The devil you know

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En esta ocasión he podido leer esta obra de forma conjunta con mi buen amigo Elías, de Sense of Wonder. Aquí tenéis su reseña.

Conozco pocos autores capaces de forjar una unión entre humor y fantasía como KJ Parker (respetando siempre al grandísimo Terry Pratchett). Pero es que además, adereza la lectura con discusiones morales y filosóficas que engrandecen aún más la obra.

The devil you know podría considerarse la continuación de Blue and gold, el extraordinario colofón de Academic Exercises. No es necesario haberlo leído para disfrutar de esta novella, pero como es un relato tan espectacular no puedo dejar de recomendar que se lea.

The devil you know parte de una premisa muy conocida, el pacto con el diablo de una persona mayor a cambio de ciertos años de juventud, de una segunda oportunidad. No sé si en el mundo anglosajón hay un equivalente al refrán “Más sabe el diablo por viejo que por diablo” pero sí creo que Parker ha tenido esta idea muy en cuenta para el desarrollo de esta obra.

La principal baza del autor para la narración son unos diálogos que resultan absorbentes. Trampas dentro de trampas, dejando al entender del interlocutor la interpretación real de los actos que se llevan a cabo. Es un juego divertido pero cruel, un duelo dialéctico del más alto nivel.

No dejan de estar presentes algunos de los temas fetiches Parker, como la avaricia desmedida y sus consecuencias, y me parece especialmente destacable la acerada crítica al escalafón, a los jefes que no aportan nada y que dejan que los subordinados carguen con todas las consecuencias de los problemas. Por lo hablar de la burocracia y de los sistemas informáticos llenos de agujeros por los que se escapa la información más indispensable en un momento determinado.

¿Una lectura recomendable? Sí, totalmente. No obstante, a mí particularmente me gusta más Blue and gold, que me parece imprescindible. Incluso me gustó más Downfall of the gods, pero por una cuestión de bagaje lector. Lo único que quiero es seguir pudiendo leer cosas de Parker, porque a buen seguro las disfrutaré.

Touch

touchSigo leyendo fascinada las obras publicadas por Claire North, una escritora que está creándose un buen nombre (o un buen pseudónimo) en la comunidad de la ciencia ficción.

En esta novela, la autora utiliza un recurso no excesivamente original (no hay más que leer la reciente saga de Wes Chu sobre Tao), pero le da un giro hasta cierto punto sentimental que le va muy bien.

El recurso es la posesión de otros cuerpos por “fantasmas”. Dicho así no parece muy atractivo, pero es que esta frase no hace justicia a la complejidad de la historia que la autora nos ofrece. Si un ser es capaz de saltar de cuerpo en cuerpo solo tocándolo, ¿no sería prácticamente inmortal? Mientras el cuerpo receptor esté sano, el fantasma seguirá vivo. Si el cuerpo tiene algún problema, basta con cambiar de “envase”.

Con esta premisa, se podrían contar muchas historias y North lo hace. Se basa en un personaje principal y en su larga vida. Pero alrededor hay muchos, muchos personajes secundarios a cada cual más interesante. También cambia en diversas ocasiones de escenario, mostrándonos diversas ciudades como ya hizo en sus novellas de The gamehouse.

La narración es trepidante, con un ritmo in crescendo sobre el que se dosifican algunos flashbacks para que sirvan como contrapunto y también para dotar de más profundidad las biografías de los protagonistas. Esta cadencia alcanzará su máxima expresión en un final acelerado pero para nada confuso, unas escenas con un gran mérito debido a su complejidad.

Quiero hacer especial hincapié en los recursos estilísticos utilizados por la autora. Ya he mencionado los flashbacks, muy abundantes. Pero también utiliza flashforwards, en una suerte de aceleración del tiempo que le sirve para mostrar las confusiones inherentes al método de salto entre cuerpos. Es asombrosa la capacidad de North para jugar con el tempo de la lectura, dilatándolo o contrayéndolo según sea necesario. Me encantaría que escribiera una novela de viajes en el tiempo para verla jugar de nuevo con la cuarta dimensión.

Aunque Touch es una novela de ciencia ficción, también se podría enmarcar sin problema dentro de otros géneros, como el thriller o el misterio por la acción que se desarrolla en ella. Esta mezcla de géneros creo que le sienta muy bien y abre el mercado para otros lectores que quizá no se acercarían a un libro etiquetado como ciencia ficción y que se estarían perdiendo por ello una lectura muy grata.

Downfall of the gods

Downfall_of_the_Gods_by_K_J_ParkerRecomiendo sinceramente leer esta historia de KJ Parker. Me ha gustado tanto, que no me importaría que dejarais de leer esta entrada de mi blog y os pusierais directamente con Downfall of the gods. Sí, así de buena es. También podéis leer la reseña en el blog Sense of wonder, y esa os la dejo leer antes que el relato, porque también es muy buena.

Si aún seguís por aquí, intentaré comentar un poco por qué me ha gustado tanto. Se trata de un relato mitológico, que bebe de las historias más conocidas, el héroe que se enfrenta a un largo periplo para culminar  una tarea encomendada por los dioses. Sin esforzarnos mucho veremos desfilar ante nosotros a casi todo el panteón heleno, con nombres ligeramente cambiados pero con personalidades perfectamente reconocibles.

El principal ingrediente de la narración es el humor. He llegado a reirme a carcajadas con algunas de las situaciones en las que se encuentra la diosa protagonista y su “protegido”. Se trata de un humor cargado de ironía, en la línea de algunas de las historias de Academic Exercises pero me atrevería a decir que corregido y aumentado, porque no está limitado por el entorno y porque puede jugar con los conocimientos sobre mitología del propio lector. El momento en que la diosa de los muertos les ofrece un pequeño “tentempié” en su reino es un claro ejemplo, pero hay más.

No obstante, Parker no da puntada sin hilo, y aprovecha el relato para hacernos ver una serie de reflexiones propias sobre el libre albedrío, sobre las creencias religiosas y especialmente sobre el verdadero significado del deseo y del poder. Un ser omnipotente, ¿puede ansiar algo? ¿No acabaría sumido en el tedio aquel que es todopoderoso?

Tampoco falta esa pequeña referencia al Invincible Sun, un autohomenaje para sus lectores habituales, con el que consigue burlarse incluso de sí mismo.

Por si fueran pocas ventajas, encima se lee de una sentada, dejándonos con una gran satisfacción y una sonrisa en los labios, además de un pensamiento rondándonos la cabeza.

Definitivamente hay que leerlo.

Dark matter

darkmatterA veces hay que arriesgar para leer algún libro fuera de las obras de los autores más conocidos. Es posible que así nos encontremos con un nuevo filón para añadir a nuestras lecturas. Con esta idea en mente comencé a leer Dark Matter, de Blake Crouch.

La novela es una mezcla entre thriller y ciencia ficción, pero no acaba de funcionar en ninguno de los géneros que pretende aunar. Como thriller el comienzo es demasiado lento, casi parsimonioso, algo que no se puede perdonar en una novela que se presume de acción e intriga.

En el apartado que me interesaba más, el de la ciencia ficción, es innegable el esfuerzo del autor por hacer que la teoría de universos múltiples se sostenga. Se trata del motor que hace funcionar a Dark Matter, que comienza con el secuestro de un humilde profesor de ciencias que acaba en un universo paralelo, donde sus investigaciones científicas consiguieron su fruto.

Parte del juego que nos propone el autor es el típico ¿Y si…? al que nos enfrentamos cada día. ¿Y si en vez de casarme y tener hijos me hubiera dedicado en cuerpo y alma a la investigación científica? ¿Y si aquel día que me caí por las escaleras no hubiera salido ileso? Las ramificaciones de lo que pasa en nuestras vidas son infinitas, como infinitas son las decisiones que tomamos a lo largo de la existencia.

Aunque la explicación de la ciencia que permite visitar universos parelelos suena un poco “magufa”, y la estadística está bastante en contra de lo que acaba sucediendo en la novela, en el tercio final de la lectura sí que se alcanza el ritmo que se esperaría de un libro de este tipo.

A pesar de todos estos escollos y de que no haya funcionado para mí, es innegable que le veo un futuro bastante cinematográfico, así que no descarto alguna adaptación como ya sucedió con una obra anterior del mismo autor.

Las puertas del infinito

Las-puertas-del-infinitoHubo una época en que iba casi a diario a la biblioteca de mi ciudad a buscar libros. Los recuerdo con mucho cariño, aunque es casi seguro que no aguantarían una relectura en la actualidad. Uno de los autores que más me maravilló entonces fue Joan Manuel Gisbert. Os estoy contando todo esto porque leyendo Las puertas del infinito, he vuelto a sentir esa sensación de lectura maravillada, me he sentido transportada a esa pequeña biblioteca donde me forjé como lectora.

La colaboración de Conde y Cotrina ha dado lugar a una novela muy entretenida, que busca la diversión del lector ante todo, un objetivo que creo que consigue sobradamente. El conjunto de ideas que desfila ante nosotros es muy variado y sorprendente, fruto de una imaginación desmedida. Indudablemente el escenario, un multiverso en el que se puede viajar a través de Puertas Mágicas, se presta a ello, pero es la pericia de los autores la que consigue dar forma y cohesión a estas imágenes.

Es cierto que me hubiera gustado ver algo más de desarrollo en los acertijos que parecen conformar la base del principio de la novela, ya que ahí había un terreno perfecto para encaminar la narración. Sin embargo, el cambio que se produce hacia un tono más ágil y basado en la acción tampoco me desagrada.

También me gusta el hecho de que las distintas tramas y personajes que van apareciendo por la novela se vayan cerrando convenientemente al final de la lectura. De este modo, se puede observar que los autores sabían hacia donde encaminaban sus pasos, aunque por el camino se hayan podido desviar por diversos vericuetos (no por ello menos entretenidos).

Aunque creo que el público objetivo de Las puertas del infinito es juvenil, hay ciertos detalles truculentos que me parece que elevan la edad media de los lectores. Afortunadamente para mí no son muchos, porque creo que de haber abundado más me hubieran sacado de la lectura. Esto, obviamente, es algo muy particular mío, que posiblemente otros lectores pasen por alto.

Resumidamente, un libro muy entretenido que merece la pena leer.

Shower of stones

showerHa pasado bastante tiempo desde que leí No Return, la primera novela de Zachary Jernigan, pero el recuerdo que guardaba era bastante bueno.

En esta conclusión de la historia, volvemos a ver Churls, a Vedas, al mecánico Berun… en su enfrentamiento contra el dios Adrash.

Pero en realidad la intrahistoria es otra, porque Jernigan nos muestra la lucha por la autodeterminación, por el libre albedrío.

Aunque relacionada inextricablemente con No Return, Shower of stones es tan diferente como pueda serlo una novela que comparte personajes, donde antes había un objetivo ahora lo que predomina es una lucha interior. En vez de un viaje estamos ante un enfrentamiento filosófico.

Los temas que estaban muy presentes en la narración anterior, como el sexo y la violencia, también están aquí, aunque atenuados.

Para mí ha sido una decepción por una parte, porque realmente esperaba otra cosa. Pero hay que concederle al autor la valentía de arriesgarse para contar su historia. Quizá yo no era su público objetivo, ¿tal vez lo seas tú?

Century Rain

centuryrainSi consigo seguir este ritmo, pronto acabaré con las novelas de Alastair Reynolds, y en ese momento el universo será un poco más gris porque no tendré sentido de la maravilla a raudales a la vuelta de la siguiente página (por lo menos de este autor, menos mal que me quedan todos los demás).

Pero mientras llega ese momento, seguiré encontrándome con obras tan interesantes como este Century Rain y el esfuerzo merecerá la pena.

El comienzo del libro alterna capítulos sin conexión aparente entre ellos. Por un lado, un investigador privado músico al que le encargan investigar un posible asesinato en un París “alternativo”. Por otro lado, una investigación arqueológica en el futuro también en París, llevada a cabo por uan civilización avanzada. A pesar de ser dos historias tan dispares, llegará un  momento en el que se unan.

Las novelas de detectives y la ciencia ficción se mezclan bastante bien, ya sea incorporando algunos elementos de ciencia o un escenario futurista a una investigación, ya sea haciendo la propia ciencia ficción el eje sobre el que gira la novela. Me gusta más este enfoque que, afortunadamente, es el que utiliza Reynolds en este Century Rain.

La especulación científica es de alto nivel, estando presentes ciertos ticks del galés (esta obsesión suya con las máquinas autorreplicantes es para hacérsela mirar). A su vez la parte de investigación criminal está bastante bien llevada.

A mi modo de ver, el único problema que le veo al libro es el uso y abuso del diálogo explicando cada pequeño detalle. Hay ocasiones en que algunas de las conversaciones se convierten en pequeñas clases magistrales de los protagonistas, algo que se me hizo árido en algunos puntos de la lectura. No obstante, las escenas de acción están bastante bien llevadas y consiguen animar la lectura, en un constante “¿y qué va a pasar ahora?” que te hace seguir devorando página tras página.

Si te gusta el estilo de Alastair Reynolds no me cabe duda de que te va a encantar esta novela. Si no conoces al autor, te recomendaría que empezaras por otras novelas suyas como Espacio Revelación, para luego ir descubriendo las pequeñas maravillas que nos tiene reservadas Reynolds.

Dead man’s hand

deadman

Para salir de mi zona de confort lectora decidí leer esta antología del prolífico John Joseph Adams. Pero me temo que en esta ocasión erré el tiro como un mal pistolero.

The Red-Headed Dead—Joe R. Lansdale

Un homenaje claro a la obra de Robert E. Howard y como tal bastante previsible.

The Old Slow Man and His Gold Gun From Space—Ben H. Winters

Este relato sobre la fiebre del oro tiene un giro final que lo salva, a pesar de su simpleza.

Hellfire on the High Frontier—David Farland

Mezcla de steampunk con historias del Oeste, este relato no deja huella.

The Hell-Bound Stagecoach—Mike Resnick

Bastante representativo de la obra que conozco de Resnick, en un carruaje destinado a un lugar poco acogedor se juntan varios pistoleros de la peor calaña y una adorable anciana experta repostera. ¿Cuál podrá ser el resultado del viaje?

Stingers and Strangers—Seanan McGuire

La existencia de una profesión como la criptozoología le da la excusa perfecta a McGuire para crear los más extraños animales. Entretenido.

Bookkeeper, Narrator, Gunslinger—Charles Yu

Curiosa historia sobre un contable que se vuelve pistolero.

Holy Jingle—Alan Dean Foster

Previsible y lento, no me ha gustado.

The Man With No Heart—Beth Revis

Buena idea con ejecución también respetable. La búsqueda de conocimiento como fuerza vital impulsora.

Wrecking Party—Alastair Reynolds

Me gusta este relato de Reynolds, que aún situado en el Oeste deja entrever su visión de las máquinas de Von Neuman.

Hell from the East—Hugh Howey

Historia no muy lograda, sobre maldiciones indias y asesinatos.

Second Hand—Rajan Khanna

Me gustaría saber más sobre este mundo donde las cartas tienen poderes, relacionados con su palo y su número. Pero solo hay un número limitado de ellas…

Alvin and the Apple Tree—Orson Scott Card

Aunque la saga de Alvin Maker me gustó bastante en su momento, este relato me ha parecido demasiado cargado de moralina. ¿Habré cambiado yo o será cosa de OSC?

Madam Damnable’s Sewing Circle—Elizabeth Bear

Buena introducción al mundo de Karen Memoryaunque a mí no me llama mucho la atención este libro.

Strong Medicine—Tad Williams

No estoy segura de haber comprendido totalmente este relato de Williams, con viajes en el tiempo incluidos.

Red Dreams—Jonathan Maberry

Una descripción muy truculenta y realista de la inutilidad de la guerra.

Bamboozled—Kelley Armstrong

Comienza con una buena idea, unos ladrones preparando un timo a las afueras de una ciudad y aunque el desarrollo no acaba de estar a la altura, me gusta las vueltas que le da a la narración.

Sundown—Tobias S. Buckell

El autor caribeño utiliza una historia de invasión extraterrestre para hacer crítica social contra el racismo. Aunque demasiado exagerada y aunque requiera una gran suspensión de la incredulidad, no es un relato carente de atractivo y de gracia.

La Madre Del Oro—Jeffrey Ford

Historia de terror, la búsqueda de un asesino fugitivo provocará aún más muertes.

What I Assume You Shall Assume—Ken Liu

Ken Liu vuelve a jugar con el alfabeto y la forma de escribir para contarnos una historia relacionada con la búsqueda de libertad de los oprimidos. Con diversos puntos de vista y varias narraciones temporales, resulta formalmente hipnótico.

The Devil’s Jack—Laura Anne Gilman

Relato simple pero efectivo sobre la condena, eterna o no. No se debe jugar con el diablo, siempre tiene las cartas marcadas.

The Golden Age—Walter Jon Williams

Divertidísimo homenaje a las historias de superhéroes y al steampunk en un batiburrillo que consigue tener sentido gracias al humor.

Neversleeps—Fred Van Lente

Entretenida historia de acción implicando a los descendientes de Edison y Tesla en una lucha por llevar la tecnología al mundo, en lugar de la pseudociencia.

Dead Man’s Hand—Christie Yant

Historia de universos alternativos con trasfondo periodístico sobre la muerte o no, de Wild Bill Hicock. Curiosa aunque intrascendente.

Aunque hay algunos relatos que merecen la pena, en general la temática no me resulta interesante y el resultado final de la antología es bastante plano.

El silencio de las sirenas

ElSilencioDeLasSirenasEstoy bastante segura de que no existe una definición única de lo que es la ciencia ficción, un género que puede depender (como tantas otras cosas) de los ojos del que lo mire.

He recibido un ejemplar de cortesía de El silencio de las sirenas y aunque en un principio no parecía encuadrar en las lecturas a las que estoy acostumbrada y de las que disfruta, tengo claro que hay que tener amplitud de miras para poder descubrir cosas que de otro modo nos pasarían desapercibidas.

A pesar de un comienzo algo prometedor (esa masacre de ballenas varadas podría ser un inicio perfecto para un ficción sobre el cambio climático), el resto del libro se enzarza en unos cambios de personaje y de personalidad que resultan realmente complicados de seguir.

El hilo argumental en ocasiones es bastante tenue, pero no se le puede negar a la autora el riesgo estilístico que corre con las comparaciones y con ciertas frases roza el abismo. ¿Es realmente necesario buscar la sorpresa del lector en cada frase? ¿No se pierde el efecto con la reiteración de estas frases lapidarias? Estas son unas preguntas que deberá responder cada lector de la obra.

En definitiva no puedo recomendar El silencio de las sirenas, al menos yo no soy su público objetivo.

Central Station

centralstationLavie Tidhar es un autor polifacético, no solo por su obra escrita, si no también por su quehacer como editor. Aunque mi última experiencia con él no fue demasiado positiva, cuando Central Station entró dentro del alcance de mi radar lector me dispuse a hacerle hueco cuanto antes.

El libro en cuestión se trata de un fix-up de varios relatos ya publicados y algunos inéditos, si bien es cierto que la reescritura de muchos de ellos hace que sea casi inapreciable la distinta procedencia de muchas de sus partes. Yo no me di cuenta hasta que vi el final del libro, creía que el cambio constante de puntos de vista y personajes era un efecto buscado, un intento de crear una novela coral con distintas pinceladas. Quizá otro lector más experto en la obra del israelí sea capaz de detectarlo nada más abrir el libro.

Este aspecto coral de la novela también se hace presente en la propia Central Station, donde distintas culturas se han entremezclado a lo largo del tiempo dando lugar algo nuevo, a familias con ascendencia de tan distintos lugares que es difícil describirlos con una sola palabra. Me encanta esta idea de Tidhar, esos personajes multirraciales y a la vez fieles a las tradiciones, aunque estas tradiciones sean a su vez tan distintas entre sí.

El propio lenguaje utilizado por el autor es una combinación de idiomas tan bien llevada que resulta agradable al oido, con una cadencia embaucadora. Haciendo malabares con el lenguaje, Tidhar es capaz de sacar de su chistera nuevos vocablos, como mi favorito Schrodingering (os dejo a vosotros descubrir qué significa) o un lugar místico para los jugadores llamado Pacmandú. Tampoco duda en utilizar palabras de otros idiomas cuando se ajustan más a sus necesidades narrativas.

También me gustaría hacer hincapié en el humor, en ocasiones bastante negro, que usa el creador. En una versión corregida y aumentada de las cabinas de suicidio de Futurama, se puede escoger la forma de morir, siendo una de las más populares una montaña rusa.

En Central Station también hay lugar para otra de las obsesiones del escritor, los libros usados. Aún a pesar de vivir en una sociedad tecnológicamente avanzada, que ha colonizado el sistema solar, todavía hay coleccionistas de viejas ediciones pulp de westerns, detectives… si esto no es un mensaje de amor a los libros, no sé qué podría serlo. Sin embargo, la vida conectada es una constante en la historia, todo el mundo (humano o no) tienen un nodo que les permite el acceso a la Conversación (algo así como Internet) pero corregido y aumentado.

Antes he hecho distinción entre humanos o no humanos porque también hay otras presencias, inteligencias artificiales conocidas como The Others que interactúan con los seres humanos. A este plantel se deben añadir robots, cyborgs, vampiros… toda una plétora de personajes que desfilan ante nuestros asombrados ojos.

Resulta bastante difícil describir un libro con tantas y tantas lecturas, así que lo mejor será que aproveches para leerlo tú y te unas a la Conversación. No te sentirás defraudado.