Los extraterrestres están entre nosotros desde el principio de nuestra existencia y han manejado los hilos de nuestro destino. Con esta premisa, digna de Cuarto Milenio o inspirada por von Daniken, Wesley Chu nos presenta una novela de acción y espías, un auténtico pasapáginas que hará las delicias de los seguidores de teorías conspiranoicas.
Tao es uno de estos alienígenas, extraordinariamente longevos, que establecen relaciones simbióticas o parasitarias (depende del punto de vista) con sus envoltorios humanos. A veces el receptor será una persona preparada con tiempo y entrenada por los Quasing para esta tarea, pero en The lives of Tao este “honor” recaerá sobre Roen Tan, un ingeniero informático gordo y aburrido que pasaba por allí. Su vida cambiará tras este encuentro fortuito.
La principal baza del libro son los momentos divertidos del entrenamiento de Roen para convertirse en un agente de campo. Su nostalgia por una buena pizza será comprensible para cualquier persona que haya pasado por una dieta y las agujetas y tirones que sufre mientras se está poniendo en forma tampoco serán ajenos a cualquiera de nosotros.
Los conocimientos del autor sobre artes marciales se hacen patentes en las escenas de acción de libro, aunque a veces resultan un poco confusas. Es difícil caminar por la estrecha línea que separa una pelea creíble de una coreografía y por norma general Chu lo consigue. El resultado es bastante cinematográfico.
Esta inspiración cinematográfica es aún más patente en los escenarios que se plantean, que parecen sacados directamente de las películas de Bond. El submarino, el hotel de lujo, la fortaleza aislada de origen nazi… Topicazo tras topicazo, es innegable, pero aun así es divertido.
En este sentido la obra de Wesley Chu es una visita más al héroe de las mil caras y una no excesivamente original. Además, le habría hecho falta una revisión de estilo ya que algunas veces tiene repeticiones innecesarias. Se echa en falta una visión más profunda de los distintos huéspedes que han cobijado a Tao a lo largo de su vida, no sé si será idea del autor explorar esta posibilidad en las siguientes entregas.
3 respuestas a «The lives of Tao»