Dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y como quería probar esa teoría aquí vuelvo a la carga con otro libro de dark academy y personajes repelentes de tan superiores que son. Me temo que en esta ocasión Olivie Blake sale peor parada que en la anterior entrega, The Atlas Six, en parte porque el segundo volumen de la serie pierde algo de frescura y novedad y en parte porque los personajes siguen siendo igual de insoportables.
En el segundo año en la academia ya no será necesario cumplir el terrible requisito que daba fin al primer año de estudios, pero los diversos protagonistas de The Atlas Paradox deberán hacer una contribución única a los conocimientos de la biblioteca de la sociedad. Esto, en principio, podría parecer un punto de partida muy interesante para toda la novela, con los magos más brillantes de su generación porfiando por aportar algo valioso. Pero no es más que una excusa, un espejismo al que se hará alguna referencia velada de forma esporádica.
También podría ser un punto de partida muy importante localizar a Libby, perdida como se encuentra. Y aquí desempeña un papel importante Gideon, pero tampoco la autora le da excesiva importancia, si bien es cierto que hacia el final de la novela el arco de corrupción de la maga es de lo más atractivo aunque previsible de la historia.
La gran cantidad de puntos de vista con los que juega la autora creo que también le dificultan equilibrar el interés, porque hay algunos capítulos que son directamente de relleno o que no hacen avanzar para nada la trama.
Por lo demás, el libro en ningún momento ha conseguido mantener mi atención. Los personajes que juegan a ser dioses encerrados en una mansión por las represalias tampoco merecen mayor credibilidad. No sería justo decir que la novela es un fiasco porque probablemente haga las delicias de los lectores de cierto tipo de fantasía, pero como yo no soy ese público objetivo, no puedo recomendarla.