Portada de A Wizard’s Guide to Defensive Baking

T. Kingfisher es un pseudónimo de Ursula Vernon, a quien ya pudimos disfrutar con The Seventh Bride. Aquí os traigo la portada de A Wizard’s Guide to Defensive Baking, que como sea la mitad de divertido que su título, tiene muchas papeletas para que acabe cayendo en la saca.

Esta es la sinopsis:

Fourteen-year-old Mona isn’t like the wizards charged with defending the city. She can’t control lightning or speak to water. Her familiar is a sourdough starter and her magic only works on bread. She has a comfortable life in her aunt’s bakery making gingerbread men dance.

But Mona’s life is turned upside down when she finds a dead body on the bakery floor. An assassin is stalking the streets of Mona’s city, preying on magic folk, and it appears that Mona is his next target. And in an embattled city suddenly bereft of wizards, the assassin may be the least of Mona’s worries…

Mi traducción:

Mona tiene 14 años y no es como los magos encargados de defender la ciudad. No puede controlar el rayo o hablar con el agua. Su familar es un trozo de masa fermentada y su magia solo funciona con pan. Su vida es muy tranquila en la pastelería de su tía mientras hace que sus hombrecillos de jengibre bailen.

Pero la vida de Mona cambia totalmente cuando encuentra un cadáver en el suelo de la pastelería. Hay un asesino acechando en las calles de la ciudad de Mona, cazando a la gente mágica y parece que Mona será su siguiente objetivo. Y en una ciudad que de repente no tiene magos, quizá el asesino sea la menor de las preocupaciones de Mona…

Esta es la portada:

The Seventh Bride

Es innegable la tendencia actual a volver a contar los cuentos clásicos añadiendo nuevos puntos de vista o cambiando algunos personajes o en general dándole la vuelta al concepto para ofrecer algo nuevo. Tenemos ejemplos en Aliette de Bodard con su The Tea Master and the Detective pero quizá la que más ha utilizado este recurso, con permiso de Bill Willingham, sea Naomi Novik.

Pues The Seventh Bride sigue estos mismos pasos, en un tono juvenil e inocente relatando la bastante macabra historia de Barbazul. Quizá por la misma naturaleza del cuento original, es uno de los menos adaptados. Pero T. Kingfisher (pseudónimo de Ursula Vernon) consigue volver un cuento terrible en una historia de apoyo y casi me atrevería a decir sororidad.

Todo comienza cuando Rhea, la hija del molinero, es prometida en matrimonio a un noble mucho mayor que ella. Pero claro, ¿quién le puede llevar la contraria a un noble? Esta normalización de la opresión y la futilidad de la resistencia es una de las ideas sobre las que gira la narración, que por otra parte es muy fluida. Definitivamente está escrita para un tipo de lector joven, pero no por ello deja de ser entretenida para un adulto. La magia está presente en todo momento, sin llegar a ser grandiosa si no más bien cotidiana. Los personajes son entrañables, principalmente la protagonista, pero también la relación que acaba entablando con su familiar o con las otras esposas con las que se encuentra una vez alojada en la mansión del noble. Estas otras esposas también tienen cada una su particularidad y su cruz por haber caido en las garras del noble, pero la aceptan de formas distintas. Uno de los pasajes más interesantes acontecen cuando la escritora nos describe las acrobacias mentales que una de las esposas realiza para justificar lo injustificable.

Es un libro sencillo y directo, con cierto aire de inocencia que hace su lectura aún más agradable. El final es un tanto abrupto, pero tampoco hacía falta alargar más una historia que ya en su origen era bastante corta. Muy entretenido.