Greg Egan es un autor que no aparece por mi blog todo lo que debería porque realmente le tengo mucho respeto. Creo que hay obras suyas que superarían mi capacidad de comprensión, pero también es cierto que es capaz de escribir auténticas obras maestras. Cuando Subterranean Press decidió publicar The Four Thousand, the Eight Hundred (originalmente salió en Asimov) me pareció una buena idea volver a acercarme al autor australiano.
La acción se desarrolla en unas colonias humanas en el cinturón de asteroides. Siendo Egan quien es innegablemente esta historia se puede etiquetar como ciencia ficción dura, con cálculos de trayectorias balísticas entre asteroides y virus programados para no causar daño al infectado, si no vergüenza.
No obstante, el tema principal de esta novella es algo tan cercano como una crisis de refugiados. Y es que cuando se quiere buscar una excusa para discriminar a un grupo determinado de la sociedad, no hace falta escarbar mucho. Una simple búsqueda genealógica y ya tenemos la excusa perfecta. ¿Han de pagar los nietos por los pecados, si es que los hubo, de los abuelos? Si la mayoría decide que sí, sí. Es imposible leer estas pocas páginas y no acordarse del nazismo, pero parece que la raza humana no aprende de sus errores.
La discusión filosófica en la que se centra la novela es el valor de una vida humana y la capacidad de elegir. Algo tan complejo como fascinante. Es una pena que el autor no se haya explayado más en esta historia, que queda un poco coja frente a otras obras suyas. Es recomendable su lectura, aunque no esté entre lo más destacado del australiano.
Tengo en mis pendientes Ciudad permutación y Axiomatico, como tu, me da mucho respeto por lo que leo por ahi. Un abrazo^^
Yo no creo que mi capacidad intelectual de para tanto.