Sanderson sigue ahondando en la historia que comenzó con The alloy of law y lo hace con su estilo característico, entretenido y directo, pero a su vez cada vez con más capas de complejidad.
La historia continúa más o menos donde dejamos la anterior, pero con Wax consolidado en su posición de Lord a la vez que es un justiciero tolerado por la autoridad y Marasi como investigadora y Wayne… bueno, sigue siendo Wayne.
Lo más llamativo de esta entrega de la saga Mistborn son las reivindicaciones de igualdad por parte de la clase obrera, instigadas por el antagonista de Wax, pero en las que sin duda podemos ver reflejada la lucha de clases que siempre ha habido en la sociedad. No es que sea el referente de la novela, pero forma parte intrínseca de su estructura.
Pero sin duda, lo que más gustará a los lectores habituales de Sanderson son los muchos misterios que desvela y lo muchos más que deja preparados para las siguientes entregas. Para disfrutar Shadows of self se me antoja imprescindible haber leído todo los libros de Mistborn, no solo The alloy of law porque solo así se comprenderán todas las implicaciones y las pistas que va dejando el autor. Aún habiendo leído los libros anteriores no estoy segura de haberlo entendido todo, porque tampoco los tengo recientes en la memoria.
El giro final es totalmente devastador para Wax y lo deja en muy mala posición para afrontar The bands of mourning, una finalización que estoy deseando leer.
ACTUALIZACIÓN : Ni finalización, ni nada. La última entrega de Wax y Wayne, como me han hecho saber amablemente @mertonio y @odo es The lost metal. Mejor, así tenemos más oportunidades para seguir disfrutando de estos personajes.