Empiezo a sospechar que a Mary Robinette Kowal le gustan más los cocktails que los chotos la leche, entre su juego de #MaryGoRound y este libro, en el que cada capítulo comienza con la receta de uno.
The Spare Man es un misterio de habitación cerrada en el espacio, durante un lujoso crucero camino a Marte. La protagonista es Tesla Crane, ingeniera multimillonaria que está de viaje de bodas de incógnito, pero que no podrá disfrutar de su estancia como esperaba. Pequeños inconvenientes que tiene el hecho de que acusen a tu marido de asesinato.
The Spare Man es una obra típica de la autora, asentada en sus conocimientos de ciencia pero también con cierto humor sureño exagerado y mucho dramatismo. El principal problema que me he encontrado al leerlo es que Tesla resuelve muchos problemas a golpe de chequera, restregando su privilegio allá por donde pisa. ¿Que tengo una situación en la que necesito consejo legal? No hay problema en hacer una llamada orbital de precio exorbitante para que mi abogada me vaya diciendo qué hacer. ¿Necesito cierta información? Tampoco pasa nada si me pongo a repartir propinas (ejem, soborno, ejem) como si no hubiera un mañana. Aunque Kowal se esfuerza en crear un personaje que nos caiga bien, no tiene un resultado redondo por esto.
He escuchado la versión en audiolibro de la obra y creo que es un punto a favor de la misma por la interpretación que la propia autora lleva a cabo. No me imagino cómo habrá será “no escuchar” el momento en el que se desvela quién es el asesino, porque sin entrar en spoilers, la voz juega un papel muy relevante en su desenmascaramiento.
Como no tengo mascotas, tampoco tengo muy claro si la pasión que despierta el perro de Tesla es normal o no, pero sí que he de decir que juega un papel fundamental en el desarrollo del misterio. Tiene casi más protagonismo que el marido de Tesla.
The Spare Man es un libro entretenido, un buen muestrario de lo que la autora nos puede ofrecer, pero no deja de ser un entretenimiento que tampoco deja mucho poso.