Una persona que me conoce bien me regaló este tebeo del que no sabía nada, pero que me ha parecido tan interesante como para hacerme con la segunda entrega.
La protagonista de nuestra historia es Max Prado, apodada “Curiosity”, la hija de un ingeniero recluída en un internado de Bélgica por su mala conducta. Cuando por fin vuelve a España para encontrarse con su padre, descubre que ha muerto y muchos dicen que se ha tratado de un suicidio. No obstante, Max no está conforme con esta conclusión y se lanza a investigar las pistas que le ha dejado su padre sobre un antiguo manuscrito y una máquina que interesa a los espías de las superpotencias de la época.
La trama de Teresa Valero es muy interesante, y aunque a veces puede ser algo confusa con una relectura queda claro todo el nudo de la narración.
Pero para mi gusto el punto fuerte de este tebeo es el apartado gráfico, simplemente espectacular. Montse Martín despliega unos recursos artísticos de muy alto nivel, destacando especialmente la documentación sobre la época y cómo recrea escenarios como Atocha o la calle Arenal a principios del siglo pasado. También merece la pena fijarnos en el color, donde a veces aplica una especie de filtro sepia que le va muy bien a la historia. El tratamiento de la figura humana es también exquisito. Como única pega podría decirse que la portada, a pesar de ser llamativa no da idea de lo que guarda el interior de esta pequeña joya.
Si te gustan las intrigas y el espionaje como a mí, definitivamente este tebeo tiene que caer en tus manos.