Shall Machines Divide the Earth

Tengo una cita inexcusable con cada nuevo lanzamiento de Benjanun Sriduangkaew, sobre todo si está dentro del universo Machine Mandate. Si bien es cierto que esta entrega me ha parecido algo menos innovadora que las anteriores y la autora vuelve a incidir en sus temas recurrentes, no por ello deja de ser una lectura más que recomendable. Además, si a esto le añadimos que nuestro conocimiento sobre el universo va aumentado y que podemos ir encontrando referencias a los libros anteriores, como los haruspex o la esfera de Dyson Shenzhen, cada nueva historia añadida sirve para darle profundidad al universo así creado.

La acción gira entorno a un torneo cuyo ganador podrá obtener aquello que más desee, prácticamente sin limitaciones. Pero los perdedores pueden no solo morir, si no ser destinados a futuros mucho peores que simplemente desaparecer. Las condiciones del torneo no están claras, siendo esta misma indefinición uno de los principales atractivos del combate. Sabemos que los duelistas deberán emparejarse con una inteligencia artificial para participar en la contienda, pero el resto de condiciones se podrán ir desvelando sobre la marcha. Quizá está ambigüedad juegue un poco en contra de la obra, porque da tanto margen de actuación a la autora que en realidad cualquier cosa puede acontecer.

La protagonista de la historia es una detective de un planeta bajo asedio, que perdió al amor de su vida y que parece que se encamina al torneo para recuperarlo, aunque esto tampoco está claro. El concepto de unión con la IA para la participación es en esta caso mucho más profundo y, cómo se irá revelando, nada casual. No estaríamos hablando de Sriduangkaew si no hubiera escenas de sexo, dominación e incluso sadomasoquismo, pero me parece que aquí se ha contenido algo más (o que ya me he acostumbrado a su obra).

El principal interés de la lectura, por lo tanto, es ver la labor de investigación que lleva a cabo la detective respecto al torneo y sus posibilidades de victoria. Las escenas de combate están trufadas de violencia pero narradas de una forma maravillosamente cinética, realmente parece que estamos presenciando el enfrentamiento. Algo especialmente difícil de conseguir manteniendo la bellísima prosa que es sello de identidad de la autora, algo que consigue sin fallo.

El final está a la altura de la trama, aunque quizá se vea venir un poco una vez que todas las cartas están sobre la mesa. La saga Machine Mandate es un valor seguro en la space opera y esperamos que siga así durante mucho tiempo.

Purgatory Mount

No tenía pensado leer este Purgatory Mount tan pronto, pero si Alexander Paez te recomienda algo, es mejor que te pongas rápido con ese libro.

Las obras que he leído hasta ahora de Adam Roberts han sido bastante satisfactorias y esta no es una excepción. Es cierto que tiene una estructura un tanto extraña porque las dos tramas que la forman se conectan de una forma muy laxa. La primera y la última parte, que son cortas en comparación con la parte central, tienen un alto componente especulativo, con la exploración de un artefacto en un planeta lejano por parte de unos “humanos” tan evolucionados que son capaces de controlar el tiempo. Mientras tanto, la parte del león en cuanto a longitud de la novela se la lleva la parte central, con una relato de futuro muy cercano terriblemente verosímil.

Si hay algo que destaca en la obra de Adam Roberts es la cantidad de ideas que lanza al lector, a veces con una retranca inglesa que hay que aceptar y disfrutar. En este libro, por ejemplo, es capaz de hablar de Alzheimer usado como arma de destrucción masiva y a la vez del tratamiento de la enfermedad con un simple teléfono móvil. Roberts es capaz de estar narrando los estallidos de bombas tremendamente destructivas mientras parafrasea hits musicales de los últimos años. Su extenso conocimiento de la cultura clásica le permite hacer similitudes entre los personajes y los mitos griegos, pero en las últimas páginas de la obra nos hace ver que hubiera preferido con mucho utilizar los nombres de los magos del Señor de los Anillos, si no fuera por unos problemillas de copyright.

Aunque me han gustado las dos partes de la novela, personalmente hubiera preferido que se hubiera dedicado más a la parte más futurista de la novela, que me llamaba mucho más la atención que el grueso de libro. No obstante, he de reconocer que a pesar del desequilibro entre ambas tramas la lectura es más que interesante, y que yo hubiera preferido más hincapié en la otra parte es solo una preferencia personal. Resulta aterrador por lo verosímil cómo Adam Roberts narra la desintegración de los Estados Unidos, en una narración que podríamos describir como “Doctorowzada”, si me permitís la expresión, basándose en los medios de control de masas y con protagonistas jóvenes atrapados por el sistema, como en Little Brother , Homeland y otras obras de Cory Doctorow.

El mensaje de redención y expiación de los pecados que lanza Roberts es también digno de estudio. El hecho de que el cielo y el infierno sean atemporales mientras que el purgatorio requiera por definición el paso del tiempo da lugar a una especulación filosófica bastante interesante. Como has podido ver, hay muchas razones por las que recomendar Purgatory Mount, espero que alguna de ellas te haya convencido.

Mordew

Mordew era un libro que me intrigaba desde que tuve conocimiento de su existencia. Ese aire a fantasía clásica, acompañado de cierto espíritu macabro y retorcido se sale de lo que suelo leer habitualmente, así que cuando tuve la oportunidad escucharlo en audiolibro no la dejé pasar.

Lo primero que me gustaría destacar es la espectacular labor del narrador. Increíble la gama de voces que es capaz de desplegar Kobna Holdbrook-Smith, una para cada actor perfectamente distinguible y asociada a la personalidad definida por el escritor. Es capaz de utilizar hasta las pausas para respirar y la propia respiración para definir cada párrafo. Me he quedado maravillada por su labor y esta valoración de la obra está muy influida por ella.

Mordew comienza de una forma muy dickensiana, con la vida diaria en los suburbios de la propia Mordew. Nos centraremos en el protagonista, Nathan Treeves, que a duras penas logra sobrevivir entre la miseria de los arrabales con un padre enfermo y una madre resignada a vender su cuerpo para mantener a la familia. Las estampas de hambre y desesperación son el impactante comienzo de la novela, pero pronto se empezarán a desvelar detalles sobre el trasfondo mágico de la novela. El barro que cubre el barrio está insuflado de vida y es capaz de crear criaturas mágicas de corta existencia. Además Nathan es capaz de utilizar magia y esta es una de las características por la que su vida se ve entrelazada con la del señor de la ciudad.

El libro está plagado de detalles muy curiosos, como las historias de origen de algunos de los compañeros de la banda a la que acabará uniéndose Nathan en busca de fondos para conseguir la medicina que podría curar a su padre. También es cierto que el tono macabro no dejará en ningún momento la narración, así como cierta crueldad respecto a los estratos más bajos de la sociedad. Hay magia de sangre, sacrificios, y una atmósfera en general lúgubre y desalentadora. La novela se puede considerar como el rito de madurez del propio Nathan, que vemos evolucionar conforme van pasando los capítulos, pero con muchas historias secundarias que dan más empaque a la propia novela.

El ritmo en ocasiones es bastante parsimonioso, parece un efecto buscado por el autor, por ejemplo en alguna de las peroratas que suelta Anaximandres (un personaje de lo más peculiar que no describiré en detalle pero que es uno de los mayores aciertos del libro) se puede ver como Alex Pheby se recrea en el uso del lenguaje para ralentizar la acción.

En algunas de las reseñas que he leído sobre el libro se hace hincapié en la especial importancia del glosario que acompaña el libro, pero en la versión que yo he escuchado esta parte no está incluida, por lo que no puedo juzgar si realmente complementaría de forma adecuada la lectura. El audiolibro se sostiene por sí mismo aunque me queda la curiosidad sobre qué nueva información podría aportar esta inclusión.

Al tratarse de la primera entrega de una trilogía resulta muy difícil evitar la sobreexposición al mundo que el escritor ha construido y parece que Pheby no intenta mitigar los efectos de este infodumping. Espero que en las continuaciones, con un mundo y unas reglas ya establecidas, el autor pueda centrarse más en la historia en sí y menos en el escenario.

Triggernometry y Advanced Triggernometry

Tras el anuncio por parte de la editorial El Transbordador de la publicación de Triggernometry en nuestro país y viendo que estaba muy próxima la publicación de la continuación, llamada Advanced Triggernometry decidí no esperar más para leer estas obras que con sus buenas referencias tanto llamaban mi atención.

Se trata de dos historias muy cortas y alocadas con una premisa de esas que rompe la baraja desde el principio. Las matemáticas están prohibidas y los que ejercieron su enseñanza o demuestran tener conocimientos en el campo son forajidos. En un escenario típico de western, Holborn aprovecha para introducir a todos los matemáticos de la historia que se le ocurren para recrear las escenas más típicas del Far West que harían las delicias de cualquier aficionado al género. Desde el asalto al tren del dinero o la defensa de un pequeño pueblo del ataque de despiadados representantes de la ley, la autora pasa por su tamiz matemático las escenas de acción más disparatadas, ayudada por un transportador de ángulos y un pie de rey, herramientas imprescindibles para acompañar a un buen rifle en estos tiroteos.

El ritmo es frenético y a esto le viene de perillas la escasa duración de ambas entregas, que se pueden leer prácticamente de una sentada. Es cierto que yo tardé algo más en mi afán por conocer los detalles de la vida real de los matemáticos que aparecen en los libros, ya que salvando los más conocidos, he de reconocer que muchos nombre ni siquiera me sonaban. En cuanto a los personajes históricos representados, me encanta la plétora de matemáticos y matemáticas que nos muestra la autora. Y, si atendemos a lo que dice la Wikipedia sobre ellos, están escogidos de forma que los papeles que representan se ajustan un poco a lo que se conoce sobre ellos.

También es de destacar la crítica al fundamentalismo que transpira el conjunto, dando a entender que cuando menos formado esté el pueblo más fácil resulta manipularlo. De hecho, los que ostentan el poder son en ambas narraciones los detonadores de los problemas, ya que al llevar la avaricia por bandera acaban por asfixiar a la gallina de los huevos de oro.

También es cierto que ambos relatos son tan cortos que pueden considerarse anecdóticos dentro de un mundo que quizá convendría explorar más. Ignoro los planes de Stark Holborn respecto a la continuidad de la serie, pero también os digo que tengo gran interés en saber qué nos deparará su novela, Ten Low.

La última sonrisa en Sunder City

La selección de títulos con la que ha presentado su proyecto editorial Gamon en España me parecía muy acertada, con títulos de los que ya había hablado por aquí como Promise of Blood y Kings of the Wyld. Así que cuando tuve la oportunidad de leer La última sonrisa en Sunder City no la dejé escapar.

Lo más atractivo de libro es la construcción del entorno en el que tiene lugar la acción. Un mundo donde la magia dejó de existir por acción de los humanos, con consecuencias terribles para el resto de las criaturas que lo poblaban, todas mágicas y todas afectadas en mayor o menor medida por esta catástrofe. Los vampiros ya no pueden chupar sangre, las banshees pierden su voz… El resentimiento y la nostalgia por un pasado que no volverá son la fuerza motriz de una novela que narra la investigación de un caso de desaparición por parte de Fetch Phillips.

Se trata de una novela crespuscular, con tintes noir porque la investigación detectivesca es el hilo conductor que nos llevará a lo largo de las páginas de libro. Aunque el propio Phillips no se define como detective privado si no como hombre a sueldo, lo cierto es que cumple punto por punto las características comunes casi arquetípicas de estos personajes. Alcoholismo, adicción sustancias nocivas, violencia, soledad y cierta cabezonería para llegar hasta el fondo de los asuntos le pese a quien le pese. Luke Arnold utiliza estos recursos para construir una historia bastante tópica pero bien traída que a su vez enlaza con el pasado del protagonista. La prosa es funcional pero se adapta muy bien a lo que se quiere contar. El ritmo de la novela es constante y en ningún momento se hace pesado, favorecido también por la propia longitud de la obra, que no llega a las 300 páginas.

Arnold aprovecha para sentar las bases de un mundo que puede ser escenario para más historias, pero sin dar la sensación de que estamos ante una primera entrega de una saga. El libro es autoconclusivo y cierra bien el relato, pero claro, queda todo un mundo por explorar, especialmente las relaciones entre las razas mágicas tan perjudicadas por los humanos con un fondo de racismo que puede dar mucho juego. Ya existe una nueva entrega de las aventuras (más bien desventuras) de Fetch Phillips.

En cuanto a la edición en sí, es un libro en tapa dura con un tipo de letra que favorece mucho la lectura. La traducción es de Federico Cristante y aunque he de reconocer que algunas frases y giros me han descolocado, también es posible que sea debido a que ya no estoy acostumbrada a leer traducciones.

Fireheart Tiger

No suelo empezar mis reseñas diciendo algo malo sobre la obra en cuestión, pero en esta ocasión he de reconocer que Fireheart Tiger me ha sabido a poco, me la he acabado casi del tirón.

Resulta asombrosa la capacidad de Aliette para crear en muy pocas páginas un mundo totalmente creíble, una suerte de world-building minimalista que sin embargo sirve perfectamente como escenario para la historia. Unas negociaciones territoriales entre dos poderes muy desiguales enmarcan una historia de amor, en la que de Bodard aprovecha para abrirnos los ojos ante las relaciones tóxicas y sus consecuencias.

De nuevo, como hace poco leí en Winter’s Orbit, se hace hincapié en el sentimiento de culpabilidad que la víctima siente por no ser adecuada para la pareja, por no cumplir sus estándares y provocar conflicto, en una ceguera causada por el abuso de poder del “compañero”. Esto, añadido a la presión familiar a la que también se ve sometida la protagonista, que desmerece todos sus logros y solo alaba a sus hermanas mayores, da lugar a una personalidad castigada y propensa a la minusvaloración.

El hecho de que el romance de la historia sea lésbico no influye para nada en todas estas reflexiones que propone Aliette, da igual el tipo de pareja si los juegos de poder están presentes de esta manera.

También me gusta la presencia del elemento mágico, algo exótico para contrastar las mundanas negociaciones por unos derechos territoriales o la posibilidad de construir empalizadas o no. El contraste le sienta muy bien a la historia y la presencia de esta magia sin duda influye definitivamente en la decisión de la protagonista.

Entiendo que también se pueden observar paralelismos entre esta historia y el colonialismo sufrido por muchas tierras, que lucharon por conservar su identidad y apenas lo consiguieron. No obstante, me parece que ofrece mucha más fuerza la relación amorosa que esta otra interpretación, perfectamente válida por otra parte.

Esperemos que la autora se prodigue un poco más en este mundo que ha resultado muy atractivo, aunque me temo que sus obras van a ir por otros derroteros.

The Unbroken

Había mucha expectación con la publicación de esta novela, con una portada de rompe y rasga, que trata temas como el colonialismo y el abuso de poder. He de decir que el mensaje que la novela pretende hacer llegar está ahí, pero que pierde un poco la fuerza que sería necesaria para dejar marca debido a la forma en que está escrita.

La protagonista de la novela es Touraine, una militar que fue secuestrada en su infancia de una de las colonias del imperio de cuyo ejército forma parte. En un ejemplo clarísimo de intento de asimilación, el imperio ha creado unos destacamentos formados exclusivamente por extranjeros criados desde la más tierna infancia en la cultura imperante. Sin embargo, no se los considera ciudadanos y sufren ese sentimiento de no pertenecer realmente a ningún lugar. Esto está muy bien representado en la novela y creo que es uno de sus puntos fuertes, el tremendo choque cultural provocado por el regreso al lugar de nacimiento pero como fuerza invasora y “apaciguadora”. Es bastante clara también la inspiración francesa en la creación del mundo, pero no me atrevería a asemejar estos regimientos con la Legión Extranjera, ya que tengo entendido que después de unos años de servicio se consigue la nacionalidad francesa y esto es algo que aquí ni se plantea.

Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos es bastante fortuito y demasiado basado en la casualidad. Justo cuando llegan al puerto Touraine salva la vida de la princesa heredera del trono destinada a calmar la rebelión sea por los medios que sea. Y uno de los atacantes la reconoce por su increíble parecido con su madre, miembro de la resistencia.

A partir de aquí comienzan una serie de peripecias y traiciones, de vaivenes de la narración que no le hacen ningún favor al mensaje que se pretende transmitir. La existencia de una magia curativa cuya consecución es uno de los objetivos principales de la expedición y que era un secreto bien guardado, queda expuesto de la manera más tonta. Y sinceramente la relación de atracción entre Luca y Touraine me parece poco sana, basada en principio en el agradecimiento pero también en la propia subyugación.

Las intrigas políticas son bastante de manual, aunque he de reconocer que en el terreno militar, las escaramuzas que dirimirán el resultado del conflicto se basan más en la inteligencia que la fuerza bruta.

Me gustaría también destacar la representación de personajes variados en el espectro LGBTIQ+. Esto es algo totalmente normalizado en la sociedad, tanto en la cultura imperante como en la subyugada. Indudablemente hay otros problemas, pero este tema en particular está completamente superado.

The Unbroken es un libro del que esperaba más, quizá cegada por la campaña de marketing a su alrededor. No digo que no merezca la pena leerlo y quizá le de una oportunidad a la siguiente parte, pero tampoco puedo recomendarlo fervorosamente.

A History of What Comes Next

Hay que reconocerle al Sylvain Neuvel que se le da bien escribir novelas con grandes teorías conspiratorias de fondo y A History of What Comes Next es una de ellas. Me encanta la manera en que va enlazando realidad y ficción, de forma totalmente verosímil, para contarnos la historia de la carrera especial desde sus orígenes a finales de la segunda guerra mundial cuando todo el mundo pretendía hacerse con los servicios de Von Braun para copiar sus V-2.

En esta novela conoceremos la historia de las Kibsu, una estirpe de mujeres dedicadas en cuerpo y alma a conseguir que la humanidad pueda salir del planeta Tierra, con unas normas estrictas para la supervivencia y ciertas características peculiares que hacen posible la perpetuación de su tarea. Este elemento de ciencia ficción le permite al autor hacernos todo un recorrido por la historia de la ingeniería de cohetes y el espionaje de la época que hará las delicias de cualquier aficionado a esta convulsa época. Lo más curioso de todo es que todo es cierto, salvo algunos pequeños detalles.

Creo que gran parte del éxito que ha tenido para mí esta lectura es el plantel de voces escogidas para el audiolibro. Estamos casi casi ante una versión teatral, porque para cada personaje con diálogo hay un actor diferente, algo a lo que no estoy acostumbrada a la hora de escuchar libros y que hace muy dinámica una obra que ya de por sí está pensada para funcionar como un thriller y ser por definición, rápida. Es un libro basado fuertemente en estos diálogos, y es posible que la versión escrita tenga más problemas que ésta en audio, un formato al que se ajusta como anillo al dedo.

Sylvain Neuvel aprovecha algunos interludios en la novela para dar un poco más de trasfondo a la historia de las Kibsu, retrotrayéndose a otros momentos históricos de interés marginal pero que influyen en el relato de esta sociedad matriarcal. Y de paso, nos da un somero repaso al estudio sobre el cambio climático a través del tiempo, que si bien no es más que un pasatiempo para las protagonistas, sí que nos hace llegar un mensaje bastante poco tranquilizador.

Las referencias personajes históricos son innumerables, no solo los propios Von Braun o Korolev, si no todo un plantel de figuras sobre las que se puede (de hecho, el autor invita a ello) investigar.

Es cierto que hay algunos puntos de la narración donde las casualidades o las extraordinarias capacidades de las protagonistas son forzadas en exceso, y esta es la principal pega que le pongo al libro. Esto y el final que lo deja todo a merced del siguiente volumen de la saga. Pero me temo que esto ya es algo a lo que debería estar acostumbrada.

The Space Between Worlds

Aprovechando que este libro estaba en oferta me hice con él, ya había hablado sobre su portada por aquí y las historias de realidades paralelas me chiflan, así que no pasó mucho tiempo hasta que me lo acabé.

Me he encontrado con una sólida novela de viajes entre realidades, pero sobre todo una aguda crítica contra el clasismo y el racismo, apoyada en una historia muy atractiva con un trasfondo distópico.

Los viajes entre realidades muy cercanas son posibles para los humanos, pero con una premisa: tu contraparte en el otro universo ha de estar muerta. Esto hace que haya que recurrir a los desgraciados, a los que menos oportunidades han tenido en esta vida y por ende en las demás, para estos viajes. Pero necesitar a estas personas no significa aceptarlas en la sociedad, ya que vienen de fuera de la ciudad, viven en una cultura de supervivencia supeditados a los caprichos del Emperador de la zona.

La protagonista de la historia es capaz de viajar a más mundos que ningún otro, lo que la convierte en un valioso recurso para su empresa. Aún así, todavía vive en la incertidumbre de no ser ciudadana y conforme vaya avanzando la trama y se van descubriendo detalles sobre su vida, sorprende mucho que haya conseguido sobrevivir, lo que explica la fuerza con la que se aferra a la vida.

Creo que lo mejor para disfrutar de este libro es no saber demasiado sobre el desarrollo de la historia, ya que tiene varias vueltas de tuerca muy interesantes facilitadas por las infinitas posibilidades de las realidades alternativas. No todo es constante en todos los mundos pero las similitudes son tantas que a veces hay que pensar cuidadosamente dónde estamos para poder hacernos una idea precisa del lugar en que se encuentra la historia. Y sin embargo, Micaiah Johnson consigue que nada de esto sea confuso, lo cual es prueba de lo bien que escribe. Su prosa es dura cuando tiene que serlo, cuando describe las torturas a las que se ven sometidos algunos de los personajes o cuando habla de las condiciones de la vida en condiciones a lo Mad Max de algunas zonas. Y sin embargo, también es capaz de desarrollar una historia de amor de forma delicada y sugerente, una relación fraternal capaz de superar fronteras o el sacrificio de una persona por el bien de otra. Todo este cóctel emocional está presente en un libro muy completo, al que se le pueden encontrar pocos fallos. No puedo hacer más que recomendarla.

The Tales of Catt and Fisher: The Art of the Steal

Hace un tiempo se publicaron dos novelas de distintos autores pero basados en el mismo “universo”, concretamente la maravillosa Redemption’s Blade y la mucho más discreta Salvation’s Fire. El plan en un principio era seguir publicando más novelas, pero supongo que las ventas no apoyaron el proyecto. Sin embargo, ahora se ha publicado una recopilación de novelas cortas tomando como protagonistas a dos personajes secundarios de estas novelas, los doctores Catt y Fisher.

Es una lectura muy entretenida viendo qué giro aporta cada autor distintos a unos personajes que al ser secundarios no estaban diametralmente definidos, pero he de reconocer que la que más me ha gustado es “Belt and Bracers” que escribe su creador original, Adrian Tchaikovsky. Supongo que influirá el hecho de que me gusta mucho cómo escribe y que le tiene cariño a los personajes, pero se trata de un relato divertido, en el que además incluyen algunos personajes del bestiario que nos mostraron en las novelas y le dan una conclusión muy satisfactoria a una de las historias más dolorosas y crueles de los libros.

En el segundo relato, “Secrets and Lights” de Freda Warrington aunque también me gusta, los personajes aparece un poco fuera de papel. Resulta más interesante el relato de la creación del faro en una isla remota obligados por una fuerza superior que la intervención de los doctores, aunque evidentemente esta es indispensable. Incluso me atrevería a decir que la relación paterno filial que aparece representada es bastante atractiva, pero esperaba más protagonismo por parte de Catt y Fisher.

La tercera historia del volumen, “Taking Note” de Juliet E. McKenna, habla sobre la recuperación tras los expolios de la guerra y en este sentido es alentadora, dando esperanzas en la recuperación si se hace el suficiente esfuerzo. Y no está de más la aparición estelar al final del relato que vuelve a hacer referencia a una de las características especiales de los doctores, que fue uno de los giros argumentales de la primera entrega que más me llamaron la atención.

Cerrando la recopilación tenemos “The Unguis of Maug” de K.T. Davies, un correcto colofón al libro, con algunos tintes de terror y que vuelve a mostrar el lado más humanos de nuestros dos coleccionistas.

Entiendo que este volumen tendrá un interés prácticamente nulo para quien no haya leído los volúmenes anteriores y algo más para los que conozcan el mundo, ya que estamos ante un libro complementario que difícilmente aguantaría la lectura por sí mismo.