The Fall of Babel es la última entrega de la saga The Books of Babel, una de la series más originales que la fantasía nos ha dado últimamente, que yo personalmente he disfrutado muchísimo. Es por esto que conforme iba avanzando en el libro, de considerable longitud, quería ver cómo terminaba la historia, pero me daba pena saber que no volvería a encontrarme con estos personajes a los que con tanto cariño he acompañado en su viaje.
El comienzo de esta cuarta entrega puede descolocarnos un poco, porque retoma las vivencias de un personaje al que dejamos de seguir hace muchas páginas, así que hay que hacer un pequeño esfuerzo para recolocar todas las piezas en el lugar en que habíamos dejado la partida. Es cierto que Bancroft hace un pequeño resumen, algo que se agradece, al principio de la novela utilizando a uno de los narradores que nos ha ido mostrando perlas de sabiduría en los pequeños extractos que encabezan cada capítulo. Aún así, he de reconocer que me costó un poco entrar en materia, mi memoria ya no es la que era.
Una vez superado este pequeño obstáculo, es impresionante ver cómo todas las piezas, atisbos y pistas que el autor ha ido disponiendo en nuestra deambular a lo largo de los años van encajando poco a poco. Su derroche de imaginación nunca se puso en duda, pero quizá resultaba complicado confiar en un final verosímil acorde a lo que se había ido mostrando con anterioridad, integrando de manera impecable los diferentes puntos de vista de los personajes. De nuevo el elemento sobre el que gira el libro es la reunión entre Senlin y Marya, que tras todo el tiempo que ha transcurrido no son las mismas personas y no sabemos si volverán a encajar.
Los personajes continúan siendo tan carismáticos y entrañables como los conocíamos, realmente empatizas con ellos y te preocupa cuál será el devenir de su vida. Incluso los “malos” de la historia tienen su trasfondo y sus motivaciones personales, aunque sean mezquinas y rencorosas.
Quizá uno de los puntos más destacables sea el uso de las palabras del que el autor hace gala, con una prosa para nada simple pero que es siempre bien recibida. Parte de las perlas de sabiduría que inician cada capítulo, las reflexiones sobre la moralidad de los sistemas totalitarios es fascinante.
He de decir que el final me tomó totalmente desprevenida, algo que quizá debería haber intuido pero estaba tan enfrascada disfrutando de los diálogos y las interacciones de los personajes que no me di cuenta de lo que el autor andaba preparando entre bambalinas.
Quizá hubiera algunas cosas que mejorar en esta última entrega de la saga, pero lo cierto es que he sido incapaz de encontrarle defectos de bulto. Creo que se trata de una gran obra fantástica y una saga que merece la pena conocer. Y ahora, Bancroft ha anunciado una nueva serie que esperaremos impacientemente, tras dejar atrás Babel.