La novela de debut de Vajra Chandrasekera me ha dejado con sentimientos encontrados, porque tiene picos de enorme interés pero a la vez también sufre de valles de tedio, dando lugar a una obra muy irregular en la que se atisban puntos muy atractivos que no se han logrado cohesionar en un todo homogéneo.
The Saint of Bright Doors tiene un comienzo impactante, cuando la madre de un recién nacido le arranca la sombra para que sea un mejor instrumento en su venganza contra el padre. Los primeros años de Fetter serán de adiestramiento en el arte del asesinato, todo con el fin de conseguir el objetivo último de su madre.
Tras este arrollador principio, el libro se sume en un estupor vacío de emoción. Y con estos altibajos continuará toda la lectura, con momentos tan atractivos como el club de ayuda a los “casi elegidos” de la miríada de religiones que pululan por la novela y otros que no sé si denominar de relleno pero que son romos como un cuchillo de goma EVA.
Los mensajes contra el racismo y el clasismo de la sociedad inventada por Chandrasekera son extremadamente pertinentes y certeros, así como la extremadamente afinada crítica a las religiones, de las que parece haber una increíble profusión en este mundo. No duda en ningún momento en enfocar la hipocresía subyacente a todas ellas, que dicen renunciar al poder pero al que realmente se aferran como una sanguijuela hambrienta.
Los momentos en los que hace su aparición la magia son tan destacados que cambian totalmente el curso de la narración, por no decir el de la historia. Pero hay que reconocer que el autor prefiere no abusar de estos para no reducir los capítulos a una concatenación vacía de deus ex machina.
The Saint of Bright Doors me parece una novela fallida en algunos aspectos, pero aún así creo que seguiré leyendo la obra del autor, porque necesitamos riesgo en el género para dar lugar a obras novedosas e interesantes.