The Kingdoms

The Kingdoms es una novela que empieza bastante fuerte, con un escenario histórico alternativo donde Francia reina sobre las islas británicas con un foco de resistencia en Escocia. La esclavitud es el pan nuestro de cada día y la historia comienza con un personaje amnésico incapaz de recordar nada de su pasado desde el momento en que se baja del tren en la estación de Londres.

La amnesia me parece un recurso bastante tramposo cuando estoy leyendo una novela, quizá por que se usa en demasía o quizá porque le sirve al autor para hacer tabula rasa y empezar desde cero sin que cueste ningún esfuerzo. Sin embargo, el mundo alternativo que plantea Natasha Pulley sí que parecía interesante a priori. Un siglo XIX en el que Inglaterra es una colonia de Francia, donde la esclavitud no se ha abolido, que el inglés sea un idioma prohibido y perseguido… todo parecían premisas muy atractivas.

Por desgracia, lo que es un prometedor comienzo poco a poco se va difuminando. Las distintas líneas temporales que utiliza la autora para narrar los acontecimientos van perdiendo interés y el ambiente naval de la mayoría de las escenas tampoco está excesivamente conseguido. La rigidez de la disciplina marítima contrasta de forma poco favorecedora con la maleabilidad del flujo del tiempo que conforma la base de la novela. Los personajes se sienten acartonados, cortados todos por la misma tijera. El ritmo se vuelve pesado y las “revelaciones” no lo son tanto cuando te las esperas desde el minuto uno.

Algunos puntos a favor del libro podrían ser la astucia de los elementos de la inteligencia naval francesa para sonsacar datos a los prisioneros, ya que son capaces de obtener mucha información simplemente deduciendo y extrapolando a partir de los nombres de las estaciones de metro que obtienen bajo tortura (recordemos que la convención de Ginebra no estaba vigente en aquella época) o el uso de longevas tortugas para experimentar con el flujo temporal. Pero son elementos muy escasos para otorgar méritos a una novela que se vuelve plomiza.

The Kingdoms ha resultado ser una novela perfectamente prescindible.

The Conductors

The Conductors es el comienzo de una serie de novelas que está previsto llevar a la pequeña pantalla en fechas próximas, pero esto casi que no es noticia porque desde que se abrió la veda de adaptaciones de género fantástico rara es la novela que no ha vendido sus derechos para la televisión o el cine, o está en ello. Y las que no, están deseando hacerlo.

The Conductors está situada temporalmente unos años después de la finalización de la esclavitud en EE.UU., una época muy interesante porque se mezclan los esclavos que consiguieron su libertad al fugarse de las plantaciones o donde fuera que estuvieran y aquellos que fueron manumitidos de manera “legal”. Como en otras ocasiones, se hace referencia al “ferrocarril subterráneo“, la red que ayudaba a los esclavos a huir. La protagonista de la historia Hetty Rhodes y su marido eran maquinistas de esta organización y ahora se dedican a investigar asesinatos y otros delitos cometidos contra la comunidad negra de Philadelphia que no recibe atención por parte de las autoridades pertinentes. A todo este escenario, ya de por sí interesante, le añadimos la magia y nos encontramos ante una historia muy atractiva.

Estos personajes me recuerdan un poco a la de Tommy y Tupence de Agatha Christie por lo del matrimonio de sabuesos, pero salvando las distancias. La investigación que Hetty y Benjy llevan a cabo se basa más en diálogos e intuiciones que en un procedimiento estricto, así que supongo que no es una novela que pueda llegar a satisfacer a los más puristas del género, pero el proceso de descubrimiento es entretenido. El sistema mágico tampoco se explica en profundidad, supongo que para dejar margen de maniobra para las siguientes entregas, aunque el “método” es dibujar las constelaciones bien en el aire bien sobre algún material.

Tiene también su trama sentimental sobre la que prefiero no hablar mucho por no desvelar nada, aunque me parece escrita con respeto y cuidado. Siendo la primera novela de Nicole Glover, hay que reconocer que la prosa está bastante bien y que el ritmo, que quizá es una de las cosas más difíciles de conseguir, se mantiene durante todo el libro. No es que lleve una velocidad endiablada, pero tampoco decae. Digamos que es una novela de mecha lenta.

Es importante también destacar el sentimiento de culpabilidad que tiene Hetty por haber perdido a su hermana en su huida. Esto se explica a base de flashbacks pero influye en el presente de la historia.

Se trata de una novela entretenida aunque no está destinada a cambiar el género. Tiene una continuación a la que supongo que en algún momento daré una oportunidad, aunque no está entre mis prioridades actualmente.

Last of the Talons

Ha sido una tendencia desde siempre, pero o ahora me estoy fijando más o hay muchos más libros que giran alrededor de la idea de “enemies to lovers” (lo que viene siendo “los que se pelean se desean”). Last of the Talons es uno más de esta lista creciente, que destaca un poco entre todos por el uso de la mitología coreana en su construcción de mundo, pero que tampoco deja una huella demasiado profunda en el lector.

El libro está narrado por Shin Lina, una joven asesina que trabaja contra su voluntad para el señor del crimen más temido del reino. El precio de la vida de su hermana pequeña es su total sumisión. Lina formaba parte de la banda de los Talons, pero a través de flashbacks insertados en la narración sabremos la razón del título del libro.

El comienzo de la novela nos hace pensar en el típico libro de ladrones y asesinos a los que les encargan misiones que tienen que ir cumpliendo, pero el desarrollo no va por ese camino, porque la primera misión que nos cuenta Lina desencadenará el resto de los acontecimientos. Tiene que robar un tapiz de un templo y esta acción tendrá más consecuencias de las esperadas.

El resto del libro transcurre como una apuesta entre Lina y el inmortal Dokkaebi propietario del tapiz, con un peligroso juego. Lina podrá ganar su libertad si en catorce días es capaz de asesinar a Haneul Rui, algo que no será tan fácil como pudiera parecer, ya que sus sentimientos comienzan a cambiar conforme lo va conociendo.

Me ha interesado bastante más el trasfondo de los reinos y su mitología que la relación amor-odio de los dos personajes, la verdad. Me parece que Sophie Kim abusa de la innegable atracción entre ambos. Catorce días es muy poco tiempo para cambiar tanto de opinión sobre una persona que tiene el poder de decidir sobre tu vida o muerte, y tampoco es que la personalidad de Rui sea arrebatadora, si sabéis a lo que me refiero. Se define como una novela juvenil y estoy de acuerdo, aunque cada vez me resulta más difícil saber qué se considera destinado para adultos o para jóvenes. Reconozco que para ser la primera novela de la autora, está bastante bien llevado tanto el ritmo como la prosa, aunque en ningún momento me he sentido absorbida por la lectura. Es un pasatiempo, pero no algo destinado a perdurar.

El audiolibro lo narra Jaine Ye, que hace una labor muy correcta aunque la impostación de las voces masculinas acaba siendo cansina, pero esto es una apreciación personal mía.

El libro forma parte de una serie, pero está perfectamente contenido, así que si no te acaba de convencer no hay una necesidad real de seguir con el siguiente de la serie para ver cómo acaba la cosa.

The Immortality Thief

Leí este libro por recomendación de Alex Páez, que conoce mis gustos y pensó que me iba a gustar, y la verdad, como suele suceder, acertó de pleno.

The Immortality Thief es la primera obra de Taran Hunt, una autora que ha conseguido conjugar la emoción de las persecuciones y de la space opera en general con la reflexión sobre el verdadero significado de ser humano, aderezado con unas cuantas gotas de optimismo. Todo un logro, porque además la prosa es elegante y efectiva.

En esta novela conoceremos la historia de Sean Wren, un joven criminal superviviente de una zona de guerra. Sean se encuentra ante una difícil decisión: entrar en prisión indefinidamente o jugarse la vida en una “operación de rescate” en una nave espacial perdida desde tiempos inmemoriales situada en las cercanías de una supernova a punto de estallar.

Sean es un personaje que desde el principio nos cae bien, intrínsecamente bueno, a pesar de la historia tan triste que arrastra desde sus orígenes, Es gracias a sus capacidades como lingüista (para que luego digan que no es importante estudiar carreras de letras) que dispone de las herramientas necesarias para llevar a cabo la misión casi suicida en la que acaba enrolado.

Desarrollar la mayoría de la historia en una nave espacial le permite a la autora crear una atmósfera de reclusión agobiante, aderezada con persecuciones de las distintas criaturas que han evolucionado a lo largo de mil años en la propia nave. A pesar de esta sensación de claustrofobia y de peligro constante, no es una novela que dé mucho miedo (y eso que yo soy bastante aprensiva). Y esto es por el carisma de los personajes, sobre todo Sean, pero también sus inesperados compañeros de viaje, aunque cada uno vaya guiado por sus propios intereses.

Hay que reconocer que a veces algunas escenas se alargan en demasía, algo que juega un poco en contra del ritmo de la novela, aunque en general está muy bien llevado y hay tramos en los que es sencillamente trepidante. Me gusta también especialmente la importancia que se le da a la colaboración entre distintas facciones enfrentadas, pero que aúnan sus fuerzas contra un mal mayor. Es estupenda la sensación de esperanza que te queda conforme van avanzando las páginas del libro.

No quisiera extenderme más para dejar que seáis vosotros mismos quienes descubráis la obra. Os recomiendo que no la dejéis escapar.

The Left-Handed Booksellers of London

Hacía tiempo que tenía pendiente este libro de Garth Nix, así que ha aprovechado las vacaciones de verano para hincarle el diente. Es una novela divertidísima, escrita con mucho oficio y que viene a sumarse al revival de la cultura de los años 80 en el que estamos inmersos, aunque en este caso sean unos 80 un tanto alternativos (cosas de la magia y las criaturas mitológicas).

Susan Arkshaw es la protagonista de la novela, una joven que con sus 18 años recién cumplidos va a irse a estudiar a Londres y de paso a buscar a su padre, del que tiene poquísima información por los constantes despistes de su madre, que abusó de las drogas en su juventud y ahora está pagando la factura. No obstante, su llegada a la capital no será nada tranquila, porque de pronto se ve arrastrada por una conspiración en la que descubrirá que el mundo no es como ella pensaba hasta entonces. Ni como nosotros lo conocemos, porque las criaturas de las fábulas y las fantasías son muy reales y existe un clan de libreros encargados de velar por la seguridad de los humanos. La creación de esta sociedad de libreros, con características peculiares según si son zurdos o diestros y una larguísima tradición es el gran punto fuerte de la novela. En ocasiones el autor utiliza en demasía el desconocimiento de Susan para darle a conocer datos que serán importantes para el desarrollo de la historia. Esto se podría haber realizado quizá de una forma un poco más sutil, pero la verdad es que está bien enjaretado con el resto de la trama y no se hace pesado en ningún momento, dejándonos en ocasiones con ganas de saber más.

La premisa, aunque poco original, es estupenda para lo que tiene planeado Nix, que es diversión a chorros. Seremos testigos de persecuciones sin fin, apariciones de criaturas de todo origen mitológico, enfrentamientos, conspiraciones, traiciones y te, mucho te que para algo estamos en el Reino Unido. Por si faltaba algo, también tendremos un poquito de tensión sexual, dentro de los límites que un entretenimiento ligero como es esta novela puede permitirse.

Me gusta también que Merlín, el primer mago con el que se encuentra Susan, esté explorando la fluidez de su sexualidad y se haga eco de ello con una forma tan natural y creíble, aún estando situada la novela en 1983.

Garth Nix nos ofrece una novela juvenil que ya tiene la continuación titulada The Sinister Booksellers of Bath prevista para marzo del año que viene. Yo al menos no tengo intención de perdérmela, por que promete otro buen rato de diversión.

Este libro está disponible en español con el título El clan de los libreros magos y traducción de Jorge Rizzo Tortuero.

Questland

Tenía pendiente desde hace tiempo Questland de Carrie Vaughn, que promete diversión sin complicaciones en la enésima iteración de la idea de visitar un parque temático que se ha ido de madre, aunque esta vez cambiemos los dinosaurios por dragones, imagino que ya sabéis por dónde voy.

La protagonista de la historia es la doctora en literatura Addie Cox, superviviente de un tiroteo en el instituto y expareja de uno de los diseñadores principales de Insula Mirabilis, un resort turístico creado bajo el auspicio de un millonario megalomaníaco que aspira a ofertar a los interesados una aventura del rol medieval en vivo. Pero antes de ponerla en funcionamiento, sucede algo que la pone en cuarentena del mundo y se decide mandar a un equipo de mercenarios a investigar, “ayudados” (es un decir) por la doctora Cox, a la que se le presupone un gran conocimiento de la fantasía.

La premisa es muy tonta, pero al menos me esperaba que me divirtiera. Por desgracia no ha sido así, porque Questland es una acumulación de lugares comunes que a lo mejor le gusta a quien se entretenga en investigar todas las referencias, pero que a mí en ningún momento ha llegado a interesarme ni mucho menos engancharme (¡arañas!, ¡animales antropomórficos!, ¡elfos con orejitas puntiagudas!, ¡misiones secundarias!, ¡castillos!…). Que el primer reto sea descifrar el enigma de la esfinge y que los mercenarios reverencien casi a la doctora por saber la respuesta… pues no sé, no dice mucho sobre la capacidad del equipo enviado.

Además, las rencillas internas entre los habitantes de Insula Mirabilis son de lo más banal e infantil y la motivación de los actos de cada uno es, directamente, pueril. Quizá esta incursión de Vaughn en el mundo del LitRPG sea una oportunidad de escapismo para otros lectores, pero para mí es un experimento fallido, que no puedo recomendar para nada.

The Mountain in the Sea

He quedado fascinada por la especulación de alto nivel que despliega Ray Nayler en este libro, que espero esté destinado a ser uno de los bombazos de la ciencia ficción este año. Me parece muy original enfocar la historia como una narración de primer contacto con otra especie inteligente, pero que no sea necesario que esta especie venga del espacio exterior. Es un toque genial.

Quizá el hecho de que Adrian Tchaikovsky ya nos haya “presentado” a los pulpos como los curiosísimos animales que son haya facilitado la lectura de The Mountain in the Sea, aunque he de reconocer que esta no es especialmente sencilla por las implicaciones de los temas que se tratan, o al menos me lo ha parecido a mí.

La estructura del libro es tradicional, con distintos capítulos narrados desde los distintos puntos de vista, aunque algunos tienen menos participación que otros, en general todos son relevantes para la historia. Asistiremos al desembarco y la labor de la doctora Ha Nguyen en este intento de primer contacto con otra especie inteligente, los esfuerzos de un hacker por introducirse en una IA avanzadísima y la vida de un informático esclavizado en una nave pesquera controlada por una IA que solo prioriza la cantidad de proteína que obtiene en cada viaje.

La novela da mucho material para pensar, empezando por los extractos de dos libros distintos que encabezan cada capítulo y continuando por las conversaciones entre los personajes. Preguntas sobre qué significa ser humano, sobre los límites éticos de la creación de inteligencias artificiales o sobre el permanente esquilmado de los recursos naturales y sus consecuencias son una constante a lo largo de las páginas del libro, que en más de una ocasión me ha obligado a detener la lectura y buscar alguna referencia o simplemente a reflexionar sobre lo que se estaba comentando en ese momento.

El emplazamiento elegido para la mayoría de la acción, un archipiélago vietnamita que ha sufrido los estragos del turismo desaforado y la explotación casi hasta el límite de los recursos naturales, también añade una capa de reivindicación ecológica que casa perfectamente con los mensajes subyacentes a la novela.

Por si os parecía poco todo lo que he dicho antes y os preguntáis sobre qué más cosas habla este libro, id anotando: inteligencias distribuidas, actos terroristas quirúrgicos, machine learning, desintegración de antiguos poderes políticos… La lista continúa y es completamente apasionante.

Mención aparte merece la apabullante biografía del autor, que estoy segura que daría lugar a otra novela que me encantaría leer. No lo dudéis, The Mountain in the Sea es uno de los libros del año.

Estación Niebla

El cyberpunk es un movimiento que tuvo su momento álgido hace años, pero que tras esta época de esplendor se ha mantenido presente en la ciencia ficción, si bien no tan en boga como antes. Estación Niebla es una novela cyberpunk, escrita originalmente en catalán, pero afortunadamente traducida al castellano para que podamos disfrutarla.

Se podría decir que Enric Herce toca todos los puntos que se pueden considerar propios del género, como las drogas que alteran la conducta, las megacorporaciones que rigen los destinos de los seres humanos o las modificaciones biológicas que nos transforman en cyborgs. Creo que no se deja nada en el tintero. Y consigue ofrecerlo de una forma atractiva eligiendo el modo que mejor se adapta a este ritmo frenético para la exposición, en una novela sin capítulos que se condensa en una lectura sin pausas.

Enric aprovecha el libro para realizar una aguda crítica al futuro al que parece que estamos abocados, pero que le sirve como espejo para asistir sin tapujos a las injusticias de las sociedad actual. El mensaje antimilitarista quizá es demasiado contundente, poco sutil con sus referencias al enemigo y a los ataques terroristas indeterminados que llevan a una sociedad contradictoria a cargarse de cadenas en busca de la libertad, pero sin duda consigue su objetivo. También se ve reflejada la corrupción policial, aunque de una forma un tanto ingenua, justificada por las circunstancias.

Me gusta especialmente el tratamiento de la memoria de los humanos y la búsqueda de la trascendencia, exponiendo varios métodos que nos podrían llevar al transhumanismo, aunque también es cierto que se queda un poco en la orilla sin llegar a explorarlo exhaustivamente (quizá no era el objetivo del libro).

La utilización de flashbacks de la vida del protagonista nos sirve para ponernos en situación y entender cómo Max ha llegado a la situación en la que se encuentra en la actualidad. Tenemos atisbos del mundo actual gracias a transcripciones de noticias y telediarios, así que de una forma muy inteligente que soslaya el infodump el autor nos pone en situación.

Los personajes están bien construidos y la longitud de la obra favorece una lectura rápida y satisfactoria.

La novela se publicó originalmente en catalán y ha sido traducida por el propio autor. La edición de RedKey es muy buena, un libro ligero que se adapta a una lectura rápida.

Ithaca

Tenía mucho interés en el nuevo libro de Claire North, porque la mitología clásica siempre es un acierto en esta casa y North es una autora que no te deja indiferente. Además, la idea de que Ithaca tenía como narradora a la diosa Hera me llamaba poderosamente la atención, así como el enfoque feminista de la novela.

Ithaca se sitúa en es la isla homónima, 18 años después de la partida de Ulises y en pleno apogeo de los aspirantes al matrimonio con Penélope y por supuesto a su trono. La guerra de Troya se llevó a la flor y nata de los hombres de las naciones griegas, dejando atrás las mujeres para hacerse cargo de todo mientras ellos buscaban la gloria en el campo de batalla.

Penélope se encuentra por lo tanto en la incómoda situación de tener que caminar haciendo un difícil equilibrio entre defender su posición sin irritar a ninguno de los pretendientes, que buscan cualquier excusa para forzar su elección y acabar con el status quo. Además, los continuos festines que son necesarios para honrar a los visitantes suponen una pesada carga para los limitados recursos de la isla y el escenario es cada día más inestable.

Me gusta cómo la autora ha decidido cargar las tintas en esta dualidad, en la capacidad de las mujeres para gestionar cualquier proyecto de forma eficiente pero cómo la hipocresía de la sociedad contemporánea las obliga a ocultar sus méritos so pena de ser acusadas de brujería o cualquier otra patraña. ¿Cuánto tiempo ha pasado desde la época griega clásica? Y, sin embargo, vemos algunas situaciones que podrían ser reflejo perfecto de la actualidad.

También me gusta mucho la elección de la narradora, porque Hera a pesar de ser una de las diosas más poderosas es quizá también una de las más desconocidas, famosa más bien por la cornamenta que le hace lucir su marido y sus arrebatos de ira frente a los vástagos del Amo del Olimpo. Debería ser el narrador omnisciente por antonomasia,

El libro tiene un ritmo pausado, con especial hincapié en las desigualdades hombre-mujer más que en la epicidad típica de los mitos griegos. Y es un cambio interesante, pero también he de reconocer que a veces peca de morosa en determinados capítulos. Por otra parte, a la mayoría de los personajes masculinos dan ganas de estrellarlos contra la pared, especialmente Telémaco, que es un quiero y no puedo de manual.

Existe una versión en audiolibro, narrada por Catrin Walker-Booth, que es la que yo he leído. Su labor es correcta, pero no encuentro ningún detalle especial que destacar sobre su trabajo.

El problema que le veo a la novela es que Claire North ha renunciado a su estilo más característico y reconocible de prosa para adaptarse a la narración de los mitos griegos, pero esta misma renuncia es la que hace que Ithaca no destaque sobremanera entre los muchísimos retellings de mitología clásica que ya existen.

The Sleepless

Me ha fascinado esta novela de ciencia ficción de futuro cercano, una mezcla apasionante de thriller, investigación periodística y especulación científica que se disfruta de principio a fin y que viene a hacer mucho ruido en el panorama de género.

El protagonista de la novela es Jamie Vega, un periodista con una característica especial, es un insomne. Esta hiperinsomnia es una enfermedad que se fue extendiendo por el mundo de la que se conoce poco, una pandemia que hace pocos años se estabilizó y ya no se sigue expandiendo. Las características de la enfermedad es que los afectados no pueden dormir, pero tampoco lo necesitan, por que ni sus cuerpos ni sus mentes requieren este reposo para recuperarse. Lo que en un principio provocó el rechazo del resto de la sociedad, ahora es buscado como una ventaja competitiva, ya que permite trabajar más, ganar más dinero y en definitiva, aprovechar mejor el tiempo.

La novela explora las implicaciones que tendría este cambio tan sustancial en la sociedad humana, pero a la vez enlaza esta especulación con la investigación de un suicidio o asesinato de gran repercusión mediática, con lo que consigue mantener en todo momento un ritmo muy alto. En este sentido, la narración de Joel de la Fuente es extraordinaria, consigue que te pongas en la piel de Jamie y en ningún momento notas la presencia de infodumps, a pesar de que se hace bastante hincapié en los aspectos biológicos y en las posibles consecuencias de esta hiperinsomnia.

También me parece todo un acierto que la narración esté en su mayoría situada en Nueva York, que se transforma, literalmente, en la ciudad que nunca duerme. Las posibilidades son infinitas y solo vemos la punta del iceberg, pero si las personas dispusieran de 8 horas más diarias para sus aficiones, su trabajo o lo que sea, la economía daría un vuelco, sin lugar a dudas.

Hay que tener en cuenta que Manibo no descuida en ningún momento la parte de thriller de la novela y algunas de estas escenas resultan ser cuando menos rocambolescas. Tampoco se puede negar que los malos son malísimos, un poquito más de escala de grises no hubiera estado de más para terminar de redondear una novela que a mí al menos me ha encantado, y que vuelve a poner a Erewhon Books como una de esas editoriales de las que no perderse ni un solo lanzamiento.