Now Will Machines Hollow the Beast

Benjanun Sriduangkaew nos ofrece unas obras exquisitas de ciencia ficción con un lenguaje complejo y atractivo y Now Will Machines Hollow the Beast no es una excepción de la regla.

Podemos volver a ver algunas de las obsesiones de la autora, como las relaciones de dominación y sumisión de sus protagonistas, con esas escenas de sexo lésbico que son marca de la casa, en esta ocasión aderezadas de cierto fetichismo cyborg. Creo que la propia autora se ve reflejada en esta capacidad de provocar que tan bien utilizan sus personajes para desequilibrar mentalmente a su contrincante, incomodándolo en una imagen especular de la posible reacción del lector.

Pero a mí lo que más me apasiona de esta saga a la que va añadiendo cada vez más capítulos son las inteligencias artificiales y sus planes e intrigas a larguísimo plazo, en un vals pausado que asemeja una partida de ajedrez en la que se van moviendo piezas pero en realidad se está pensando en las jugadas que se realizarán dentro de unos cuantos turnos.

La valiosa pieza que será el premio del más avezado conspirador es en esta ocasión una nave espacial biológica, un leviatán creado por ingeniería genética y biónica capaz de transportar en su interior una colonia espacial. Me fascina la idea de un ente vivo capaz de surcar el espacio, como los ideados por Adrian Tchaikovsky en The Doors of Eden, pero en esta ocasión Benjanun lo adereza incluso con algo de horror claustrofóbico, en la descripción de algunas escenas en el interior de la bestia, donde todo el material biológico se reutiliza de la manera más eficiente.

Si a este cóctel ya de por si irresistible añadimos una historia de venganza iniciada en los mismos orígenes del personaje principal, nos encontraremos ante una obra tremendamente absorbente que no debemos dejar escapar.

Black Sun

Ha habido una campaña de marketing brutal entorno al lanzamiento de Black Sun, hemos visto la portada del libro incluso anunciada en Broadway, lo que sin duda indica que estamos ante una de las grandes apuestas de la editorial para este año. ¿Merece el libro la pena? La respuesta es sí, aunque con matices.

El mundo que plante Roanhorse, basado en las culturas precolombinas, es bastante atractivo. Pero tiene además unos toques de magia que lo hacen mucho más interesante y no se recrea innecesariamente en los sacrificios humanos que parecen formar la espina vertebral de todos los libros que toman como referencia estas culturas. Además, se trata de una historia con múltiples puntos de vista y están muy bien llevados aunque como suele pasar en estos casos, algunos revisten más interés que otros.

Con todos estos puntos a favor os preguntaréis qué problema le he encontrado a Black Sun. El principal es que se trata de un primer libro eminentemente introductorio, tanto de los personajes como de la cultura en sí. Tiene un recorrido temporal claramente fijado, sabemos que todos los hilos tienen que llegar al gran final del eclipse al que hace referencia el propio título pero resulta muy evidente que se va a dejar mucha historia para las siguientes entregas, demasiado a mi entender. La sensación que queda es que es una primera parte de una novela, no una novela completa que se sostenga por sí misma. Entiendo que quizá, si la siguiente novela estuviera disponible y se leyera de corrido esta sensación desaparecería, pero como no es así la impresión que queda en el lector no es la mejor.

Entre los personajes, destacaría especialmente a Xiala y Serapio. La primera, por su relación casi destructiva con su propio poder y herencia, el segundo por ser un personaje ciego pero excepcionalmente bien narrado y con unos capítulos de flashback que son de lo más interesante de la novela. También me maravilla cómo se desarrolla la relación entre ellos de una forma orgánica y totalmente natural, extremos que se acercan y que se comprenden a causa de sus propias individualidades. Los demás personajes también están exquisitamente descritos, pero estos dos se han ganado un lugar en mi corazón.

Me parece importante destacar la trama política subyacente a toda la narración, sobre todo cómo unos hechos acaecidos hace tiempo, una represión violenta e injustificada sembró las semillas de la rebelión y cómo la clase privilegiada es incapaz de ver el resentimiento de los perjudicados, regodeándose en sus prebendas y obviando cualquier movimiento de reforma. En este sentido, el libro lanza un mensaje eminentemente político, aún envuelto de cobertura fantástica.

La prosa de Roanhorse es fluida y ayuda mucho a avanzar en las páginas de una forma fácil y rápida. Yo he disfrutado el libro en su versión audio, con varios narradores (Cara Gee, Nicole Lewis, Kaipo Schwab y Shaun Taylor-Corbett) que han realizado una gran labor caracterizando a los personajes, aunque en este caso también he de reconocer que el trabajo de algunos me ha gustado más que el de otros.

Espero con mucha curiosidad la siguiente entrega de la saga.

Los dioses muertos

Cuando oí hablar por primera vez de este libro, supe que me lo iba a leer relativamente pronto, porque el tema de la mitología me interesa mucho y esas referencias de ciencia ficción parecían totalmente acorde con mis gusto. Afortunadamente, no ha pasado mucho tiempo hasta que lo he podido tener en mis manos y disfrutar. tanto de la lectura como del propio libro como objeto, ya que cada vez leo menos en papel y hay que decir que las ediciones físicas de El Transbordador son bellísimas. En esta ocasión, me atrajeron en primer lugar las ilustraciones que trae la novela, con esa herencia hierática que podría parecer perteneciente a otra mitología pero que se adapta perfectamente al tema tratado.

Sobre la novela en sí, es importante darse cuenta de que el tono de la prosa escogida por José Antonio Fideu Martínez, grandilocuente y ceremonioso, se ajusta como un guante a la historia de Prometeo, reconvertido de Titán bondadoso a héroe griego. También resulta muy atractiva la elección del narrador, un testigo involucrado en los hechos pero a la vez lo suficientemente alejado como para exponer lo que ocurre de forma clara e inevitablemente influida por la admiración que el héroe le provoca.

Ya se ha comentado en redes la transición entre géneros que va teniendo lugar a lo largo de la novela. En este sentido el referente claro es la obra Javier Negrete con su saga de Tramórea, pero mucho más condensada. La ejecución de este cambio me parece muy bien llevada a cabo, primero con sutiles indicaciones por parte del autor y posteriormente con revelaciones mucho más clarificadoras.

Las escenas de acción están bastante bien narradas, con ese recurso narrativo de centrarse en la lucha de los héroes dejando en la sombra el resto de la batalla como si se tratara de simple atrezzo. Y sin duda un añadido muy atractivo es la presencia de otras mitologías, aunque solo se haga referencia a ellas como enemigos y no se profundice en esas culturas.

Me gustaría también recalcar la presencia femenina en la obra, una diferencia fundamental respecto a las obras que le sirven de inspiración ya que en esta ocasión sí tienen un papel relevante en la novela, aunque no protagonista. Pandora se viste de Hipatia para repartir el conocimiento oculto a todos sus seguidores y desvelar la trama oculta en una sociedad aparentemente meritocrática y casi paradisíaca, sobre todo en contraste con el mundo exterior.

Por supuesto, recomiendo la lectura de Los dioses muertos a cualquier aficionado al fantástico español. Estoy deseando comentarla con alguno de vosotros a ver qué os ha parecido.

The Midnight Bargain

La época de la regencia en el Reino Unido es un imán que atrae inexorablemente a muchos autores fantásticos, fascinados por el lujo y las costumbres de la época, que se afanan por reflejar en sus libros, de una forma más o menos disimulada. Es cierto que C.L. Polk inventa todo un nuevo mundo, pero el hecho de que las familias más poderosas oferten a sus hijas solteras en una especie de pasarela de alta costura para buscar el mejor postor, que es la clave de The Midnight Bargain, no hace sino explicitar la inspiración de sus orígenes.

Cuando afrontamos la lectura de esta novela, lo que ofrece está claro. Modales cortesanos mezclados con intrigas, fortunas que han caído en desgracia buscando una inyección económica que las salve del desastre mediante una buena dote, conexiones entre compañías en búsqueda del mayor beneficio y todo eso aderezado con la presencia de magia, no muy bien explicada desde un principio pero siempre presente.

Quizá lo que hace destacar algo la novela de Polk, es el feminismo imbuido en las protagonistas, que no desean renunciar a su magia al casarse por la necesidad de proteger a sus futuros hijos de la posesión de los entes mágicos. Pero no es un feminismo beligerante como en The Once and Future Witches si no más bien una serie de intenciones para evitar este futuro en particular, sin generalizar al resto de las mujeres. La más que típica dualidad entre el amor y el deber, pero en este caso sin poder compaginar la pasión por la magia con las obligaciones familiares una vez alcanzada la mayoría de edad.

En este sentido, el libro de Polk se mueve por senderos bastante conocidos y he de reconocer que en ocasiones algo tediosos. No porque esté mal escrito, si no porque es demasiado previsible el desarrollo de los acontecimientos. Es cierto que el ritmo de la novela va mejorando conforme van pasando los capítulos y hay algunos momentos especialmente reivindicativos, pero no hay ningún instante especialmente rupturista con la situación anterior y muchas veces el desarrollo de la historia depende de la buena voluntad del amado de la protagonista, porque no todos los hombres son iguales.

The Midnight Bargain es una novela entretenida y más que correcta, con una ambientación cuidad y de lectura agradable, que no viene a revolucionar el género pero que tampoco supondrá una decepción para el lector que se acerque a ella sabiendo lo que se va a encontrar.

Silver

Silver es la continuación de Edges, pero Linda Nagata cambia totalmente de tercio en esta novela, que aunque conserva los mismos personajes que la anterior y añade alguno más, es radicalmente diferente.

Para empezar, el ámbito se reduce a un solo planeta mientras que en Edges teníamos el universo a nuestra disposición. También creo que es importante resaltar que algunos lectores lo han considerado como una secuela de Memory, con el que comparte esos personajes que no aparecían en Edges. De nuevo me encuentro leyendo una novela que quizá estaría más completa si hubiera leído otra de la misma autora, pero también he de decir que en ningún momento eso ha sido impedimento para leer Silver. El problema estaba en otro lugar.

Y es que esa Silver que da título al libro es una materia nanotecnológica presente en todo el planeta, parecida a los makers que aparecen por primera vez en The Bohr Maker y que permitieron el desarrollo y la expansión de la humanidad en la creación de Nagata, pero al parecer más poderosa y maleable. La idea de que el planeta hubiera sido creado como una especie de territorio de prueba para que sus habitantes fueran subiendo de nivel y aumentando sus conocimientos sobre esta materia para poder colonizar la galaxia, aunque muy atractiva, no está del todo conseguida. Los “jugadores” se han quedado atascados en su desarrollo, víctimas del enfrentamiento entre los dos “dioses” que crearon el planeta. Esa materia está descontrolada y se ha vuelto peligrosa, ya que no parece seguir un patrón claro de uso.

Aunque me ha gustado el desarrollo de los personajes, en especial el de Urban al que ya solo le queda el cuerpo que habita como repositorio de su personalidad (en contraste con los otros personajes que saben que resucitarán con una memoria más o menos completa), no puedo negar que la novela me ha interesado algo menos que su predecesora. La preparación para enfrentarse a la amenaza que viene es efímera y la resolución me ha parecido demasiado acelerada. No obstante, como el final sigue abierto para continuar con la exploración del universo en este sentido inverso a la expansión humana que es la premisa de la serie, probablemente lea la siguiente entrega, cuando Nagata la publique.

The Once and Future Witches

Alix E. Harrow ya conquistó nuestros corazones con The Ten Thousands Doors of January, que por cierto saldrá en español en enero del año que viene con traducción de David Tejera, así que había muchas expectativas con The Once and Future Witches.

Nos encontramos ante un libro largo pero que no se hace pesado y con un tono reivindicativo constante, exponiendo muchas de las injusticias a las que se vieron y se ven sometidas las mujeres solo por el hecho de serlo. La forma en que lo presenta la autora, la consecución del poder de la magia para poder defenderse y ser tratadas de forma justa por la sociedad, es un paralelismo claro con la lucha obrera para la obtención de derechos laborales y la tarea de las sufragistas.

En su anterior libro, Harrow nos dejaba entrever algunos de los mundos a los que podía acceder January y en este tenemos también pequeños relatos entre las secciones de la trama principal, dándonos un descanso de esta historia y aportando información que será de vital importancia en su desarrollo. Hay muchos capítulos que comienzan con una rima infantil o una canción de cuna, el método utilizado para transmitir la sabiduría entre madres e hijas, en un homenaje en toda regla a la tradición oral.

Lo cierto es que la autora no da puntada sin hilo y nos habla tanto de las injusticias sociales, como de racismo, de la violencia física o psíquica, las encorsetadas reglas de la sociedad en cuanto a las relaciones personales y un largo etcétera de reclamaciones que son perfectamente identificables en el mundo actual, solo que al estar trasladadas al pasado permiten una reflexión menos hiriente.

Las tres protagonistas de la historia están exquisitamente definidas, cada una con sus fortalezas y debilidades, cada una con sentimientos de haber sido traicionadas en el pasado por sus hermanas pero aún con esa unión intangible de la familia. Son personajes apasionados, como el propio libro es apasionado y que tienen fuerza de voluntad para enfrentarse a la sociedad para conseguir mejorarla, aunque sea a golpe de hechizo.

El libro también tiene sus defectos. Me resulta cansado que cada dos o tres páginas aparezcan la frase words and ways para referirse a la forma de hacer los conjuros, entiendo que está repetición es algo buscado, como el uso reiterado de witches, witchy y cualquier otro derivado que se os ocurra. Pero en una novela de esta longitud, acaba llamando la atención más en el aspecto negativo que en el positivo.

Sin embargo hay otros detalles que me encantan. Cambiar el género a los escritores de cuentos infantiles para que se vea que era otra forma de transmitir la sabiduría de las brujas, la búsqueda incansable en la biblioteca para obtener nuevos resquicios de información, la visita al viejo Salem y al museo de curiosidades de las brujas e incluso el desarrollo de la historia de Gideon Hill, con algunos giros muy interesantes.

No me cabe duda de que The Once and Future Witches es una novela que dará que hablar en los próximos meses y no me extrañaría nada verla en las listas de nominadas a los premios del año que viene.

Over the Woodward Wall

Me ha pasado una cosa muy extraña cuando escuchaba la versión en audiolibro de Over the Woodward Wall, escrito por Seanan McGuire bajo el pseudónimo de A. Deborah Baker. La versión de Scribd traía cinco capítulos de más, de otro libro no relacionado, así que cuando llegué al final me sorprendió mucho, ya que esperaba que durara bastante más. Además es un final realmente abrupto, para qué negarlo, así que se multiplicó el efecto.

Salvo por este detalle, he de decir que esta historia infantil de McGuire me ha entretenido mucho. En un juego metaliterario, la autora escribe el libro al que hacen referencia en Middlegame, y son evidentes los paralelismos con esa otra novela. De nuevo la dualidad entre la pareja protagonista, entre el perfecto estudiante y la niña libre que prefiere pasar sus días en el bosque, pero con personajes mucho más jóvenes y por tanto, más maleables si me permitís la palabra. Estos dos niños que viven muy cerca pero que nunca han llegado a coincidir por causalidades de la vida, se ven arrojados de nuevo por azar a una aventura apasionante, pero peligrosa.

Tras pasar por el muro del título, los dos pequeños se ven transportados a un mundo maravilloso, descrito por la autora con todo lujo de detalles y rebosante de situaciones quizá absurdas desde nuestro punto de vista adulto, pero consistentes en la imaginación de un niño. La galería de personajes mágicos con los que se van encontrando, contando con su ayuda o sufriendo sus intrigas también vuelve a demostrar que una de las principales fuerzas de McGuire es su imaginación desbordante. Es una lectura en la que dejarse llevar y disfrutar con cada escena, sin buscar una lógica que por definición en un mundo ilógico no encontraremos. Por supuesto, también recuerda a los libros de la serie Wayward Children, ¿quién sabe si quizá estén también relacionados en la mente de la autora?

El trabajo de Heath Miller como narrador es fantástico. No solo por la interpretación de las voces de los distintos seres que los niños se irán encontrando en su periplo, que me parece maravilloso, si no también por la propia narración del camino por la carretera improbable hacia la ciudad imposible, añadiendo aún más deleite a una aventura entretenidísima. Es un libro infantil que se puede disfrutar perfectamente con cualquier edad y eso es una muy buena noticia.

The Kingdom of Liars

La opera prima de Nick Martell es una fantasía clásica en su concepción, con un protagonista decidido a preservar el legado de su familia mancillado por su padre, que asesinó al príncipe heredero del reino cuando su labor era protegerlo. Sobre este hecho se basa toda la vida de Michael Kingman, marcado como traidor desde la ejecución de su padre, pero que aún así sigue viviendo en la misma ciudad, rodeado por personas que lo desprecian pero que aún así no se atreven a levantar la mano contra él, ya que quizá el propio rey quiera disponer en algún momento de su vida.

The Kingdom of Liars es una novela que avanza de forma morosa en su primer acto pero que luego va acelerando conforme se acerca el final, de forma que es necesario darle una oportunidad para ir desvelando los distintos misterios que se han creado en la vida de Michael. Todo esto aderezado por un sistema mágico que no se explica con mucha profundidad, pero que tiene una original forma de funcionar, ya que cada acto mágico puede conllevar la pérdida de memoria del que lo lleva a cabo. También se añade el comienzo de una revolución por la aparición de armas de fuego que dejan obsoleto todo el sistema de caballería imperante hasta el momento.

Aunque el protagonista principal y narrador en primera persona de la obra es Michael Kingman, es cierto que a su alrededor van apareciendo una gran cantidad de personajes que van aportando complejidad e información a la trama, rompiendo alguna de las normas no escritas de la literatura sobre presentar a los personajes al comienzo de la historia. Nick Martell sigue añadiendo más y más personas incluso cuando el libro está muy avanzado. Es una forma un tanto tramposa de ir dosificando la información, pero es cierto que de esta forma es capaz de modular cómo se van obteniendo nuevas piezas sobre el puzle del pasado de la familia Kingman.

Quizá lo más interesante de la novela sea este “misterio” que envuelve la caída en desgracia de la familia, porque Michael es un narrador no confiable aún a su pesar, como forzosamente debe serlo cualquier habitante de este mundo donde se puede jugar con las memorias de los demás a propósito con la magia y se pueden sufrir en las carnes propias este abuso de la magia involuntariamente. Esto permite a Martell jugar con lo que sabemos y con lo que no sabemos de una forma bastante correcta, aunque también es cierto que en ocasiones se le va de las manos.

Otro detalle que quizá sea necesario mejorar en la obra de Nick es el abuso de casualidades y casi deus ex machina que permite que se encuentren ciertos personajes que se tienen que dar información en un momento determinado de la narración o que se encuentren en el lugar adecuado en el momento justo cuando tiene lugar la “revelación”. Es una pena que se vean las costuras tanto en un libro que por otra parte me parece un estupendo debut.

Leerá con curiosidad la segunda entrega para saber si el autor ha corregido estos problemillas que tenía la novela y poder volver a sumergirme en un mundo a priori muy interesante.

The Glass Hotel

Este es el primer libro de Emily St. John Mandel que leo y aunque es cierto que está impecablemente escrito, no he llegado a conectar en ningún momento con los personajes y la historia, demasiado fría.

The Glass Hotel es un libro eminentemente realista aunque es cierto que tiene algunos toques sobrenaturales que podrían adscribirlo a otro género, pero son pocos y casi siempre achacables a razones lógicas (alucinaciones, drogas…).

La forma de presentar la novela es a base de partes que se van relacionando, para dar lugar a un collage completo cuando se finaliza la lectura. Me gusta también la estructura circular utilizada por la autora, que comienza y finaliza el libro con la misma situación, pero deja toda la parte intermedia para explicar cómo se ha llegado a este punto.

La mayor parte de la novela transcurre en el año 2008, año de infausto recuerdo económico y esta situación temporal no es para nada casual. La riqueza de los protagonistas de la historia se sustenta en un esquema Ponzi que se deshace como castillo de naipes cuando la confianza de los inversores se rompe. Como digo, resulta muy difícil empatizar con los timadores que llevan a cabo estas operaciones, pero también los personajes con los que se relacionan tienen unos defectos bastante marcados.

Es una novela ambiciosa, que te lleva por recovecos y relaciones inesperadas entre los diversos personajes que la autora ha creado. pero que al final te deja un poco fría, como si el tiempo invertido en la lectura se hubiera podido dedicar a otra cosa de mayor provecho. Según he leído en otras reseñas, existen ciertas conexiones con los personajes de Station Eleven, pero mi desconocimiento de ese libro hace que me haya sido imposible detectarlas.

Chaos Vector

Aunque la primera entrega de esta saga me había parecido entretenida, es cierto que algunos detalles no habían terminado de convencerme. Parece como si Megan O’Keefe hubiera leído la reseña y hubiera tomado nota cuidadosamente, pues esos puntos de inocencia y credulidad desaparecen en unos personajes mucho más curtidos y desarrollados, pero sin que desaparezcan las revelaciones y las conspiraciones que formaban el entramado de Velocity Weapon.

La novela continúa la historia que se había desarrollado en la primera entrega de la serie, pero con una apuesta bastante arriesgada ya que desaparece de escena uno de los dos personajes principales que con su presencia sustentaba gran parte de la historia. No conforme con esto, se introducen algunos personajes nuevos que tienen que entrar en la dinámica de forma muy acelerada para cumplir su papel, quizá no fundamental pero sí relevante. O’Keefe sale airosa de ambos retos, en parte debido a la atractiva personalidad de Sandra, con quien ya habíamos empatizado por su minusvalía que realmente no es impedimento en ningún momento y también por el valor que despliega la panoplia de secundarios con los que interactúa.

Me ha gustado especialmente la forma en que se van descubriendo los planes del “archienemigo” y su justificación moral. Quizá en algunos momentos el libro se convierta en una especie de correveidile con los constantes desplazamientos entre localizaciones convenientemente situadas que quizá no sean necesarias (o sí) para que avance la historia. También el personaje de Biram se va desdibujando un poco, borrado de la novela por la arrolladora personalidad de su hermana y con una subtrama amorosa que parece un poco forzada.

Aunque por supuesto la historia continuará en el siguiente libro, esta vez la autora ha conseguido darle un cierto cierre a este capítulo de la saga, aún con muchos hilos pendientes de resolución. Así, parece un libro completo y no solo el prólogo de los siguientes.