Se ha creado muchísima expectación alrededor de esta obra, porque las dos figuras involucradas en su creación son conocidísimas en sus respectivos ámbitos. No voy a venir aquí a descubrir ni a Keanu Reeves ni a China Miéville así que centrémonos en la novela, que es lo que nos interesa.
Aunque he hablado con otras personas con buen criterio a las que les ha gustado, para mí ha sido una decepción. La idea de la que parte es sencilla, pero podría haber dado mucho más juego de lo que ha acabado ofreciendo. ¿Un guerrero inmortal que campa a sus anchas por la Tierra con todo el conocimiento de miles de años acumulado? Puedes escribir de lo que quieras, escoger el tiempo histórico que más te apetezca, dejar volar tu imaginación… Y sin embargo, la historia está constreñida a la época actual, con algún que otro flashback al pasado que no hace si no dejarnos la miel en los labios con lo que podríamos haber tenido.
En cuanto al estilo de escritura, pues es muy sobrecargado como parece ser el marchamo de Miéville. No pongo en duda su extraordinaria capacidad para epatar con cada frase y sus vastos conocimientos de historia y otras especialidades, pero en serio, no necesito que me lo recuerde en cada párrafo. Circula por ahí una frase que hay que echarle de comer aparte, pero en general el libro no es para nada fácil de leer. Si a esto le añadimos que la historia no consigue ser interesante durante gran parte de su desarrollo, pues nos encontramos ante un panorama bastante desolador.
El último tercio del libro remonta, cuando las revelaciones sobre los misterios tras la figura del inmortal cobran cierto sentido pero creo que es demasiado tarde para que la novela se sostenga. Tal vez la ficción weird no sea lo mío, pero creo sinceramente que esta obra se queda a medio camino de muchos sitios sin llegar a decidirse por ninguno.
Y a todo esto, no he hablado nada de uno de los principales protagonistas de la novela, tanto que es la imagen de la cubierta. Y es que la némesis del protagonista es un cerdo inmortal. No es broma para nada, tenía preparada una serie de frases jocosas al respecto (que si no le llegaba nunca su san Martín, que si los autores siguen a rajatabla lo de que del cerdo se aprovechan hasta los andares…) pero al final solo me parece un ejemplo más del desperdicio de imaginación que ha dado lugar a la novela. ¿Te inventas un animal supuestamente irracional que persigue al protagonista a través del tiempo y la única importancia que recibe es lo mucho que le crecen los cuernos?
No puedo recomendar un libro con el que no he llegado a conectar en ningún momento.