La novela corta es una distancia bastante traicionera para los autores en general, porque no tiene la extensión más larga que favorece la creación de mundo y no tiene la extensión más corta que permite comprimir la historia y buscar un giro final epatante. Sin embargo, P. Djèlí Clark parece abonado a ella, con obras como The Black God’s Drums.
En esta ocasión, el autor nos entrega una obra de fantasía que homenajea a la fantasía más pura, con inicios que parecen bastante típicos pero con unos giros muy atractivos. ¿Que tenemos una sociedad de asesinos como en Grayshade? Pues ahora resulta que sus miembros son no muertos que han olvidado sus vidas pasadas. ¿Que tienen que cumplir una serie de normas a rajatabla? Pues ya me buscaré yo algún agujero legal para escabullirme.
Es un mundo secundario que no tiene referentes claros en el nuestro que el autor puede llenar con su imaginación, creando los monstruos que le apetezca y aderezándolo con magia. O quizá no es que haya pocos referentes es que hay tantos que la mezcolanza da algo totalmente inesperado. La ambientación de Tal Abisi también es intencional, como dice el propio autor: una ciudad imaginada, construida con fragmentos de las ciudades-estado medievales swahili, los templos de Angkor Watt, los canales de la Venecia renacentista e incluso las calles del Londres isabelino, con una mezcla cultural que insinúa influencias que van desde el Carnaval anterior a la Cuaresma hasta el dialecto jamaicano.
La protagonista de la historia es Eveen, a quien su última misión forzará a enfrentarse a un pasado que no recuerda pero que le ha llevado hasta su situación actual. Clark recurre al humor como recurso en bastante ocasiones a lo largo de la lectura y es muy fácil entrar en el juego porque es divertido y ocurrente, un entretenimiento distinto a lo que podríamos esperar de un autor que critica el racismo en Ring Shout o el colonialismo en A Master of Djinn. No deja de lado su prosa evocativa y detallista, pero la aplica de otra manera.
En cuanto a la labor de Lynnette R. Freeman, me parece más que adecuada, pero tengo un problema con los chasquidos y ruiditos que forman parte del texto original y que entiendo que tienen que trasladarse al audiolibro, pero a mí me enervan.
The Dead Cat Tail Assassins es una lectura ligera y entretenida, un tentempié perfecto para el verano y sus rigurosas temperaturas.