tras haberlo leído. Ganador del premio Andre Norton, la primera novela de Moniquill Blackgoose tiene muchísimos de los ingredientes que hacen las delicias de los lectores de fantasía, como un sistema mágico que descubrir, un escenario de escuela de aprendizaje (sin llegar a ser dark academy), choque de culturas y costumbres, romance… y ¡dragones! (Por que todo es mejor con dragones, qué queréis que os diga, esto es un axioma).

Anequs vive en una remota población en la que los dragones se creían extintos, pero cuál no será su sorpresa cuando un día, tras vislumbrar un majestuoso ejemplar, se encontrará con que ha dejado un huevo en la isla. Siguiendo las ancestrales costumbres de su cultura. el huevo se coloca en el salón comunal y cuando el dragón nazca, elegirá un humano con el que aunarse. Pero cuando los conquistadores Anglish descubran la existencia del dragón, se verá obligada a ir a una institución donde se forman los mejores dragoneros, so pena de que acaben con la vida de su recién nacido dragón. Si un dragón se cría salvaje, su aliento sería capaz de destruir ciudades enteras.

Moniquill Blackgoose entrelaza la historia de Anequs y sus peripecias con mitos y leyendas de una forma armoniosa, como una danza de celebración de la cosecha. Me gusta muchísimo el mundo que ha planteado, con los conquistadores que subyugan a los indígenas de la zona, a los que desprecian por su falta de “civilización”. Una historia mil veces contada pero no por ello menos necesitada de atención.

Es bien cierto también que la novela tiene un marcado tono juvenil, ya sea por la edad de su protagonista y allegados, ya sea por cierto aire de inocencia que protege a Anequs de lo que todos pensaríamos que son represalias más que previsibles por sus acciones. Pero no por ello deja de ser una lectura agradable con cierto toque aleccionador.

En cuanto al sistema mágico, todo gira en torno a cómo dar forma al aliento del dragón, como se titula la novela. Puede parecer un remedo de alquimia, recordando por momentos a Sanderson en El Rithmatista, pero con personalidad propia y capacidad de evolución. Especialmente atractiva es la presentación de los elementos que componen el aliento del dragón y en general todas las cosas, con una rudimentaria “tabla periódica de los elementos” que sin duda tendrá más aplicación en el futuro.

Es también muy importante el factor humano de la novela, con ese impacto cultural que supone para Anequs salir por primera vez de su hogar y tener que intentar integrarse en una cultura que la desprecia por su origen y que además es prácticamente incomprensible. Como novela de rito de madurez, toca todos los palos adecuados (el primer amor, los enfrentamientos contra la autoridad impuesta, el desarrollo de amistades inéditas, la necesidad de formarse para el futuro…)

Moniquill Blackgoose ha escrito una novela muy pero que muy recomendable, que no sé a qué están esperando para traducir al español.

A Thousand Recipes for Revenge

En el primer episodio del podcast que comparto con el gran Borja Bilbao, él habló de Interstellar Megachef y la obra de Lavanya Lakshminarayan nos dio pie a comentar la tendencia actual a que la cocina tenga una importancia fundamental en la trama de algunos libros de género. Pues Beth Cato viene a elevar las apuestas en este sentido, ya que la idea sobre la que gira su obra A Thousand Recipes for Revenge es que la magia de este mundo se basa en la cocina y en el uso de ingredientes mágicos de controvertido origen.

Los magos de este mundo alternativo son chefs y sus habilidades son muy reconocidas por los gobernantes, de hecho en algunos de los reinos están obligados a servir en el ejército bajo pena de cortarles la lengua (la fuente de su poder).

Con esta interesante premisa, el libro se divide en dos puntos de vista femeninos, relacionados ambos como se verá más adelante. Lo que en principio parece una fantasía cozy y de intrigas palaciegas, se convierta más tarde en un relato más oscuro y reivindicativo, de una forma bastante sorprendente.

El primer tercio del libro quizá adolezca de un ritmo un poco lento, mientras se despliegan los personajes y sus relaciones interpersonales, pero resulta también interesante. Una de las protagonistas lleva años ocultando sus capacidades, pero tener que cuidar de su abuela con síntomas claros de demencia senil la obliga a huir de la posición más o menos acomodada que había encontrado. La otra protagonista es moneda de cambio en un casamiento político, pero sin comerlo ni beberlo (¡badum tchas!) verá como todo lo que había dado por sentado en su vida acaba siendo una farsa.

A Thousand Recipes for Revenge tiene también un alegato claro en favor del veganismo, pero creo que el mensaje es poco sutil, por no decir que insiste en él como martillo pilón en Forjado a Fuego. En cuanto al sistema mágico y el panteón de dioses, vamos descubriendo las posibilidades culinarias a golpe de infodump bien por los extractos que encabezan cada capítulo, bien por las propias capacidades de las protagonistas y su experiencia. Así, seremos testigos de cómo unas tortitas dotan de invisibilidad, o un veneno camuflado de manera magnífica en un manjar que luego te disolverá las entrañas.

Es de especial relevancia también el contrabando de estas sustancias mágicas, un lucrativo negocio que influirá también en la trama. Quizá me ha gustado menos el tremendo cliffhanger con el que acaba, sobre todo porque no sé cuándo tendremos disponible el siguiente libro.

A Thousand Recipes for Revenge es una novela que sorprende por su premisa y después por sus giros de guion. Es bastante recomendable, aunque tiene algunos problemas de ritmo y un final abrupto.

Sorcery and Small Magics

Reconozco que empecé Sorcery and Small Magics con las expectativas bajas, porque no conocía a la autora y porque quizá la sinopsis no era de esas de rompe y rasga. Pero mira, me alegro de haberme equivocado, me he encontrado un libro majo que tiene una lectura muy agradable, un romantasy de mecha larga y la tensión va subiendo poco a poco y que deja un agradable sabor de boca, aún descubriendo que es el primero de una trilogía (se ve que en fantasía está prohibido escribir libros auto conclusivos).

También merece mención especial la labor de Ciaran Saward como narrador del audiolibro. Un libro escrito en primera persona requiere un trabajo adicional para que la personalización de la voz fluya durante todo el recorrido, sin la ayuda de diversos puntos de vista que creen cambios de ritmo y de entonación que ayuden a mantener la atención del oyente.

Una de las ventajas del libro es que es antiépico, si me permitís la invención de la palabra. Se basa en un problema que afecta a dos personas, hay pocos personajes, no se decidirá el destino de imperios en estas páginas… pero no hace falta. La empatía que desprenden los personajes encandilará al lector con su propio minimalismo, con la intrahistoria de su pasado y con su relación para el futuro.

El sistema mágico es bastante curioso. Por un lado tenemos los escribas de los conjuros y por otro lado los magos propiamente dichos, que hacen uso de estos hechizos. Leovander Loveage, la voz del libro, es uno de los primeros, pero algo pasa con su magia que le obliga a centrarse en hechizos de poca valía y complejidad, ya que cada vez que intenta hacer algo de mayores proporciones, todo acaba fatal. La verdad es que Leo tiene la autoestima por el subsuelo y esto Maiga Doocy lo consigue representar de una forma tan natural como reconocible. El otro personaje importante es Sebastian Grimm, que comparte academia de magia con Leo y es de los que sí lanza hechizos. Los orígenes plebeyo de Sebastian también coartan su forma de ser y de expresarse, ya que ansía la tranquilidad que le supondría conseguir un puesto en el ejército gracias a sus capacidades. Dos personas con caracteres opuestos, a los que una maldición obligará a trabajar mano a mano.

Sin entrar en más detalles de la historia, aunque os podéis imaginar un poco por dónde irán los derroteros, Sorcery and Small Magics es un libro liviano y de lectura rápida, que te hará sonreír en ocasiones y que sin duda, te calentará el corazoncito. Estoy deseando leer el siguiente.

The Dragons of Deepwood Fen

Liz Gorinsky, conocida entre otras cosas por fundar Erewhon Books y haber sido editora en Tor, tiene como handler en Twitter @2muchexposition, haciéndose eco de una de los problemas más habituales de la literatura en general y me temo que de los géneros fantásticos en particular. Pues si Liz se hubiera leído The Dragons of Deepwood Fen se tendría que cambiar el nombre a @waytoomuchexposition, porque me temo que Bradley P. Beaulieu se ha pasado no varios pueblos si no varias regiones de exposición.

Partiendo de la base de que The Dragons of Deepwood Fen es un libro bastante largo, quizá esta inmersión en la creación del mundo podría haber estado un poco más dosificada, pero a Beaulieu no le tiembla el pulso en comenzar el libro con el estudio alquímico y una explicación pormenorizada de cómo algunas personas son capaces de utilizar los portales para viajar, presentarnos las diversas facciones que pelearán a lo largo de la novela y su jerarquía y la tipología de dragones a los que irá haciendo referencia. Todo esto, solo en el prólogo. La verdad con un comienzo así debería haberme ido preparando, pero esperaba mucho más de la nueva obra del creado de la saga The Song of Shattered Sands. Porque además el mundo que crea en esta nueva serie es tremendamente arquetípico, tomando el Imperio Romano y la Iglesia Católica como inspiraciones pero sin aportar mucho más, me temo.

Al libro le sobran páginas como a un esquimal le sobrarían capas de ropa en Écija en agosto, pero es que por desgracia también el ritmo es exasperantemente lento y los personajes tienen poquísima profundidad. El sistema mágico parece interesante, con esa confrontación entre la oscuridad y la luz, con dragones de cada uno de los bandos, pero cuando empieza a sacarse poderes de la manga, convenientemente extraídos de un pasado poderoso y oculto, me pierde completamente. La relación con los dragones, que se ve que se han vuelto a poner de moda, sí que me parece muy atractiva, ya que por un lado hay quienes se enlazan con ellos a un nivel espiritual y psíquico y quienes simplemente utilizan otros métodos coercitivos para domeñarlos. Ahí estaba el germen de un sistema muy atractivo, pero se pierde en el maremágnum de párrafos y más párrafos banales.

Además me he percatado de que hay escenas calcadas unas de otras. Cuando uno de los protagonistas canta a los dragones, siempre hace los mismos gestos, pues no hace falta que todas las veces me pongas todos los gestos, me vale con que digas que llevó a cabo su ritual habitual o algo así. Lo mismo pasa cuando utilizan unas ciertas drogas que inhalan y luego se frotan por las encías. Pues con que me lo digas una vez me vale, no hace falta que en cada ocasión me vuelvas a decir que se frotan las encías, ni que esto fuera un anuncio de colutorio.

La verdad, no puedo recomendar una novela que no ha llegado a entretenerme. Una tremenda decepción.

The Escher Man

Aunque muchos dieron por finiquitado el cyberpunk con la publicación de Snowcrash, sigue renaciendo de sus cenizas especialmente en medios audiovisuales, pero también a través de la palabra escrita. The Escher Man es un buen ejemplo de ello, reuniendo todo lo sórdido del desesperanzador futuro que nos espera con un montón de acción aderezado por la dura crítica social inherente al propio subgénero.

The Escher Man está situado en el mismo mundo que 36 Streets y Ghost of the Neon God aunque son de lectura independiente. El protagonista de esta es Endel “Endgame” Ebbinghaus, un australiano afincado en Macao que trabaja como jefe de seguridad para uno de los mayores clanes mafiosos de la ciudad. Dentro de su contrato y para “proteger” a su familia se incluyen numerosos borrados de memoria a manos de sus empleadores. Pero tanto jugar con algo que es lo que nos hace inherentemente humanos le sumergirá en una situación laberíntica (de ahí el título) de la que será casi imposible salir.

Aunque The Escher Man tiene un ritmo bastante acompasado, salpicado de esas peleas que hacen las delicias de los seguidores del cine de artes marciales, el principal problema que le veo es que hay ocasiones en que no sabes muy bien hacia dónde va la historia y se diluye el interés por continuar la lectura. Endel emprenderá un viaje sin saber muy bien cuál es su destino cuando descubre la manipulación de sus recuerdos, pero la propia naturaleza del experimento que ha sufrido impide que tenga claro qué aspira a conseguir. La aparición de algunos entes capaces también de introducir programas en su cerebro hace que en ocasiones no sea más que un pelele a la merced de quien tenga más interés en manejarlo en cada momento. Salvando este obstáculo, la novela tiene un tono muy reivindicativo contra las desigualdades sociales y la manipulación a la que nos vemos sometidos día a día, bien sea por la presión de las redes sociales que está muy bien reflejada en todo el libro, bien sea por otros manejos que todavía pertenecen al campo de la ciencia ficción pero que resultan pavorosamente verosímiles.

También me gusta cómo Endel va recogiendo los pocos trozos del collage que es su vida para intentar entender su pasado y encaminar su futuro, pero está claro que sin ayuda externa no tendría nada que hacer. No es que se llegue a utilizar el recurso del deus ex machina, pero casi.

En cuanto a la narración del audiolibro, la labor de Nick Atkinson es bastante buena, pero tengo un problema con una persona que es incapaz de tatarear Back in Black sin que sea automáticamente reconocible.

Quizá lo más aterrador del libro es descubrir que lo que le pasa a Endel es solo el campo de pruebas para un movimiento a escala global, la deshumanización de las personas por la virtualización de una utopía fallida y la resignación con la que se acaban aceptando todas las tropelías.

The Glass Box

Aunque conocía la labor como guionista tanto de cómics como televisivo de J. Michael Straczynski, lo cierto es que el primer libro que leí suyo fue Becoming Superman, su autobiografía, que me dejó totalmente noqueada con la crudeza de su relato. Así que si bien es cierto que The Glass Box no es lo primero que leo de él, si es la primera obra de ficción que le leo.

The Glass Box es más bien un thriller que una novela de género propiamente dicho, aunque no sería descabellado enmarcarla en el ámbito de la especulación de futuro cercano. Se trata de una novela que se desarrolla casi en su totalidad en un manicomio, pero partiendo de la premisa de que “ni están todos los que son, ni son todos los que están” que tanto gustaba a mi abuelo cuando hablaba de Los Prados (el hospital psiquiátrico de Jaén).

En un taimado movimiento que busca réditos políticos y sobre todo, sujetos aborregados, el gobierno de Estados Unidos pone en marcha un programa para “reorientar” a los sujetos más destacados en las protestas ciudadanas, tratándolos como enfermos mentales cuya rabia mal encaminada les ha conducido a cometer actos violentos contra el gobierno y las fuerzas del orden. Straczynski nos mostrará el germen del proyecto, centrándose en las vivencias de Riley Diaz como una de las primeras internadas en estos centros reacondicionados, donde todavía conviven los enfermos mentales propiamente dichos y los sujetos que se adhieren (o que los adhieren) a esta política.

El resto, os lo podréis imaginar a poco que hayáis visto o leído alguna obra sobre internamiento en este tipo de centros. Privaciones, drogas, maltrato… todo bajo el edicto del bien superior y de la búsqueda de la panacea que cure a los recalcitrantes. The Glass Box es un libro muy incómodo de leer, en parte por la verosimilitud de lo que expone y en parte porque sabemos que el descenso a los infiernos de la locura no está tan alejado de nosotros como nos gustaría pensar.

Sin embargo, Straczynski no carga demasiado las tintas en el horror del tratamiento, si no más bien en la pasividad de los “funcionarios” encargados de llevarlo a cabo, que prefieren ceñirse a los protocolos vigentes antes que denunciar las injusticias y, sobre todo, en la maldad intrínseca que ejerce el que tiene poder sobre el débil. El elemento distópico de la novela, que existe, se minimiza muchísimo cuando te das cuenta de la plausibilidad de los hechos que narra el escritor.

Un futuro, que no sabemos si es posible, pero que es realmente inquietante.

Paladin’s Faith

No lo puedo evitar, la serie de los paladines de T. Kingfisher es uno de mis puntos débiles, lo podéis llamar como queráis “guilty pleasure” o zona de confort, pero es que disfruto tanto de cada lectura de esta serie que por mí, puede seguir el tiempo que estime oportuno la autora. Eso, sin quitarle la razón a quienes puedan decir que se basa en la repetición de un patrón, pero es que si ese patrón nos da novelas tan divertidas y tan entrañables como esta, viva la repetición.

En Paladin’s Faith retomaremos las andanzas de un personaje secundario de la primera entrega de la serie, Paladin’s Grace, la espía Marguerite. Marguerite se encuentra metida en un buen lío en el ejercicio de su profesión, ya que sus antiguos empleadores buscan eliminarla por un “quítame ahí esos beneficios fraudulentos”. Ella, astuta y taimada, cuando entra en posesión de una información que puede alterar sustancialmente la economía de su mundo, se juega el todo por el todo y contacta con el templo de la Rata Blanca para que le proporcionen unos guardaespaldas, que casualmente serán dos paladines del Santo del Acero, Shane y Ren.

La primera parte del libro, con la intriga cortesana quizá sea un poquito menos entretenida de lo que nos tiene acostumbrados la autora, pero sirve para sentar las bases de la aventura desesperada en la que se verán embarcados en los dos últimos tercios del libro, aproximadamente. ¡Qué dos últimos tercios!

Lo primero que me gustaría destacar es el humor. La saga Saint of Steel siempre ha estado marcada por situaciones graciosas y juegos de palabras, pero creo que en esta entrega Kingfisher se ha superado. Ha habido tramos en los que no podía seguir leyendo porque me estaba riendo a carcajadas, especialmente la parte en la que transitan por una ruta que denominan, “camino de cabras, pero de cabras con instintos suicidas”. Por supuesto, no pueden faltar los momentos de gran tensión sexual, también escritos con retranca, pero es que en general la dinámica en la que se ven inmersos los cuatro personajes principales, con sus pullas, sus dobles sentidos y la elevación de la temperatura corporal de sus partes erógenas llega a ser hilarante por momentos.

Para que el libro no quede solo en una serie de divertidísimas escenas pero quizá algo vacías, con la excusa de la investigación de Marguerite llegaremos a un lugar muy alejado de la civilización donde aguarda una amenaza mucho más preocupante de lo que se podía esperar en un libro que hasta el momento tenía un tono más bien relajado. Es por esto que insisto que aunque al principio parece un libro más flojo, luego recupera e incluso supera nuestras expectativas.

También me gustaría destacar la estupenda representación que hace la escritora de los diálogos interiores de las personas con baja autoestima, sencillamente magistral.

Absolutamente recomendable.

Jewel Box

Uno de mis planes para este año era concederle algo más de tiempo de lectura a los relatos cortos y tenía claro que Jewel Box de E. Lily Yu iba a estar entre mis lecturas de este tipo. La escritora norteamericana se desenvuelve con igual agilidad en la fantasía como en la ciencia ficción y el nivel medio de los relatos contenidos en el libro es bastante alto, aunque, como es normal tengo algunos preferidos sobre otros.

The pilgrim and the angel

Para abrir boca, Yu nos ofrece un cuento sobre un anciano creyente del Islam al que un ángel decide llevar en peregrinación antes de su última hora. Pero quizá lo que realmente necesitaba esta persona es la oportunidad de despedirse de sus seres queridos.

The Lamp at the Turning

Una historia de amor inverosímil en la que la autora es capaz de dotar de sentimientos de una manera muy creíble a una lámpara de la calle.

The Cartographer Wasps and the Anarchist Bees

Uno de los primeros platos fuertes de la recopilación y quizá su obra más conocida, finalista del premio Hugo y Nebula. Maravilloso relato sobre la opresión y cómo enfrentarse a ella, adornado con una prosa que lleva la metáfora a un nivel exquisito. Se tratan tantos temas en esta historia, de una manera tan tangencial que deja en manos del lector la responsabilidad de la comprensión del relato.

The Lion God and the Two Gates

Una pequeña fábula sobre los peligros de la equidistancia, sobre todo en los estamentos que deben juzgar los actos de los demás.

Music for the Underworld

No sé si es mi relato favorito de la recopilación, porque me cuesta decidirme, pero este es una de las joyas más brillantes del estuche. Enmarcado definitivamente en la ciencia ficción de futuro cercano, donde los servicios de suscripción nos pueden hacer esclavos de lo que nunca hemos necesitado pero que anhelamos para que nos vuelva a hacer sentir como antes. Una historia de amor con un final desgarrador.

Green Glass: A Love Story

Relato ecologista, también de futuro relativamente cercano, sobre los caprichos y veleidades que los ricos todavía se pueden permitir mientras el resto del mundo languidece a su alrededor. Me gusta su tono reivindicativo e irónico, pero quizá le falta algo de sutileza.

Ilse, Who Saw Clearly

Volviendo a la fantasía más pura como en los cuentos más clásicos del género, la escritora nos cuenta la historia de Ilse, la única de su pueblo que no cambia sus ojos cuando un mago ofrece a todos mejorar su visión y sus características gracias a su magia, aunque nadie imaginaba el precio que deberían pagar. Me encanta cómo es capaz de hacer destacar al que es diferente, algo que puede ser una condena o una bendición.

The Doing and Undoing of Jacob Mwangi

Tras ir leyendo esta recopilación, tengo claro que el subgénero de la ciencia ficción en el que E. Lily Yu se encuentra más cómoda es el del futuro cercano, donde la especulación le sirve para dar luz a los problemas actuales del ser humano. En esta ocasión, no es que se critique el subsidio universal, si no que se pone en contexto cuando su obtención implica no necesitar esforzarse para nada nunca más, dando lugar a dos clases de ser humanos, los que hacen cosas y los que no.

The Wretched and the Beatiful

Un cuento sobre primer contacto que, aunque acertado, me parece poco original en su planteamiento y desarrollo. Capto referencias a la inmigración como en On Fragile Waves, pero creo que no hay suficiente espacio como para contar la historia de forma completa.

The Urashima Effect

Otro relato van magnífico y van… No tengo duda de que los efectos de la relatividad del tiempo cuando se viaja a velocidades cercanas a la luz es uno de los tropos más utilizados en la ciencia ficción, pero es que este relato es capaz de golpearte el corazón conforme vas avanzando en los recuerdos que un colono espacial ha ido recopilando para hacer menos duro su viaje, mientras espera la llegada de su amada.

Braid of Days and Wake of Nights

Una historia sobre cómo hacer frente al dolor de la pérdida justo cuando está sucediendo, aunque sea de forma irracional en búsqueda de unicornios salvadores.

Local Stop on the Floating Rain

Entiendo el mensaje antirracista que nos quiere hacer llegar la ganadora del premio Astounding en 2012, pero en esta ocasión peca de brusquedad.

The Witch of Orion Waste and the Boy Knight

Crítica al machismo que es incapaz de aceptar que una mujer pueda hacer algo mejor que un hombre y las relaciones amorosas que se basan en esta desigualdad.

The Eve of the Planet of Ys

Interesante cuento sobre el apocalipsis de un mundo que no es el nuestro, pero que se parece sospechosamente a la Tierra. ¿Sería posible seguir luchando por conservar la vida, si no la civilización? Según Yu, la única manera sería gracias a la solidaridad entre personas. Me temo que si esto es así, poco futuro habría. Debo ser más pesimista que los protagonistas de la historia.

Courtship Displays of the American Birder

A pesar de no tener apenas elemento fantástico, he disfrutado enormemente de esta pequeña historia de amor entre apasionados de los avistamientos de pájaros.

The No-One Girl and the Flower of the Farther Shore

Una reivindicación sobre la necesidad de aceptación de las personas que no pertenecen por defecto a una comunidad, pero que pueden aportar algo muy valioso como es la diversidad, en un tono onírico y pesimista.

The Time Invariance of Snow

Con una estructura más experimental que el resto de los relatos, aquí Yu nos ofrece una mezcla de mecánica cuántica y fantasía que no acaba de cuajar con la exposición del diablo y sus triquiñuelas para ganar adeptos.

Three Variations on a Theme of Imperial Attire

Una nueva vuelta de tuerca al relato del traje nuevo del emperador, pero con diversas iteraciones y con rotura de la cuarta pared. Es curioso aunque no me ha acabado de convencer.

The Cat’s Tale

Aunque está narrado en primera persona por un humano, el verdadero protagonista de este enrevesado cuento es el gato.

The Valley of Wounded Deer

En esta fantasía con un toque de cinismo nada disimulado, se habla sobre la crueldad de los regentes y el peso de las profecías.

The View from the Top of the Stair

Cada uno puede tener sus propias obsesiones, pero me ha parecido encantador aunque sin un propósito claro este coqueto relato sobre escaleras y arquitectura.

Small Monsters

Tal vez demasiado alegórico para mi gusto personal, en esta ocasión la autora utiliza este recurso para hablar del impulso creativo y de viejas heridas que no terminan de cerrar.

Jewel Box es una excelente recopilación de relatos en la que hay que dejarse llevar por la prosa y el tono reivindicativo y cínico de la autora en ocasiones. En ese caso, sin duda se disfrutará muchísimo de la lectura.