Los premios Ignotus: 1991 – 2000

ignotus91Tenía muchas ganas de leer esta recopilación de relatos premiados con el Ignotus y he de decir que no me he sentido defraudada en absoluto. Los artículos que acompañan a la ficción son también muy acertados, escritos desde el punto de vista de grandes conocedores de la materia como son Juanma Santiago (modo Abuelo Cebolleta ON) y Mariano Villarreal. También incluye unas estadísticas de las votaciones que resultan fundamentales  para un volumen de estas características.

1991: La estrella, Elia Barceló

La confrontación entre la nostalgia por el tiempo pasado y la necesidad de avanzar hacia el futuro se encuentran reflejadas en este relato. Visitar el origen de la humanidad siglos después de haberlo abandonado por la radiactividad puede dar lugar a hallazgos increíbles.

Me gustan las dos narraciones paralelas y complementarias que utiliza Barceló para desarrollar el relato. Aunque el tono onírico de una de ellas no me acaba de convencer entiendo que es para forzar la idea de “lo extraño” y cohesionar la narración.

1992: A tumba abierta, Rafael Marín

Este relato podría haber sido perfectamente el precursor de Battle Royale (1999) o se puede considerar inspirado en Los inmortales (1986), entendiendo la historia como un enfrentamiento en el que solo puede quedar uno.

Si bien la base no es excesivamente original, el desarrollo es tan envolvente y lleva el ritmo de una manera tan fluida que lo único que quieres es ver quién consigue proclamarse victorioso en esta lucha a muerte. Los habituales guiños de Marín (por ejemplo, protagonistas con nombres de dibujantes de cómic…) también están presentes. Un aspecto que destaca es la crudeza de las descripciones, que el gaditano lleva a extremos insospechados, quizá buscando una mayor respuesta emocional por parte del lector. En ocasiones llega a ser repugnante.

1994: Estado crepuscular, Javier Negrete

Por cuestiones de derechos no se ha podido incluir en la recopilación* el relato ganador de 1994. En su lugar se ha publicado otro relato de la misma época del autor, donde vemos reflejados algunos de sus temas favoritos que luego desarrollaría en obras posteriores, como los “dioses” que juegan con estados cuánticos o la marcada influencia de la cultura griega.

El relato en sí me parece sin embargo poco llamativo, el amor más allá de las fronteras de la mortalidad y el desafío al poder son temas muy vistos.

1995: Castillos en el aire, Rodolfo Martínez

Sabemos que Rudy es fan de Isaac Asimov. Este hecho, aunque se pone de manifiesto explícitamente en el relato del año 1996, también se puede intuir en “Castillos en el aire”. Con una historia corta de base científica que recuerda a algunos cuentos del buen doctor.
Me gustaría saber qué piensan los habitantes de Tabernas sobre este relato.

1996: El robot, Rodolfo Martínez

Para alguien que haya disfrutado los cuentos de robots de Asimov y sus disquisiciones sobre las Tres Leyes de la Robótica, esta historia le vendrá como anillo al dedo, pues se trata de una nueva vuelta de tuerca sobre las posibilidades de libre albedrío que estas leyes permiten a los robots.

1997: El bosque de hielo, Juan Miguel Aguilera

Ya había leído este relato en la Antología de ciencia ficción española, pero una segunda lectura me confirma las buenas sensaciones que recuerdo de aquella vez. Ciencia ficción dura jugando con escalas temporales muy diferentes.

1998: Mi esposa, mi hija, Domingo Santos

Este cuento me parece el más flojo de la recopilación, porque me resulta inconcebible pensar en la clonación con los fines que tiene el protagonista. No sé si el premio sería también un agradecimiento a la carrera de Domingo Santos, pero no creo que el cuento sea destacable.

1999: El decimoquinto movimiento, César Mallorquí

Con una prosa trabajada que fluye con una naturalidad envidiable, Mallorquí nos relata un enfrentamiento que trasciende el tiempo, en una partida de ajedrez en la que importa menos el resultado final que la partida en sí.

2000: En las fraguas marcianas, León Arsenal

Esta narración sobre una expedición en un Marte colonizado hace tiempo tiene un cierto regusto a western, a historia de la frontera que le viene bien. La duda sobre si se deben respetar las tradiciones de otras culturas es algo que se nota en toda la trama. Aunque no es mi favorita, se trata de una lectura agradable.

Recopilar la narrativa breve que ha sido premiada con el premio de género más longevo de la ciencia ficción y fantasía española era un trabajo necesario que hay que agradecer a Sportula. Este volumen es historia viva de nuestro género y hay que recibirlo como tal.

* En la recopilación en ebook. En la versión impresa sí que está incluída.

La onda Septimus

septimusLos tebeos de Blake y Mortimer me han acompañado desde hace tanto tiempo que ya no recuerdo cuando leí por primera vez La marca amarilla. Acostumbro a hacerme con las nuevas entregas de estos personajes cuando son publicadas, pero en esta ocasión se me adelantaron y me la regalaron para mi cumpleaños (parece que me conocen).

Sobre el tebeo en sí, el trabajo gráfico de Antoine Aubin y Étienne Schréder comienza de forma espectacular. Increíblemente fiel al trabajo original de Edgar P. Jacobs, las primeras páginas son un derroche de talento y da gusto regodearse en algunas imágenes muy detalladas, en los gestos expresivos de los personajes o los fondos trabajados. Sin embargo, conforme avanza la lectura del álbum (bastante extenso, ya que llega a las 70 páginas) el dibujo empieza a fallar. No sé si habrá sido debido a los plazos impuestos por la editorial o a alguna otra razón, pero hay algunas páginas que no sé si merecen pertenecer a esta serie icónica.

Con todo, lo peor no es el aspecto gráfico. El guión deja mucho, pero que mucho que desear. Un desvarío detrás de otro, una nave espacial oculta en el más profundo subsuelo, una plaga que se expande sin causa clara… Es una auténtica lástima que con este despropósito se quiera continuar uno de los mejores tebeos de Blake y Mortimer, cercenando la posibilidad de seguir una historia que merece mucho la pena.

Me hubiera gustado poder hablar de alguna de las referencias metaliterarias que aparecen en La onda Septimus o de la relación con otras entregas como El secreto del espadón, pero por desgracia todo queda empañado por el pésimo guión.

Tiempo de sembrar piedras

sembrarpiedrasA pesar de haber leído casi todas las novelas publicadas por el escritor Tim Powers, he de reconocer que su ficción breve era una gran desconocida para mí. Con ocasión de la recopilación publicada por Gigamesh decidí poner remedio a este fallo con la colección de los que, según afirma el propio autor, “son sus mejores relatos”.

Dondequiera que se oculten

Aunque Powers es principalmente conocido por su faceta fantástica, también tiene algún relato que se puede considerar ciencia ficción o que al menos contiene elementos de ciencia ficción.  El tratamiento de los viajes en el tiempo para cambiar la historia es corriente en estas historias, pero la ambientación y el “anclaje” del viajero me parecen muy interesantes.

Un alma embotellada

Curioso relato en el que el autor vuelve a exponernos algunas de sus obsesiones (presencias fantasmales, escritores malditos, influencia del alcohol en lo sobrenatural). Me encanta que el protagonista se gane la vida con la compra venta de libros antiguos que rebusca por los mercados de ocasión y que este hecho sea pertinente para la narración. Muy recomendable.

El camino de bajada

El precio de la inmortalidad es arrancar el alma de un nonato para ocupar su lugar. Un precio que algunos elegidos están más que dispuestos a pagar para continuar su existencia a lo largo de los siglos. Éste es el terrorífico punto de partida del relato “El camino de bajada” donde tiene lugar una reunión de estos seres, parásitos de los efímeros humanos.

La historia está muy bien llevada, con algunas escenas de miedo psicológico, sobre todo por la depravación de estos seres y su utilización como simples carcasas de los humanos.

El reparador de biblias

Dejar a los seres queridos atrás es siempre una acción muy difícil, pero apegarse a los recuerdos es aún peor. En este relato se nos ofrece condensado el modus operandi del autor estadounidense en su relación con los fantasmas pero también una ventana de esperanza para superar los miedos a la muerte.

Salvación y destrucción

De nuevo el protagonista es un experto en libros antiguos, que recibe el legado de una escritora que se suicidó años atrás. Cuando se pone en contacto con la albacea de la obra, comprenderá que en esta ocasión este negocio es distinto a los que está acostumbrado.

Me gusta  la idea de las distintas líneas temporales  y la posibilidad de futuros dispares según las acciones que se realicen en el presente que afectan al pasado.  Es fascinante que la traducción conlleve consecuencias tan terribles para el traductor, pero desgraciadamente la longitud de la obra no da pie a que se explore en profundidad la naturaleza mágica de los viajes en el tiempo o de las obras sumerias que se mencionan, por lo que la historia queda demasiado esquemática.

No tengo muy clara la traducción del título del relato, originalmente “Salvage and demolition” como “Salvación y destrucción”.

Tiempo de sembrar piedras

Situado en el tiempo que transcurre entre The stress of her regard y Hide me among the graves, gracias a este relato podemos conocer la historia de Trelawny y su esposa, mencionada en la segunda obra (recientemente traducida al español).

Es precisamente por esta relación tan estrecha con los otros dos libros que no se disfruta de la lectura totalmente si no se conoce toda la mitología del autor respecto a los nefilim. Pero si se han leído las otras obras, esta pieza encaja perfectamente en el puzle del autor, resultando en una lectura agradecida y no muy exigente.

En conclusión, esta breve antología es un complemento perfecto para los lectores a los que ya guste Tim Powers, pero no sé si la recomendaría como una puerta de entrada a la obra de este autor. Sus mayores virtudes (y algunos defectos) son más visibiles en obras de mayor extensión, que conforman el grueso de sus trabajos publicados.

Unidentified Funny Objects 3

UnidentifiedFunnyObjects3Ya está a la venta a la venta la tercera entrega de las antologías anuales Unidentified Funny Objects, editada por Alex Shvartsman y destinada a poner un contrapunto humorístico a nuestros géneros favoritos. Mi preferida sigue siendo la segunda, aunque esta tercera entrega tiene algunos relatos que me han hecho reír a carcajadas.

On the Efficacy Of Supervillain Battles in Eliciting Therapeutic Breakthroughs de Jim C. Hines

Un relato que hubiera podido tener perfecta cabida en The mad scientist guide to world dominantion the JJ Adams. Los superhéroes con mallas a los que estamos acostumbrados han quedado desfasados y la nueva generación viene pisando fuerte.

The Right Answer de James A. Miller

No es muy original una historia de un primer encuentro con un alienígena que ofrece su tecnología si la humanidad es digna de ello. La referencia a un personaje televisivo de una serie desconocida para mí (algo normal en el humor, según Alex Shvartsman) y cierto parecido con un relato de Asimov hace que “The right answer” pase sin pena ni gloria.

The Gefilte Fish Girl de Mike Resnick

Hilarante historia llena de tópicos sobre la relación entre hijos, madres y nueras con un toque judío.

Master of Business Apocalypse de Jakob Drud

Muy divertido este relato sobre las maldades de la alta dirección mezclado con un departamento creado específicamente para evitar apocalipsis.

Carla at the Off-Planet Tax Return Helpline de Caroline M. Yoachim

Corta historia sobre un servicio de atención de atención telefónico para la Hacienda americana. Aunque trata sobre lugares comunes tiene algo de chispa que te arranca una sonrisa.

Why I Bought Satan Two Cokes on the Day I Graduated High School de Nathaniel Lee

No me ha gustado nada esta mezcla de rebeldía juvenil con ángeles y demonios campando a sus anchas por la Tierra.

Company Store de Robert Silverberg

Con una no muy sutil pero sí efectiva ironía, el Gran Maestro de la Ciencia Ficción Robert Silverberg arremete contra dos de las plagas de la sociedad contemporánea, los contratos leoninos y las ventas a domicilio. Una lectura poco novedosa pero aun así divertida y recomendable.

The Door-To-Door Salesthing from Planet X de Josh Vogt

Muy corto y muy divertido. Los vendedores puerta a puerta intergalácticos tienen cada vez más difícil cumplir las cuotas de venta. Y las contrapartidas son extremas.

Picture Perfect de Matt Mikalatos

Matt Mikalatos es un fijo en las recopilaciones de UFO y este relato es un buen ejemplo de la razón. Las historias del vampiro Isaac y su fantasma son divertidísimas, aunque en este caso estén repletas de chuscos juegos de palabras que provocarían sudores fríos al traductor más osado. Y de paso, critica Crepúsculo como bonus.

The Discounted Seniors de James Beamon

Otro viejo conocido de las antologías UFO, James Beamon nos vuelve a traer las aventuras geriátricas de Cyrus Washington. La velada crítica a los talleres de esclavos le da algo de consistencia a esta historia.

That Must Be Them Now de Karen Haber

Un relato absurdo sobre basureros espaciales que oculta las ansias de rebelión contra el poder de un extraterrestre apocado.

Notes To My Past and/or Alternate Selves de Sarah Pinsker

Aunque la idea es buena, el resultado no lo es tanto. Dejarte notas para tus futuros viajes al tiempo puede provocar paradojas temporales.

The Real and the Really Real de Tim Pratt

Este relato es de los mejores de la antología, pero el humor brilla por su ausencia. Es interesante la discusión sobre lo que es la realidad y lo que es aquello que percibimos con nuestros sentidos, aliñado con unas gotas de libre albedrío.

Into the Woods, With Zombunny de Camille Griep

El típico cuento de la bruja que exige como pago por sus favores al primogénito de una familia, pero mezclado con conejos zombies y  hectárea tras hectárea de plantaciones. Es tan rebuscado que tiene gracia.

Live At the Scene de Gini Koch

Desarrollada a base de diálogos, asistimos a una retransmisión en directo de lo que parece ser una invasión extraterrestre. Lo irónico de la situación y del final puede arrancar alguna sonrisa.

The Newsboy’s Last Stand de Krystal Claxton

La fantasia de hacer realidad las buenas noticias da lugar a este relato amable y sencillo que se lee con agrado.

The Full Lazenby de Jeremy Butler

Desternillante historia para fans y no tan fans de la figura de James Bond. La mejor de la antología.

Do Not Remove This Tag de Piers Anthony

Un genio encerrado durante tres mil años que es liberado en la actualidad y que tiene extremas dificultades para entender el mundo actual. Muy corto y con algunos momentos con chispa.

Super-Baby-Moms Group Saves the Day! de Tina Connolly

Cualquier padre que esté en el famoso grupo de whatsapp de la clase de sus hijos entenderá perfectamente este intercambio de emails entre las madres de un grupo de niños de preescolar con algunos poderes especiales. Cualquier padre se reirá tanto como yo lo he hecho.

The Choochoomorphosis de Oliver Buckram

Tan absurdo como corto. Afortunadamente, son dos páginas.

The Fate Worse than Death de Kevin J. Anderson y Guy Anthony De Marco

Ser inmortal tiene muchas ventajas, pero hay torturas que hacen que la muerte verdadera no se vea con malos ojos. Desternillante.

Elections at Villa Encantada de Cat Rambo

Un problema recurrente de nuestros días son las reuniones de la comunidad. Esto, salpicado con seres mágicos, permite a Cat Rambo construir una historia sólida pero no muy divertida.

Infinite Drive de Jody Lynn Nye

Hay personajes que se van repitiendo a lo largo de las antologías UFO y a los que se acaba cogiendo cariño. Es el caso de la detective Dena Malone y su huésped interno el Dr. K’t’ank. Además, hay que reconocer que sus historias siempre son de las mejores de la antología. En esta ocasión el crimen cometido en un lujoso hotel desafía las leyes de la física. Muy divertido.

Una recomendación para la lectura de esta antología es hacerlo poco a poco, ya que una lectura continuada puede hacer perder la gracia a la lectura.

HWJN

HWJNSi sois seguidores de Fantástica Ficción, recordaréis que hace unas semanas estaba disponible para su descarga gratuita el libro HWJN de los autores Ibraheem Abbas y Yasser Bahjatt.

Empecé a leer el libro movida por la curiosidad. El autor formaba parte del panel de la LonCon3 de ciencia ficción árabe al que asistimos y contó una anécdota muy curiosa sobre el libro. Fue detenido por el departamento Antimagia de la policía (sic) de su país (Arabia Saudí) porque se decía que en HWJN se hablaba sobre magia negra. Tuvo que demostrar a la policía que en el libro no aparecía una sola frase en contra del Corán y así pudo salir con bien del trance, incluso con una carta de alabanza y recomendación del libro, que vendió 15000 copias en un país donde la media de lectura es de “una página por persona al año” (sic).

Centrándonos ya en la obra propiamente dicha, se trata de una novela juvenil con bastante tópicos, lo cual resulta chocante viniendo de donde viene. La historia de amor entre una mujer y jinn que triplica su edad a pesar de ser muy joven para su raza y los impedimentos con los que se encuentran para poder vivir su amor son la base de cualquier romance paranormal que se precie.

Las peripecias por las que pasan los protagonistas y la forma de sortear los obstáculos gracias a Alá tampoco son muy originales, pero la historia se salva con esos toques orientales que la diferencian de las demás. También resulta interesante la categorización que ofrece de los jinns y algunas explicaciones sobre la lengua árabe de la que yo soy una total desconocedora.

Mi problema principal con la novela es el marcado tono paternalista con el que se refieren a las mujeres en general. Las mujeres, a pesar de tener virtudes, necesitan la guía masculina para poder culminar sus vidas, generalmente casándose con sus primos. Los autores no dejan pasar oportunidad para igualar a mujeres adultas con niñas que necesitan a su padre o a su marido para saber qué hacer, que lloran ante la adversidad o que pueden ser manipuladas para creer lo que es correcto. Es por esta razón que no puedo sugerir que se lea HWJN, aunque estoy de acuerdo con el trabajo realizado por los autores para llevar la ciencia ficción y la fantasía al mundo árabe.

El mundo de SIC

mundosicEsperaba con impaciencia esta última entrega de Cybersiones, la estupenda serie de relatos de ciencia ficción de Santiago García Albás que tan buenos ratos me está haciendo pasar. Las reseñas de las entregas anteriores las podéis consultar en estos enlaces (1, 2 y 3).

Lo cierto es que me he sentido un poco decepcionada con esta historia sobre realidades virtuales. La acción se sitúa en el futuro en una estación espacial donde el único entretenimiento cuando se acaba el turno de trabajo es un simulador de batallas muy inmersivo. Estas batallas recrean acontecimientos históricos, enfrentamientos de muy diversa índole (desde las guerras napoleónicas a batallas espaciales) donde el autor vuelve a poner de manifiesto su conocimiento de la historia militar, algo de lo que ya hizo gala en una entrega anterior de Cybersiones y que dota de profundidad al escenario.

Hasta aquí, nada muy distinto de un World of Worldcraft elevado a la enésima potencia. Tras cada combate las puntuaciones dirimen quiénes ocuparán los cargos de más responsabilidad en  la batalla siguiente. Un sistema aparentemente justo que impide a los jugadores perpetuarse en el poder y que premia la valía de los subalternos. Aparentemente.

Me parece destacable el humor con el que el autor ha sabido impregnar los principios de la narración. También se puede observar cierta crítica social, sobre todo en lo referente a los trabajos en el Mundo Real TM, quizá como contraste con las apasionantes vivencias del juego.

El desarrollo de la historia no me ha parecido tan coordinado como las historias anteriores y diría que existen ciertos problemas en la trama. En ocasiones las reglas son tremendamente rígidas y en otras no tanto, en una suerte de deus ex machina que permite arreglar las situaciones de la forma más beneficiosa para el protagonista. También la separación entre mundos, que se supone inviolable, actúa como una membrana osmótica en vez de como una barrera.

La mezcla de mundo real y mundo virtual es un terreno bastante explorado por la literatura de ciencia ficción, lo cual no quiere decir que no se puedan encontrar obras novedosas al respecto. Mi problema es que El mundo de SIC recorre caminos ya transitados y no me aporta nada nuevo. Sin embargo, hay otras personas que no opinan lo mismo que yo. Por ejemplo, Miquel ve muchos más aspectos positivos que yo.

¿Cuál es tu opinión sobre El mundo de SIC? ¿Y sobre Cybersiones?

Iris

irisIris ha significado para mí un reto lector, pero he de decir que el esfuerzo ha valido la pena. Me encuentro fascinada por la amplitud de recursos estilísticos utilizados en esta novela.

La primera dificultad con la que nos encontramos es el lenguaje utilizado. Edmundo crea una nueva forma de hablar, una suerte de spanglish escrito casi fonéticamente. Aunque no llega a los extremos de Banks con El artefakto, es necesaria una inmersión considerable por parte del lector para entrar en el juego de alusiones y sentidos velados que propone el autor.

Una vez soslayado este primer obstáculo, podemos disfrutar de las distintas perspectivas desde las que asistimos al desarrollo de la trama. En cada uno de los cinco capítulos en los que se divide Iris cambia el punto de vista, y en consecuencia, la forma de escribir y de exponer los hechos. Vemos como la prosa va cambiando, es más o menos sofisticada dependiendo de quién lleva la voz cantante. Asímismo, cambia la longitud de los capítulos, con lo que la lectura va variando el ritmo, algo que se agradece.

Los dos pilares en los que se sustenta el libro son la religión y las drogas. Me gusta en especial cómo la zona colonizada mantiene una dura pugna religiosa con las creencias importadas por los invasores, en una lucha desigual. La dualidad religión-droga es imperante en toda la novela, en algunos momentos me ha parecido que el verdadero hilo conductor de la historia eran las distintas reacciones a las muchas drogas presentes en Iris, cada una con un efecto distinto sobre el cuerpo humano.

También resultan especialmente impactantes las imágenes que se nos presentan cuando los personajes están bajo los efectos de estos viajes alucinógenos. La principal herramienta para hablar del pasado son estas distintas sustancias (jün, danshen, paideluo…) que se utilizan como vía de escape de estos horribles hechos que han desencadenado la huida a Iris, un lugar del que no se vuelve.

Es en esos flashbacks donde se muestra la parte más descarnada y vil del ser humano. El pasado de muchos personajes rebosa rencor y odio, provocando que esas almas torturadas acaben en Iris, quizá buscando una salida, una mejora. Lo que acaban encontrando, sin embargo, no es lo que esperaban.

Un tema que se trata también en esta gran novela es el racismo, en varias vertientes. El desdén con el que se trata a los naturales de Iris, superado por el desprecio a los nacidos de la mezcla de sangres es similar al que se siente por la presencia de artificiales, cyborgs indistinguibles de los humanos base.

¿Es esta una nueva visión sobre el colonialismo? Para mí sí, aunque no lo parezca es el tema principal de la narración. Quizá nos distraigan los fuegos de artificio de las sustancias psicotrópicas que emanan del libro. El escenario en el que se utiliza a los nativos para extraer los bienes de sus tierras en beneficio de los opresores nos es sobradamente familiar. No obstante, la utilización de forma mayoritaria del punto de vista de los opresores contrasta con las tendencias actuales de dar voz a los colonizados, como en We see a different frontier.

Definitivamente, ésta es una gran obra que hay que leer.

Solaris Rising 3

solarisrising3Las Solaris Rising suelen ser antologías muy variadas y de buen gusto. Afrontaba la lectura de esta recopilación con bastante ilusión y he de decir que me ha gustado bastante. A continuación podéis leer mi opinión sobre cada uno de los relatos que la componen.

When we harvested the Nacre-Rice de Benjanun Sriduangkaew

No hay recopilación de relatos que se precie que no cuente con alguna historia de Benjanun y éste es otra estupenda muestra de la razón de la frase anterior.

Encontrar el cuerpo inanimado de una persona y cuidarla puede tener consecuencias terribles para el bienhechor.

The goblin hunter de Chris Beckett

Otra buena historia donde se intenta proteger a los alienígenas de un mundo cuyo único sistema de defensa telepático es sacar lo peor de cada persona y provocar sus peores pesadillas. El autor se recrea quizás de forma excesiva en la truculencia de la historia, pero así consigue que el efecto sea más duradero.

Homo Floresiensis de Ken Liu

Lo último que he leído de este autor tendía hacia la fantasía clásica con raíces asiáticas, así que agradezco este cambio donde nos sigue mostrando su amplísimo repertorio.

Un estudio antropológico puede dar lugar a un descubrimiento sensacional, pero el precio que se deberá pagar puede ser demasiado alto.

A taste for murder de Julie E. Czerneda

Otro relato muy bueno con una investigación policial de fondo en un mundo donde las modificaciones genéticas están a la orden del día, según la tendencia marcada por las figuras de referencia. Realmente recomendable con un final espectacular.

Double blind de Tony Ballantyne

Inquietante historia sobre pruebas médicas a voluntarios. El autor consigue crear una atmósfera inquietante que deviene en un claustrofóbico entorno en los sobrecogedores compases finales del relato.

The mashup de Sean Williams

Descontrolada historia sobre vigilancia que no me acaba de convencer, quizá porque no la he entendido completamente.

The frost of Jade Buds de Aliette de Bodard

Las relaciones familiar son extraordinariamente importantes en la ficción de Aliette de Bodard y estas relaciones incluyen las que las capitanas mantienen con sus naves espaciales, que forman parte de la familia. En este relato la autora explora una nueva posiblidad : una nave que no corresponde con este patrón. Una lectura muy interesante, que no hace si no acrecentar mi interés en el universo de Xuya.

Popular images from the first manned missions to Enceladus de Alex Daily MacFarlane

La forma de contar este relato es bastante original, basándose en los distintos carteles propagandísticos que el gobierno de turno iba creando en referencia a las misiones tripuladas a Enceladus. El autor hace algo de trampa porque también desarrolla algo más aparte de la descripción de los carteles y quizá en esa parte es donde falla el relato.

Red Light and rain de Gareth L. Powell

Viajes en el tiempo y vampiros, con gotas de espionaje en una historia no muy novedosa pero entretenida.

They swin through sunset sears de Laura Lam

Un relato de primer contacto magníficamente escrito con un ambiente cerrado y una amenaza subacuática constante.

Faith without teeth de Ian Watson

Una crítica al sistema comunista con una premisa no muy comprensible que quizá sirva para poner de manifiesto la sinrazón de los regímenes absolutistas pero que a mí me ha dejado indiferente.

Thing and sick de Adam Roberts

Otra historia claustrofóbica situada en una sede científica antártica. El desarrollo acaba resultando confuso.

The sullen engines de George Zebrowski

Absurda historia criticando la invasión automovilística de la que somos víctimas.

Dark harvest de Cat Sparks

Lo que parece ser una típica historia espacial protagonizada por mercenarios sobre una colonia minera (aunque lo que se explota son plantaciones) que tiene un giro muy extraño al final.

Fift and Shria de Benjamin Rosenbaum

Difícil de entender, este relato se ajusta a los parámetros en boga en la actualidad de cambiar el género de los protagonistas.

The howl de Ian R. MacLeod y Martin Sketchley

Una historia que no deja mucho poso sobre colonización espacial.

The science of chance de Nina Allan

El relato que más me ha gustado de Solaris Rising ha sido esta pequeña joya de Nina Allan, que se postula con fuerza para el premio Sidewise del año que viene (ya veremos si se confirman mis sospechas).

En una Rusia alternativa donde aún se recuerda la detonación de la bomba y sus consecuencias radiactivas aparece una niña abandonada, que no es lo que parece. ¿O sí?

Espléndidamente escrito, Allan consigue mantener la tensión y la incertidumbre hasta el final del relato e incluso después.

Endless de Rachel Swirsky

La historia final de esta antología trata sobre la postsingularidad desde un punto de vista original, ¿qué nos puede seguir haciendo humanos cuando ya se han superado las necesidades de la carne y la muerte?

En resumen la antología es notable, contiene algunos relatos realmente excepcionales y algunos que no son tan buenos, pero ninguno es malo. Si te gusta la ciencia ficción esta es tu oportunidad de hacerte con una gran recopilación.

Space Opera

spaceoperaLa space opera fue un género denostado que hace algunos años, gracias al impulso de figuras como Iain M. Banks, ha tomado nuevos bríos. La interesante, aunque muy breve introducción que hace Rich Horton a este volumen me ha abierto los ojos a obras que yo no consideraba pertenecientes al subgénero o que directamente no conocía (aumentado mi ya de por sí exuberante pila de libros que quisiera leer).

Sin embargo, el relato corto pone unas restricciones en el tratamiento de la space opera que hacen que a priori sea más difícil prodigarse en esa longitud. Las aventuras espaciales parecen demandar páginas y páginas de descripciones de razas alienígenas y viajes incesantes. Con esta duda (¿se adaptará bien la space opera al formato corto?), comencé la lectura de la antología.

“The knight of chains, the deuce of stars” de Yoon Ha Lee

Existe un lugar en el que se almacenan todos los juegos que alguna vez han existido, desde los más simples hasta los de complejidad planetaria. El lugar está protegido por un guardián con un arma que nunca falla, así los peregrinos llegan pero no obtienen lo que buscan. Hasta que llega una muy especial.

No sé si la historia está planteada como un homenaje a Iain M.Banks y su Player of Games, aunque podría serlo perfectamente. Me gusta mucho cómo escribe esta autora y esa mezcla de sus temas fetiche (música, matemáticas, lenguaje y guerra) también está presente en este relato, que constituye una buena forma de empezar la antología.

“The wreck of the godspeed” de James Patrick Kelly

Una historia que quiere ser trascendente pero que se mezcla con impulsos juveniles y algunas gracietas insulsas quedándose a medio camino de todo. La colonización de nuevos mundos mediante naves exploradoras que van a un tercio de la velocidad de la luz pero a las que se pueden teletransportar humanos en cualquier momento no es una buena base para un relato, ya que no tiene mucho sentido.

“Saving Tiamaat” de Gwyneth Jones

Confusa historia repleta de pseudónimos en la que Gwyneth Jones nos presenta a unos mediadores en conflictos de razas pseudohumanas con capacidades casi sobrenaturales.

Resulta muy difícil seguir el hilo de la historia y la moraleja final es previsible. No me ha convencido.

“Six lights off green scar” de Gareth L. Powell

Una pequeña historia de redención tras un acto de cobardía. El relato es muy apresurado y no deja poso.

“Glory” de Greg Egan

Las bases que utiliza Greg Egan para un relato darían para muchos libros, de eso estoy segura. En “Glory”, solo el primer capítulo está dedicado a explicar un viaje casi a la velocidad de la luz para que dos exploradoras puedan investigar los resultados matemáticos de una raza extinta. Y hay ocho capítulos, así que imaginad lo que se nos viene encima.

A pesar de no ser de sus mejores cuentos (no resiste la comparación con muchos de los incluídos en Axiomático) no deja de ser interesante. Ahora bien, no me entra en la cabeza que a esto se lo considere space opera. Me temo que Rich Horton y yo tenemos una definición muy distinta para el término.

“The mote dancer and the firelife” de Chris Willrich

Mezclar el dolor por la pérdida de un ser querido con una historia de fantasmas parece bastante adecuado, pero hacerlo con un más allá alienígena es un poco extremo. La idea de los equipos guerreros formados por Don Quijotes (línea de ataque) y Sancho (escudero) es buena, aunque está desaprovechada en este relato. Y podría seguir con los fallos y aciertos de Willrich pero en definitiva, mezclando algunas cosas buenas con otras no tanto lo que obtenemos es un resultado irregular.

“On rickety thistlewaite” de Michael F. Flynn

Con unos pequeños toques galácticos para hacerlo ciencia ficción, pero realmente ésta es una historia de fantasía sobre la pesada responsabilidad del gobierno y cómo no todo el mundo está preparado para ello. Algunas frases son realmente jocosas, pero por lo demás, es un relato del montón.

“War without end” de Una McCormack

Una historia sobre el revisionismo histórico y si merece la pena remover viejas heridas con el fin de que la verdad vea la luz. McCormack deja a nuestro juicio la decisión.

“Finisterra” de David Moles

Aunque la historia no está relacionada, no he podido evitar acordarme de The algebraist y sus habitantes de los gigantes gaseosos cuando estaba con “Finisterra”. Nos encontramos con una novela de aventuras con algo de ingeniería y diversas religiones, una mezcla que no acaba de resultar buena.

“Seven years from home” de Naomi Novik

Me ha gustado bastante esta historia de una guerra en el mismo planeta. El punto de vista es el de un agente imperial enviado por una fuerza extraplanetaria para intentar prolongar el enfrentamiento y conseguir que los adversarios se anexionen al imperio por puro agotamiento. Lo más llamativo es la forma de desarrollar la guerra por parte de uno de los bandos, basada en la evolución de la propia biosfera, pero el mensaje de fondo que yo veo es la asimilación de la cultura por parte del agente a fuerza de convivir con los habitantes del planeta.

Pretender cambiar al otro puede llevarte a tu propio cambio.

“Plotters and shooters” de Kage Baker

Imagina la típica historia de instituto americano con los atletas y los empollones enfrentados.

Sitúala en una plataforma de seguimiento y eliminación de meteoritos. Introduce un elementosorpresa y tendrás esta historia de Kage Baker. No pasa de un simple entretenimiento.

“The muse of empires lost” de Paul Berger

Dotar de personalidad y vida a los orbitales y naves espaciales creadas por el hombre como si fueran criaturas sentientes es lo mejor de esta historia, que lamentablemente se queda corta después, cuando finaliza de forma precipitada. Aun así, merece la pena leerlo.

“Boojum” de Elizabeth Bear & Sarah Monette

Cuando las naves espaciales son seres vivos con sus propias necesidades, utilizarlas para una vida de piratería espacial no parece lo más adecuado, pero este es el principal uso que tienen las naves Boojum de Bear y Monette. No está mal como historia pero no es memorable.

“Lehr, Rex” de Jay Lake

En este complejo juego de trampas mentales y subterfugios es el lector el principal implicado ya que cada uno dará una interpretación distinta a lo que ha leído. Me gustaría conocer la vuestra, porque yo no lo tengo claro.

“Cracklegrackle” de Justina Robson

Muchas ideas muy bien llevadas a cabo para narrar una historia dura sobre la pérdida y cómo afrontar el dolor y también sobre el racismo. Me parece especialmente interesante la existencia de una criatura capaz de verlo todo provista de la circuitería mental necesaria para interpretarlo, aunque esto sea una tecnología tan avanzada que sea casi indistinguible de la magia.

“Hideaway” de Alastair Reynolds

Una historia por la que merece la pena la antología. Esto sí es space opera con mayúsculas.

Una raza perseguida a través de años luz, tecnologías alienígenas que se han de estudiar para seguir adelante, conocimientos del pasado que se pueden utilizar en el futuro, un toque hard que se agradece mucho. Alastair en su máxima expresión. Imprescindible.

“Isabel of the fall” de Ian R. MacLeod

En esta fábula aparecen elementos de alta tecnología que han caído en la incomprensión pero que se siguen usando como artefactos religiosos que permiten seguir con el funcionamiento de la vida. A modo de hagiografía, conocemos las distintas versiones sobre Isabel, que no tenía nada de especial pero que cambió el mundo. Me ha gustado sobre todo la forma de tratar el sentimiento religioso y los enfrentamientos entre las distintas iglesias. Los castigos que sufren aquellos que van en contra de lo dictado superan la crueldad del más encallecido torturador.

“Precious mental” de Robert Reed

Compleja y absorbente historia. Las décadas pasan como suspiros cuando se dispone de la inmortalidad, pero las cuestiones metafísicas siguen acechando a cualquier ser de la galaxia.

“Two sisters in exile” de Aliette de Bodard

En este corto relato tenemos un atisbo del universo de Xuya creado por la autora francovienamita. Aunque no es tan excelente como los que escribe habitualmente, ver cómo afrontan la pérdida dos civilizaciones siempre resulta interesante.

“Lode stars” de Lavie Tidhar

Cada vez que leo algo de Lavie Tidhar me quedo con una sensacion agridulce. Me parece que escribe con una prosa muy llamativa pero me resulta muy confuso. Con esta historia de posibles viajes a través de horizontes de sucesos me sucede exactamente lo mismo.

“Silent bridge, pale cascade” de Benjanun Sriduangkaew

Creo que ésta fue una de las primeras historias que leí de Benjanun (la primera fue Courtship in the country of the machine-gods) y me fascina el tratamiento que hace esta autora con la ciencia ficción. La idea de una hegemonía capaz de reescribir las memorias de cada persona resulta inquietante contrastando con el desarrollo subyacente de la historia, tan delicado. Imprescindible.

“The tear” de Ian McDonald

En este relato se combinan ideas tan interesantes como las personalidades múltiples y las persecuciones a través de milenios luz para llevar a cabo una venganza. La propia grandiosidad del escenario creado y la increíble longitud temporal de la historia juegan en su contra. La trama interactúa directamente con nuestro sentido de la maravilla exigiendo al lector una concentración tan alta que en ocasiones llega a divagar.

En resumen, el tomo recopilatorio Space Opera contiene algunos relatos muy buenos, que sin embargo no entran dentro de la definición más conocida del término. También ha dado cabida a relatos que no tienen la calidad necesaria. El tamaño de la antología hace recomendable su lectura en pequeñas dosis para no empachar, pero no es un libro que de fácil lectura y no lo recomendaría a todo el mundo.

Echopraxia

echopraxiaAbrumador. Éste es el calificativo que me viene a la cabeza tras finalizar Echopraxia.  Durante la lectura me he sentido superada por momentos, el caudal de ideas y de conocimiento que se me venía encima supera la capacidad de cualquiera. Más de una vez he tenido que dar por concluida la sesión de lectura para dedicarme a buscar términos y referencias científicas para entender lo que Watts decía.

Echopraxia es una suerte de continuación de Blindsight, una obra que ya me dejó estupefacta en su momento (la leí en español y es muy de agradecer la estupenda labor realizada por Manuel de los Reyes para acercarnos esta novela nominada, entre otros premios, al Hugo).

Si Nexus nos ofrecía una visión optimista sobre el transhumanismo, Watts nos muestra la otra cara de la moneda:  las mejoras pueden dar lugar a que dejemos de ser humanos para ser otra cosa.

A la presencia de vampiros traídos del Pleistoceno por sus capacidades computacionales (a pesar de sus instintos predatorios) que ya conocimos en la anterior novela, se unen los zombies cuyas únicas reacciones se basan en tres respuestas básicas fight/flight/fuck. Los denominados “humanos base” son una especie en extinción. Quizá el grupo más llamativo de los que nos muestra el autor son los Bicamerals, una orden religiosa que forma una mente colmena y que a través de su contacto con Dios consiguen avances sorprendentes en sus conocimientos científicos.

No me he equivocado en la frase anterior, gran parte de lo que se expone en el libro trata sobre la existencia de Dios, no como un ente superior si no como un proceso, o incluso un virus.

El narrador de la historias es Daniel Brück, un biólogo sin mejoras que se ve envuelto en un viaje sin un destino claro, con la supervivencia como único objetivo. Pero la pregunta de fondo sería, ¿la supervivencia de quién? La trama no deja de ser una excusa para que el escritor canadiense exponga sus ideas sobre temas tan interesantes como Dios, el futuro de la humanidad, algo de exploración espacial, el transhumanismo y más. Es por estos temas que la lectura debe ser pausada y tranquila, yo incluso diría que con una segunda lectura el libro ganaría mucho.

Exigente, sin duda, pero también gratificante.