Tres Ojos de Bruja

Pablo Bueno ha conseguido con Tres Ojos de Bruja algo nada fácil, escribir una novela corta perfectamente disfrutable de forma independiente y a la vez dotar de una magnífica puerta de entrada a su trilogía La Piedad del Primero. Y lo ha conseguido utilizando una brevedad a la que no nos tiene acostumbrados.

La historia, que se sitúa varios años antes de los hechos que ya conocemos, nos presenta a varios personajes que tienen que indagar sobre unos asesinatos. La narración se centra en esta investigación, sin llegar a ser un procedimental, pero claramente beneficiada por tener un misterio que resolver.

Teniendo un objetivo claro en mente (resolver el misterio) el autor se centra en las dinámicas entre los personajes, que están bien enlazadas. Si bien se puede leer de forma independiente como ya he dicho con anterioridad, el lector que ya conoce la obra de Bueno podrá disfrutar de los muchos guiños que pueblan sus páginas, además de conocer las motivaciones y la historia oculta de algunos personajes de cierta importancia en las novelas.

En cuanto a la forma en que está escrito, Pablo Bueno sigue utilizando es lenguaje “arcaizado” que le sienta bien a su fantasía épica, pero en esta ocasión con un ritmo muy conseguido, un allegro ma non troppo que hace que la lectura se acabe en un suspiro.

Una lectura muy adecuada para estos calores veraniegos.

Sopa de Elegidos

Es muy difícil escribir textos humorísticos, sin caer en el chascarrillo fácil y manteniendo cierta coherencia pero Pablo García Meso lo consigue de cabo a rabo en esta Sopa de Elegidos.

Podría parecer que esta es una novela de fantasía épica al uso, con su viaje del héroe, sus elegidos, su misión para salvar el mundo… pero todos estos elementos tan habituales le sirven al autor para retorcer tanto cliché como puebla este género. Los héroes no son tales, los “alegres compañeros” que parten en su misión salvadora en realidad son personas normales y corrientes arrastradas por las circunstancias. El libro está plagado de críticas a las desigualdades sociales, al racismo o a la autocomplacencia de la clases nobles. Pero lo hace con gracia, de forma que sueltas carcajadas en los momentos más inverosímiles.

El mundo sobre el que se desarrolla la historia es rústico y tosco, pero no por la labor de construcción del autor, que me parece muy completa, si no porque el mundo ES así. Cada pueblo tiene sus peculiaridades y es totalmente verosímil la recepción que puedan tener unos extranjeros que solo parecen traer problemas.

El desarrollo es retorcido y enrevesado, quizá demasiado para una novela tan larga como es esta. Si no la lees muy seguida es posible que pierdas el hilo.

En ocasiones el humor resulta ser un tanto chabacano y escatológico, es increíble la cantidad de veces que la protagonista Fusa es capaz de vomitar a lo largo de la novela. Creo que Pablo ha cargado demasiado las tintas en la parte fisiológica del viaje, aunque supongo que será en contraste con el marcado tono espiritual que algunas obras tienden a mostrar. Recomiendo encarecidamente a Fusa una visita de urgencia a un gastroenterólogo.

Los personajes son muy creíbles precisamente por estar llenos de defectos. Y se crea una química muy buena entre la ya mencionada Fusa y su acompañante semiorco. El resto del elenco también cumple su papel perfectamente, aunque la presencia de Harpagón, un elfo que parece sufrir alguna enfermedad mental, llega a resultar cansina.

Es algo distinto y es español, ¿por qué no pruebas esta sopa fuera de carta que nos recomienda el metre?

La piedad del primero

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Durante demasiado tiempo he tenido pendiente la primera novela de Pablo Bueno, pero al fin he conseguido encontrar el tiempo para ponerme con ella.

La piedad del primero es la novela de debut del autor y, aunque no exenta de fallos, me hace albergar esperanzas sobre su carrera literaria.

Se trata de una novela de fantasía situada en un mundo pseudomedieval, con algo de magia y bastantes escenas de acción. Hasta aquí, nada nuevo bajo el sol. Quizá esa sea la principal crítica que le puedo hacer al libro, que me recuerda demasiado a otras lecturas. No obstante, Pablo consigue encontrar su propio camino.

Me gusta el lenguaje que utiliza, llano cuando hace falta y “cortesano” en otras circunstancias. La adaptación de la prosa a cada situación es la correcta.

Su formación como músico es evidente en la relación de la novela con la música, sutil pero importante (al menos a mi entender). Imagino que muchos de los símiles usados podrían tener cabida perfectamente en una clase, pero también son adecuados en este libro.

La parte más tópica de la novela se sitúa al principio, con unas figuras malvadas arrebatando a un niño de los brazos de su madre para lanzarlo a un duro entrenamiento del que solo sobreviven los mejores. Esto es casi el arquetipo del origen de un protagonista de una novela de fantasía épica o de espada y brujería.

No obstante, conforme va evolucionando la historia nos vamos separando un poco de esta historia típica. Me hubiera gustado que el cambio hubiera sido más radical, pero es posible que esta nueva senda la veamos en la segunda entrega de la trilogía. Yo por lo menos tengo intención de leerla.

En un ejercicio que cada vez me está gustando más, he compartido esta lectura. Es algo que os aconsejo si no lo habéis hecho nunca, ya que aporta otro punto de vista y dota de más valor al placer de la lectura.

Los premios Ignotus: 1991 – 2000

ignotus91Tenía muchas ganas de leer esta recopilación de relatos premiados con el Ignotus y he de decir que no me he sentido defraudada en absoluto. Los artículos que acompañan a la ficción son también muy acertados, escritos desde el punto de vista de grandes conocedores de la materia como son Juanma Santiago (modo Abuelo Cebolleta ON) y Mariano Villarreal. También incluye unas estadísticas de las votaciones que resultan fundamentales  para un volumen de estas características.

1991: La estrella, Elia Barceló

La confrontación entre la nostalgia por el tiempo pasado y la necesidad de avanzar hacia el futuro se encuentran reflejadas en este relato. Visitar el origen de la humanidad siglos después de haberlo abandonado por la radiactividad puede dar lugar a hallazgos increíbles.

Me gustan las dos narraciones paralelas y complementarias que utiliza Barceló para desarrollar el relato. Aunque el tono onírico de una de ellas no me acaba de convencer entiendo que es para forzar la idea de “lo extraño” y cohesionar la narración.

1992: A tumba abierta, Rafael Marín

Este relato podría haber sido perfectamente el precursor de Battle Royale (1999) o se puede considerar inspirado en Los inmortales (1986), entendiendo la historia como un enfrentamiento en el que solo puede quedar uno.

Si bien la base no es excesivamente original, el desarrollo es tan envolvente y lleva el ritmo de una manera tan fluida que lo único que quieres es ver quién consigue proclamarse victorioso en esta lucha a muerte. Los habituales guiños de Marín (por ejemplo, protagonistas con nombres de dibujantes de cómic…) también están presentes. Un aspecto que destaca es la crudeza de las descripciones, que el gaditano lleva a extremos insospechados, quizá buscando una mayor respuesta emocional por parte del lector. En ocasiones llega a ser repugnante.

1994: Estado crepuscular, Javier Negrete

Por cuestiones de derechos no se ha podido incluir en la recopilación* el relato ganador de 1994. En su lugar se ha publicado otro relato de la misma época del autor, donde vemos reflejados algunos de sus temas favoritos que luego desarrollaría en obras posteriores, como los “dioses” que juegan con estados cuánticos o la marcada influencia de la cultura griega.

El relato en sí me parece sin embargo poco llamativo, el amor más allá de las fronteras de la mortalidad y el desafío al poder son temas muy vistos.

1995: Castillos en el aire, Rodolfo Martínez

Sabemos que Rudy es fan de Isaac Asimov. Este hecho, aunque se pone de manifiesto explícitamente en el relato del año 1996, también se puede intuir en “Castillos en el aire”. Con una historia corta de base científica que recuerda a algunos cuentos del buen doctor.
Me gustaría saber qué piensan los habitantes de Tabernas sobre este relato.

1996: El robot, Rodolfo Martínez

Para alguien que haya disfrutado los cuentos de robots de Asimov y sus disquisiciones sobre las Tres Leyes de la Robótica, esta historia le vendrá como anillo al dedo, pues se trata de una nueva vuelta de tuerca sobre las posibilidades de libre albedrío que estas leyes permiten a los robots.

1997: El bosque de hielo, Juan Miguel Aguilera

Ya había leído este relato en la Antología de ciencia ficción española, pero una segunda lectura me confirma las buenas sensaciones que recuerdo de aquella vez. Ciencia ficción dura jugando con escalas temporales muy diferentes.

1998: Mi esposa, mi hija, Domingo Santos

Este cuento me parece el más flojo de la recopilación, porque me resulta inconcebible pensar en la clonación con los fines que tiene el protagonista. No sé si el premio sería también un agradecimiento a la carrera de Domingo Santos, pero no creo que el cuento sea destacable.

1999: El decimoquinto movimiento, César Mallorquí

Con una prosa trabajada que fluye con una naturalidad envidiable, Mallorquí nos relata un enfrentamiento que trasciende el tiempo, en una partida de ajedrez en la que importa menos el resultado final que la partida en sí.

2000: En las fraguas marcianas, León Arsenal

Esta narración sobre una expedición en un Marte colonizado hace tiempo tiene un cierto regusto a western, a historia de la frontera que le viene bien. La duda sobre si se deben respetar las tradiciones de otras culturas es algo que se nota en toda la trama. Aunque no es mi favorita, se trata de una lectura agradable.

Recopilar la narrativa breve que ha sido premiada con el premio de género más longevo de la ciencia ficción y fantasía española era un trabajo necesario que hay que agradecer a Sportula. Este volumen es historia viva de nuestro género y hay que recibirlo como tal.

* En la recopilación en ebook. En la versión impresa sí que está incluída.

El mundo de SIC

mundosicEsperaba con impaciencia esta última entrega de Cybersiones, la estupenda serie de relatos de ciencia ficción de Santiago García Albás que tan buenos ratos me está haciendo pasar. Las reseñas de las entregas anteriores las podéis consultar en estos enlaces (1, 2 y 3).

Lo cierto es que me he sentido un poco decepcionada con esta historia sobre realidades virtuales. La acción se sitúa en el futuro en una estación espacial donde el único entretenimiento cuando se acaba el turno de trabajo es un simulador de batallas muy inmersivo. Estas batallas recrean acontecimientos históricos, enfrentamientos de muy diversa índole (desde las guerras napoleónicas a batallas espaciales) donde el autor vuelve a poner de manifiesto su conocimiento de la historia militar, algo de lo que ya hizo gala en una entrega anterior de Cybersiones y que dota de profundidad al escenario.

Hasta aquí, nada muy distinto de un World of Worldcraft elevado a la enésima potencia. Tras cada combate las puntuaciones dirimen quiénes ocuparán los cargos de más responsabilidad en  la batalla siguiente. Un sistema aparentemente justo que impide a los jugadores perpetuarse en el poder y que premia la valía de los subalternos. Aparentemente.

Me parece destacable el humor con el que el autor ha sabido impregnar los principios de la narración. También se puede observar cierta crítica social, sobre todo en lo referente a los trabajos en el Mundo Real TM, quizá como contraste con las apasionantes vivencias del juego.

El desarrollo de la historia no me ha parecido tan coordinado como las historias anteriores y diría que existen ciertos problemas en la trama. En ocasiones las reglas son tremendamente rígidas y en otras no tanto, en una suerte de deus ex machina que permite arreglar las situaciones de la forma más beneficiosa para el protagonista. También la separación entre mundos, que se supone inviolable, actúa como una membrana osmótica en vez de como una barrera.

La mezcla de mundo real y mundo virtual es un terreno bastante explorado por la literatura de ciencia ficción, lo cual no quiere decir que no se puedan encontrar obras novedosas al respecto. Mi problema es que El mundo de SIC recorre caminos ya transitados y no me aporta nada nuevo. Sin embargo, hay otras personas que no opinan lo mismo que yo. Por ejemplo, Miquel ve muchos más aspectos positivos que yo.

¿Cuál es tu opinión sobre El mundo de SIC? ¿Y sobre Cybersiones?

La parte del ángel

parteangelComo ya dije antes, sigo fascinada por los relatos que componen Cybersiones. Los he leído de un tirón y no he seguido porque todavía no está disponible la cuarta entrega, si no, seguramente también la habría leído.

El autor sigue desarrollando historias sobre lo que parece su obsesión: la manipulación de la percepción de la realidad por diversos medios. En esta ocasión asistimos a una investigación en un mundo onírico. El protagonista es un tetrapléjico, pero solo se hace mención de pasada a su condición. No es importante mientras pueda conectarse a la red, que es donde desarrolla su vida y la práctica totalidad del relato.

Pero esta fantasía virtual guarda un peligro, el Factor. Un sumidero de emociones negativas que aparece en los distintos escenarios y que provoca la muerte real a los desafortunados incautos que se ven atraídos por su oscuridad.

Estos mundos virtuales podrían considerarse una versión corregida y aumentada de los MMORPG pero con una inmersión total, de forma que realidad y ficción pueden llegar a fundirse, siempre que la cuenta corriente lo permita. Gracias a esto el relato puede situarse en un futuro muy cercano y no causar rechazo ni extrañeza, aunque no sea realmente una proyección de lo que sucede en el presente.

Me ha encantado el recurso que utiliza el autor en las primeras páginas del relato para ponernos en situación mediante un examen escolar. Al igual que en “Selected Program Notes from the Retrospective Exhibition of Theresa Rosenberg Latimer” las preguntas dan mucha más información de lo que en un principio se podría suponer. También me gusta mucho la elección del título por parte de García Albás. Esa similitud en la historia con el envejecimiento del whisky en barrica de roble le da un sabor especial a la narración.

Sin embargo, me encuentro con algunas cosas que no me gustan. El autor lleva de la mano al protagonista a lo largo de la investigación, no vemos en ningún momento un destello de genio o de inspiración que sea la chipa que prenda la resolución del caso. Tampoco me gusta el tratamiento del dolor y la pérdida, aunque este es un tema muy personal. Entiendo las distintas opciones que aparecen: la venganza, la negación… pero no me siento identificada.

La parte del ángel me ha gustado algo menos que Delirios de grandeza y El rey lansquenete, ya que me parece que el talento de Santiago se desperdicia un poco en la descripción de los distintos sueños por los que se va desarrollando la trama y se diluye en la parte final. (¡Ay, esos finales!). No quiero decir que no se pueda disfrutar la lectura, solo que el listón estaba tan alto que no se han cumplido mis expectativas. Aun así, espero impaciente Cybersiones 4.

Delirios de grandeza

deliriosSigo descubriendo a Santiago García Albás gracias a la edición de Sportula de sus Cybersiones.

De nuevo nos encontramos ante un relato que toma como base la percepción de la realidad. En esta ocasión, todo el mundo tiene instalado un filtro cerebral que; mediante paquetes software, permite camuflar la miseria que hay alrededor para que los usuarios crean vivir en un mundo de ensueño. Existen 18 niveles de sofisticación de estas interfaces, los más bajos hacen la vida apenas soportable mientras que los superiores convierten la existencia en un paraíso sensorial.

Las descripciones que nos encontramos durante la lectura son duras y eficaces. Nos invade una terrible sensación de desasosiego y asco cuando conocemos el Mundo Real TM sin ningún tipo de filtro. Aunque algunas veces parece que se recrea en la inmundicia y los más bajos instintos, consigue su propósito de asquearnos. La idea de las fiestas de mendigos es especialmente inquietante pero no es la única.

También hay cosas que no me gustan. Lo peor es la búsqueda efectista de un final apabullante, creo que el mundo que nos plantea este Delirios de grandeza podría haber dado más de sí. También hay una serie de casualidades necesarias para que avance la trama que desmerecen un poco el conjunto y resulta difícil creer que en el estado en el que se encuentran las cosas la sociedad pueda seguir funcionando, aunque sea a trompicones.

Se habla mucho sobre la distopía y creo que este relato entra dentro de los límites de esta etiqueta, entendiéndola como un supuesto estado del bienestar que en realidad oculta una sociedad corrupta y decadente. Para el que haya leído el relato no habrá mucha discusión sobre su denominación como distopía, aunque quizá no siga los canones del subgénero, en el sentido de que no hay una resistencia que luche contra el sistema. De hecho, lo que todos desean es volver al sistema para no sufrir la realidad.

Creo que el autor utiliza su relato para criticar las técnicas más agresivas e intrusivas de la publicidad, al igual que Ramez Naam hace en “Water”, relato con el que veo puntos de conexión en esta narración. Quizá la más clara de estas conexiones sea la publicidad personalizada, adaptada a cada consumidor, que deviene en manipulación del cerebro. La tecnología usada en cada relato es distinta, pero están basadas en implantes cerebrales que modifican la percepción. Mientras que en “Water” se hace hincapié en las feromonas como forma de manejar las emociones, en Delirios de grandeza no se entra en tanto detalle. También es similar la estratificación de las clases sociales, la comodidad y confort a que tiene acceso cada persona está rígidamente diferenciada por el acceso que posea al software. En la obra del egipcio, los ricos no tienen que sufrir el constante acoso de la publicidad mientras que en la del español los más pudientes perciben la perfección en todo lo que les rodea.

Tengo la tercera entrega de Cybersiones, La parte del ángel, preparada en mi libro electrónico y creo que a no mucho tardar estaremos hablando de ella por aquí.

El rey lansquenete

ReyLansqueneteHacía tiempo que un relato no conseguía mantenerme sentada en la silla pasando las página esperando la resolución final, pero hay que decir que Santiago García Albás lo ha conseguido.

Nos encontramos en un futuro cercano, donde la falta de recursos para mantener las prisiones en funcionamiento ha hecho que los delitos se paguen de otra manera menos onerosa : el control mental. Existen tres niveles de castigo: monitorización, distropía y estupor. Cada uno implica un control mayor que el anterior y los reos se encuentran bajo la supervisión constante de la Entidad, todopoderosa inteligencia artificial que es capaz de cambiar lo que perciben a través de sus sentidos para proteger a los demás ciudadanos.

El estilo de escritura es seco y directo, algo que le viene de maravilla a una novela negra como es este El rey lansquenete, en la que en todo momento nos hallamos en la mente de una persona que está planeando un asesinato.

El uso de la segunda persona nos sumerge aún más en la narración, sentimos en nuestras carnes el dolor por la pérdida que hace que el protagonista planifique meticulosamente su venganza. Cada paso está fríamente calculado para conseguir vencer a las ilusiones de las que nos vemos rodeados en un distropía. La atmósfera llega a ser asfixiante en ocasiones, ya que cualquier despiste puede resultar fatal y hemos de enfrentarnos a la supervisión mediante la repetición de hábitos y la alienación de los actos cotidianos. También merece especial atención el hecho de que el libro es prácticamente un soliloquio, con excepciones de breves diálogos que sirven para liberarnos un poco del sentimiento de opresión al que nos vemos sometidos.

Se ha hablado mucho del final, quizá la parte que falla algo en este relato, pero más bien por la forma en que está contada que por el contenido. No sé cómo se podría haber cambiado, pero; a pesar de este tropezón, es una lectura más que recomendada. Con decir que en cuanto lo he acabado he empezado con siguiente entrega de Cybersiones, creo que dejo claro que este autor me ha conseguido entusiasmar.

Reseña de El Rey Lansquenete, de Santiago García Albás

reylasqueneteDejadme que os diga que Santiago García Albás ha sido todo un descubrimiento.

No es que Albás sea nuevo en esto de juntar palabras, pero hasta ahora ha pasado bastante desapercibido, quizá por ser escritor de relatos, un género que se aviene mal con la popularidad. Salvo con un relato para una recopilación de Gigamesh y otro para una selección de Xatafi, García Albás no se ha prodigado más allá del Premio Alberto Magno, al que es asiduo. Ha sido segundo en múltiples ocasiones y lo ha ganado en al menos tres, una de ellas con este trabajo.

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Escribir en colores: Entrevista Sofía Rhei

Sofía Rhei (Madrid, 1978) es poliédrica, una y muchas al mismo tiempo. Esta afirmación no es gratuita, sino que se deduce de una trayectoria que, en realidad son varias, porque todo depende del perfil que adopte esta licenciada en Bellas Artes. Sofía es poeta, ilustradora, traductora, narradora, lectora y scout editorial, tiene el premio literario Zaidín de Poesía Javier Egea en su haber, es una y es otra. Guarda una personalidad ficticia bajo la manga, la de Cornelius Krippa, con la que escribe para Montena la serie de libros infantiles Krippys (Las gafas más raras del mundo, Problemones y Problemazos, Día de lunáticos, El refugio de los monstruitos, y Una misión explosiva). Aunque quizás sea Cornelius la personalidad real y Sofía la ficticia.

Sofía Rhei, en una imagen exclusiva
Sofía Rhei, en una imagen exclusiva para esta entrevista

Sus poesías palpitan desde las páginas de Las flores de alcohol (Ed. La Bella Varsovia), Química (El Gaviero Ediciones), Otra explicación para el temblor de las hojas (Ayuntamiento de Granada), Alicia Volátil (El cangrejo pistolero), Bestiario microscópico (Sportula) o las colecciones de poemas Antolojaja (La flauta mágica), Todo es poesía menos la poesía (Editorial Eneida) y Aldea poética III (Ministerio de Cultura). Las Ciudades Reversibles (UCLM), Flores de la Sombra (Alfaguara Juvenil) y su secuela Savia Negra, El joven Moriarty y el misterio de dodo, El joven Moriarty y la planta carnívora (Fábulas de Albión), Cuentos y leyendas de objetos mágicos (Anaya), son sus incursiones en narrativa, aunque hay relatos suyos en antologías como Más allá de Némesis (Sportula) o la revista Presencia Humana (Aristas Martínez). Continuar leyendo “Escribir en colores: Entrevista Sofía Rhei”