Con el tiempo justo para su visita al Festival Niebla he conseguido leer The grace of kings. He tardado tanto porque necesitaba encontrar el momento justo para leer una obra bastante larga y que pretendía disfrutar de cabo a rabo. En mis vacaciones veraniegas se presentó la ocasión y me alegro mucho de no haberla desperdiciado.
Había dudas sobre si la encomiable capacidad de Liu para escribir relatos cortos se adaptaría bien a un formato más largo, pero el autor ha conseguido escribir de una forma consistente una narración compleja. El carácter episódico de algunos de los tramos de la lectura ha jugado a su favor, ya que a veces se comentaban aspectos determinados de la historia que podrían leerse en cierto modo como pequeños relatos imbuidos en la novela.
Es destacable el inmenso trabajo de construcción que ha llevado a cabo Ken. A pesar de que la acción está limitada a un archipiélago relativamente pequeño, se nota un trasfondo muy completo. Se han cuidado con detalle aspectos históricos, mitológicos, científicos e incluso lingüísticos. El autor ha comentado en alguna entrevista que tiene su propia wiki de consulta para estos datos, una labor que puede resultar titánica. Y sin embargo, en ningún momento tenemos sensación de sufrir un infodump. Los datos están dosificados y son introducidos de forma ejemplar, constituyendo poco a poco un cuadro a base de pequeñas pinceladas.
La ambientación, indudablemente oriental, me parece muy original, aunque he de reconocer ser una profana en cultura y mitología asiática, así que es posible que estas sorpresas sean más por desconocimiento que por mérito de Liu. En alguna ocasión se han comentado ciertas semejanzas con el juego Jade Empire, algo que no puedo constatar, pero que se puede justificar entendiendo que ambas obras beben de las mismas fuentes.
Lo mejor del libro, no obstante, son los personajes. A los dos protagonistas indiscutibles se les une un elenco de secundarios que no quedan a la zaga. Aunque moralmente laxo, Kuni Garu responde con picaresca e inteligencia a los problemas que se le presentan. Su contrapartida, Mata Zyndu, autoelevado en un pilar de rectitud y respeto a las antiguas tradiciones, aplica rígidamente su fuerza y valor en todas las situaciones.
Resulta llamativo el hecho de que incluso cuando ya llevamos tres cuartos del libro, siguen apareciendo nuevos personajes. Esto es preparación para el resto de la trilogía, está claro, pero para la lectura de la novela como ente independiente deja una sensación extraña. Más aún si estos personajes tardíos juegan un papel muy importante como de hecho sucede.
Me gusta mucho la parte mitológica presente en la novela. Los dioses, veleidosos como siempre, juegan con las vidas de los mortales forma velada o de forma manifiesta. Aquí os traigo una infografía con información sobre el panteón las islas. Espero que os sea de utilidad:
También considero importante considerar la tecnología que va apareciendo en la novela, esa que el propio autor ha querido enmarcar en un término propio : silkpunk. No sé si tiene la importancia suficiente como para crear un subgénero, habrá gente más cualificada que yo para emitir ese veredicto. A pesar de la indudable importancia de los inventos que se utilizan me parece reduccionista que una obra épica como esta quede reducida a esa idea. The grace of kings es una obra destinada a perdurar en nuestra memoria por sí misma.