Vajra Chandrasekera es un autor natural de Sri Lanka que tiene ideas muy interesantes y una prosa muy cuidada, pero que me abruma con la complejidad de las estructuras que utilizar para sus narraciones y al final me parece que no llega a ninguna parte. Algo así me pasó con la novela ganadora del Nebula, The Saint of Bright Doors. Pero es que con Rakesfall la sensación se ha acentuado. Me parece una mejor novela que su debut, pero aún así me frustra ver que lo que podría ser un libro cautivador se queda a medio camino.
Rakesfall es una novela épica, en el sentido de narrar una epopeya que se extiende a través de la historia de la humanidad, siguiendo los pasos de Annelid y Leveret, dos almas destinadas a reencarnarse y encontrarse a lo largo del tiempo. Esta es la premisa principal del libro, que cambia de estilo, de escenario y de personajes en cada una de estas reencarnaciones, a modo de collage que debería servirnos para comprender una imagen completa, aunque me temo que en mi caso no lo he conseguido del todo.
Además de esta estructura de vidas enhebradas pero que se separan y se vuelven a unir, quizá la apuesta más arriesgada de Chandrasekera es variar tanto el estilo en cada una de las iteraciones, aunque hay que admitir que dominio de la prosa no le falta. Me refiero a frases como “Any non-obvious computer problem is magic, quantum bogo-dynamics in effect” o “a burning microscopic quantum of will at the heart of a fossilized leaf in the centre of a great igneous smear buried deep in the crust”, por poner solo dos ejemplos. Nos encontramos ante un libro que requiere una lectura muy pausada, alejada del acelerado ritmo de vida actual. El autor incluso se atreve a rizar el rizo introduciendo relatos cortos dentro de algunas de las partes que componen la novela, en una búsqueda fractal de la belleza literaria.
La narración del audiolibro por parte de Shiromi Arserio es quizá demasiado aséptica para el mensaje transcendental que Chandrasekera aspira a hacernos llegar. Entiendo que es un libro muy complejo tanto en la forma como en el uso de algunas palabras pero también creo que se le podría haber insuflado algo más de vida al texto. Por supuesto, los intérpretes de los audiolibros varían entre obras, pero hay algunos que realmente parece que “viven” lo que están contando, como Joe Jameson en Play of Shadows, lo que dota a las novelas de otro nivel de disfrute.
Acabé la lectura de Rakesfall con sentimientos encontrados, pero estoy segura de que hará las delicias de los lectores que disfruten más de la estupenda forma de escribir del autor que yo, que busco no solo forma si no también fondo.