Este es el primer libro de Emily St. John Mandel que leo y aunque es cierto que está impecablemente escrito, no he llegado a conectar en ningún momento con los personajes y la historia, demasiado fría.
The Glass Hotel es un libro eminentemente realista aunque es cierto que tiene algunos toques sobrenaturales que podrían adscribirlo a otro género, pero son pocos y casi siempre achacables a razones lógicas (alucinaciones, drogas…).
La forma de presentar la novela es a base de partes que se van relacionando, para dar lugar a un collage completo cuando se finaliza la lectura. Me gusta también la estructura circular utilizada por la autora, que comienza y finaliza el libro con la misma situación, pero deja toda la parte intermedia para explicar cómo se ha llegado a este punto.
La mayor parte de la novela transcurre en el año 2008, año de infausto recuerdo económico y esta situación temporal no es para nada casual. La riqueza de los protagonistas de la historia se sustenta en un esquema Ponzi que se deshace como castillo de naipes cuando la confianza de los inversores se rompe. Como digo, resulta muy difícil empatizar con los timadores que llevan a cabo estas operaciones, pero también los personajes con los que se relacionan tienen unos defectos bastante marcados.
Es una novela ambiciosa, que te lleva por recovecos y relaciones inesperadas entre los diversos personajes que la autora ha creado. pero que al final te deja un poco fría, como si el tiempo invertido en la lectura se hubiera podido dedicar a otra cosa de mayor provecho. Según he leído en otras reseñas, existen ciertas conexiones con los personajes de Station Eleven, pero mi desconocimiento de ese libro hace que me haya sido imposible detectarlas.