Hoy tenemos el honor de presentar una reseña de @mertonio, que últimamente se prodiga poco por estos lares. Os dejo con su interesante comentario sobre Arm of the Sphinx, la segunda entrega de los Libros de Babel de Joshia Bancroft. ¡Muy recomendable!
Arm of the Sphinx es la segunda parte de la tetralogía que el desconocido Joshia Bancroft dedica a la torre de Babel y a las aventuras (casi más bien desventuras) de Thomas Senlin.
En el primer libro nos encontrábamos con Senlin solo vagando por la torre y descubriendo a las malas las diferentes sociedades de los ringdoms que la componen. Era un viaje eminentemente solitario, con Senlin cruzándose con secundarios de todo pelaje y luchando por sobrevivir y conservar su libertad. El enfoque centrado en los propios ringdoms, sus particularidades y una no muy velada crítica social (el individualismo, la estupidez de la masa, el mal innato en el ser humano, etc.) y la narración proveniente de un sólo personaje convierten a Senlin Ascends en una novela un tanto introspectiva.
En Arm of the Sphinx Senlin comparte protagonismo y, aunque en un principio pensé que diluir su presencia reduciría el efecto adictivo de la novela, no ha sido así ni mucho menos. El casting de personajes es brillante. Cada uno perfectamente perfilado y con una voz clara. La novela se beneficia de un sutil cambio de estilo, pasando de ser un viaje kafkiano a una historia de aventuras. Escuchando esta segunda parte y reflexionando un poco me he dado cuenta de una cosa muy loca:Arm of the Sphinx comparte muchos parecidos con el famoso manga One Piece. Un protagonista completamente decidido a lograr su objetivo a toda costa, un reparto muy variado (cada uno con su rol dentro del grupo y habilidades especiales), piratas (¡voladores!) y un reno antropomórfico, ¡que ejerce las veces de doctor! No sé si Bancroft ha querido homenajear a Eichiro Oda o es todo una casualidad, pero no podía dejar de mencionarlo.
Bancroft divide sus energías en presentar los diferentes ringdoms y en estudiar las fuerzas que luchan por el control de la torre. Los escenarios siguen siendo de una imaginación desbordante (aunque personalmente los Beer-me-go-round de la primera entrega, una especie de plataformas donde mientras pedaleas puedes beber toda la cerveza que quieras, me tienen conquistado) y no dejo de desear que muestre más y más de los secretos de Babel.
El componente fantástico se hace más acusado en esta segunda entrega. En la primera nos encontrábamos con maquinaria adecuada a una época imprecisa (un equivalente al siglo XIX a mi entender) pero plausible. Sin embargo, los locos ingenios mecánicos se multiplican (junto con otras cosas que dejaremos en el aire) y contribuyen al magnífico worldbuilding.
El ritmo es desigual, dejando partes del libro frenéticas y con mucha acción intercaladas con otras quizá demasiado pausadas. En cualquier caso es un fuerte contraste con el primer libro, que aunque no es ni mucho menos aburrido sí tiene un transcurrir más pausado. Bancroft mantiene un buen equilibrio en el uso de los diferentes puntos de vista y consigue mantener el interés.
Sigo sorprendido que un planteamiento tan novedoso y un primer libro tan pulido como Senlin Ascends haya pasado desapercibido durante más de cuatro años. Espero que la jugada (obtener los derechos de un libro autopublicado) le haya salido bien a Orbit, aunque a juzgar por la velocidad a la que ha sacado los tres primeros libros y sus correspondientes audiolibros han decidido apostar fuerte por Bancroft. Esta tetralogía sería ideal para ser traída a España, donde destacaría por ser el resultado de una combinación de ingredientes que no se ven mucho.
En el momento de escribir esta reseña ya he escuchado placenteramente la tercera parte y sólo puedo decir que espero con ansia la cuarta (y última) y descubrir todos y cada uno de los misterios de la torre de Babel, a la que mucha gente llega pero de donde nadie sale.
De nuevo, muchas gracias a @mertonio por hacernos un hueco en su apretada agenda para deleitarnos con una reseña que hace justicia a un muy buen libro.