The Bone Shard Daughter es una apuesta formalmente arriesgada para tratarse de una primera novela, ya que la autora habrá de manejar cinco puntos de vista distintos con cambios de perspectiva entre ellos y no solo es difícil ir cambiando la forma de escribir entre cada capítulo, si no que también está el reto de mantener por igual el interés de todas las tramas. Andrea Stewart sale bien parada del primer envite, pero cojea un poco en el segundo.
El escenario que la autora ha creado para desarrollar su historia es grandioso. Un imperio formado por distintas islas que se desplazan siguiendo determinados patrones, dominado con mano firme por el emperador y sus constructos, que se suponen preparados para defender a sus habitantes de una antigua amenaza que ya casi nadie recuerda. En este caso, la magia proviene de las esquirlas de hueso que ritualmente se obtienen de los súbditos en una ceremonia de paso a la madurez que no es perfecta, por lo que siempre mueren algunos niños en el proceso.
El pago de este polémico diezmo y el hecho de que los constructos que se creen con estas esquirlas roben la fuerza vital de los donantes es la base para la tensión que se va desarrollando en la novela. La gente estaba dispuesta a sacrificarse cuando el beneficio era la defensa contra un poder terrorífico, pero ahora ya hace demasiado tiempo que la amenaza desapareció y se va diluyendo su influencia.
En esta situación, es inteligente que la autora nos muestre diversos puntos de vista para comprender mejor el entorno. Desde la hija del emperador que sufrió pérdidas de memoria en su momento y ahora intenta comprender la magia que despliega su padre a un contrabandista que lleva buscando a su mujer secuestrada desde hace años, pasando por la hija lesbiana del gobernador que no acaba de comprender las desigualdades sociales que el modelo de estado crea a su alrededor. Son personajes interesantes, aunque en ocasiones excesivamente ingenuos.
El sistema de magia que crea los constructos es prácticamente una transposición de un sistema de programación, existen unos comandos que se inscriben en las esquirlas de hueso, formando unos algoritmos que rigen las elecciones de estas máquinas de carne. Dependiendo de la complejidad de la programación, así serán las acciones de estos simulacros de robots y así de fácil o difícil será manipularles.
También hay otro tipo de magia que se descubre en el desarrollo de la novela, pero son solo esbozos que la autora se reserva para desarrollar en las siguientes novelas.
Otros elementos que son fundamentales en la novela es la lucha de clases y la revolución para derrocar el poder establecido y la curiosa relación de uno de los personajes con un desconocido animal de compañía que se irá desvelando como mucho más importante de lo que en un principio se podría sospechar.
El ritmo de la novela no es trepidante y como ya he mencionando anteriormente, la intriga y el interés no es el mismo en todos los tramos de la historia, por lo que en algunas ocasiones la lectura se puede hacer larga. No obstante, la autora ha conseguido despertar mi curiosidad y probablemente, lea la siguiente entrega de la saga.
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